capítulo 98

—Madre — dijo el şehzade Demir viendo a Dilaşud

—Hijo mío ven aquí—  sonrió ella— ¿deseas algo?

—¿Puedo ir a jugar con hermano Mustafa ?

—Claro que si, ve con  Orhan y Mehmet-— acaricio su rostro y luego miró a sus hijas — usedes vayan a los baños iremos a dar un paseo al jardín

—¿Cuando le dirás que no eres su madre?— dijo Handan

—No lo se — susurró con tristeza

—¿Esperaras ha que este más grande?— dijo Dilruba

—Si, es lo mejor, mientras tanto sigamos con el plan para deshacernos de la Bruja maldita de Halime—  dijo Dilaşud con odio

—Hay que hacer que su majestad la exilie, la valide esta de nuestro lado— dijo Handan

—Lo se, pero no quiero que la valide se canse con nuestras peleas

—Pronto tu lo serás y tienes que tomar todas las medidas, si por mi fuera Halime estaría muerta desde que mando a matar a nuestros hijos en mi vientre — dijo Handan con odio

—Créeme ella morirá por lo que hizo, el hecho de que la valide le quitará a sus hijos por precaución le hace mas peligrosa— cayó al ver a la pequeña Mahidevran  y al pequeño Murad 

—Madre—dijo Mahidevran, ella siempre la había considerado su madre desde que Halime le había gritado que la odiaba

—¿Que pasa mis pequeños? Por que no están sus hermanos— los miró

—Halime hatun le grito a Mahidevran de nuevo—dijo Murad

—Que te dijo mi ángel— el toco rostro de la niña de doce años

—Que yo solo era tu hija por lástima, que no eras mi madre — sollozo

—Soy tu madre aunque no hayas nacido de mi —dijo Dilaşud besando su cabeza—no le crean nada

—Sabemos que ella es nuestra madre— dijo Murad sorprendiendo a las tres mujeres presentes—pero no a la madre que queremos para amar, pues ella odio a Mahidevran desde el momento en que nació y desde el momento que le dijo que era una maldición.

—Los amo—susurró abrazandolos— Mahidevran ve a los baños con tus hermanas y tu Murad  ve con tus hermanos al jardín el gran visir les ayudará con las espadas

—Entendido madre—dijo Murad

—Sultanas—dijo Mahidevran y ambos hicieron reverencia para luego salir

—Es lo que hablo, Halime tiene que pagar por la muerte de Hümaşah  y por el odio que le tiene a esos niños— dijo Dilruba

—Ya veremos que hacer—  susurró Handan




—Que bueno que está aquí madre sultana —dijo Esther Hatun—  la esperan

—Que bien, necesito escuchar sus quejas —dijo sentándose en el diván y escuchando a los pobladores








Los años pasaron y con ellos la vida de la valide se iba poco a poco, Zeynep Hatun su fiel sirvienta y amiga la ayudo a escribir un libro el cual sería esparcido por todo el mundo.



El día tan esperado para la valide Llegó, logró reunir a todos sus nietos,hijas, hijos y viejas amigas en un mismo lugar, los años se notaban para la que una vez fue el gran amor del sultán Orhan, la valide ya tenía su cabello blanco, su rostro denotaba unas pocas arrugas pero su corazón seguía fuerte como el primer día.


En el lado derecho de la gran mesa que estaba en el jardín estaban todos su nietos, veinticuatro en total, seguido de sus madres, del lado izquierdo estaban todos sus hijos y las dos hermanas que quedaban vivas del sultán, Özlem sultán y Raziye sultán, junto a Şah sultán su otra fiel amiga, lastimosamente los años se habían cobrado la vida de la que alguna vez fue la niña que rescató, Nilüfer Hatun había fallecido de una rara enfermedad, Zeynep kalfa su fiel amiga estaba de último en uno de lo cojines, ella ya era parte de la familia. Ese día rieron como una familia normal, hablaron como  una familia normal y sobre todo olvidaron por un momento el dolor de cabeza que el imperio traía consigo.


Días después la valide pudo hablar con sus nietos a solas y al fin les pudo contar a ellos y a sus madres la historia de la gran Atike sultán.



















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