Capítulo 2

Luego de mi segundo vaso de vodka, dejé de sentir culpabilidad por beber, haría un par de ejercicios más para calmar mi ansiedad y listo ¿Por qué las bailarinas de ballet no podemos divertirnos? A la mierda con las dietas el día de hoy.

— Iré al baño, mi vejiga está a punto de estallar si sigo bebiendo ¿Dónde está?

— Segundo piso, tercera puerta a la derecha ¿Quieres que te acompañe?

— Sí, creo que sí — Apenada— No me gusta ir sola ¿Has escuchado sobre las tragedias femeninas cuando van al baño solas?

— ¡Por supuesto! — levantándose indignado, caminando juntos hasta el baño— Hermione fue sola y la atacó un troll, Myrtle fue sola y la asesinó un basilisco, Ginny fue sola y la secuestró el recuerdo de Voldemort y así sucesivamente, terrible ¿No crees?

— Tú si me entiendes — subiendo las escaleras— leí cada uno de los libros de Harry Potter, y vi cada película, simplemente maravilloso.

— También yo, es mi saga favorita.

— Bien señorita, este es el baño, te espero aquí afuera — Apoyándose en la pared— Ve tranquila

— Gracias Oren, saldré rápido.

— Te me lavas las manos niña, no tienes ni idea de la cantidad de gérmenes que hay en los baños.

— Tienes mucha razón con eso.

Sonriente, entré al baño dispuesta a cerrar la puerta, pero una zapatilla conocida interfirió en el camino, el pelinegro entró rápidamente al baño, cerrando la puerta con seguro aun escuchando las protestas de Oren al otro lado.

— ¡Oye Diablo! Si le tocas un pelo estarás en problemas, Adam la trajo, es tu amigo ¿No?

Así que el Diablo era este sujeto... Mierda...

— ¿Me estás siguiendo o qué mierda es todo esto?

Empujándome hacia la puerta, sosteniendo mi hombro con fuerza.

— N-no sabía que tú ibas a estar aquí, mi amiga Blake...

— Ella viene aquí seguido ¿De donde la conoces tú?

Cortándome antes de poder continuar.

— De la escuela, e-ella y yo nos conocemos hace años, vivimos juntas.

— ¿Le contaste algo?

— ¿Qué?

— Qué si le contaste algo joder.

Golpeando la puerta junto a mí ¿Tenía ese tipo de tic? Es la segunda vez que lo hace.

¿Tendrá problemas de ira?

— Claro que no, me amenazaste joder ¿Cómo crees que iba a abrir la boca? — empujándolo— Y ya me tienen harta tus arrebatos, no vi nada ¿Está bien? No escuché ni vi nada, solo te vi botando al sujeto al piso ¿Y eso qué? — encogiéndome de hombros— Bebí demasiado y estoy meandome ¿Puedo orinar ahora Luca?

Abrió mucho los ojos.

— ¿Cómo me llamaste?

— Luca ¿No es ese tu nombre?

— Nadie me dice así por aquí, no lo hagas tú tampoco.

— Tus problemas de ira y la estupidez que te viene de a ratos para golpear cosas no es culpa mía ¿Sales del baño por favor?

Pasando por su lado señalándole la puerta.

— Si dices una sola cosa, yo...

— Yo no vi nada ¿Te lavas las orejas o tienes problemas de sordera? Oh... lo siento — cubrí mi boca— Si tienes problemas de sordera de verdad no quise decir eso, es solo que me irrito con facilidad, no es excusa, lo sé, pero no quería ofenderte, yo...

— Solo... solo cállate — exasperado— Y no, no soy sordo — abriendo la puerta— No me hables así y no menciones mi nombre ¿Entendido?

— Entendido Luca.

Rodó los ojos apretando los puños con fuerza, saliendo del baño.

le toqué las pelotas.

Un punto para Jessa.

— ¿Estás bien? ¿Te hizo algo?

Oren se acercó en cuanto Luca dejó el cuarto de baño, analizándome de pies a cabeza.

— No me hizo nada, tranquilo, él solo quería joder, pero al ver que yo puedo joder más, se fue — apretando las piernas— ahora sí iré a mear, lo necesito.

— Te espero aquí.

Sonriendo aliviado.

Entré nuevamente al cuarto de baño, me bajé la ropa e hice un montón de pipi, joder... cuanto cae en esa vejiga, ordené mis ropas, lavé mis manos y salí muy campante del baño, tomando del brazo a Oren corriendo por el pasillo y escaleras abajo.

— ¡Amo esa canción!

En realidad, no la conocía, pero el ritmo era lo suficientemente bailable y me sentía bastante animada hoy.

— Hasta que te encuentro ¿Tienes sed?

Luego de no aparecer por un rato, Blake llegó a nosotros con dos vasos llenos de algo transparente con hielo, vodka supongo, su aroma quemaba mis fosas nasales, pero mi lengua ya estaba lo suficientemente dormida para no sentir nada.

— Tengo y mucha — dando un sorbo, viendo a Oren bebiendo igual de emocionado— ¿Quieres bailar?

— Demasiado tarde preciosa, nos vamos.

— ¿Nos vamos dónde?

Dejando de bailar en el lugar, viéndola confundida.

— Te dije que esta era solo la primera parada, llegó la ubicación de la fiesta, Conor te agregó al grupo de whatsapp ¿Lo revisaste?

— No he tomado el móvil en todo este rato ¿Dónde es la fiesta?

Oren revisó el suyo, mostrándome.

— Es en el terreno de un par de ancianos, ellos no van ahí hace años así que la ocupamos para nuestros propósitos.

— ¿Estarán muertos? Pobres ancianos...

— Solo vamos ¿Quieres ir en mi motocicleta? Será divertido.

— Nunca he montado una ¡Vamos allá!

— Oye bonita — Blake sujetó mi rostro con ambas manos— No hagas estupideces ¿Bien? No te sueltes y no intentes nada extraño, nos juntaremos allá.

— Estaré bien, tú tranquila, nos vemos allá.

— Bien preciosa — besando mi mejilla— Nos vemos allá, y ya sabes, si te pilla la poli, estás frita, tú tienes que aferrarte al primer Diablo que encuentres, ellos te sacarán del peligro.

— No me asustes...

— No es mi intención, es la verdad, no vamos de día de campo Jessa, cuídate.

Asentí para hacerle saber que entendía lo que quería decir, luego seguí a Oren hacia el exterior, montó su motocicleta y subí tras él aferrándome a su cintura, el piso se me tambaleaba un poco, no quería caer, así que prefería aferrarme con fuerza.

— Blake lo dice en serio, si llega la poli, aférrate a cualquiera y te sacará de ahí ¿Entendido?

— Entendido capitán ¡Vamos allá!

— Estás loca Jessa que baila ballet.

— Gracias, Orem de los Diablos.

Luca pasó por nuestro costado, subiendo a su monstruo personal, alto, ancho, completamente negra y las llantas rojas, tenía un sticker pegado en el costado, una calavera con cuernos, ese debe ser el tatuaje que todos llevan en la piel.

Luego de ese breve análisis, arrancamos, no pude ver nada más.

La platica, el viento moviendo mi cabello, y la velocidad, estuvieron bastante bien para mí, me divertía como hace años no lo hacía, todo estaba bien hasta ese punto, el problema fue cuando nos detuvimos frente a un terreno atestado de personas, música pesada de fondo, motocicletas y chicas semi desnudas caminando por todas partes, al ingreso del lugar, en lo alto del grueso y gran portón abierto de par en par, yacía pintada una calavera con un ala roja y un cuerno del lado izquierdo, y un ala blanca y aureola en el lado derecho, bastante terrorífico la verdad.

— Bonito logo el de bienvenida.

Bajando de la motocicleta con Oren.

— Aquí se reúnen ambos bandos ¿Sabes lo que sucede si te ven con un puto Ángel?

— Lo sé, me lo advirtieron dos veces esta noche, así que no te preocupes.

— Hola guapa ¿Quieres conocer a un hombre de verdad? Este marica no sabrá como complacerte.

Blake venía a pocos metros con Adam, y para mi sorpresa, Luca y otros dos más venían con ellos, al ver la situación, aceleraron el paso.

— En primer lugar, ya tengo a quien me joda cariño — mentira— y en segundo, a Oren me lo respetas — pateándole las pelotas con todas mis fuerzas— Lleva tu micropene a otro lugar, no estoy interesada, gracias.

— Vaya Jessa, ese si fue un buen movimiento ¿Qué te ofreció?

— Sexo por supuesto, que cerdo.

— ¿La virgen no puede con ello?

¿Luca hablando sin gritar o golpear lugares inertes? Vaya... debí ganarme la lotería.

Irónica.

— Podría hacerte acabar en menos de cinco minutos Diablo, dos debería ser suficiente.

Colocando los brazos en jarra.

— Jessa, no...

Advirtió Blake.

— No es buena idea.

Complementó Adam.

Luca apretó los puños, parecía que todos le temían aquí, tanto, que no era capaz de bromear libremente.

— ¿Quieres seguir retándome?

Dio un paso hacia adelante, notoriamente molesto, pero ya no estaba tan segura ¿Estaba molesta conmigo o con el resto?

— ¿Quieres ver cuál es el límite de mi paciencia? L...

Estaba por pronunciar su nombre cuando caminó a grandes zancadas hacia mí, cargándome sobre su hombro.

— El que me siga es hombre muerto.

Alejándonos de la escena con rapidez, y tal como él advirtió, nadie se acercó.

— ¿Qué piensas hacer ahora? ¿Golpearme? ¿Ahogarme? ¿Meter mi cabeza al escusado? ¿Cortarme en pedacitos y guardarme en el congelador para comerme más tarde?

— Seamos realistas, con tu carne no podría comer ni siquiera una semana — bajándome al piso lo bastante lejos del grupo— ¿A qué estás jugando? Te advertí que no jugaras con mi paciencia.

— ¿Por qué todo el mundo te teme?

Cargando mi peso de un pie al otro, creo que podía estar más equilibrada con el derecho que con el izquierdo ¿Qué pensará el chico frente a mí? ¿Pie izquierdo o derecho?

— ¿Por qué no me temes tú?

— ¿Por qué aquí siempre está arrugado?

Tocando su entrecejo.

— Joder ¿Qué te está pasando? ¿Cuánto bebiste?

Poco a poco, sus orejas comenzaban a tornarse rojas, se estaba enfureciendo la bestia.

— Solo tres vasos ¿Y tú?

— ¿Sueles beber?

— No bebo, eso engorda demasiado.

— ¿Engorda? ¿Qué tiene eso que ver? ¿Eres anoréxica o algo así?

— Soy bailarina de ballet, no puedo engordar o tendré problemas con mi entrenador.

— Así que tu entrenador también te toca las pelotas — sonriendo de lado— Todo lo que comes engorda, solo tienes que saber cómo quemar esas calorías de más.

— Ayer querías matarme y hoy me aconsejas ¿Qué cambió?

— Cambió el hecho de que ya no importa si me viste ayer o no, estas involucrada en esto gracias a tu amiguita y Adam, si caemos, caerás con nosotros.

— Joder... ¿Cuántas veces debo decirlo? No vi nada ¿Por qué amenazas personas sin conocer los hechos?

— Porque debo actuar rápido o...

— ¿O qué?

Miró en otra dirección.

— Regresemos con el resto, deben estar pensando que te estoy matando.

— Me agrada más este chico que el de ayer, te metiste a mi casa ¿Sabes el susto que me dio?

— ¿Qué cambió? No te veo asustada ahora.

— Estoy ebria, eso cambió — tocando su pecho con mi índice— mañana probablemente me arrepentiré de todo lo que haga esta noche, sobre todo lo de beber — comenzando a caminar— ¿Sabes lo duro que es mi instructor? Nos llama gordas hasta por subir medio gramo, eso horrible, seré la burla de la clase la próxima vez que tenga mi control físico.

— Él no puede hacer eso, está humillándolas.

— Pues así es el triste mundo, pisoteas o te pisan ¿No es así Luca?

— Deja de llamarme así joder.

Siguiéndome.

— Pero es tu nombre.

— Si me llamas así, creerán que algo está pasando ¿Entiendes? Comenzarán a cuestionar mi autoridad y eso no me sirve de nada.

— Buenas nalgas guapa.

Un chico tocó mi trasero.

Antes de poder cantarle unas buenas groserías, Luca lo tenía en el piso completamente noqueado por su gancho derecho.

— A la mierda — horrorizada— Intenta no matar a alguien la próxima vez.

— Te tocó.

Excusándose.

— Yo puedo defenderme sola.

— Reaccioné antes de que tuvieras tiempo, lo siento.

— ¿Ahora te disculpas? Eso es nuevo.

Sorprendida.

— No tientes a la suerte Jessa, no tengo suerte conteniendo la ira, mi cuerpo suele moverse antes de que logre procesar lo que voy a hacer, no me provoques.

— Bien, me mantendré alejada entonces, no quiero llegar con un ojo morado o un diente menos a mi siguiente práctica, adiós.

Aceleré el paso hasta llegar nuevamente al grupo, Blake caminaba de un lado hacia el otro con el móvil pegado a la oreja, solo en ese momento me percaté del móvil vibrando dentro de la cangurera.

— Ya estoy aquí, lo siento por asustarte.

Tocando su hombro.

— Maldita sea Jessa, contesta el puto móvil ¿Por qué no puedes ser una persona normal y no despegarte del puto aparato?

Normal, de nuevo esa maldita palabra.

— ¿Qué le hiciste? Lo hablamos el otro día Diablo, con las chicas no.

Le advirtió Adam a Luca en cuanto llegó al círculo.

— Cállate. Y mejor dame uno de esos, pronto tendré una pelea y necesito relajarme, tu amiguita Jessa me toca las pelotas — haciendo tronar sus huesos— y para tu información, no le hice nada.

Adam rodó los ojos y le entregó un cigarrillo de extraño color y tamaño, marihuana probablemente.

— Qué bien te escoges los novios Blake — viendo a mi alrededor— es un pandillero, su amigo es un lunático con problemas de ira, y este lugar es peligroso, me han acosado dos veces en menos de quince minutos.

Estaba molesta, quería irme.

La sensación de no pertenecer, nuevamente inundaba mis entrañas ¿Por qué nunca pertenecía? ¿Por qué siempre era diferente? ¿Qué me hizo así? ¿En qué punto decidí volverme así?

Sin ánimos de seguir en este lugar, di media vuelta saliendo del terreno consciente de que Blake me pisaba los talones mientras gritaba lo estúpida que estaba siendo, caminé ignorándola hasta llegar a la avenida, donde los taxis transitaban.

— ¿Te irás? ¿Estás segura?

— No es lo mío, no volveré a venir aquí, diviértete.

Paré el primer taxi que se cruzó en mi camino y subí sin mirar atrás.

Definitivamente no pisaría de nuevo este sitio, Blake seguiría siendo mi amiga por supuesto, nuestras peleas no significan nada, mañana todo estaría bien, pero este lugar no encajaba conmigo, y definitivamente no me sentía a salvo con el tal Luca a mi alrededor.

Prefiero seguir a salvo en mis cuatro paredes, con mi café de dieta, series de Netflix o un buen libro.

Yo ya debería estar dormida.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top