Capítulo 1
El mundo de una bailarina de ballet era difícil, nuestros pies siempre estaban lastimados, las fracturas eran muy fáciles de conseguir, pasas todo el tiempo en estudios de baile, llenos de competencia, dura competencia, además, existían los idiotas que te jodían en la escuela por las estrictas dietas que debías seguir, los movimientos involuntarios de tu cuerpo queriendo practicar para la siguiente coreografía, la lucha constante para mantener tu vida social a flote, los novios, el sexo, las clases normales, los exámenes... esa época fue malditamente agotadora.
También estaban las visitas al médico, una bailarina debía cumplir con ciertos estándares, empiezan con los huesos, luego los pies, contextura, flexibilidad, tu musicalidad, carisma, la autenticidad de tu sonrisa, la mirada penetrante, seductora y misteriosa capaz de atraer a las personas aún estando de pie en el escenario a bastantes metros de distancia, y cuando terminan de analizarte... te otorgan un valor, eso define el lugar en el que estarás el resto de tu carrera.
Y no, no es tan fácil como aparentan, es un montón de palabras complicadas y números que cuesta horrores aprender. "De pie frente a la barra en sexta" "Relaja los tobillos en demi-plié" "Presenta el talón en el Tendu devant" "La cadera sigue hasta la oreja" ¿Cómo le explican a una niña de cuatro años como joder la cadera sigue hasta la oreja? Me costó bastante tiempo aprender los nombres, números y las posiciones adecuadas, sumando las duras críticas de nuestros instructores, es difícil sobrevivir en este mundo, solo hay dos caminos, te comes al resto, o ellos te comerán a ti.
Miré el reloj luego de que mi ultima botella de agua se acabara ¿Será muy tarde para ir a comprar más? Aún me queda un par de zapatos que no he terminado de destruir.
— Mierda... es media noche.
Observé por la ventana la luna posada en lo alto, esplendida y cauta como siempre, rodeada de sus miles de estrellas opacadas por los lumínicos faroles en las calles, debo irme, no es seguro caminar sola por las noches.
Eso es una mierda.
Reuní todas mis cosas, me cambié de ropa, solté mi cabello y salí del estudio lo más rápido posible, apretando el bolso contra mi cuerpo asegurándome de caminar bajo las luces en todo momento, manteniendo mi móvil a mano en caso de necesitarlo ¿Cómo es posible que el guardia no me avisara de la hora? Pero claro... él solo viene a dormir aquí.
Llámenme exagerada, pero los noticieros son bastante optimistas sobre la tasa de femicidio, no es justo tener que salir a la maldita calle sintiéndose insegura, locos de mierda.
Estaba a dos calles de casa cuando las suplicas de un sujeto y los gritos furiosos de otro me paralizó.
— Sabes bien quien soy Sam, cumple con tu trabajo y te irás a casa completo esta noche, de lo contrario — golpeándolo con fuerza mientras otros dos sujetaban al pobre castaño— Tu cuerpo saldrá en los noticieros mañana por la mañana.
Mis piernas flaquearon en cuanto el pelinegro terminó de escupir sus palabras cargadas de odio, me sujeté del cubo del basurero para no terminar en el piso.
Grave error.
El sonido metálico alertó a los sujetos del callejón, ni siquiera lo pensé cuando comencé a correr a todo lo que mis pies dieron, llevándome segura a casa, o al menos eso pensé yo, estaba por cerrar la puerta cuando una zapatilla se interpuso, abrió la puerta de golpe y utilizó mi cuerpo para cerrarla en cuanto me empujó, haciéndome chillar del susto.
— Escucha castaña, no sé cuanto habrás visto allá atrás, pero si te atreves a decir una sola palabra me aseguraré de que termines igual que ese sujeto si no cumple con lo que se le pidió — golpeando la puerta junto a mi cabeza, obligándome a brincar del susto— Tú no quieres volver a verme, no quieres saber de mí, y definitivamente no quieres verte envuelta en mi mierda ¿No es así? — Asentí— Así que sé una buena chica y has como si esta noche no pasó, porque si la policía se entera, vendré directamente a tu linda casa y destruiré todo lo que esté en mi camino, incluida tú.
La oscuridad de la casa no era competencia para la oscuridad de esos malditos ojos, la luminosidad del exterior me ayudaba un poco para observar su quijada apretada y la seguridad en su mirada, él habla en serio.
— ¿Entendido?
Dijo al ver que no respondía.
— E-entendí...
En voz baja.
— ¿Qué mierda pasa aquí abajo? — Blake, mi compañera de casa, bajó en camiseta y bragas, con un bate entre las manos— Mierda — viendo la escena— Tócala y te parto la cabeza hijo de puta.
— Estás advertida.
Dijo el sujeto antes de alejarse de mí, empujándome hacia un lado y saliendo de casa sin inmutarse por la amenaza de Blake.
— ¿Estás bien? ¿Quién era él? ¿Por qué demonios llegas tan tarde?
La rubia se acercó a mí, soltando el bate, analizando cada extremidad de mi cuerpo en busca de daño físico.
— Tranquila, no me hizo nada, estaba drogado y se equivocó de casa — mentí— estaba por irse cuando llegaste.
— Escuché un golpe fuerte ¿Qué fue eso?
— Demasiado drogado, chocó con la puerta — volví a mentir— Estoy cansada ¿Por qué no vamos a la cama ya? Me duele todo.
Sujetando mis manos para que la rubia frente a mí no notara el temor.
— ¿Quieres dormir conmigo? Estás temblando, no te veo bien.
— Sí... por favor...
Tomé un baño a la velocidad de la luz con Blake sentada en la tapa del váter, estaba demasiado asustada para cerrar los ojos por demasiado tiempo estando sola, temía que ese sujeto apareciera otra vez.
— ¿Qué acordamos preciosa?
Balanceando el bate, observándome rodear mi cuerpo con la toalla.
— No volver a salir tan tarde del estudio, menos sola.
— Muy bien — sonriendo complacida— por cierto, mañana saldré de fiesta con Adam y no volveré temprano a casa, ni creas que te dejaré sola, prefiero que se roben todas las cosas a que te lastimen, los locos siempre están dando vueltas por ahí.
— Pero no me gustan las fiestas.
Protesté siguiéndola al cuarto.
— ¿Prefieres quedarte sola en casa Jess?
Alzando una ceja en mi dirección.
— Joder... pero ¿Qué me pongo?
Sonrió amplia.
— Algo bueno puedo sacar de todo esto, por fin la correcta Jessa me acompañará a una fiesta.
Blake también es bailarina, pero a diferencia de mí que me inclino por lo clásico, ella es bailarina moderna, lo suyo es el hip hop, dance hall, twerk y demás, sumando que le faltan varios tornillos en la cabeza, solo ella se va de fiesta un día de semana sabiendo que al siguiente tiene práctica.
— Solo dime como debo ir, siempre estoy dormida cuando tú te vas.
— Hay dos reglas, la primera, viste ligero, viste de cuero — su sonrisa no me gustaba nada— La segunda, no interactúes con los dos bandos si quieres salir con vida.
— ¿De qué me estás hablando? ¿Por qué iríamos a un lugar donde podríamos salir lastimadas?
— Porque es divertido duh — como si fuera lo más obvio del mundo— Además, Adam estará con nosotros, todo estará bien.
— Cuéntame eso de los bandos ¿Me estás jodiendo?
Mientras me secaba el cabello, Blake me contó del pacto de la calavera, Ángeles caídos y Diablos en una disputa constante por el territorio, reuniéndose noche tras noche para decidir que pandilla era mejor, manteniendo la paz a duras penas gracias a la policía que prácticamente les pisaba los talones. La única manera de entrar al grupo, era siendo invitada por un miembro directo, en este caso, Adam era miembro de los Diablos y Blake su novia, lo que le daba un pase VIP, pero ¿Y yo? Yo no conocía a ningún miembro directo ¿Estará bien que me aparezca, así como así? Y estaba la disputa de las pandillas, si me veían hablando con un Ángel caído, según las palabras textuales de Blake que se le dijeron apenas puso un pie ahí, sería violada y tirada a la orilla de la carretera, lo que significa que debo ser muy cautelosa y fijarme en los tatuajes, calavera con cuernos, calavera con aureola, no es muy difícil, solo espero sobrevivir a mi primera noche en ese lugar.
**
Al día siguiente, casi no pude concentrarme en medio de la práctica, casi golpeé mi rostro con la barra en pleno arabesque, un movimiento simple, luego pisé a mi compañero por tener la cabeza en otro lugar, terminé saliendo como el resto a las cuatro de la tarde, pasé por una ensalada para almorzar y volví a casa para descansar, no podría hacer mucho de eso por la noche.
— Bella durmiente, a la ducha y vístete, saldremos en una hora.
Salté de la impresión, estaba durmiendo muy profundo al parecer.
— Pero son las nueve de la noche.
Fregando mis ojos mientras me incorporaba.
— Exacto, iremos primero a la casa de un Diablo, luego a la fiesta.
— ¿Tengo que ir? Ya no me da miedo quedarme sola en casa.
— Tú no tendrás miedo, pero yo no estaré tranquila, a partir de hoy, saldrás todas las noches conmigo guapa, no está en discusión.
— Ni mis padres son tan exigentes — levantándome, no hay quien pueda con ella— ¿Dónde iremos?
— Adam nos pasará a buscar, en cuanto a la fiesta de después, solo avisan de la ubicación una hora antes, la policía es realmente un problema, así que cambian de lugar constantemente.
— Bien, está bien, mientras tanto ¿Por qué no me ayudas con la ropa? — tomando ropa interior limpia— No sé a lo que te refieres con ligero, tengo ropa pequeña si a eso te refieres, pero difícilmente encontrarás algo de cuero.
— Te daré algo de lo mío, yo me encargo — empujándome fuera del cuarto hacia el baño— báñate rápido, hoy nos arreglaremos como nunca, hazme uno de esos delineados tuyos más tarde.
— Hecho, yo me encargo del maquillaje y tú de la ropa.
Quince minutos después me arrepentí de mi decisión.
¿Por qué demonios dije eso?
Blake eligió para mí unos jeans negros ajustados, tenía roto toda el área de las rodillas y rasgados los muslos, también unas vans del mismo color, un top que muestra mas tetas de lo que cubre, y sobre este, una chaqueta de cuero.
— Mierda Jessa, te ves increíble, hasta yo te daría esta noche.
Reí.
— Idiota — viéndome al espejo— ¿No crees que me veo extraña? Este no es mi estilo.
— Vistes demasiados colores pastel, tienes que sacarte provecho linda, eres preciosa, disfruta tu juventud, tenemos veinte, nos conocemos desde los cinco años, te arrepentirás más delante de no vivir tu juventud como lo hacemos todos, al menos ve a una fiesta, verás lo divertido que son, si no te gusta, prometo que no te obligaré a ir a otra.
— Una fiesta. Es un trato — tirando de su brazo para sentarla en el tocador— Ahora déjame hacer mi trabajo.
— Soy toda tuya.
Cerrando los ojos, dejó que la maquillara a mi antojo, ella iba muy parecido a mí, pero su top era rojo al igual que sus zapatillas, utilizaría el mismo modelo para ambas, delineado largo, iluminador en ciertas zonas, y un rojo italiano para sus labios, veinticuatro horas por supuesto, o como nosotras le llamamos, un rojo puta, es el rojo más lindo de todos.
— Bien, creo que ya estamos listas.
Viéndonos al espejo.
— Amo el maldito delineado, tienes que enseñarme como se hace.
— Solo es hacer líneas, pero tengo buen pulso, eso debe ayudar.
El claxon de un vehículo llamó nuestra atención, Blake sacó la cabeza por la ventana, viendo que se trataba de su novio, le dijo que estaríamos abajo en cinco, tomó su cangurera, tomé la mía en la carrera y me arrastró escaleras abajo, saliendo de casa y montando el auto del desconocido.
— Así que tú eres la famosa Jessa — giró su cuerpo para poder saludar, yo iba atrás, ellos dos adelante— Blake siempre habla de ti, lamento lo que pasó anoche, ella también me lo contó — su sonrisa era cálida, me hacía sentir que podía confiar en él— espero que te diviertas mucho hoy, solo hay un par de reglas.
— Blake me contó algo, no puedo interactuar con ambos bandos.
— Te violarán y terminarás en medio de la carretera ¿Eso dijo?
— Así es.
Viéndome con seriedad.
— Bien, al menos te dio una buena advertencia, no interactúas con Ángeles caídos, estarás con nuestra pandilla, si te ven siendo mínimamente amable con uno de ellos estás frita, y lo otro, no hables con el chico al que apodan demonio, él es de nuestro bando, pero es... algo temperamental, no quieres verte envuelta en sus problemas.
— ¿Cuál es el nombre real del chico?
— Es Luca Ross, pero no te atrevas a decirlo en voz alta, invocarás al diablo.
— ¿Qué tan malo puede ser?
— Envió a un chico al hospital anoche por no pagar su deuda, es un chico peligroso, agradezco ser su amigo — poniendo el auto en marcha— Los desconocidos no le gustan demasiado, así que no te apartes de nosotros, Blake es demasiado amistosa así que no tiene problemas con él, se toleran.
— OK... Quiere decir que sobreviviré la noche si me quedo cerca ¿Cierto?
— Así es, y los tragos solo los recibirás de Los Diablos, nadie más, ellos te cuidarán.
— Está bien, como digas, no suena difícil.
— Bien, ya que compartí las reglas contigo, nos vamos.
Subió el volumen de la música, prácticamente haciendo estallar mis tímpanos y recorrió las calles con una rapidez que me asustaba, Blake parecía muy entretenida, riendo como desquiciada mientras cantaba esas horribles canciones.
Agradecí a mis interiores que el maldito auto se detuviera, estábamos frente a una casa atestada de personas, muchos repartidos en el patio delantero, otros tantos en el interior, podía oír la maldita música infernal en el interior.
— Esto definitivamente no va conmigo — tomando el brazo de mi amiga— No vendré más a estos lugares, me duele la cabeza y ni siquiera hemos entrado.
— Eres una exagerada, ya te acostumbrarás — rio— ¿Quieres beber algo?
— No puedo, el alcohol tiene demasiadas calorías, el instructor me matará si subo de peso para mi próximo control.
— ¿Qué tiene de malo un par de kilos? Comes pasto todos los días ¿No puedes salirte solo un poco? El vodka nunca me ha hecho subir de peso, la cerveza sí, puedes beber vodka.
Adam nos abrió paso entre el gentío, caminando hasta el final de la casa, donde había un montón de sofás repartidos y chicos sentados en estos.
¿Me está siguiendo ahora? ¿Qué hace aquí?
Esa mirada la recordaría por el resto de mi vida, era la mirada fría de un chico que no dudaría en arrancarme la garganta si decía algo sobre lo que vi anoche, lo que en realidad fue muy poco, pero eso él no lo preguntó.
— ¿Qué te pasó? Te pusiste pálida.
Blake tocó mi rostro con preocupación.
El chico sentado en el centro del sofá principal me observó alzando una ceja ¿Era una advertencia? Supongo que no debía decir nada.
— Ya sabes, solo... no es mi ambiente, me asusté.
Mentí por tercera vez a mi mejor amiga de toda la vida.
— Tranquila, con un par de tragos perderás el miedo — Adam depositó un vaso en la mano de cada una ¿En qué momento fue por ellos? — Es normal la primera vez.
Posó sus manos en los hombros de cada uno, gritando sobre la música.
— Chicos, ella es Jessa, nos estará acompañando hoy, viene como mi protegida.
— Pues ya tienes dos ¿Por qué no me dejas a esa tal Jessa a mí? La cuidaré bien.
Un chico pelinegro, sentado a dos puestos del pelinegro que amenazó mi vida, sonreía en mi dirección, parecía buena persona, pero... ¿Lo era?
— Estarás bien con él, es gay — susurró Adam en mi oído— Será bueno que tengas otra persona directa aquí.
— Entonces ¿Todo estará bien si voy con él?
— Sí, todo bien, no te preocupes.
— Pues confiaré en ti entonces.
Blake guiñó un ojo en mi dirección mientras caminaba hasta el sujeto que hizo un hueco para mí en el extenso sofá, el chico peligroso me observó por breves segundos, desviando su atención al vaso de dudoso contenido entre sus manos.
— Así que tu nombre es Jessa, te ves bastante delicada ¿A qué te dedicas?
— Soy bailarina de ballet — sonriendo incómoda, ni siquiera mi profesión encaja en este lugar— Por cierto ¿Cuál es tu nombre?
— Modales, que estúpido — rio— Mi nombre es Oren, soy el guapo de esta pandilla — tomó mi mano, moviéndola a modo de saludo— Así que ballet ¿Eh? — aguantándose la risa— ¿Usas tutú y todo eso?
— Uso tutú, sí — riendo con él— Y zapatillas de media punta de metal.
— Mierda, eso debe ser doloroso ¿Te lastimas los pies?
— Muy seguido, de hecho, siempre los tengo parchados.
Al parecer, lo pasaría bastante bien si este chico se queda cerca de mí, es agradable, sabe escuchar y no se mofa de mi profesión como esperé que haría, Blake parece divertirse mientras le come la boca a su novio sin pudor alguno frente a todas estas personas, todos ríen, fuman, beben y disfrutan del ambiente sin mayores inconvenientes, si será así de tranquilo... no me molestaría seguir viniendo de vez en cuando.
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COMO SE LOS HE HECHO SABER MUCHAS VECES MIS AMORES, LOS CHICOS MALOS SON TOTALMENTE MI ESTILO, NO PUDE EVITAR ESCRIBIR SOBRE MI SUEÑO DE LA OTRA NOCHE (SÍ, SUEÑO CON CHICOS MALOS) Y SÍ, MIS HISTORIAS SIEMPRE TIENEN UN POCO DE VERDAD EN ELLAS, ASÍ QUE ESPERO DISFRUTEN DE ESTA NUEVA HISTORIA DE CHICOS MALOS, PELIGRO, ROMANCE DEL MALO (Y DEL BUENISIMO), ACCIÓN Y CHICAS SIN TORNILLOS QUE ADORO TANTO.
UN BESOTE PARA TODAS.
NOS LEEMOS PRONTO.
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