Capítulo XIII: Aferrarse.
—Wei Wuxian, ¡despierta! El emperador está aquí —Wen Qing sacudió a Wei Wuxian, quien dormía cómodamente entre sus sábanas y almohadas hechas un desastre gracias a que el hombre no podía dormir y estar quieto al mismo tiempo.
Molesto por ser despierto con poca gentileza, él escondió su rostro entre sus almohadas.
—Ya voy, ya voy —pese a sus palabras, no hizo ningún esfuerzo por moverse de su cama. Wen Qing gruñó viéndole, tomó una de las almohadas y lo golpeó con ella—¡Ah, Wen Qing!
—¡Levántate! —lo volvió a golpear, y mientras no lo hiciera, ella lo seguiría golpeando. Wei Wuxian se dio cuenta, así que se sentó al mismo tiempo que trataba de evadir los golpes de su amiga.
—Señorita Wen —de repente, se escucharon risitas bajas, eran de Luo Qingyang. Al escucharlas, Wen Qing dejó la almohada en su lugar y, aterrada, se dio vuelta.
Oh, estaba muerta. ¡Lan Wangji estaba allí, mirándola golpear a su concubino favorito!
Sin embargo, Lan Wangji estaba lejos de siquiera reprenderla. Ver a Wei Wuxian ser un quejoso al tener que levantarse le llenó el pecho de ternura. Se imaginaba a sí mismo tratando de despertarlo, quizá sin los golpes con almohadas.
—Huang-Huangshang —tartamudeó Wen Qing y bajó la cabeza. Aun así, pudo ver la mano de Lan Wangji alzarse para detenerla.
—Pierde cuidado. Puedo ver que Wei Ying es un amo difícil de manejar —ante eso, Wei Wuxian despertó por completo.
—¡Lan Zhan! ¿Cómo puedes ponerte de su lado? —viendo que el sueño había abandonado el cuerpo de Wei Wuxian, Lan Wangji se acercó a la cama.
—Pueden retirarse —les dijo a las dos mujeres, y ellas obedecieron en silencio. Wei Wuxian vio a Lan Wangji sentarse a su lado en la cama con curiosidad.
—¿La junta terminó? ¿Qué dijeron los ancianos? —Wei Wuxian había querido esperar a Lan Wangji, pero a medida que la noche seguía su curso y Lan Zhan no regresaba, Wei Wuxian decidió irse a dormir. No creyó que la junta tardaría mucho, y el hecho de que haya sido así lo alarmó. Seguramente el consejo le dio muchos problemas.
—Como dije, ellos entendieron. Traicionar y robar al imperio son crímenes graves, saben que fui misericordioso —tomó sus manos. Por inercia, estas se comenzaron a acariciar entre sí, acostumbradas a demostrar su amor por medio de caricias.
—Pudiste tomar su vida —en realidad, pudo tomar la de Yao Qingshang igualmente, pero Lan Wangji los perdonó a ambos. Darles el exilio era su manera de salvarles.
—Mn —con eso de lado, Lan Wangji estaba ansioso por anunciar el otro tema que se tocó en la junta—Wei Ying, necesitas embarazarte pronto —así que lo dijo sin advertencias.
—¡Lan Zhan, ¿cómo puedes decir algo así tan de repente?! —además, eso era algo que ya sabía. Y no entendía por qué todavía no lo estaba. Lan Zhan y él cultivaban bastante, con mucha frecuencia. Ya debería estar embarazado.
—Wei Ying, escúchame, el consejo y yo llegamos a un acuerdo. Quien sea que me dé a mi primer príncipe será mi emperatriz —Wei Wuxian se tomó algunos segundos para entender lo que Lan Wangji había dicho.
¡Esta era una oportunidad invaluable!
Y Lan Wangji lo sabía junto a Wei Wuxian.
La sonrisa que apareció en el rostro de Wei Wuxian fue enorme y brillante, esto contagió a Lan Wangji de su entusiasmo. Rápidamente, las manos del concubino atraparon las túnicas del emperador.
—¡Lan Zhan, Lan Zhan! —no encontraba las palabras para explicar la felicidad que esa frase le dio. Pensó en intentar una vez más –muchas veces en realidad– acostarse con Lan Wangji hasta que no hubiera ni una mínima duda de que estaba embarazado—¿Ya te bañaste? ¡Debemos aprovechar esto!
A Lan Wangji le gustó la idea. No queriendo perder tiempo en pequeñeces, tiró de su amado hasta tenerlo en sus brazos. Wei Wuxian gritó por la sorpresa, mas luego comenzó a reír debido a la demostración de arrebato por parte de su emperador. No hubo necesidad de más palabras, Lan Wangji fue a por los labios que le daban un motivo para vivir cada vez que se encontraban.
Perderse entre el tacto de Wei Wuxian era una caricia en el alma, una luz que llenaba de vida sus días y un frenesí que hacía latir su corazón en la más pura adoración. Lan Wangji daría todo por estar siempre de esta manera junto a su alma gemela.
Wei Wuxian tomaba todo de su ser y le entregaba un poco del suyo con cada beso. Sus manos mimaban a Lan Wangji, cumpliéndole el capricho de tenerlas por todo su cuerpo. Que no hubiera ni un solo rincón que Wei Wuxian no hubiera tomado como suyo o marcado con sus uñas como evidencia de su tiempo juntos, porque Lan Wangji estaba dispuesto a darle eso y más.
Lan Wangji dejó caer a Wei Wuxian en la cama con finura. Al levantarse para posicionarse encima, Wei Wuxian comenzó a abrir sus túnicas para deshacerse de ellas. Viendo esto, Lan Wangji siguió su iniciativa.
—Tu cinta, dámela —como era una costumbre, Wei Wuxian la pidió porque el no tenerla mientras unían sus cuerpos lo hacía sentir incómodo. Como si fuera un pedazo de Lan Wangji que no estuviera bajo su posesión, y eso no lo iba a permitir.
El corazón de Lan Wangji se expandió por el amor que sintió invadirlo. Wei Wuxian pidiendo su cinta... casi lo hacía confesarle lo que en verdad significaba. Pero, ¿cuántas veces Wei Wuxian no copió las reglas? ¿Cómo era que no sabía? A menos de que estuviera ignorando el significado...
El mero pensamiento de eso le rompía el corazón, mas, si eso resultaba ser así, sus acciones serían contradictorias. No podían pasar momentos como los que vivían y no aceptar lo que su cinta significaba, no creía que Wei Ying tuviera un corazón tan cruel como para tratarlo de esa forma tan despiadada. Su Wei Ying no era así, él lo sabía.
Amarró su cinta en la muñeca de Wei Wuxian, y el concubino la miró con plenitud.
—Tenemos que esforzarnos, ¿si, Lan Zhan? Debo ser yo quien te dé ese primer bebé —Wei Wuxian no comprendía que estaba dejando salir sus verdaderas intenciones con sus palabras. Donde su mente quería interponer barreras a causa de sus miedos, su corazón se encargaba de expresarlo sutilmente.
—Mn —escucharlo hablar de esa manera hacía cosas dentro de la mente de Lan Wangji. Pintaba una imagen ensoñadora de un futuro donde Wei Ying y él tenían una enorme familia.
Niños a los cuales llamarían hijos. Quienes en cambio les llamarían padres.
—Seré tu emperatriz, no puede ser de otra manera. Seré Huang'hou Niang Niang —Lan Wangji se quedó sin aliento. Eso sonaba muy bien. Demasiado bien—Seremos Huangshang y su Huang'hou.
Emperador y emperatriz. Su único esposo oficial, sus hijos serían los herederos legítimos.
—Sí, Wei Ying —Wei Wuxian adoraba cuando Lan Wangji aceptaba la idea de su futuro juntos, gobernando lado a lado. Le hacía sentir que alguien realmente lo quería consigo durante toda una vida, que tenía un lugar en donde sembrar sus semillas para dejarlas crecer.
Lan Wangji no lo veía como un hombre roto, huérfano y desolado como todos lo hacían. No había miradas de pena por perder la gloria. En su lugar, él lo miraba con el siempre creciente fervor hacia el deseo de la familia que ambos podrían llegar a formar.
Que formarían. Porque eso era exactamente lo que Wei Wuxian y Lan Wangji intentarían las veces necesarias.
—¿Me imaginas embarazado? —desnudos en cuerpo y alma, Wei Wuxian y Lan Wangji se acomodaron en la cama.
—Wei Ying sería hermoso con un hijo dentro —respondió en completa sinceridad. Wei Wuxian quiso llorar.
—¿Y te imaginas a nuestros bebés, Lan Zhan? Pequeños Lan con sus adorables cintas, corriendo por todo el palacio —Wei Wuxian debía callarse, porque si seguía llenando la cabeza de Lan Wangji con esas hermosas imágenes, no saldría de su habitación por toda una semana.
—Hermosos como Wei Ying —aseguró, y sabía bien lo que eso causaría. Así que lo anticipó con una sonrisa.
Sin ninguna sorpresa, el rojo se apoderó del rostro de su mayor adoración.
—S-Serán tus hijos igualmente, también serán hermosos —Wei Wuxian disfrutó de ver el carmesí llenar las orejas de Lan Wangji. Eso le enseñaría.
Lan Wangji tomó el tarro con ungüento que aguardaba debajo de la cama. La acción de untar sus dedos en el producto causó una explosión de lujuria en Wei Wuxian, porque anticipaba lo que estaba por pasar.
Pronto, ambos cuerpos se unieron en una familiar sensación. Wei Wuxian abrazó a Lan Wangji por el cuello y a fin de esconder sus gemidos, mordió su hombro. El cuerpo del concubino recibía fácilmente al emperador, pues hacía tiempo que dejaron de ser ajenos.
—Lan Zhan... Lan Zhan —el nombre saliendo de los labios del concubino no podía moderar su tono; de innegable placer y satisfacción—Sí, Lan Zhan. Más fuerte, un poco más fuerte —el emperador obedeció.
De esa manera, Lan Wangji golpeaba consistente y vigorosamente el punto dentro suyo que lo hacía gritar de placer.
—Wei Ying... —y cada vez que lo hacía, el cuerpo de Wei Wuxian apretaba el pene de Lan Wangji de una manera deliciosa.
Lan Wangji notó que el pene de Wei Wuxian comenzó a dejar salir el semen del concubino, y este mismo pareció no notarlo, estaba tan hundido en el placer que no se percató de cuándo se corrió. Bajó su mano hasta allí y recogió el líquido espeso con sus dedos, luego lo usó para esparcirlo por la extensión del pene de Wei Wuxian. Usándolo como lubricante, comenzó a masturbarlo, sabiendo de sobra que la zona estaría sensible luego de su orgasmo.
Se enfocó en la punta, apretándola con dos dedos y acariciándola como alivio del estímulo.
—Lan Zhan~, tenme compasión —lloriqueó—Estoy sensible de las últimas veces.
No recordaban cuántas veces fueron hasta el momento, Lan Wangji perdió la cuenta luego de cuatro. El cuerpo de Wei Wuxian ya había recibido su semilla varias veces, al punto de que al entrar en él, sonaba con un vulgar sonido que los hacía sonrojar a ambos.
—Eres tan bueno, esto es tan bueno —jadeó. Creía que estaba diciendo incoherencias. Ambos se tomaron en serio el hecho de intentar, era increíble el nivel de aguante que tenían.
El imperio se llenaría de herederos si continuaban así.
—¿A Wei Ying le gusta cuando lo tomo? —Lan Wangji se inclinó para estar a la altura del rostro de su amado—¿Cuando su cuerpo me recibe con tanta facilidad? No me toma ningún esfuerzo entrar.
Wei Wuxian gimió más fuerte. ¿Lan Wangji lo estaba llamando fácil?
—No es como si Wei Ying tuviera opción —se separó al notar que Wei Wuxian movió su rostro para besarlo. El otro gimoteó en protesta. Lan Wangji tomó los tobillos y los alzó, teniendo control de las piernas de Wei Wuxian, las abrió lo más que sus brazos pudieron—Yo soy tu emperador, tu cuerpo me pertenece.
Los ojos de Wei Wuxian centellaron en emoción, la forma en la que Lan Wangji le estaba hablando era como un elixir que despertó sus sentidos en delicia.
—Puedo tomarte cuando yo lo desee, estás a mi disposición —soltó un tobillo para entonces pasar a tomar el pene de Wei Wuxian otra vez.
—¡Sí, Lan Zhan! —gimió alto, dándole la razón.
—No puedes negarte —Wei Wuxian negó con la cabeza mientras sonreía. No, no pensaba que jamás podría negarse a estar con Lan Wangji—Eres mío. Tu cuerpo y alma son míos.
—Tuyo, tuyo por completo —sus energías intensificaron la conexión, reaccionando a los sentimientos de sus dueños.
—Siendo así, si eres mío, yo también soy tuyo —e incluso si no fuese de esa manera. Su corazón desde hacía mucho tiempo dejó de pertenecerle, había sido arrebatado por una risueña existencia. Se rindió ante la belleza de su ser.
Se siguió moviendo dentro de Wei Ying, estaba cerca de terminar. Lo podía sentir, así que, se rebajó hasta el pecho de Wei Wuxian. Pronto fue atrapado por sus manos.
—Mío, mío —susurró entre gemidos, poniendo sus manos sobre el níveo rostro angelical—Mi Lan Zhan, mi emperador.
—Mn, tuyo, Wei Ying —recibiendo la confirmación, Wei Wuxian sonrió. Se besaron por instinto, porque siempre necesitaban hacerlo.
Wei Wuxian se aferró a Lan Wangji cuando este aumentó la velocidad y fuerza de sus movimientos.
Lan Wangji se detuvo al sentir que su orgasmo comenzaba. Se introdujo inclusive más –si era posible– para no permitir que nada se desperdiciara. Si querían tener bebés, era mejor asegurar la concepción.
Wei Wuxian sintió eso. A Lan Wangji llegando más profundo y depositando su semen dentro suyo, y la abrumadora sensación de sus energías uniéndose y abrazándose a sí mismas hizo que sus pies se encogieran en placer y deseo mientras sus manos empujaban la espalda de Lan Wangji para que sus pechos se unieran lo más posible, ansiando unir las palpitaciones de sus corazones.
Luego de que el momento de éxtasis se esfumase gradualmente, Lan Wangji se elevó de nuevo para comenzar a mimar a Wei Wuxian, pasando sus nudillos por el rostro divino del menor; admirando sus bonitas pestañas, la finura de su nariz y la delicadeza de sus labios. El rostro de Wei Wuxian estaba proporcionado hacia la perfección. Y cuando esos majestuosos ojos grises lo miraban, Lan Wangji se sentía como ese joven estudiante que conoció a otro revoltoso joven. El mismo que cayó rendido sin tener un voto en ello.
—Lan Zhan... —bisbiseó Wei Wuxian al mover su cara hacia el tacto de Lan Wangji—Démonos un baño, lo necesitamos.
—Mn —aceptó la sugerencia. Besó a Wei Wuxian antes de salir de su cuerpo.
La tina fue llevada al pasar unos minutos. Wei Wuxian desestimó con recelo a las sirvientas que tuvieron la intención de ayudar al emperador a bañarse, después de todo, ese era el trabajo de Wei Wuxian como concubino; atender a las necesidades de Lan Wangji.
Además, era una excusa para admirar un poco más el cuerpo de Lan Wangji, de tocarlo de una manera sin segundas intenciones. De cuidarlo en otro sentido.
—Si el consejo aceptó la propuesta, entonces de verdad desean que tengas una emperatriz —con el cabello de Lan Wangji colocado en un costado, Wei Wuxian estaba pasando el trapo por la ancha espalda con sedosidad.
—Aseguran que de esa manera el harén estará controlado —Wei Wuxian se rió levemente.
—Lan Zhan, vaya harén rebelde tienes —Lan Wangji movió su cabeza para mirar a Wei Wuxian.
—Tú eres el más rebelde de todos —le dijo, y orgulloso, el concubino amplió su sonrisa y sacudió la mano tomando el comentario como un cumplido.
—Es un placer darle algo de vida al Descanso de las Nubes —Lan Wangji curveó sus labios divertido por el carácter de Wei Wuxian.
Wei Wuxian no solo daba color a Gusu, también lo hacía con la vida de Lan Wangji. Y cuando tuvieran hijos, él esperaba que tuvieran su personalidad; vibrante y alegre. Para que así alegraran sus días como Wei Ying lo hacía.
—Wei Ying —Lan Wangji murmuró después de unos segundos. Había algo en su mente que lo había perturbado por unos días, había querido intentar resolver el asunto solo, pero el hacerlo solo lastimaría a Wei Wuxian en el proceso. Así que se decidió por añadirlo.
—¿Si, Lan Zhan? —aprovechando el momento, él se movió alrededor de la tina para entonces pasar a estar frente a frente al emperador. Iba a pasar el trapo por el pecho de Lan Wangji, cuando se lo impidió la mano de este—¿Lan Zhan?
—Tu montaña, ¿recuerdas que la habíamos purificado? —el tema llamó a la seriedad de Wei Wuxian, perdiendo rápidamente su sonrisa y la comodidad que estaban compartiendo.
La pregunta solo podía significar una cosa.
—¿Volvió a llenarse de energía resentida? —preguntó en un hilo de voz, su mirada no bajó, queriendo buscar algo en los ojos de Lan Wangji. Pronto vio que Lan Wangji lo miraba con pena... pena de afirmar una herida en el corazón de Wei Wuxian.
Y estaba en lo correcto al temer. Cuando lo comprendió, su corazón se estrujó en desconsuelo.
¿Qué había hecho mal para ser castigado de esa manera? ¿Por qué no le permitían tener la tranquilidad de seguir con su vida luego de perderlo todo?
Él quería ser feliz al lado de Lan Wangji. Estaban pensando en iniciar una familia juntos, ¿por qué no podían hacerlo tranquilos?
—Wei Ying —debido a que sus energías todavía estaban conectadas al estar cerca, Lan Wangji pudo sentir el tormento de Wei Wuxian alterar el paso de su energía espiritual.
Y como el dolor de Wei Ying era el suyo propio, encerró la mano de Wei Wuxian que sostenía el trapo para evitar que el dolor lo alejara de su lado. El sentimiento de calidez acariciar su piel trajo al otro de regreso al mundo real. Parpadeó confundido unos segundos, luego miró la luz dorada resplandeciente entre toda la oscuridad de su tristeza; Lan Wangji.
—Prometo hacer todo lo que esté a mi alcance para proteger tu montaña, Wei Ying —la sinceridad con la que Lan Wangji hizo la promesa enterneció el corazón de Wei Wuxian. Manos unidas y corazones sincronizados, ambos sabían que enfrentarían el futuro juntos.
Wei Wuxian besó a Lan Wangji.
—Eres el mejor...
—Porque Wei Ying es importante —admitió Lan Wangji. Por su amor, por la insaciable adoración que sentía por él—Y porque los difuntos líderes merecen descansar en paz. Tus padres, Wei Ying, merecen tranquilidad.
—El abandono de la montaña, nuestro hogar, sé que les dolería. Pero estoy seguro que más les dolería saber que nuestros discípulos no pueden continuar con el círculo de reencarnación, que están atrapados allí —Wei Wuxian sentía algo de culpa por no tratar de restablecer su secta, mas no se arrepentía.
—Al menos tienen el consuelo de que tú, su hijo adorado, está bien —apartó su mano del agarre de Wei Wuxian y la colocó en su mejilla. Wei Wuxian sonrió tenuemente, inclinó su cabeza hacia la mano de Lan Wangji y pensó en sus palabras.
Lan Wangji conoció e interactuó poco con Cangse Sanren y Wei Changze. Sin embargo, el mundo entero sabía sobre su amor por su hijo. De otra forma, Wei Wuxian no podría haber crecido como el joven alegre que era si no fuera por sus amorosos padres.
Y aunque ellos se fueron del mundo sin él, dejándolo solo y con una herida permanente, Wei Wuxian sabía que eso era lo que hubieran preferido antes de que él también muriese en el ataque.
Lan Wangji también lo salvó de la situación en la que cayó luego de la guerra. Jiang Cheng y Jiang Yanli lo encontraron en su peor momento y lo ayudaron sin dudar. Aunque no pudo quedarse en el Muelle del Loto para siempre, sin dudas lo ayudaron a salir del abismo de luto en el que estaba.
Luego, Lan Zhan, su hermoso y perfecto emperador le ofreció tener un hogar en Gusu, donde pudiera estar al lado suyo, incluso si tenía que pelear con los otros concubinos.
Y ahí estaban; eran compañeros de cultivo preparándose para tener a sus hijos juntos, trabajando para volverlo la Emperatriz de Lan Zhan.
Wei Wuxian conoció lo que era sentir la energía espiritual de Lan Wangji conectarse a la suya, saboreaba sus labios y adoraba la piel de su cuerpo, se acurrucaba entre sus brazos y se reía junto a él. Nada de eso hubiera sido posible si no hubiera aceptado ser parte de su harén.
Posiblemente hubieran asignado una emperatriz, ¿Lan Wangji lo hubiese aceptado si no estaba, si hubiese rechazado ser su concubino?
No quiso pensarlo más. Lo importante era que ahora era él quien recibía el tacto de Lan Wangji.
Sus mejillas se mantenían saludables y rosas por sus cuidados; por salvarlo, darle un hogar y darle cariño.
Sus padres estarían felices, sí.
—La montaña... una vez logremos limpiarla y romper las formaciones, ¿qué harás con ella, Wei Ying? —Lan Wangji haría lo que Wei Wuxian dijera. Si entre sus planes estaba el convertirla en otro tipo de construcción, él le ayudaría.
Wei Wuxian alzó la mirada para pensar. La montaña era su hogar, donde sus padres crearon algo que ayudó a muchas personas. Un lugar donde podían acudir para pedir ayuda, donde podían ser bien recibidos sin importar si tenías dinero o no para dar a cambio. Representaba la nobleza en corazón que sus padres tenían y compartían con el mundo. Si Wei Wuxian dejaba ir eso... ¿no sería como dejar ir lo que su familia representaba? ¿Lo que su secta representaba para las personas?
Recordó algo al pensar en ellos. Era perfecto, tanto que le provocó el sonreír emocionado.
—Mi shishu... ¿puedo dársela a mi shishu?
Xiao Xingchen y Song Zichen soñaban con crear una secta donde no importara la sangre de quién llevaras. Ellos le han contado sobre cómo ansían romper con la idea de que las sectas necesitan algo en beneficio para ayudar a la gente, ellos quieren impartir verdadera justicia. Esos mismos valores vivieron en sus padres.
¿Quién mejor para utilizar la montaña que sus tíos marciales? La montaña seguiría cargando el mismo valor noble y Wei Wuxian estaría tranquilo al saber que era cuidada por personas con buenas intenciones.
Lan Wangji no cuestionó la decisión, después de todo, era la montaña de la Familia Wei. Como único descendiente vivo, Wei Wuxian tenía el derecho de decidir qué hacer con ella.
—Así será. Tendremos que hablar con algunos ministros, tesoreros y demás, para hacer todo legal y oficial, así tu tío tendrá la propiedad a su nombre —Wei Wuxian se permitió estar feliz por sus tíos gracias a esta gran decisión.
Estaba pasando su hogar a buenas manos. Su corazón podía estar tranquilo.
—Gracias, Lan Zhan. Significa mucho que no permitieras que algún clan se apropiase de mi montaña —entendía que todavía era dueño de ella, mas eso no impedía que alguien se asentara allí—Al menos así le darán un buen uso personas en quienes confío plenamente.
—Tu madre estaría feliz de que su shidi obtenga su legado —lágrimas se apropiaron de la visión de Wei Wuxian. Su corazón se estrujó al recordarla.
—Lan Zhan, ¿podríamos dejar de hablar sobre mis padres? Todavía... todavía duele —admitió en un susurro y bajó la mirada para ocultar la lágrima traicionera que encontró su camino por la mejilla de Wei Wuxian—¿Cómo lo haces, Lan Zhan? ¿Cómo lograste superar la muerte de tus padres?
Lan Wangji perdió el aliento por la pregunta. Nadie había tocado el tema con él de forma directa, él nunca había tenido que hablar en voz alta sobre el dolor de entender que sus padres ya no estarían con él. Su hermano lloró a su lado en la muerte de ambos, pero nunca compartieron palabras. No había necesidad, los dos sentían sus corazones arder en tristeza. Sabían que el dolor era compartido.
En tanto a Wei Wuxian... todavía era una herida reciente. Una herida que tuvo que posponer al tener que luchar una guerra para vengarlos.
Todos los días y noches que estaban juntos, Wei Wuxian le sonreía sin importar el dolor en su alma. Lan Wangji no era capaz de ver las grietas en la felicidad de Wei Wuxian, que se construía solo para derrumbarse cada vez que recordaba a sus padres; la risa de su madre, la mirada cariñosa de su padre al verla. Sus voces diciéndole que lo querían.
—Era más pequeño que tú cuando mi padre murió. Su muerte me afectó —reunió valor para abrir su corazón y dejar ir un dolor perpetuo—No obstante, la muerte de mi madre rompió mi corazón.
Wei Wuxian escuchó atento. El imperio sabía de las muertes del emperador y emperatriz, que Lan Qiren asumió el puesto para proteger a sus sobrinos, mas prácticamente nadie sabía sobre el impacto que la partida de Sus Majestades tuvo en los pequeños hijos de la pareja. Escucharlo de la propia boca de Lan Zhan se sentía como un acercamiento más íntimo entre los dos.
Incitó a Lan Wangji a salir del baño para vestirlo, seguramente la historia era larga y Wei Wuxian no deseaba que Lan Wangji estuviese en el agua tanto tiempo.
Lan Wangji fue acogido por los brazos de Wei Wuxian, donde, tal como su madre hacía cuando era niño, él lo movió para posar su cabeza en su regazo. Lan Wangji se dio el privilegio de soltar su tensión corporal al estar en aquella posición. Los dedos de Wei Wuxian atraparon los cabellos de Lan Wangji y sus ojos brindaron una comprensión que invitó al hombre a continuar.
—No es algo que se supere, Wei Ying. Solo aprendes a vivir con la idea de que no están más —Lan Wangji cerró los ojos al sentir la tensión crearse en su garganta—Hubo ocasiones, tiempo después de sus muertes, en las que incluso me encontré a mí mismo emocionado por verles al salir de mis clases solo para recordar que ya no estaban.
Si el corazón de Wei Wuxian ya se encontraba sensible por recordar a sus padres, escuchar la confesión de Lan Wangji hizo que se rompiera en miles de pedazos al imaginar a un pequeño Lan Zhan caminando feliz al palacio de su madre para verla y solo encontrar el vacío de su ausencia. Los ojos dorados perdiendo su emoción y abrazando la pena era una imagen que seguramente lo mataría de verla.
—Lan Zhan...
—Mi madre encontraba fascinante el molestarme, tal cual lo haces tú —Lan Wangji alzó su mirada hacia Wei Wuxian, y en respuesta, el concubino se rió cálidamente.
—Eres encantador cuando te avergüenzas —con sus dedos atrapó la mejilla de Lan Zhan y la movió de lado a lado con cariño.
—Por eso no sabía qué hacer cuando lo hacías. Había pasado tanto tiempo desde que alguien ignoraba mis protestas y continuaba molestándome —Wei Wuxian entendía.
Había momentos, cuando Lan Wangji y él se tomaban de la mano al pasear juntos, donde Wei Wuxian era atacado por una imagen vívida de sus padres haciendo lo mismo. Eso removía toda su fachada de fortaleza y lo hacía querer llorar. Se imaginaba que para Lan Wangji fue lo mismo cuando lo molestaba, tal vez también recordaba a su madre.
—Mi hermano es parecido a mi madre, y ella decía que yo lo era a mi padre. Según ella, nuestras sonrisas eran tan preciadas que no cualquiera podía verlas.
—¿Al antiguo emperador es a quien debo agradecer por tal bello gesto? —Wei Wuxian concordaba con la fallecida emperatriz. Las sonrisas de Lan Wangji eran tesoros que lo hacían sentir afortunado cuando las veía.
Lan Wangji ignoró a Wei Wuxian tratando de avergonzarlo. La sonrisa traviesa le removía el corazón, Wei Ying era hermoso cuando era feliz.
—Mi padre siempre la adoró. Tanto que, cuando ella murió, su corazón no pudo soportar estar lejos de ella y se rindió al perderla. Se fue para seguirla en la otra vida.
Y Lan Wangji no lo resentía por ello. Ahora lo entendía, si perdiese a Wei Ying, también sentía que moriría de tristeza. Comprendía el deseo de ir al lado de la persona que era dueño de tu corazón y alma, podía hacerlo porque ahora poseía los mismos sentimientos por Wei Ying.
—Solo vivo de sus recuerdos, de mi madre deseándome una feliz vida y futuro, de mi padre guiándome para servir al imperio con honestidad, y trato de seguir el camino que les hubiera gustado verme tomar —si había algo de lo que estaba seguro era que su madre encontraría fascinante verlo con Wei Ying. Oh, incluso aseguraría que ambos se unirían para molestarlo bajo el pretexto de ver el carmesí de sus orejas—Tú vives en su honor. Sigues el legado de gentileza que dejaron. No poseo el privilegio de conocer a fondo a tu shishu, pero si confías en él, no puedo pensar que sea mala persona. Lo que tus padres cultivaron con nobleza no se perderá.
—Shishu es el mejor. Song Zichen también es bueno, mi tío realmente lo ama —Lan Wangji pensó, Cangse Sanren se fue sabiendo que Wei Ying al menos tenía a sus tíos marciales para cuidar de él, una vez se enteraran de la tragedia. Posiblemente fue un consuelo en sus últimos momentos.
Wei Wuxian comprendió un poco más la actitud de Lan Wangji en su juventud. Mientras tenía la cabeza de este sobre sus piernas, acariciando sus cabellos y jugando sus mejillas de vez en cuando, él sonrió por dentro.
«No se preocupe, emperatriz. Mientras yo esté con vida, las mejillas de Lan Zhan tendrán quién las moleste»
Liang Yuyan se inclinó con una sonrisa esperanzadora.
—Saludos a Su Majestad —esa noche Liang Yuyan había usado una túnica especial de su clan. Su padre se la envió, era una preciosa tela naranja con bordados verdes. El hilo más fino, costurado por las costureras con más experiencia en su ciudad.
Adicional a eso, su maquillaje denotó esfuerzo. Su cabello lo adornó con elegantes horquillas y se colocó los aromas más dulces de aguas aromáticas que le sirvieron. Y se paseó por la Ciudad Prohibida al saber que Su Majestad estaba allí.
Debía detenerlo antes de que fuera con Wei Wuxian. Y tal parecía que lo había logrado, pues el emperador asistió a su palacio primero.
Su voz fue delicada y gentil al recibir al emperador, tratando de atraerlo.
Lan Wangji la miró por unos segundos. Luego, sin decir nada, se movió a la cama. Liang Yuyan le siguió entusiasmada.
—Huangshang, estoy tan feliz de tenerlo aquí. Esta concubina cuidará bien de usted —estiró sus manos para tomar las botas de Lan Wangji. Sin embargo, Lan Wangji dio un paso hacia atrás para impedirlo.
—Recuéstate —Liang Yuyan alzó tímidamente la mirada. La voz del emperador era... agradable. A Liang Yuyan le gustaba demasiado. Si tan solo el emperador dijera su nombre, seguro era el más bello de los sonidos.
Y sus ojos, esos pozos dorados imponentes y sabios...
Que no la miraban con la misma afección que con Wei Wuxian. Pero ella no podría saberlo.
Se apresuró a obedecer la orden de su emperador. Colocó sus rodillas en la cama y se movió hasta estar en el medio, luego, estiró sus piernas hacia un lado para sentarse y recostarse en la cama con los nervios cosquilleando su cuerpo entero.
—Majestad... —Lan Wangji se veía tan poderoso desde allí. Parado al lado de la cama; alto y sublime. Liang Yuyan pensaba que nunca había existido un emperador que pudiera igualar su belleza.
Lan Wangji tenía un bonito rostro, refinado y atractivo. Ella no se cansaba de adorarlo cuando tenía la oportunidad.
El emperador se sentó a su lado, y lentamente, colocó su mano sobre su vientre. Liang Yuyan tuvo el deseo cohibido de colocar la suya sobre la del emperador, sin embargo, se detuvo de hacerlo justo a tiempo.
Las otras veces que intentó iniciar contacto con Hanguang-Jun no salieron muy bien. Él no dejaba que nadie más que Wei Wuxian lo tocara.
Lan Wangji alzó su mano libre y dejando solo dos dedos arriba, el índice y el de en medio, comenzó a pasar energía espiritual hacia el vientre. Liang Yuyan no tenía un núcleo dorado fuerte pues ella no era una cultivadora experta, por lo que esto no podía contar como cultivación dual. Era más cercano a auxiliar a alguien herido.
Así que, ella no podía sentir la energía pasando por ningún lado. Ella leyó sobre la cultivación dual una vez se reveló que Wei Wuxian se había convertido en el compañero de cultivo de Su Majestad. Aprendió que sus energías se conectaban de una manera en la que ella solo podía imaginar. Su núcleo dorado aceptaba la energía, sin embargo no había esa conexión especial que Wei Wuxian tenía.
Luego vino la propuesta de transferir energía hacia sus vientres para posibilitar un embarazo. Liang Yuyan estuvo decepcionada al escucharlo, pero su madre le dijo que un hijo del emperador era bueno sin importar cómo fuera concebido. Si ella lograba embarazarse, un heredero imperial le traería gloria a su clan.
Y ella quería aquello, claro que lo hacía. Sin embargo, Su Majestad... ella también quería algo de su afecto.
No obstante, Su Majestad parecía tan lejano pese a tenerlo enfrente. Su frialdad creaba una barrera helada entre todos, excluyéndoles de gozar la dicha de ser objeto de sus atenciones. Huangshang era cordial, pero hasta allí.
Jamás cruzaba la línea que no existía para Wei Wuxian. Para ellos era muy claro el límite.
—Si quedara embarazada, eso sería bueno, ¿no es así, Hanguang-Jun? —el rostro de Liang Yuyan se iluminó en crédula ilusión.
Lan Wangji mantuvo sus ojos cerrados al escucharla hablar.
—Mn.
Siempre con monosílabas como respuestas, ella no se permitió sentirse desalentada por la falta de intención por conversar.
—Majestad, le prometo que estoy cuidando de mi salud. Con la ayuda de Huangshang, pronto tendré a un bebé en mi vientre —recordó sobre la cantidad de energía que el método requería, por lo que sonrió—Su Majestad debería quedarse aquí para reponer energías. Esta concubina cuidará bien del emperador.
Los labios de Lan Wangji se movieron con incomodidad. Sin tener cómo huir, porque recién acababa de salir del Invierno Floral para ir con la Concubina Honorable, en realidad no necesitaba reponer nada y ya no podía regresar con Wei Wuxian.
Cuando la transferencia de energía terminó, Liang Yuyan se quedó recostada en la cama por el tiempo de dos inciensos. Mientras tanto, Lan Wangji redactó varias cartas para enviar a diferentes destinos. Y cuando el tiempo fue adecuado, la concubina se elevó de la cama. Vio a su emperador en la mesa del salón principal y caminó a pasos ligeros a su lado.
—Majestad, he estado pensando en que me gustaría iniciar a cultivar más mi núcleo dorado. De esa forma, Huangshang y yo podríamos cultivar juntos —Lan Wangji se detuvo en su acción de doblar sus cartas apenas escuchó la petición.
—Cultivar un núcleo lleva años —le recordó—Pero eres libre de iniciar.
Emocionada por la aceptación, Liang Yuyan se arrodilló y agradeció con reverencia.
—Hanguang-Jun, esta concubina desea que Su Majestad le ayude a cultivar su núcleo. He leído sobre el cultivo, me he informado sobre cómo se puede fortalecer un núcleo por medio del cultivo dual.
La petición ocasionó que Lan Wangji perdiera el color. Les permitió a los demás concubinos el iniciar a cultivar para mantener las quejas de los ancianos controladas, pero siempre tuvo temor a que alguno de ellos deseara ayuda en la formación de dicha cultivación. Y tal parecía que sus inquietudes fueron válidas, porque fue la Liang-Fei la primera en hacer tal petición.
Por eso se informó todavía más en el cultivo dual.
—Mi energía reconoce a Wei Ying como su igual. Hemos estado cultivando por un tiempo considerable para que sea contraproducente el cultivar con otra persona —el humor de Liang Yuyan decayó con las palabras.
«Y mi corazón jamás me lo permitiría. Nunca me perdonaría traicionar a Wei Ying» pensó para sus adentros.
—Entiendo.
La delicada boca de la mujer se transformó en un puchero, mirando de vez en cuando al emperador y pensando en cómo Wei Wuxian pudo haberlo hechizado para lograr que la mente del hombre más poderoso del país solo estuviera ocupada por él.
Lan Wangji incluso lo llevaría la boda de la Doncella Jiang con el Joven Amo Jin. Supo que Hanguang-Jun envió a los sastres reales hacia el Invierno Floral, claramente para que confeccionasen el atuendo más hermoso que un concubino podría llegar a poseer. Jin Zhiruo tuvo que conformarse con los sastres que su clan envió para su vestuario.
Wei Wuxian... él creaba desigualdad en el harén.
—Majest-
—Huangshang —Luo Qingyang entró en ese momento a la sala, interrumpiendo a Liang Yuyan. La Guardia Imperial miró un momento a la concubina antes de dirigirse al emperador—Luo-Changzai solicita verlo. Dice que es un tema importante.
Liang Yuyan se iba a quejar, ¡¿cómo se atrevían a interrumpir su noche de servicio?! Antes de que pudiera hacer notable su descontento, Hanguang-Jun le ganó en hablar.
—¿Dónde está? —Liang-Fei cerró su boca furiosa. Después de Wei Wuxian, la Asistente de Primera Clase era la concubina que el emperador consentía más que al resto. La visitaba seguido en su palacio y a veces daban paseos por los jardines.
Eso sin contar los regalos que le hacía llegar en ocasiones.
Debía darle algo de crédito, ella, a diferencia del sin vergüenza de Wei Wuxian, no se lanzaba encima del emperador en cada ocasión que tuviera. Mantenía la decencia y se limitaba a platicar con Hanguang-Jun. Y el emperador parecía agradar de su compañía.
No encontraba extraño que los dos concubinos más favorecidos por el emperador se unieran en amistad. Después de todo, ellos juntos contra el resto del harén era una pelea con un resultado más que evidente para cualquiera dentro del palacio.
—Está afuera esperando —Liang Yuyan utilizó todo raciocinio y se abstuvo de dejar ver su molestia a través de su rostro. Incluso se había atrevido a venir a su palacio y robarle al emperador...
—Hazla pasar —Hanguang-Jun se elevó de su asiento de inmediato. Ella lo siguió hasta la sala de recibimiento de su palacio con tristeza y furia mezclada.
En la sala ya se encontraba la bonita mujer con túnicas rosas, junto a un eunuco de rodillas. El hombre tembló y perdió el color de su piel al ver a Su Majestad entrar a la sala. Liang Yuyan se colocó al lado de Lan Wangji, pues ese era su palacio, y alzó una de sus cejas ante el hombre.
—Saludos, Huangshang —Luo Huyin era una mujer refinada y bella. Su voz era suave y melódica, tenía un tono de voz muy encantador que complementaba bien su hermoso rostro. Liang Yuyan apretó los labios, no había dudas de por qué Su Majestad la quería.
—¿Qué asunto querías discutir conmigo, Changzai? —pese a su innegable favor, Su Majestad no la llamaba por su nombre. Esa intimidad solo la compartía con Wei Wuxian.
Liang Yuyan sabía que las únicas otras veces en las que Lan Wangji había llamado a un concubino por su nombre había sido para exiliarlos del palacio y despojarlos de sus títulos, mandándolos a la miseria absoluta. Su piel se erizó al recordar la sentencia de Wang Shu. Si era así, sus ganas por escuchar su nombre salir de la boca del emperador disminuyeron.
—Majestad, esta concubina lamenta tener que perturbar la tranquilidad de Huangshang con malas noticias, pero me temo que no puedo ignorar este tema —señaló al hombre con su mano—Este eunuco vino a mí para confesar el atrevimiento de alguien al querer cometer un crimen contra su persona.
El cuerpo de Lan Wangji se tensó, sus temibles ojos dorados buscaron al hombre de rodillas. Este al sentir la mirada dorada y pesada sobre sí mismo, realizó un kowtow y comenzó a llorar.
—Majestad, Hanguang-Jun, ¡este, su sirviente, fue llamado para un acto vil contra Huangshang! ¡Pero este no se atrevió a traicionar a Su Majestad!
—¿Quién te llamó y para qué?
—Realmente no lo sé, Su Majestad. Era una sirvienta vistiendo las túnicas de la Ciudad Prohibida, no sé a cuál palacio sirve —los sirvientes de cada palacio vestían túnicas de diferentes colores y bordados para identificarlos y diferenciarlos de los sirvientes del palacio principal y los de la Ciudad Prohibida en general—Esta sirvienta... dijo que yo era un siervo leal, que había perdido a uno de sus cómplices y necesitaba de un esclavo diligente como yo.
La sirvienta debió tomar el uniforme de la Ciudad Prohibida para pasar desapercibida y evitar que la reconocieran como perteneciente al palacio del concubino que servía.
—Huangshang, esta sirvienta... ¡se atrevió a pedirme que la ayudase a meter un tipo de medicina al palacio! —Luo Huyin continuó desde allí.
—Majestad, cuando el eunuco me dijo el nombre del medicamento, llamé a un fisiólogo para consultar qué era esta medicina y para qué servía —de su manga, con delicadeza y sin titubeos, sacó un papel—Este es el nombre. El fisiólogo dijo que se trataba de un afrodisíaco, Majestad. De tomarlo, entonces Su Majestad se volvería adicto a ella y sería insaciable.
Lan Wangji apenas recogía el papel de la mano de Luo Huyin cuando ella informó sobre el uso, él la miró momentáneamente asombrado, y tras mirar el nombre escrito, arrugó el papel en su puño.
—Se atreven —Luo Huyin y Liang Yuyan se postraron en sus rodillas de inmediato al escuchar la dureza en la voz de Lan Wangji.
—Que su ira se disipe, Majestad —Liang Yuyan estaba escandalizada. ¿Alguien se atrevía a tratar de usar afrodisíacos con Su Majestad? ¿Eran tontos? De haberlos consumido, el emperador seguramente iría corriendo al palacio de Wei Wuxian para bajar su efecto, ¡¿cómo eso era beneficioso?! Además, el cultivo de Hanguang-Jun era elevado, se habría dado cuenta de la medicina incluso antes de que tuviera efecto. ¡Inútiles, inútiles!
¡Eso solo beneficiaría a Wei Wuxian!
De repente, ella llegó a una conclusión luego de pensar todo esto. Era claro, sin importar qué, el resultado de tomar el afrodisíaco sería el mismo; con el emperador yendo a Wei Wuxian.
—Huangshang, ¿podría tratarse del Asistente de Segunda Clase?
Luo Huyin volteó a ver a la Liang-Fei con una velocidad inhumana, los adornos en su cabello tintinearon al chocar entre sí. Indignada en nombre de su gege, Luo-Changzai la miró con desprecio.
—¡Liang-Fei! ¡Gege jamás se atrevería a dañar el cuerpo real de nuestro emperador! —prácticamente le gruñó entre dientes, intimidando a la mujer y obligándola a hacerse pequeña ante ello. Después de todo, era una Luo; un clan feroz y lleno de guerreros.
Los ojos del emperador miraron severamente a Liang Yuyan. La mujer presentía que las palabras que iban a salir de la boca de Hanguang-Jun no serían de su agrado. Preocupada, jugó con sus manos y bajó la mirada cuando Lan Wangji posó la suya en ella.
—¿Entiendes a quién estás acusando, Fei? Wei Ying es mi vida, mi tesoro. Si hay alguien que quiera hacerme daño, Wei Ying nunca sería ese alguien.
Luo-Changzai no pudo evitar girar a ver a Lan Wangji con estupor por la declaración tan abierta frente a una concubina. Una sonrisa emocionada tambaleó por sus labios pintados en rojo, su gege tenía que escuchar las palabras que Su Majestad pronunció de él.
Liang-Fei sintió el sabor a vinagre bajar por su boca hasta su garganta. El emperador estaba admitiendo públicamente su cariño sentimental por Wei Wuxian... le nubló el juicio por completo.
—Majestad, ¿no cree que es extraño? Desde que llegó, Wei Wuxian pareciera haberle hechizado, Su Majestad nos ignora por estar con Wei-Daying. ¿Y si desde un principio ha usado estos afrodisíacos en usted?
—¡Insolente! ¿Cómo osas acusar a gege de esta manera? —Luo Huyin miró a Lan Wangji en busca de ayuda para detener las injurias en contra de su hermano. Lan Wangji estaba igual de encolerizado por las palabras de Liang Yuyan en contra de su Wei Ying.
Bastó una mirada hacia Luo Qingyang para que la Guardia Imperial de Primera Clase marchara contra Liang Yuyan y la abofeteara con fuerza, haciéndola jadear en sorpresa y luego caer por el poder de la mano de la guardia.
—¡Te atreves a difamar al favorito del emperador frente a Su Majestad! —Luo Huyin mordió su labio para no reírse del rostro destruido de Liang Yuyan. La mano de su hermana marcial estaba impregnada en su mejilla, de un rojo vivo que contrastaba con su piel blanca—¿Insinúas que Huangshang puede ser manipulado fácilmente?
La Concubina Honorable soltó su llanto herido y se inclinó ante Su Majestad.
—¡Perdóneme, Majestad! ¡Esta concubina lo ha insultado! —Lan Wangji la miró sin expresión. Su llanto era molesto, incluso para él.
—Llévensela, que se arrodille por tres horas para reflexionar sobre su error —Liang Yuyan, que ya había entendido que no debía enojar más a su emperador, asintió rápidamente.
—¡Sí, sí, Huangshang! Esta concubina acepta su castigo sin protestas —estando de rodillas, y para demostrar sumisión y remordimiento al haber enojado al emperador, gateó de espaldas hasta estar fuera de la sala.
Al irse, pudo ver a Luo Huyin acercarse a Su Majestad. Apretó los dientes, seguramente estaba haciéndole una cara de pena mientras se consolaba en los brazos del emperador.
Luo Huyin vio que se fuera con satisfacción, parada al lado de Lan Wangji que tenía los brazos hacia atrás.
—Creo que debimos dejar que tome los afrodisíacos, lo que Liang-Fei dijo es un buen punto —Luo Huyin se rió.
—Majestad, usted no necesita una excusa para ir con gege. Usted gobierna esta nación, ¿quién se atreve a cuestionarle? —Luo Huyin y Lan Wangji se giraron a ver al eunuco que todavía seguía de rodillas en el suelo.
—Levántate —le ordenó Lan Wangji al mismo tiempo que sacó una pequeña bolsa con monedas de oro para el eunuco—Changzai pronto te dirá a cuál sirvienta señalar. Estudiarás su apariencia a detalle para que la describas a la perfección.
—Sí, Majestad —el eunuco aceptó la bolsa completamente agradecido. Se fue del palacio reteniendo su enorme sonrisa después de ver la cantidad de monedas que estaban dentro de la bolsa. ¡Hanguang-Jun era el más generoso!
Estando solo ellos dos, Hanguang-Jun se sentó para terminar de leer unos decretos para clanes pequeños. Se enviarían mañana a primera hora.
—¿Wen Qing prepara la medicina para Wei Ying correctamente? Ha pasado bastante tiempo y no muestra signos de un embarazo —Lan Wangji pensaba en ello seguido. Estuvo emocionado cuando le dijeron que Wei Wuxian era su concubino más fértil, hasta llegó a ilusionarse con la idea de concebir un bebé en el primer intento.
—Yo confío en que los cielos le enviarán un bebé cuando sea el momento, Majestad —ella igual esperaba que su gege quedara embarazado, su alianza la ayudaría enormemente cuando Wei Wuxian tuviera a un niño.
—El consejo y yo llegamos a un acuerdo. Cuando Wei Ying me dé a mi primer heredero, podré convertirlo en emperatriz sin ninguna objeción —el rostro refinado de la concubina se inundó de alegría con esas palabras. Le sonrió de manera resplandeciente, sintiendo genuina felicidad por ambos—Por eso me interesa que quede embarazado.
—¡Majestad! ¡Esas son buenas noticias! —lo eran para todos los aliados de Wei Wuxian. Para sus enemigos, era un dictamen de su fin—Su Majestad no debería perder tiempo, volvamos al palacio de gege y asegúrese de embarazarlo.
En teoría, había visitado un palacio luego de ver a Wei Ying, que hubiera resultado en un castigo no importaba. Según el acuerdo, hizo lo que prometió. Ahora nada le impedía ir de nuevo con su Wei Ying.
—Mn.
Luo Huyin y él caminaron juntos hacia el Invierno Floral. Luo Qingyang se había adelantado para avisar a los hermanos Wen que él estaba regresando al palacio.
Wei Wuxian lo estaba esperando en la puerta de su hogar sonriendo de manera emocionada. Para Luo Huyin fue sencillo, ese brillo en los ojos de su gege era el mismo brillo anhelado que Hanguang-Jun tenía al mirar a Wei Wuxian.
Lan Wangji abrió sus brazos y, como si no se hubiesen visto en años, Wei Wuxian corrió hacia ellos dejando un trazo de risas felices atrás. Se abrazaron fuerte, de una manera que decía que no soportaban estar lejos por mucho tiempo. Se separaron, y Wei Wuxian tomó la mano de su emperador para besar sus nudillos, para ser correspondido al instante por un beso en la frente. Un acto de devoción mutua.
Luo Huyin pensó, ¿cómo se podía presenciar un amor tan poderoso como ese y no reverenciarse ante él?
Una taza de té se colocó con delicadeza sobre la mesita de madera al nivel del suelo. Lan Qiren miró hacia al frente, las puertas de su hogar abiertas de par en par permitían una vista lejana de las montañas alrededor, de las hojas y flores de su árbol de cerezo que volaban con el soplar del viento por su jardín y se perdían más allá.
En medio de su tranquilidad, recordó que había ocasiones en las que no era así. Especialmente cuando cierta extravagante mujer visitaba el palacio.
—¡Qiren! —de repente estaba en el medio del pasillo rodeando el jardín trasero, buscaba huir del calor que ese día estaba haciendo. Estaba vestido con túnicas más pesadas que lo sofocaban, era un peso que aceptó portar por sus sobrinos. Era el emperador.
Los guardias que lo escoltaban perdieron el color de su piel al escuchar el atrevimiento de la voz que llamaba al emperador por su nombre. Al ver que se trataba de Cangse Sanren, se relajaron. Era normal.
Lan Qiren resopló ofendido. Esa mujer... jamás cambiaba. Incluso si su esposo parecía mortificado por el obvio insulto de su esposa hacia el emperador del país, ella solo sonreía disfrutando de verlo molestarse.
—Madame Wei —saludó demostrando el respeto que al parecer la mujer carecía. Siendo justos, Lan Qiren sabía que ella era educada cuando lo ameritaba. Cangse Sanren simplemente hallaba gozo en hacerlo enojar.
—Ah, Er-Gege, creí que éramos amigos —Lan Qiren podía jurar que escuchó la risa de su difunto hermano detrás suyo. Lan Feng disfrutaba de ver a Cangse Sanren tentar sus límites.
—La conferencia iniciará en unos momentos, por favor, siéntanse cómodos en el palacio, los sirvientes atenderán a sus necesidades.
—Gracias, Majestad —Wei Changze jaló con delicadeza a su esposa consigo, la mujer no perdió su sonrisa mientras se inclinaba con su marido ante el emperador.
—Majestad, debo confesarle que el Segundo Príncipe es adorable, mi A-Ying en definitiva ha encontrado un amigo en él —Lan Qiren alzó la ceja. Lan Zhan se suponía debía estar bajo el cuidado de las nodrizas. Pero si el hijo de Cangse Sanren era parecido a su madre, entonces él seguramente encontró a su sobrino por accidente.
—A-Zhan tiene potencial —admitió. Sin embargo, la risa que recibió como respuesta lo hizo mirar confundido a la dueña de tal gesto.
—Ustedes los Lan —Cangse Sanren no estaba para nada sorprendida por entender que las palabras de Lan Qiren eran sobre las habilidades del niño—Me refería a que es un niño sensible, Qiren. Encontró a mi baoibei peleando con Jiang Cheng por un juguete, y tu encantador sobrino le regaló su tamborcito para que no estuviera triste. Y además regañó a Jiang Cheng por pelear, aunque en realidad solo estuvieran jugando. Fue tierno.
Lan Qiren tuvo algunas dificultades para creer la historia, si lo que Cangse Sanren decía era cierto, y por el resplandor en los ojos de la mujer sabía que lo era, el tamborcito del que ella hablaba solo podía tratarse del que Lan Mao le regaló. Lan Zhan era apegado a ese juguete, mucho más después de su muerte. Lan Qiren no podía creer que lo había dejado ir.
Wei Changze observó el gesto pensativo del emperador.
—Majestad, podemos pedirle a A-Ying que regrese el juguete si es un inconveniente, estoy seguro que entenderá —Lan Qiren negó suavemente.
—Si el Segundo Príncipe lo regaló, acéptenlo como tal —Cangse Sanren demostró estar contenta con la respuesta al sonreír.
—¿Crees que A-Ying y el príncipe se vuelvan amigos cercanos? —el emperador casi tuvo una desviación de Qi con tan solo pensarlo. La mujer notó eso y se burló de él por varios minutos más.
Lan Qiren y Wei Changze se miraron, el emperador buscaba en el hombre una ayuda para salvarlo de ser el objetivo en las bromas de su esposa. El apuesto hombre solo alzó los hombros, Lan Qiren entonces vio por qué eran pareja. Uno era el cómplice del otro cuando lo necesitaban.
—¿Y si algún día nos volvemos familia? ¡Ah, me tendrías que llamar meimei!
—¡Basta! —Cangse Sanren soltó una carcajada. Cuando el hombre se avergonzaba, era su cuello el que lo delataba, volviéndose rojo.
Lan Qiren pensó en las palabras de la mujer.
Cuando fueron a buscar a los niños, Lan Zhan y Wei Ying estaban sentados debajo de un árbol, el más pequeño de los niños le contaba al otro cómo era su montaña y las actividades que se podían hacer. Subirse a los árboles para bajar nueces y ver los nidos de los pájaros, alimentarlos y atrapar ardillas. O salvarlas de sus depredadores. Todo lo que un niño podía hacer allí.
Lan Zhan lo miraba hablar sin aparente cambio facial. Para Lan Qiren era sencillo ver que estaba cómodo escuchándole, no parecía molesto por ver a Wei Ying mover el tamborcito mientras hablaba. Parecía hasta satisfecho con verlo en sus manos.
—Cangse Sanren... por lo visto, sí vamos a ser familia —en el presente, dejando atrás los recuerdos de años que parecían tan lejanos ahora, Lan Qiren volvió a encontrar a quienes fueron esos pequeños niños.
Estaban en el prado de los conejos. Esos animales que Lan Qiren fingía no saber de su existencia como las mascotas de Lan Wangji. Vio a su sobrino tomar a una de las criaturas –un conejo negro– y sostenerlo en brazos para repartir gentiles caricias en su pelaje. Un conejo blanco que estaba pegado al negro comenzó a saltar disgustado por ser alejado de su compañero, y junto a unas risas, Wei Wuxian fue quien se agachó para tomarlo en sus manos. El conejo movió su nariz todavía algo molesto, pero notablemente se relajó estando en el agarre de Wei Wuxian.
Así, las miradas de ambos hombres se alzaron para unirse mientras acariciaban a los conejos en sus manos. Lan Qiren sentía que había algo más allá que no era capaz de ver sucediendo. Ellos se miraban como si al conectar sus ojos encontraran todas las respuestas del mundo, como si lo supieran todo estando juntos.
Había visto a Lan Wangji pasar el tiempo con los otros concubinos y es evidente la ausencia de este sentimiento alrededor de ellos.
Tal vez desde un principio debió sugerir a Wei Wuxian como la emperatriz.
—Tu hijo está bien, Sanren —murmuró dando una última mirada a la pareja teniendo su momento. Luego se alejó en silencio.
Se preguntaba, si Wei Wuxian era bendecido con una niña, ¿se parecería ella a Cangse Sanren? ¿El hijo tendría el rostro de Wei Changze?
O quizá se parecerían a Lan Feng y Lan Mao.
Se sintió triste al pensar que sus sobrinos o sobrinas de segundo grado no podrían tener a sus abuelos de ninguna parte.
Solo lo tendrían a él.
Esperaba que con ellos pudiera enmendar los errores que cometió con sus sobrinos.
—A-Ying —Xiao Xingchen se adelantó varios pasos al ver a su sobrino acercarse al pasillo donde vio a su tío pasear junto a su esposo.
—Shishu —lo saludó regalándole una enorme sonrisa. Apreciaba bastante que sus tíos se hubieran quedado en el palacio para acompañarlo al menos por un tiempo antes de que volvieran a sus viajes.
Pero, por eso estaba Wei Ying buscándolos. Porque, con lo que les iba a decir, tal vez pospondrían un poco más los viajes.
—Mi Majestad desea verles, tiene buenas noticias —Xiao Xingchen miró pícaramente a su shizhi.
—¿Tu Majestad? —aprovechó a burlarse del brillo rosa encendiendo las mejillas de Wei Wuxian por ser molestado con Lan Wangji y el gran cariño que se tenían.
—Vayamos, entonces. No hagamos esperar a Su Majestad —Song Lan salvó a su sobrino de su esposo. Wei Wuxian guio el paso, siendo seguido por sus tíos y algunos sirvientes de Lan Wangji quienes fueron encargados de su seguridad mientras el concubino buscaba a sus tíos.
Fueron llevados a la sala del consejo. Una junta había terminado hacía menos de una hora y la sala estaba despejada de los ancianos, dentro solo se encontraban Su Majestad, el Primer Príncipe y el Gran Maestro Lan.
Wei Wuxian tomó asiento junto a sus tíos, en una mesita colocada enfrente de la Familia Imperial.
—Los he traído aquí por un asunto que Wei Ying y yo acordamos —Lan Wangji comenzó a hablar una vez los tés para la pareja de esposos fueron servidos—Él me contó sobre sus deseos de crear una secta.
Xiao Xingchen y Song Lang brincaron sutilmente en sus lugares, ¿acaso su shizhi convenció al emperador de ayudarles en su sueño? Aunque era un gesto que apreciaban, no era de esa manera en la que deseaban establecer su secta.
Lan Xichen curveó los labios en una sonrisa, notó lo que los cultivadores solitarios pensaban.
—Wei-Daying explicó que ansían una secta libre de las conexiones de la nobleza —ellos asintieron. La sangre que corriera por tus venas no importaría en su secta.
Lan Wangji tomó entre sus manos el pergamino que el consejo aprobó y selló en la junta. Hizo que un sirviente se acercara para después pasarlo a manos de su amado. Wei Wuxian sonrió al tenerlo en su posesión, ansiando por darles la sorpresa a sus tíos.
—Saben que para poder iniciar con su sueño necesitarán un lugar donde establecerse —Xiao Xingchen observó la sonrisa emocionada y no pudo evitar compararla en su mente con la de su shijie—Es por eso que he decidido entregarles la Montaña Wei en sus manos.
Xiao Xingchen y Song Zichen estuvieron anonadados por las palabras de Wei Wuxian. La montaña era su legado familiar, ¿cómo podía cederla tan fácilmente?
—A-Ying, no- —Xiao Xingchen intentó negarse al pergamino que se extendía hacia él.
—Por favor, shishu. Si les preocupa, sepan que yo ya he meditado esta decisión el tiempo suficiente para convencerme de que ustedes son la mejor opción para volver a darle vida a la Montaña Wei —tomando la mano de su tío marcial, él lo obligó a aceptar el pergamino que contenía las escrituras de la montaña a su nombre y de su esposo—Mis padres aprobarían la decisión, lo sabes, tío.
Con el recordatorio de su shijie, Xiao Xingchen se conmocionó.
—Yo estoy tomando otro camino al lado de Su Majestad —Wei Wuxian tenía otros planes, los cuales no le permitían el tiempo de llevar a su secta a renacer en la gloria.
La pareja de esposos entendió. Wei Wuxian tenía en su destino el convertirse en la emperatriz de la dinastía Lan, no era similar al caso de Jiang Wanyin, por lo que ser un líder de secta resultaría imposible.
La montaña era una tierra perfecta, y ya había demostrado ser un buen lugar para sembrar las semillas de una secta humilde y sensata. Dejarla morir era peor que cederla a otras manos.
—Estaré aquí para extenderles toda la ayuda que necesiten —con eso, su rostro se tornó algo serio. Le pesaba haber dado la montaña de esa manera...—Por eso, les ayudaré a purificarla.
Xiao Xingchen y Song Zichen fruncieron el ceño. Cuando fueron a la montaña no notaron nada fuera de lo normal. Wei Wuxian sabía sobre cómo Xiao Xingchen soñó que su shijie le pedía ir a verlo, por eso hizo el viaje de regreso a Yiling. Wei Wuxian les preguntó si sucedió algo extraño cuando subieron su montaña, y cuando ellos negaron, él quedó confundido.
Su tío Jiang le avisó sobre lo que sucedió con los clanes que intentaron purificar a los espíritus que se encontraban en la montaña. Incluso dos discípulos Jiang murieron gracias a las heridas de gravedad que sufrieron. Pero, entonces eso significaba que sus tíos pudieron subir la montaña sin inconvenientes, ninguna señal o llamado, como pasó cuando él subió.
—Huangshang ha organizado una nueva misión para erradicar la energía resentida. Encontramos libros sobre las formaciones que vimos, tenemos varias soluciones que nos gustaría intentar —explicó el concubino dándoles una hoja con los planes, las formaciones y posiciones que los discípulos usarían, junto a las canciones que tocarían mientras todo pasaba—Si así lo desean, pueden acompañarnos.
El cultivador de blanco sintió su corazón arder por escuchar las tragedias que sucedían en el antiguo hogar de su hermana marcial. Estaba seguro que su sueño fue real, su shijie estaba pidiéndole ayuda para proteger a su hijo. Él se prometió a sí mismo el asegurar que su shizhi estuviera protegido, todo con tal de lograr que las almas de Wei Changze y Cangse Sanren por fin pudieran entrar en el círculo de reencarnación y descansar en paz.
—Definitivamente iremos, los asistiremos en lo que nos pidan —Song Zichen seguiría a su esposo a donde fuera, y donde la gente los necesitara. Esas almas que no descansaban en paz, ellos los ayudarían.
De esa manera, la Montaña Wei-Cangse pasaba a las generosas manos del adorado shidi de la querida Cangse Sanren.
—Muchas gracias por su amabilidad, Huangshang, Daying —ambos hombres hicieron una reverencia. Xiao Xingchen sostuvo el pergamino contra su pecho cuando se levantó, volteó su rostro para ver a su esposo y las sonrisas que se dieron fueron de genuina felicidad.
El sueño que ambos tenían estaba cada vez más cerca de cumplirse.
—Estudien lo que puedan del caso. Haremos la misión dentro de dos días —Lan Wangji se levantó, y así mismo lo hizo Wei Wuxian—Pueden acudir a mí si necesitan algo en el futuro. La familia de Wei Ying siempre tendrá mi ayuda.
Wei Wuxian miró a Lan Wangji... ese hombre... era el mejor hombre de todo el mundo entero. Nadie tenía una oportunidad contra él. Y él se paraba a su lado, le tomaba de la mano y era dueño de sus más anheladas miradas. Lo tenía todo.
Solo faltaba un pequeño.
—Lan Zhan, ¿crees que nuestro primer bebé sea un príncipe? —Wei Wuxian bajó la cortina del carruaje que los llevaba a Yiling para su viaje. Buscó con su mirada a su emperador, lo encontró mirándole de forma interrogante—Un príncipe es lo que el imperio necesita. Aunque una princesa también es algo bueno, ¿verdad?
Eso preocupaba un poco a Wei Wuxian. Por lo menos a él no le importaba lo que su bebé fuese, niño o niña, él le amaría ciegamente. Sin embargo, no podía pretender que el imperio no esperaba más que un príncipe para asegurar el futuro de la dinastía. Un sucesor, un heredero que continuara con la línea de la familia. La presión era palpable. Si su primer bebé resultaba ser una niña, él no estaba seguro de cómo los ancianos reaccionarían.
Lan Wangji le besó el dorso en la mano con una suave caricia de sus labios.
—Lo que sea es bueno —le aseguró, logrando calmar el turbio mar de inseguridades en Wei Wuxian—Príncipe o princesa, no importa. Mientras sea de Wei Ying.
Wei Wuxian estuvo contento de escucharlo.
—¿Cómo se llamaría? ¿Tienes pensado en un nombre, alguno que te guste? —él tenía un par de opciones que le agradaban.
—¿En cuáles piensas? —Lan Wangji encontraba especial interés en la opinión de Wei Wuxian. Al final del día, él sería quien cargaría al bebé en su cuerpo durante nueve meses. Consideraba que era mayor su derecho sobre la decisión del nombre del bebé.
—Me gusta Yuan, Lan Yuan. Con el carácter de esperanza —Wei Wuxian se acurrucó cerca de Lan Wangji, entre sus brazos donde se sentía seguro—Después de todo, estamos esperando su llegada con demasiado entusiasmo.
—Mn, es apropiado —concordó Lan Wangji. El nombre le agradaba.
Lan Yuan. Primer Príncipe Lan Yuan.
El primer hijo de la Emperatriz Masculina Lan Wuxian y Su Majestad Lan Wangji...
—Si es una niña podemos usar el mismo nombre —Lan Wangji entendía que Wei Wuxian se había decidido por ese nombre sin importar el género.
Lan Wangji dormitó junto a Wei Wuxian durante el resto del viaje, ambos soñaron con las risas lejanas de pequeños Lan jugando con los conejos en el prado donde vivían, sus túnicas revoloteando y Wei Wuxian teniendo que ajustar de nuevo las pequeñas cintas en sus frentes. Cuando ambos despertaban por un repentino movimiento del carruaje, no había necesidad de comentar que sus sueños eran los mismos. Solo se sonreían antes de volver a acomodarse en los brazos del otro.
Al llegar, el grupo de discípulos que acompañarían al emperador en su misión para purificar la montaña ya ocupaban un costado de la entrada hacia la residencia donde se quedarían por las dos noches que pasarían en Yiling.
—Majestad, hemos llegado —Luo Qingyang golpeó la puerta para avisar. Más que nada para darle tiempo al emperador en dado caso estuviera en una situación comprometedora con su concubino.
Para bien del honor de Lan Wangji, solamente tenía a Wei Wuxian recostado sobre el asiento y con sus túnicas abiertas un poco en la zona del pecho, donde regó besos y mordidas alrededor de los pezones. Wei Wuxian vio el gesto molesto de Lan Wangji al ser interrumpido, soltó una carcajada al mismo tiempo que empujaba su cuerpo para sacárselo de encima y así acomodar su ropa apropiadamente.
—Un momento —dijo Wei Wuxian para no dejarla esperando por una respuesta y que abriera la puerta de todas maneras para verificar que estuviera bien—No hagas puchero, Lan Zhan.
Le acarició su mejilla y de inmediato Lan Wangji restregó su rostro contra la mano.
—Si todo sale bien, este concubino promete complacerlo como Su Majestad desee en la noche —sonrió con picardía.
—Tomaré tu palabra, Asistente de Segunda Clase —con un último beso para resguardar la promesa, se arreglaron para estar presentables ante las personas que los esperaban.
Si se notó algo, Xiao Xingchen y Song Zichen fingieron no haberse percatado.
El grupo se organizó y se le asignó tareas para intentar una vez más la purificación de la montaña. Lan Wangji afinó a Wangji antes de partir montado en Bichen hasta el antiguo hogar de Wei Cangse. Wei Ying estaba a su lado, en su rostro no era inevitable el ver su preocupación por la situación, pero también estaba su determinación. Salvaría a los espíritus de sus discípulos que no podían descansar en paz.
Fue en lo único que su mente podía pensar mientras se preparaban para el intento. Wei Wuxian había descubierto las zonas donde las formaciones estaban, señaló en un mapa que hizo a memoria de su montaña dónde estaban los puntos cruciales para romperlas. Les entregó los talismanes que los ayudarían y que activarían al enviar algo de su energía espiritual a través de ellos.
—Cuando los talismanes se activen, romperán las formaciones que suprimen la energía resentida de los espíritus —Wei Wuxian señaló al grupo que tenían sus guqin—Allí es cuando deben tocar las canciones en el orden que les explicamos, así contendremos cualquier reacción negativa.
Lan Wangji se sentó cerca del centro de la formación más grande, la que alimentaba a las demás. Wangji fue colocado en sus piernas y sus dedos largos de jade acariciaron las cuerdas de su instrumento.
Wei Wuxian se paró a su lado, viendo a sus tíos moverse del otro lado de donde estaban ellos.
Ojos grises, inquietos y nerviosos, miraron a todos los discípulos tomar sus lugares correspondientes alrededor del perímetro establecido. Existía tensión entre los presentes dado a que el informe sobre lo que sucedió con los aprendices de las demás sectas se esparció por todo el mundo del cultivo.
Sin embargo, ellos tenían a Hanguang-Jun. Y también tenían al Asistente de Segunda Clase. Dos de los cultivadores más fuertes de la generación, con ellos a su lado, seguramente no habría ningún inconveniente de importancia.
—Lan Zhan —Wei Wuxian estaba nervioso. Tenía miedo de que nada funcionara y lo que alguna vez albergó vida se convirtiera en un lugar que solo conocía la oscuridad. Este era su hogar, guardaba afecto en su corazón por todas las memorias que creó allí.
Lan Wangji vio las túnicas de Wei Wuxian a su lado, y con el llamado, alzó la mano para pedir la del concubino. El menor se agachó a la altura del otro. Sus manos y miradas se entrelazaron.
—Todo saldrá bien, Wei Ying —le aseguró sin dudar. Por el bien de su amado, se aseguraría de liberar lo que aquejaba a la montaña. De esa manera, Wei Ying podría estar tranquilo y podrían darle el lugar a Xiao Xingchen para que remontara su vitalidad.
Wei Wuxian le creyó, ¿cómo no lo haría? Se trataba de su Hanguang-Jun, inevitablemente siempre tomaría sus palabras en su corazón como una verdad absoluta.
Con un beso en su mano, Wei Wuxian se levantó para quedarse parado al lado de su emperador. Todos estaban esperando por la señal de Lan Wangji para iniciar. Wei Wuxian sentía su piel hormiguear y a la ansiedad descontrolando sus sentidos.
Pero cuando la mano de Lan Wangji se elevó para indicar que todos estuvieran listos, Wei Wuxian tomó aire de una gran bocanada. Entonces la mano cayó, y Wei Wuxian apretó a Suibian en su mano, esperando lo que sea que viniera.
Las formaciones se rompieron gracias al ataque a sus puntos cruciales con los talismanes. Al instante en que cayeron, hubo una ráfaga de viento que salió del centro y se expandió por el perímetro. El viento arrastraba consigo los gritos y llantos más escalofriantes que Wei Wuxian hubiera escuchado. Eso, junto al silbido del viento contra sus orejas, los obligó a todos a cubrírselas con las manos.
—¡Toquen las canciones! —Wei Wuxian gritó por encima del escándalo. Los discípulos encargados de esa tarea lucharon por ignorar el ruido y trataron de encontrar algo de serenidad para comenzar a tocar.
Las melodías de los guqin pronto se unieron al ruido en la montaña. Xiao Xingchen y Song Zichen se tomaron de la mano cuando el viento que soplaba aumentó y levantó la tierra, enviando las diminutas piedras a volar y a golpearlos. El daño era mínimo, pero lo suficiente para hacer que se cubrieran con sus brazos. Los que activaron los talismanes se encargaron de proteger a quienes estaban tocando, para que no tuvieran que parar.
«Wei-Gongzi! ¡Wei-Gongzi!» varias voces comenzaron a llamar a Wei Wuxian como la última vez que estuvo en la montaña. Él tuvo que apretar los dientes para contener su rabia.
«¡No puede confiar en ellos, Joven Amo Wei! ¡Nos traicionaron!»
—¡¿Quiénes?! —inquirió con un grito.
Con ojos cautelosos, los discípulos vieron cómo energía resentida se alzaba en líneas danzantes alrededor de las formaciones.
«¡Nos traicionaron! ¡No puede estar junto a nuestros verdugos!»
—¡Los Wen pagaron por sus crímenes hace tiempo! ¡Fueron vengados! —Lan Wangji se dio cuenta de que la energía resentida comenzaba a formar una extraña figura que pretendía acercarse a Wei Wuxian. Se arrastraba desde un costado y crecía a medida que se aproximaba.
Wangji resonó entre todo el alboroto, la energía espiritual de Hanguang-Jun obligó a la energía resentida a retroceder y alejarse de Wei Wuxian.
Con la ayuda de Lan Wangji, él junto a sus discípulos comenzaron a reprimir a la energía resentida hacia el centro de la montaña. Conteniéndola allí, ciertos cultivadores más experimentados cambiaron la melodía para tratar de destruir a la energía resentida.
Siendo atacada, la energía comenzó a llamar a toda la demás para reunirse en el centro. Comenzó a formarse una bola que crecía con cada minuto que pasaba. La canción funcionaba, porque ese crecimiento era el intento de la energía por no desaparecer.
«No nos vengó de todos, Joven Amo» Wei Wuxian logró escuchar. Ese era... ¿su San-shidi? De repente, sintió un golpe en su cabeza y el sonido de algo metálico. Al bajar la mirada, donde sintió que cayó lo que sea que le golpeó, se congeló en su lugar cuando se dio cuenta de que se trataba de una Campana de Claridad manchada de sangre.
¿Qué...? ¡¿Qué significaba eso?! Su respiración se descontroló y su cuerpo empezó a temblar. Algo en su estómago se revolvió en miedo por los pensamientos que inundaron su mente.
Alzó la mirada para dejar de ver la campana con la esperanza de que así cesaran los temblores de su cuerpo. Allí fue cuando vio que el montón de energía estaba a punto de explotar. Abrió la boca para advertir, mas, notó que la energía tomó una nueva forma. Una punta que apuntaba hacia a Lan Wangji.
Cuando explotara, iría hacia él.
Wei Wuxian se colocó enfrente de Lan Wangji justo en el momento que esto sucedió. Toda la energía resentida se lanzó hacia él como una flecha, apuntando a su cuerpo con la punta. Él apretó los ojos para esperar el impacto que sucedió en segundos.
Sintió como si hubiese recibido un puñetazo en su estómago que lo hizo perder todo su aire. No obstante, luego sintió ardor, uno muy intenso que lo hizo inclinarse y sisear.
—¡Wei Ying! —escuchó a Lan Wangji gritar. No era la única voz.
Su cabeza se llenó de voces y gritos, sus meridianos vibraron en alarma por la energía invasora que comenzó a correr por sus canales. La piel cedió y comenzó a dejar ver sus venas infladas en angustia y miedo.
Cayó en sus rodillas.
Escupió sangre.
La energía resentida se estaba aferrando a su núcleo dorado.
No podía a dejar terminar el año sin una actualización 😭
¡Felices fiestas! Espero les guste este capítulo.
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