Episodio 7
- ¡Mujer, tú estás loca!, Tienes un cuerpo que las mujeres te envidian y los hombres se vuelven locos por ti, Conozco amigas que se han gastado una fortuna tratando de parecerse a ti -
- Pero, Fer, quizás antes, pero ahora -
- Nada de peros!, Isabel eres una "bomba sexual" como dicen los chicos -
- ¡Fernanda, detente!, sé que me estás diciendo eso para hacerme sentir mejor -
- Mila haber detente, eres un ángel caído del cielo si no fueras mi mejor amiga, yo misma te violaría aquí y ahora, Incluso después de tener a Joss tus pechos no perdieron ni textura ni firmeza por eso no me extraña que tu hijo te folle las tetas -
- Pero, Fernanda... -
- Nada mujer, tienes que enfrentarlo y aceptarlo, tú hijo te necesita necesita del amor y consuelo de una madre tú también lo necesitas, abre tus ojos y expande tú mente, sino un día te encontraras sola, sin él, puedes continuar drogándote para dormir y que tú hijo se distancie de ti o, comunicar mejor con él y acercarte a él ayudarlo a crecer junto a ti no lejos de ti -
Me quedé silenciosa pensando sobre las palabras de Fernanda, se sentían justas y lógicas, él es mío y debemos estar juntos, no podría vivir sin él, tampoco me imagino con otro hombre y empezar de cero, solo hay un hombre en mi vida y él es mi hijo Joss, solo que está teniendo los impulsos sexuales de su juventud y yo le tengo que estar cerca y "Ayudarlo" a transitar por esta fase de su vida, quizás la Fernanda tenga razón, tengo que comunicar mejor con él.
- ¡Oh, Fernanda, Fernanda!, No sé que hacer, Estoy tan confundida -
Fernanda me estrechó en sus brazos, apoyé mi mejilla en su hombro y lloré, lloré por la perdida de mi marido, lloré por mi hijo que arriesgaba de perderlo, lloré por mí y mi familia, ya nada era como cuando estaba con mi marido, todo había cambiado, estaba solo mi hijo y yo. ¿Me aceptará o se alejará más de mí si interfiero en su vida?
Fernanda levantó mi barbilla y me dio un beso en los labios, nos hemos besado infinidad de veces y este fue un beso de conforto, para infundirme fuerzas, las iba a necesitar, acaricié la mejillas de Fernanda y vi ese brillo inconfundible en sus ojos claros, es tan apasionada que se le sale por los poros, no pude evitar de volver a besarla, pero esta vez con pasión, sentí un deseo irreprimible de acariciar sus tetas firmes y duras, le saque la remera por sobre su cabeza y me encontré con esos frutos deseados, ella rápidamente desabotonó mi blusa y aflojó mi sujetador dejando libre mis tetas, jugamos a pellizcarnos los pezones como dos niñas, en ese momento se abrió la puerta de la cocina y entro su hijo menor Javier.
- ¡Oh, hijo!, Llegaste más temprano a casa -
Javier- Sí, porque fallo el profe de gimnasia -
- Esta bien, ahora ándate y déjanos tranquilas a mí y a la tía Isabel -
Javier no despegaba sus ojos de mis enormes tetas, yo trataba de cubrirme, pero era una misión imposible, se giró sonriendo y salió de la cocina.
- ¡Fernandaaa! -
- Mila, ellos saben que somos más que amigas. ¿Deberás crees que todas esas noches en el Jacuzzi los chicos estaban durmiendo? -
- ¡Oh, mi Dios! -
Más que avergonzada me sentía sorprendida, no sabía ni que decir ni como reaccionar, no tenía idea de que los chicos nos había observado mientras mi marido, el marido de Fernanda, ella y yo nos tocábamos haciendo nuestra pequeña orgía en el jacuzzi de la casa.
- Sí Javier lo sabe, entonces también mi hijo lo sabe -
- Sí, seguramente lo sabe, pero no le des tanta importancia, cálmate. a todos los hombres les encanta ver a dos chicas juntas y no creo que eso sea diferente con tu hijo, a mis chicos les encanta y seguramente también al tuyo -
Me confundí aun más, Fernanda tomaba todo tan a la ligera y en modo tan simplista, en cambio para mí no era nada de fácil.
- Fer....creo que es mejor que me vaya a casa tengo un torbellino en la cabeza necesito pensar me sobrepasan todos estos eventos.
- Cómo quieras pero no te pierdas te echo de menos -
Me revestí y me fui a casa, cenamos algo ligero con mi hijo y luego nos preparamos para irnos a la cama, había un extraño silencio entre nosotros. En mi mente las palabras de Fernanda resonaban una y otra vez, no quería que mi hijo se alejara de mí, ya había perdido a su padre, no me podía permitir de perderlo a él, mientras limpiaba la mesa y lavaba la vajilla, me armé de coraje y me fui a la habitación de mi hijo.
- Hijo, necesito hablar contigo -
- Sí, imaginé que lo harías -
Me sorprendió su respuesta y por un momento me hizo titubear.
- ¿Cómo? -
- Se trata de lo que pasó ¿Verdad? -
- Bueno, sí -
- No te preocupes, mamá, yo ya lo sabía -
Su respuesta me volvió a confundir y a sorprender, lo quedé mirando un poco perpleja, se veía que estábamos desconectados, no estábamos hablando de lo mismo.
- ¡Espera!, ¿De qué estamos hablando? -
- De tú amiga Fernanda y tú -
- ¡Qué! ¿Qué sabes de eso? -
- ¡Mami! Todo el mundo sabe que tú y ella son más que amigas -
Debe haberse dado cuenta de la expresión de sorpresa en mi rostro, inmediatamente agregó.
- Todos saben que tú y ella son mujeres calientes, son las mamás más caliente de la historia universal -
No pude evitar de sonreírme ante su comentario, también me sentí excitada y halagada por mi hijo.
- ¡Hijo, soy tú madre!, no deberías decir ese tipo de cosas a tú madre -
- ¿Qué? ¿Qué eres caliente? -
Joss sonreía confiado y no cesaba de fijar sus ojos brillantes en mis tetas y piernas.
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