Capítulo 21

Desperté sentada en un auto, con las manos atadas, amordazada, y una bolsa de genero en la cabeza, no sabía donde estaba o con quien, todo lo que sabía, es que tenía dos personas a mis costados, no había manera de salir de aquí, sólo me quedaba esperar y ver dónde me llevaban y qué harían conmigo.

— Vaya... la señorita despertó, queda poco camino, hablaremos allá.

Pataleé, grité e intenté quitar la mordaza con la lengua, pero todos mis intentos fueron fallidos.

— Cállenla.

Fue todo lo que escuché antes de que un puño me cruzara el rostro y terminara noqueada otra vez.

Definitivamente no podría participar en la próxima elección de primera bailarina, me vería del asco cuando terminaran conmigo.

**

La segunda vez que desperté, estaba en el frío piso de un almacén abandonado, atada de manos sobre mi regazo, ya no tenía ni la mordaza, ni la bolsa de genero en la cabeza, podía ver perfectamente a los tipos frente a mí, fumando y bebiendo, sonriendo ladinos viéndome vulnerable y atontada por acabar de despertar después de ese golpe.

Sentía la sangre seca en mi rostro, y la que seguía dentro de mí, completamente fría.

Estaba temblando del susto.

Escogí justamente este horrible día para vestir de manera tan escasa, tenía miedo. Estaba aterrada.

— Bien princesita, haremos una llamada que de seguro te gustará mucho, espera un poco.

Acercándose un par de pasos, tomó el móvil, y marcó.

— ¿Qué quieres ahora joder? Te dije que dejaras de joderme ¿Cuántas veces debo cambiar el número?

Era Luca joder.

Abrí la boca para hablar, pero estaba completamente congelada, las palabras se atascaban en mi garganta, no era capaz de emitir sonido.

— Creo que tengo algo que puede gustarte, creo que es algo tuyo.

— Estoy ocupado ahora, cortaré.

— Te escuchas agitado mi buen amigo — carcajeó. Disfrutando el momento— ¿Te suena una chica castaña, piernas bonitas, no muy alta, ojos verdes? Amenaza de puta madre, pero le tiembla el labio, eso le juega en contra — chasqueó la lengua— ¿Te suena esa puta? ¿La que te estás cogiendo?

Apreté la quijada, no me gusta que hablé de mi de esa manera, pero no era capaz de hablar, además del miedo, también tenía la mandíbula bastante dolorida.

— Estoy ocupado con una rubia ahora, bien sabes que las comunes no me gustan, sí me follé a la que describes, pero no es nada mío, por mí has con ella no que quieras.

Palidecí.

¿Tan poco importaba para él?

— Bien, que quede en tu conciencia, estamos en el almacén tras la fabrica abandonada, nos divertiremos mucho con ella.

— Es buena puta, diviértete y no vuelvas a llamarme.

Entonces cortó.

Esto sí que era una sorpresa, se mostró tan amable antes, tan cariñoso, parecía estar cambiando, parecía preocuparse por mí.

— Bien, tal parece que no le importas, así que... que tal si — lamiendo sus labios de forma repulsiva— ¿Nos divertimos?

Mis ojos se aguaron con una rapidez impresionante, apreté los dientes y me obligué a emitir palabras, pero simplemente no podía, estaba congelada.

— Travis, dame tu navaja.

Mi compañero de baile, me observó completamente horrorizado, pero sin ser capaz de evadir esa orden, le entregó la navaja, dio media vuelta y salió del almacén, supongo que no era capaz de ver cómo me lastimaban.

Él me lo dijo en una oportunidad, si algo sucedía, si nuestras pandillas se enfrentaban, él no podría ayudarme.

— ¿Para quién te arreglaste tanto preciosa? — Cortando los extremos de mi short, dejando al descubierto mi tanga— ¿Querías atraer la atención de Diablo? Elegiste mal tu bando, aquí te habría ido mejor.

— Pero como eres un Diablo — se acercó otro— estamos prácticamente obligados a violarte, son las reglas.

Acariciando mi tatuaje.

— S-suéltame...

Susurré demasiado bajo.

No estaba segura de haberlo dicho en voz alta, estaba sobre esforzándome.

— Vaya... pensé que te habías tragado tu propia lengua.

Con burla.

— S-sácame tus asquerosas m-manos de encima...

Levantando el pie para patear su rostro, pero sin ningún esfuerzo, el sujeto tomó mi tobillo y me abrió de piernas.

— Derek, sostén sus manos sobre la cabeza, no dejes que se mueva.

— Termina rápido para que yo también pueda aprovecharla — tomando mis manos unidas, posicionándolas sobre mi cabeza, apretándolas tan fuerte que grité del dolor— algo me dice que, si se la meto en la boca, me la arrancará a mordiscos.

— Esto no es gracioso, suéltenme hijos de puta.

Pataleando y moviendo las piernas, viendo como el sujeto se bajaba el cierre, liberando su pene, rompiendo mi tanga, y sin mayores inconvenientes, me penetró en un solo movimiento, robándome el aliento.

Sin darme tregua, sujetó mis caderas y se movió rápido, dentro y fuera, sin cuidado alguno, golpeándome y jactándose de "Su gran hazaña". Me obligué a mi misma a morder mi labio inferior, lastimándome, para no emitir ni siquiera un maldito sonido, no lo dejaría escucharme, mis lagrimas eran más que suficientes, ya me veía lo suficientemente débil, patética y vulnerable.

— Cambio — sonriendo con suficiencia al verme destruida— que pase el siguiente.

Secó su sudor y sacó su pene, dándole el pase a otro de sus amigos, rotándose para ver quién sujetaba mis manos y quien me penetraba.

Algo me decía, que esta sería una noche muy larga.

***

LUCA.

Apenas vi a Oren en el piso, supe que algo estaba mal.

Corrí en su dirección, sujeté su camiseta con una mano, mientras lo golpeaba con la otra para despertarlo y hacerlo hablar, Connor intentó detenerme, pero al verme horriblemente preocupado, aterrado, a decir verdad, vertió todo el contenido de su botella de agua en el rostro del chico inconsciente frente a mí, de esa manera, por fin despertó.

— ¡Jessa! ¡¿Dónde está Jessa?!

Observó en todas direcciones, buscándola.

— Ella estaba contigo ¡¿Dónde está?!

Furioso.

— Alguien me golpeó, un ángel, estoy seguro de que fue un ángel, pero no sé qué pasó con ella.

Lo solté de mala manera, viendo su cuerpo rebotar en el piso, observando en todas direcciones, intentando agudizar el oído, buscando su voz entre todo este maldito bullicio.

Esto pasó porque la vieron conmigo, si tan solo no me hubiese tentado con ese carácter que reluce a la vista cuando la molestas un poco... nada bueno sale cuando las personas están a mi alrededor, es una de las razones de por qué mantengo a todos lejos de mí.

Sin avisar, sin preguntar, sin pedir ayuda, comencé a correr por el lugar, intentando buscar su cabello, oír su voz, o ver algo más o menos extraño que me diera alguna señal de su paradero, entonces recibí una llamada, un hijo de puta que constantemente seguía mis pasos, me lanzaba a la poli o jodía mis tratos solo por diversión, él tenía a Jessa, estaba lo suficientemente cerca de ella para escuchar su respiración entrecortada, debe estar aterrada, todo lo que pude hacer fue fingir que no me importaba, si ellos sabían que era importante para mí, la destrozarían hasta que no quedara nada de ella, debía fingir que Jess no me importaba, de esa manera, aún la encontraría completa cuando llegara a ese maldito lugar y los quemara todo.

No por nada me dicen Diablo. Puedo dejar mi rastro escrito en fuego si se me da la gana, y en estos momentos, todo lo que quería era destruir todo a mi paso, pero no podía hacerlo solo, es uno de esos momentos en los que tienes que agachar la cabeza y pedir ayuda.

Me jodía pensar que sólo podía pedírselo a Connor, él y yo íbamos a la cabeza de esta pandilla, es mi mejor amigo, el hijo del entrenador que me salvó cuando todo lo que vi era oscuros callejones, comida del basurero y limosnas en las esquinas más concurridas de la ciudad, llegando a venderme como prostituto para poder tener un trozo de pan limpio para comer. Ese hombre me enseñó muchas cosas, y a pesar de que su hijo pertenece a una pandilla, lo crio para hacer lo mismo que hizo de mí, mejores personas, ayudar en vez de lastimar... solo que eso no lo comprendo aún.

— Connor, sé donde está, pero no puedo hacerlo sólo.

Derribando todas las barreras que con años de esfuerzo levanté. Estaba muy asustado por ella, debe odiarme luego de escuchar esas estupideces que solté por teléfono, ella escuchó a Elena, debe creer que soy capaz de traicionarla.

Lo que ella no sabe, es que daría mi vida por ella.

— Por supuesto que iré contigo, iremos todos juntos y destruiremos todo el maldito lugar.

Palmeando mi hombro, observándome con determinación.

— ¿Dónde está? ¿Está bien?

Oren sujetó mi chaqueta, observándome con los ojos hechos un mar de lágrimas.

— No volverás a recorrer este maldito lugar solo con ella — amenazándolo— Esto es tu culpa, y si algo le sucede, espero que pese en tu consciencia por el resto de tu vida.

Lo empujé y prácticamente corrí hasta mi motocicleta, enviando un mensaje rápido al grupo de nuestra pandilla.

"Los putos ángeles se llevaron a Jess, sé que no soy muy comunicativo, pero necesito que ella esté a salvo, por favor ayúdenme"

Envié la dirección y luego comencé a conducir como si la vida dependiera de ello.

Y así era.

Jess me devolvió las ganas de querer vivirla otra vez.

Mi corazón se infló de orgullo y agradecimiento cuando las motocicletas fueron apilándose tras de mí, cada vez más y más, todos estaban aquí, hasta la pesada de Blake, con rastros de lagrimas en los ojos, supongo que aún se preocupaba de Jess.

Se lo contaría más tarde, cuando todo estuviera bien.

**

Condujimos hasta llegar a la maldita fabrica, preparándonos para lo que se vendría, las véngalas fueron encendidas, y en poco tiempo, el almacén se llenó con humo de color, un rojo intenso que parecían las mismísimas flamas del infierno, entonces la vi.

Desnuda, con el torso apoyado en el frío y sucio suelo, sus manos eran sujetas con fuerza sobre su cabeza mientras otro idiota clavaba sus sucias manos en sus delicadas caderas, penetrándola sin cuidado alguno.

Cada paso que daba me permitía ver un poco más lo mal que ella se encontraba, rastros de sangre en sus muslos, sus piernas temblaban, su cuerpo ya no reaccionaba, su rostro no tenía emociones, y sus ojos no paraban de derramar lágrimas, eso fue suficiente para ir tras el sujeto que, a pesar del alboroto a su alrededor, no dejaba de tocarla.

Suéltala hijo de puta — golpeándolo tan fuerte en el rostro, que pude escuchar todos sus huesos crujir— te voy a matar.

Una y otra vez, golpee a los dos sujetos que la mantenían inmovilizada, quería matarlos joder, ese era mi plan, romper cada uno de sus huesos, pero me desconcentré, por dos segundos, solo por dos segundos me desconcentré y vi su rostro, suplicándome que fuera con ella con esa mirada triste y destruida, entonces pedí ayuda, dos de los nuestros se harían cargo de dejar irreconocibles a estos bastardos mientras yo me quitaba la camiseta y vestía a Jessa con ella, soltando sus manos, tenía la izquierda notoriamente rota, debía llevarla al hospital.

— Perdóname por llegar tan tarde — cargándola cuidadoso sobre mis piernas, viendo su cuerpo sin fuerzas dejarse caer, apenas podía mantener la cabeza firme— Te juro que corrí hasta aquí lo más rápido que pude, te lo juro Jess.

— Pensé... que me habías... desechado...

Cerrando los ojos, sonriendo levemente, parecía aliviada.

— Te quiero Jess... te quiero más que a cualquier otra cosa, jamás te desecharía, eres importante para mí, lo sabes.

— Dijiste... cosas tan feas...

— Si se enteraban de lo mucho que me importas... yo creí que podía salvarte de esto — levantándome— te llevaré al hospital ahora, te prometo que desde ahora todo saldrá bien.

— No me prometas mentiras... nunca está... todo bien...

En un volumen poco audible, luego de eso se desmayó.

— Esta es la ultima vez que sales lastimada por mi culpa, te lo prometo.

Deposité un beso en su frente y me abrí paso entre las personas y el humo hasta mi motocicleta, maniobrando con dificultad para no hacerla caer durante el trayecto hasta el hospital.

No me importa cuantas preguntas hagan, no me interesa si tengo problemas por esto. No soy bien conocido por estos lados, claro que desconfiarán de mí, pero nada importa si Jess está bien.

Si ella se recupera, nada más importará.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top