Episodio 1
Esta es una muy hermosa, fogosa y pasional historia de LuciaxJoaquin1 gracias mi querida por permitirme adaptarla.
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Hola soy Isabel tengo 62 años y me considero una mujer sumisa en la cama, me gusta complacer y que me hagan de todo, puedo parecer reservada y mojigata, pero no lo soy, mi esposo se dio cuenta de ello, temprano, en nuestro noviazgo y se posesionó de mi desde el principio.
Ciertamente perder a mi marido fue un duro golpe, es difícil recuperarse de algo tan terrible como la perdida de tu compañero de toda la vida, sobre todo a una joven edad, crees que de alguna manera las noches no serán tan solitarias, pero sientes ese vacío todos los días y todas las noches de tu vida, la cama es demasiado grande para una sola persona, crees sentirlo, olerlo, que te despertarás y él estará ahí contigo, a tu lado.
Es una sensación de soledad y abandono que está en torno a ti cada día, lo quieres de regreso, lo lloras, le pides al cielo que te lo devuelva, pero no sucede nada, sigues sola día tras día, entonces te vuelcas con todo tu afecto que tienes y se lo doy mi único hijo Joss, él es el único que continua a mi lado, es un amor de muchacho, muy cariñoso conmigo, pero él es un ente aparte, él tiene sus amigos, su novia, hay más gente que comparte con él, con su vida, con su intimidad y yo estoy contenta de que así sea, él necesita una vida normal.
Tener a mi hijo a mi lado me mantiene viva también a mí, Joss me recuerda a su padre en muchas maneras y cómo no me va a recordar a su padre si son como casi dos gotas de agua.
Cuando estamos cerca a veces huelo a su padre en él, su voz es similar, su modo de moverse se asemeja mucho al de mi difunto marido, esto me perturba y me molesta pues quisiera a mi José Manuel de regreso.
El otro día lo sorprendí mirándome los pechos, es la primera vez que me doy cuenta de ello, sé que los hombres son así, sé que la mayoría de los hombres me miran pues mi cuerpo conserva mis formas juveniles y soy algo exuberante, mi marido me decía que si tuviera que enojarse por que los hombres me miran, no tendría ninguna amistad con personas de su mismo sexo y no podría salir conmigo a la calle, yo sé que es como una maldición de familia, a todas las mujeres de nuestra familia le ha sucedido lo mismo todas somos agraciadas y afortunadas, la madre naturaleza nos regaló abundantes curvas y un busto fenomenal que aunque me hice la reducción de busto hace unos años quiero que sepan que aún están de buen tamaño y firmes que a más de unos y unas les llama la atención.
De todas maneras, no me tranquilizaba mucho de que mi muchacho me mirara de ese modo, me sentía incomoda con sus ojos en mis muslos desnudos o en mi escote pronunciado, esas miradas las debía conservar para su novia, no para mi que soy su madre.
Mi amiga Fernanda tiene dos hijos más grandes que mí Panchito, seguramente ella tiene más experiencia que yo, tengo mucha confianza en ella, somos amigas desde el colegio y también nos consideramos cómo hermanas, aunque no somos de la misma mamá pero hermanas del alma si y también nos gusta estar cerca, así que decidí comentárselo a ella, ella tiene esa belleza, sus cabellos rizados, ojos cafés, su cuerpo es bello como el mío y no ha perdido tonicidad incluso después de sus dos partos, su hijo menor es Javier, es muy amigo de mi hijo pues tienen solo un año de diferencia, en cambio Manuel está en su edad adulta y está ya en la universidad, así que su circulo de amigos es diferente .
Me sorprendió mucho que Fernanda considerara del todo normal que mi hijo me mirara en forma carnal, mirando mis piernas y mi busto, me dijo que a ella le sucedía lo mismo y que eso es innato en los hombres, todos se comportan de la misma manera, desde el niño más pequeño, hasta el hombre adulto y abuelo, todos tienen en su ADN eso de andar mirando a la mujer, a cualquier mujer, como una hembra, no es que tengan segundas intenciones, es natural en ellos, son básicos, es su naturaleza.
- ¡No!, Mila querida, estás viendo esto de una manera equivocada - Me dijo posando la palma de su mano en una de mis piernas, estábamos sorteando un traguito de vino cómodamente sentadas en su living.
Continúo diciendo - Los hombres son como niños y tienes que ver a tú hijo en ese sentido, no tienes que ver a tú hijo en modo diferente, él es como cualquier hombre, tú eres una hermosa mujer y él en su naturalidad lo percibe y sus ojos se van a las cosas atractivas que tú tienes, no puede evitarlo, su cerebro instintivamente se lo ordena.. - hizo una pausa - ..Aparte que mírate un poco al espejo, eres una mujer preciosa, es natural que tú hijo te mire de esa forma -
- ¡Pero es mi hijo!, ¿Cómo lo haces con los tuyos?, ¿También ellos te miran? -
- ¡Por supuesto que me miran!, Y si tú le das mucha importancia al hecho, lograras solo perturbar a Joss y no quieres eso verdad?, el te considerará algo prohibido y más te acechará, no tienes que esconderte de él, se tu misma, agradécele por mirarte y encontrarte atractiva, es más.....¡ayúdalo! -
Lo que acabo de decir me dejo en shock - ¿Cómo?, pero Fernanda, ¡Ayudarlo!, ¡Estás loca!
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