|Sorbet Y Gelato| Parte 2 (GELATO)

año 1991 – 18 años

La silenciosa criada le acomodaba la corbata a un Gelato que hace unos días cumplió su mayoría de edad, éste miraba con nostalgia el enorme jardín de la mansión a través de los grandes ventanales, mientras recuerdos de hace 7 años rondaban su cabeza.

–Narra Gelato

Parece mentira que únicamente hayan pasado 7 años, desde que le perdí siento que mi vida ha pasado como una noche, en la cuál te despiertas a mitad de la noche, y te vuelves a dormir, teniendo una pesadilla hasta que despiertas y te agrada que lo que habías vivido no era real, despertándote y siguiendo adelante ignorándolo.

No puedo creer que ni siquiera supiese el nombre de ese niño pelinegro, quiero decir, nunca hablamos, y tampoco creo que tuviéramos necesidad. Aún no consigo asimilar mi relación con él... era demasiado extraña, pero me hacía sentir bien, además fue la primera vez que por fin me sentía con un poco de libertad. Y a pesar de haber crecido tanto y madurar, le sigo echando de menos, no me gusta pensar mucho en él, supongo que será porque quiero esconder ese "yo" que sólo él conocía, y realmente no sé por qué exactamente, no sé si sería porque estoy avergonzado de él, pero mentiría si dijera que no me gustaba la sensación de sentir la desesperación de ese animal medio-muerto... Quizás lo escondo porque sé que no sería nada bueno sacarlo, no estoy en una buena situación para ser yo mismo, espero que eso cambie, pronto o tarde, no tengo prisa ninguna.

En cuanto a reencontrarme con Sorbet... Me pregunto si debería seguir pensando en eso. A pesar de hacer uso de todos mis medios, no he encontrado nada de él, quizás podría estar muerto. Pero siempre que intento deshacerme de su recuerdo siempre me pasa lo mismo, siento que me lleno de determinación y que algún día le volveré a ver, lo cual me lleva a pensar si, si eso fuese posible, cómo es que habría seguido adelante, y si habrá cambiado tanto que no le reconozca.

Desearía volver a encontrarme con él... Tendría tantas cosas que contarle, siento que él es la única persona que podría entenderme de verdad, y sólo me cierto a esa posibilidad, he pasado por psicólogos, unos más profesionales que otros y nunca he sido capaz de expresarles mis sentimientos, siento demasiado miedo a ser juzgado por la gente. Por lo que me cierro, y eso ocasiona que nadie realmente sabe cómo me siento y por lo que he tenido que pasar.

Siempre he pensado que estoy solo y que nadie puede ayudarme comprenderme, que nunca me sentiré cómodo siendo yo mismo con otras personas. Y él fue la excepción.

Quizás tengo demasiado anclado en mi mente el Sorbet que conocí con 10 años, y quizás el Sorbet con 18 años no sea el mismo. Aún no consigo superar la última vez que lo ví, con el rostro cubierto de lágrimas mientras corría a un lugar donde nadie le viese.

Tuve problemas para salir adelante, demasiados, pero me alegro de haber encontrado una forma. Ahora solamente tengo que esperar hasta la charla, pronto son las elecciones, y cómo es típico, mis padres darán una charla, ellos no saben que yo participaré, esperan que sólo esté observando mientras pasa el tiempo, pero planeó hundirles cueste lo que cueste, tantos años preparándome para este momento no serán en vano.

año 1984 – 11 años

Aún me cuesta asimilar todo lo que ha pasado, desde que se fueron, lo único que he hecho es estar encerrado en mi habitación asustado. Es demasiado tarde, como las doce de la noche, y debería dormir, lo cuál he intentado, pero tengo mi mente demasiado ocupada.

En mi mente, sólo puedo pensar en cómo observaba a ese niño desde la escalera, el cuál estaba llorando, al igual que yo, escapar de la escena. Yo sin pensarlo demasiado fui tras él a pesar de las quejas de mis padres. Me sentía desesperado, la idea de perderle castigaba mi mente. Lo peor de todo era que nunca le alcancé, mi Padre me agarró fuerte y no me deja avanzar. Después de ahí, sólo recuerdo una imagen borrosa de él corriendo sin mirar atrás mientras sentía lágrimas correr por mi rostro además de sentir como mi cintura empezaba a doler por los forcejeos de querer escapar de mi padre, además de las heridas que me ocasionó con su cinturón.

Desde ese momento, llevo aquí, en mi habitación, ni siquiera he salido para cenar. No quiero hablar con nadie, y mucho menos, con mi padre. Su presencia ahora mismo me resulta tan impredecible que me asusta, no quiero pensar en lo que haría si estuviese delante de mí porque me llenaría de rabia y ni yo sabría cómo reaccionaría.

Llevo un buen rato pensando en salir por mi cuenta. Sé que es de noche, toda la gente de mi casa está en sus respectivas habitaciones y que las puertas de salida y entrada están perfectamente cerradas, pero sentía la necesidad de disfrutar de la atmósfera de ese lugar oculto donde iba con él.

Tenía la suerte de que mi habitación se encontraba en el primer paso, a poca altura del suelo, y tenía una ventana grande en mi cuarto, que se encontraría como a 70 cm del suelo. Por fin me sentía decidido, así que me dirigí a la ventana y salté hacia el suelo, cuidadosamente pillé la cortina entre el interior de la habitación y debajo de la ventana, para prevenir que se cerrase. Hacía viento por lo que corría el riesgo de que se cerrase, y una vez ocurrido eso no podría abrirla de nuevo.

A pesar de que fuera de la mansión no corría riesgo de ser encontrado, me dirigí cuidadosamente hacia ese misterioso lugar que tanta nostalgia me traía de sólo un año.

Parecía mentira lo tranquilizante que me resultaba, era un lugar abandonado que daba la sensación de que sólo yo y ese otro niño conocíamos. Ese niño... es otra cosa aparte. A pesar de sentirme tan conectado con él, nunca supe ni siquiera su nombre. Desearía reencontrarme con él y hacer todas las cosas que no hicimos, contarle sobre mis padres y su corrupción, cómo me siento sobre ellos, mis sentimientos, cómo ellos me reprimen, y también me encantaría escuchar sobre él.

Pero ni siquiera sé su nombre.

No tengo ni idea de qué haré. Por el momento, me alejaré de todo. No tengo ganas de relacionarme con nadie, y no creo que me sirviese para nada.

Siento que podría estar en este lugar una semana entera llena de serenidad. El cielo está claro por lo que se pueden observar todas las estrellas perfectamente. Además el clima es perfecto, no es caluroso ni frío, sólo a veces se siente una ligera brisa reconfortante

Cuando me puse en pie, observe un aparato cerca de la entrada que conectaba este lugar con un bosque, me llamó la atención así que me acerqué y observé que era un radio casette, y a su lado se encontraban varios casettes, que supongo serían de música, ya que parecían ser de un grupo llamado "KISS". A pesar de estar tirados en la nada, se veían en perfecto estado, así que me lo llevé conmigo.

Cuando volví a mi habitación, tranquilamente introducí el pimer casette que vi de entre unos 10 y así fue como me quedé toda la noche en mi habitación escuchando esa música y descubriendo ese grupo.

año 1990 – 17 años

Narrador Omnisciente

Gelato se pasó seis años enteros sumidos en la desesperación, se volvió más cerrado de lo que ya era con la gente, evitaba relacionarse con la gente cuando no era muy necesario, no comía con su familia, sino que se llevaba su comida a otro lugar porque no les soportaba. En unas semanas Gelato llegó a sentirse como alguien inexistente para la gente de su alrededor. Sus compañeros de clase continuamente se olvidaban de él y lo excluían, y su familia ya ni siquiera le prestaba atención.

Además, algunos de sus compañeros de clase empezaron a portarse mal con él, no era algo muy grave, sólo al ver como no mostraba emociones ni tenía amigos casualmente le lanzaban bolas de papel en mitad de una clase o le decían alguna broma de mal gusto pero no era nada realmente molestoso para él.

Sin embargo, al ver cómo sus bromas eran continuamente ignoradas, lentamente agravaron el acoso hacia el rubio. Pasaron de hacer continuas pequeñas bromas a cosas como encerrarle todo el horario escolar en los baños más de una semana y culparle de acciones que ellos mismos realizaban, las cuáles le provocaron un mal rendimiento escolar y cuando su acoso alcanzó poco más de un año llegaron a inflingirle daño físico diariamente, y por si fuera poco, hicieron un plan para culparle de situaciones graves que ellos mismos hacían para así expulsarle.

Si ya sus padres perdieron tenían poco interés en su hijo, la expulsión fue la gota que colmó el vaso, llegaron hasta a odiarle, y con el tiempo ni siquiera llegaron a hablar.

–Narra Gelato

Dios mío... ¿En qué momento llegué a esta situación? Pensaba que ya tenía suficiente con soportal el dolor de perder a mi compañero... Pero no me esperaba llegar a ser tratado así. Si no me gusta hablar con nadie es porque sé que no entienden cómo me siento, y si lo supieran probablemente se convertiría en algo en mi contra. Pensaba que si intentaba vivir mi vida solo, sin involucrarme con otras personas, sería suficiente para poder soportar mis años de vida, pero las cosas se complicaron demasiado. Ahora es algo que ha terminado afectándome demasiado. Sólo me encuentro tranquilo cuando estoy en mi casa, y aún así siempre me encuentro sumido en un vacío del que parece que nunca voy a salir.

Podía soportar que me hiciesen bromas y se burlasen de mí, hasta recibir algún que otro daño físico, que era lo que hicieron durante los primeros... ¿cuatro años quizás?, realmente no recuerdo bien cuando empezó todo esto y mis recuerdos son difusos, pero de los últimos años siento que cada vez mis heridas son más profundas, hay veces que me cuesta parar de sangrar y el dolor es interminable, además de volver a otros compañeros míos en mi contra, como si no tuviese suficiente con ellos tres.

Mi vida fuera de mi hogar es diariamente recibir golpes y ser molestado bruscamente.

Narrador Omnisciente–

Cuando la expulsión de Gelato llegó a su fin, sentía cómo sus sentimientos de cobardía e incertidumbre se desintagraban lentamente. Había tenido todo el tiempo justo necesario para reflexionar desde su expulsión. Ya no se encontraba con temor a encontrarse con los culpables de sus heridas físicas y mentales, de hecho, estaba bastante seguro de lo que haría si se los encontraba.

Gelato sentía su corazón lleno de rabia, se había pasado esos dos años enteros sumidos en la oscuridad y por fin eso cambiaría. Su anterior yo de quedaría en algo del pasado que sólo se quedaría en su memoria para la reflexión.

Volviendo del colegio, se encontró con ellos, se dirigieron a él con tono burlón preguntándole cosas de la expulsión y similares. Se encontraba en el típico parque donde siempre le molestaban, aprovechando cómo los árboles tapaban la vista con el exterior para no ser descubiertos por otra gente que podría meterles en problemas.

Gelato no dudó en lanzarse hacia ellos con un ataque limpio cuando vio la oportunidad, a pesar de ser tres, en cuanto a fuerza gelato les superaba aunque no lo pareciera, así que se aprovechó de esa ventaja, golpeando con sus rodillas al líder de los otros dos acosadores y robándole una cuerda que ellos mismos iban a usar para atrapar al rubio en ese escondido lugar, atando la cuerda a las dos manos del chico hacia un árbol para impedir que se moviese. Seguidamente agarró del cuello a los otros dos apretandoselo muy fuertemente contra la pared, los cuales no tardaron en desmayarse.

Acto seguido se dirigió hacia el líder quién había observado como sus dos compañeros caían al suelo sin vida y se encontraba asustado, porque a pesar de haber presenciado esa horrible escena observaba como al niño al cuál había Estado molestando por seis años se acercaba a él con una sonrisa dibujada en la cara. Le esperó el mismo destino que sus difuntos compañeros.

Nunca nadie supo nada sobre la muerte de los tres pequeños, Gelato siguió viviendo su vida tan normal como siempre lo había intentando, pero esta vez había madurado, y se propuso buscar a su compañero perdido.

______________________________________

Gelato se pasó mucho tiempo investigando profundamente por todos los medios que tenía a su alcance. Su idea principal era buscar a la familia que les sirvió, él sabía que no podría preguntarle a su familia algo así, pero aún así se acordaba de su apellido, y solamente eso le daba fuerzas cada día a Gelato para seguir recopilando información.

Día y noche buscando todo tipo de información, desde noticias del día que le vió por última vez hasta investigar información de la situación de las personas que trabajan o trabajaban el sector primario.

Su determinación era increíble, la cual estaba alimentada por el pensamiento de querer escapar de su insufrible vida. A veces se desanimaba, pero luego volvía a reflexionar sobre todo lo sucedido y se alimentaba de esos deseos que mantenían viva su ambición.

Tardó poco más de medio año en encontrar algo útil. Descubrió que esa familia abrió una pequeña tienda cuyos productos no eran muy diferentes con los que trataban cuando tenían su trabajo en la granja. Sin embargo, sólo sabía que esa tienda existía y que se encontraba en su ciudad, pero eso le llenó de esperanza.

A partir de ese día, se paseaba todas las tardes por la ciudad buscando esa tienda con la única pista de su aspecto y nombre.

______________________________________

Estaba anocheciendo y el asfalto estaba húmedo, ya que recientemente llovió, dejando un suave y frío olor por cada pisada.

Gelato sentía cómo su corazón se llenaba de una reconfortante sensación al observar el letrero que tenía bordado el apellido de la familia que buscaba, se podía decir que había alcanzado lo que tanto tiempo había estado buscando.

Antes de entrar a la tienda, se colocó mejor la bufanda y bajó un poco su cabeza, no quería que le reconocieran, porque sabría que complicaría demasiado las cosas. Aún así tenía suerte de ser más alto que la media de su edad, y junto con su ropa camuflandose, parecía más mayor de lo que era.

Entró hacia la tienda cabizbajo. Un hombre le saludó, preguntándole que quería.

—Vengo a preguntar por... su familia —Intentó camuflar un poco su voz haciéndola un poco ronca—.Tienen... tres hijos, ¿verdad?

—¿No cree que esto es un poco extraño? Viene aquí, vestido de forma sospechosa, como si intentase esconderse de algo, y pregunta en nuestra humilde tienda sobre nuestros hijos —Gelato bajó la cabeza, un poco avergonzado, pero pensó rápido, y si la persona a la que buscaba era insoportable para su propia familia, se le ocurrió una idea.

—Estoy buscando a unos de sus hijos porque ha cometido un crimen de robo. Tengo poca información, pero su edad constaría de unos 17 años y tiene el pelo negro, además de tener el apellido Palmieri. —Gelato suspiró suavemente, esperando que le creyesen y no notaran que estaba nervioso observando cómo sudaba y miraba para abajo y a veces para adelante con los ojos entreabiertos.

—Si habla sobre Isacco Palmieri, el cuál supongo será, ya que en mi familia sólo tenemos el pelo negro yo y mi hijo mayor, y no aparentamos 17 años ni ninguna edad cercana, ya se puede ir olvidando. Se escapó de nosotros hace como seis años, y no lo hemos vuelto a ver, y ciertamente tampoco es que queramos. Para nosotros, él está muerto.

—Yo...ya veo. Siento molestar. —Fue pronunciar esas palabras y rápidamente abrir la puerta para irse.

Gelato no sintió sus esperanzas desintegrarse, sino que las palabras del hombre alimentaron su mente, proponiéndose una nueva idea que hasta ese día no se propuso hacer.

Esa misma noche, la familia con la que recientemente habló, fue asesinada brutalmente. Gelato, al leer la noticia, sonrió y sintió una agradable sensación recorrer sus pensamientos.

______________________________________

año 1991 - 18 años

Narra Gelato

Los medios controlan al mundo. El mundo controla los medios.

Esperar un año, es lo que menos me ha costado. Estoy a punto de revelar todo lo que mi familia no quiere que se sepa en su charla, ya que pronto serán las elecciones, y ellos no tienen ninguna idea. Creen que me quedaré quieto como siempre, reprimiendo mis deseos.

Les voy a destrozar, finalmente. Estoy totalmente seguro de que mi plan va a funcionar. Tengo todo tipo de información que confirmarían toda la corrupción que escondían.

Y además, mi padre es el favorito, por lo que todo será al fin desvelado, y tengo la confianza en que saldrá en todos lados.

Periódicos, televisión, internet, entre la boca de otras personas...

Los medios controlan al mundo. El mundo controla los medios.

______________________________________

Distanciado del lugar de la charla, se encontraba Sorbet, quién estaba desesperado por salir inocente de su juicio, y acudió, como última opción, a lo que sería la salvación de los dos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top