Capítulo 10

Ese mismo día, luego de las compras, regresé a casa y guardé la comida en sus respectivas gavetas con ayuda de los chicos, luego me encerré en mi cuarto para practicar, colocando la música lo bastante fuerte para no poder pensar en nada más y enfocarme en lo mío, ahora que no podía practicar fuera de la academia con Tyler, se me era más difícil imaginar los movimientos o imitarlos, por lo que la concentración era primordial.

Pero mi concentración se fue a la mierda cuando el volumen de la música abajo superó el volumen de la mía, y sin poder hacer nada para evitarlo, decidí darme un respiro hasta que se vayan al lugar donde será el siguiente pacto de la calavera, con la casa sola, podré hacer maravillas, podría ensayar en el primer piso de hecho, hoy le toca a Catherine y Taylor la limpieza, así los dueños de casa no seríamos los que siempre recogen el desastre, lo cual es muy oportuno.

Hoy me decidí por un top rojo con unas calaveras que parecían sostener mis tetas, unos shorts más cortos de lo normal, negros, zapatillas del mismo color, un collar pegado al cuello con una enorme argolla en el medio, unas cadenas para mi short, unas ligas de cuero que se sujetan en mi cadera y muslos, ya estaba lista para bajar.

Tomé mi cangurera, las llaves del cuarto cerrando al salir y bajé las escaleras yendo directo a mi grupo, tomando una cerveza en el camino, me di cuenta de que, si aumento mis horas de entrenamiento, puedo darme ciertos gustos, no he subido ni un solo gramo, así que puedo relajarme un poco respecto al tema de mi peso.

— ¡Bajaste! Creímos no tener el honor de tu presencia hoy.

Tomé asiento entre Ramona y Carson, sonriendo ante el comentario de Connor.

— Siempre tengo tiempo para mis amigos — bebiendo de mi cerveza— necesito un respiro también, los pies me están matando.

— Yo no sé cómo lo haces, he visto videos y es... ¡terrible!

Estuvimos un buen rato hablando sobre eso, la verdad es que sí era terrible, sobre todo cuando comenzamos, todo te duele, te haces heridas con mayor frecuencia, el cansancio te gana, pero luego te vas acostumbrando, así fue como les expliqué a los chicos, luego nos pusimos a jugar un poco de beer pong, un poco de la botella, besándonos chicos y chicas sin distinción de genero ¿Qué era un beso para reforzar la amistad? Y sin darme cuenta, la hora pasó más rápido de lo que yo hubiese querido, los chicos se despidieron y se fueron, la casa quedó limpia y ordenada, tal y como estaba antes de que todos vinieran aquí, y como ya estaba sola, subí a mi cuarto, me puse unas zapatillas nuevas, mi tutu, unas mallas, y sujeté mi cabello en un alto tomate, entonces bajé, colocando la música necesaria por el parlante principal que alimentaba y distribuía a los muchos otros parlantes que estaban repartidos por la casa, un sonido envolvente.

Me fascina esto, he podido practicar a gusto casi por noches completas con este nivel de sonido.

— ¿Qué mierda es esta música? Dijiste que no había nadie.

Estaba en plena cuarta posición cuando la puerta fue abierta, Luca se estaba besuqueando con una rubia de largas piernas y pechos que no parecían de este mundo, demasiado grandes para ser verdad.

— Tú sigue en lo tuyo, no te molestaremos —Dijo Luca recayendo en mi presencia— Creí que no habría nadie.

Sin soltar a tetas rubias.

— Yo también lo creí. Sube ya animal.

Viéndolo bastante lastimado, casi olvido que viene de una pelea.

— Lindo tutú niñita.

Mofándose de mí sin ánimos de ser grosero, llevó a la rubia al segundo piso, advirtiéndole que si decía un solo comentario sobre mi vestuario se las vería con él.

Admito que se ha mantenido lejos de mí desde la conversación post panqueques, es un poco incómodo la verdad, esta a sido nuestra conversación más larga desde ese día.

¿Estará enojado conmigo?

Aprovechando que ambos estábamos solos, luego le preguntaría, pero por ahora, mantendría la música a un volumen lo suficientemente alto para no escuchar lo que sucedía ahí arriba.

Bien... fue imposible no escuchar lo que pasaba ahí arriba, la chica tenía buenos pulmones y la pobre cama sonaba demasiado, agradecía no estar durmiendo a esta hora, porque su cama y la mía están divididos únicamente por una pared, y definitivamente no podría dormir con el alboroto de arriba, por eso me esforcé en seguir bailando, cambiando las zapatillas cada tanto ya que estas son con las que suelo ensañar y no he tenido tiempo de ir de compras, las puntas me están matando.

— Mierda... ella intenta marcar territorio — solo me falta darme cabezazos con la pared, no podía concentrarme— Esto es como porno en vivo ¿Cómo voy a bailar la bella durmiente con esta musiquita de fondo?

Me tomé un descanso.

Simplemente así no podía pensar, así que fui hasta la cocina, abrí la puerta hacia la bodega de los tragos y tomé un vodka, me haría bien dejar de pensar demasiado, así sería más fácil enfocarme en lo primero que tenía en frente, la música, el tutú y mis zapatillas.

Bebí de la botella mientras hacía Fouetté En Tournant, uno tras otro, uno tras otro, bebiendo entre pausas para no derramar el liquido ardiente.

Así me entretuve hasta que perdí el equilibrio y terminé sentada en el piso, miré la botella por primera vez desde que comencé a empinar la maldita traicionera, llevaba más de la mitad, lo que me hizo mucha gracia, no pude evitar comenzar a reír como loca.

— Bien, creo que ya es hora de trabajar.

Sinceramente, lo hice todo fatal, estaba tan ebria que perdía el equilibrio con cada posición, pero al menos recuerdo bien la coreografía, eso algo bueno ¿Cierto?

Estuve a punto de volver a comenzar cuando la chica bajó las escaleras en compañía de Luca, él la dejó afuera sin intercambiar mayores palabras, entonces regreso.

— Mierda, estás borracha como una cuba ¿Qué has estado haciendo?

Acercándose a mí, su rostro expresaba ¿Qué? ¿Preocupación?

Estoy viendo un poco borroso, mi vista no era muy confiable en estos momentos.

— Mierda ¿Por qué no te has curado eso?

Su rostro estaba bastante herido e inflamado.

— Lo haré, pero no ahora.

— Se infectará si no lo haces ahora, creí que lo harías antes de cogerte a esa linda chica que hacía comentarios de mi tutú, la escuché en la escalera.

— Preocúpate de ti, yo estoy bien — dando un paso atrás— Creo que deberías ir a la cama.

Sujetando mi cintura antes de perder el equilibrio otra vez.

— Creo que debería curar eso primero, no podré ir a dormir sabiendo que estás herido, sería una mala persona si lo hiciera.

— No puedes mantenerte en pie ¿Y quieres curarme?

— Soy muy hábil — sonriendo con suficiencia— Vamos, dije que sería tu amiga.

— ¿Cuándo exactamente dijiste eso?

Enarcando una ceja viéndome con diversión.

— ¿Qué no lo dije en voz alta? — sorprendida— Lo dije en mi mente entonces, pero sí, somos amigos. Ahora ¿Me dejas curarte? De verdad no podré ir a dormir sabiendo que te irás a la cama así.

— Está bien — rodando los ojos— Mocosa... eres un dolor en el culo.

— Te veo muy molesto — riendo. Todo me daba risa en estos momentos— ¿Subimos?

Me levantó sin esfuerzo alguno, colocándome sobre su hombro, caminando hacia las escaleras.

— Pero primero toma un baño, hueles a perfume de chica, y es cítrico, no me gustan los cítricos.

Arrugando la nariz.

— Que mandona eres ¿Quién querría ser amiga de una mandona como tú?

— Yo te soporto a ti ¿No crees que estamos a mano con eso?

Entramos a su cuarto y me depositó sobre su cama sin cuidado alguno, debo haber rebotado unas tres veces como mínimo, lo cual me hizo gracia, me recordó a mis días de infancia y las camas elásticas... pero que buenos tiempos esos.

— ¿Me escuchaste?

Moviendo su mano frente a mi rostro.

— ¿Qué decías?

Moviéndome de arriba hacia abajo, intentando que el colchón se hundiera y regresara a su forma, me gustaba la sensación de estar saltando.

— Te dije que cambié las sabanas para que no lloriquees por eso también — yendo hacia su closet— Tomaré una ducha rápida, espera aquí e intenta no vomitar nada.

— No tengo ganas de vomitar — negando— ¿Me das una pastilla para dormir? No creo poder dormir, estoy muy hiperactiva.

— No combines medicamentos con alcohol ¿Te quieres morir?

— ¿Es una mala idea?

Rodó los ojos comenzando a perder la paciencia, tomó su ropa interior y salió del cuarto, como todo está en silencio no me fue difícil escuchar el agua correr.

— Demonios... beber tanto hace que te de mucho calor.

Quitándome las zapatillas con movimientos torpes, esto de los listones no resultaba muy cómodo cuando tus manos no servían como de costumbre.

Luego me quité el tutú ¿Cuál era el sentido de usarlo si no bailaría? ¿Y por qué usaría unas mallas? No duermo con brasier, quitándomelo en el pasillo, y por último ¿Para qué quiero unas bragas si me tomaré un baño?

Abriendo la puerta sin importarme demasiado que ya hubiese alguien adentro, el vapor cubría la mayor parte, pero aún podía ver parte de mi reflejo en el espejo.

— ¿Quieres compartir? Muero de calor.

Metiéndome a la ducha sin dejarlo responder.

— ¡¿Qué haces?! ¡Pero si estás desnuda!

Intentando no mirar mi cuerpo, pero sus ojos seguían desviándose a mis tetas.

— Obvio — Viéndolo como si fuera el idiota más grande del mundo— Ni modo que me bañe con ropa.

Cerrando los ojos, mojando mi cabello.

Que refrescante...

— Jessa ¿Qué intentas hacer?

— Me estoy bañando ¿Qué no ves?

Intenté estirarme para alcanzar el champú, pero para eso era necesario pegar mi pecho a su torso, ni aun así pude alcanzarlo.

— ¿Champú por favor?

Señalando.

En cuanto bajé mi mano, choqué con una cosa erguida y dura.

Luca tenía una erección.

— ¿Lo haces a propósito?

Acorralándome entre la fría pared y su cuerpo.

— ¿Qué cosa?

Ladeando la cabeza.

— Provocarme.

— Dilo de nuevo — sonriendo— Me gusta la forma en la que se mueven tus labios cuando dices provocarme.

Lamiendo mi labio inferior.

Ahora tenía calor por otras razones.

— Jessa, estás ebria, seguir adelante sería aprovecharme de ti, yo no hago eso.

Imitó mi acción, lamiendo su labio inferior.

— Deja que yo me aproveche entonces — Arrodillándome en la bañera— Fíjate que antes tú y la tetas rubias hacían bastante ruido y yo no soy de acero — Moviendo mi mano de arriba hacia abajo, masturbándolo— Así que... — besando la punta, mirándolo hacia arriba— aprovechando que no hay nadie en casa, deberíamos divertirnos ¿No crees? Deberías darme algo a cambio por el tiempo que perdí distrayéndome con lo que sucedía arriba.

— Jessa yo...

Cayó en cuanto metí su pene en mi boca, saboreando y probando su sabor.

Digamos que el alcohol no me pone violenta, ni llorica, tampoco soy una borracha soñolienta, más bien, creo que he descubierto que soy el tipo de borracha que se pone un tanto... atrevida. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top