Capítulo IX: Cambios.

Wei Wuxian estaba feliz, muy feliz. De hecho, irradiaba felicidad por todo su semblante; en su manera de caminar, su sonrisa amplia y sincera, sus bonitos ojos grises brillando tiernamente. Con tal aura, las miradas insolentes de los consortes se resbalaron sin tomarlas en cuenta.

Lan Zhan parecía estar de la misma manera, casi se podía jurar que emitía pequeños rayos de luz por todo alrededor suyo mientras se sentaba en el Trono Fénix del Respiro Helado. Sus ojos se escaparon para robar una mirada hacia su Asistente de Segunda Clase, quien le sonrió en respuesta.

«Yo también te quiero, Wei Ying» esas palabras retumbaban en su cabeza desde que las escuchó de la boca del emperador la noche anterior. Incluso soñó con ellas, abrazado por los fuertes brazos de Lan Zhan, se durmió recordando ese ensoñador momento. La voz del mayor cantándolas en un susurro para él.

Wen Qing esa mañana también estaba de muy buen humor después de que Wei Wuxian le contara a Mo Xuanyu y a su hermano lo que había sucedido. Omitiendo, por supuesto, ciertos detalles. Les había contado que Lan Zhan y él cultivaron juntos esa noche. Ella, como médica, le dijo que en unas semanas debería hacerse un chequeo.

La cultivación dual era un escenario perfecto para un embarazo.

La Asistente de Primera Clase le dio una mirada interrogativa y, con una seña, Wei Wuxian le dijo que después hablarían. Ella le devolvió la risita, ya imaginándose los motivos de su alegría.

Lan Zhan dio algunos anuncios que Wei Wuxian pasó por alto, hasta que hubo algo que le llamó la atención.

—Consorte Honorable —llamó estoicamente, la mirada del hombre de facciones finas se movió a él al instante—Una invitación llegó desde Lanling Jin para ti. Es para la boda del Joven Amo Jin y la doncella Jiang.

Wei Wuxian no estaba para nada sorprendido. Era evidente que Jin Zhiruo haría que lo invitasen desde que supo que él asistiría. ¿Cómo podría dejar el representante del Clan Jin que el antiguo Asistente Menor fuera a su hogar en lugar de él?

Eso era un bochorno que solo la ingenua Concubina Honorable podría permitir.

—Nos acompañarás a mí y a mi Asistente de Segunda Clase —Wei Wuxian estuvo satisfecho con eso. Por la manera en que Hanguang-Jun formuló la frase, hacía parecer que el entrometido era el Consorte Honorable y no el Asistente de Segunda Clase.

—Sería un honor, Huangshang —habló con dureza Jin Zhiruo. Luo Huyin quería reírse, cada día era más divertido tener a Wei Wuxian en el harén, ¡y ni siquiera llevaba un año allí!

—El frío está llegando, en la mañana es más notable —murmuró Hanguang-Jun mirando al exterior a través de la puerta abierta de par en par. Y en efecto, había bastante neblina ese día—Quédense aquí unos instantes, esperen a que el sol salga un poco más y vayan a sus palacios bajo su calor —una vez dicho eso, se levantó de su trono. Le dio una última mirada afectiva a Wei Wuxian antes de comenzar su partida. Este intimo detalle no pasó por desapercibido por las otras personas en la sala.

—Despedimos respetuosamente a Su Majestad —dijeron al unísono mientras se inclinaban ante la salida del emperador.

Con su ausencia, la situación en la habitación cambió. Normalmente, Wei Ying escaparía del lugar tan pronto como fuera idóneo el hacerlo. Ahora estaba atrapado con ellos hasta que el sol se alzara en el firmamento.

La Asistente de Primera Clase tomó la palabra para llenar el silencio.

—Asistente de Segunda Clase, ¿cómo se encuentra? ¿Se ha recuperado del accidente que sufrió? —preguntó con sinceridad. Cuando ella se enteró de lo sucedido, mandó a varios de sus sirvientes a investigar para que la mantuvieran al tanto de lo que sucedía. Lo último que supo fue que este había caído inconsciente, esto lo confirmó gracias al anuncio que el emperador envió ese mismo día.

Wei Wuxian le sonrió de la misma manera.

—Gracias por su preocupación, meimei. Con ayuda de los médicos imperiales y el cuidado del emperador me he podido recuperar por completo —la familiaridad con la que él le habló a ella atemorizó a los demás concubinos. Su cercanía era peligrosa, el emperador parecía apreciarlos a ambos. Luo Huyin era a quien el emperador visitaba más seguido después de Wei Wuxian.

—Fue un escándalo lo que sucedió —Wang Shu jugó con las armaduras de sus uñas fingiendo desinterés—Los líderes de secta estuvieron muy... disgustados por la escena en el Pabellón de Orquídeas.

Wei Wuxian mantuvo su sonrisa cuando se giró para clavar su mirada en el hombre, los ojos del concubino no se atrevían a mirarle. Se rió en sorna por eso.

—Estoy seguro que sí, animales salvajes en el palacio es lo último que ellos esperarían ver —respondió calmado—Es una fortuna que la culpable haya sido castigada, por haber ensuciado el nombre del emperador.

La mención indirecta de Yao Qingshang ensombreció los gestos de todos.

—Su Majestad fue benigno al castigar a Yao Qingshang con el exilio —Liang Yuyan rodó los ojos ante las palabras hipócritas de Jin Zhiruo.

—Muchas molestias por unos simples perros —masculló mientras fingía arreglar sus túnicas, aplanando dobleces inexistentes. No obstante, la manera en la que dijo eso no sonaba como si estuviera refiriéndose únicamente a los animales.

—No fue por los perros, Concubina Honorable Liang —la mujer alzó una de sus cejas ante la voz que le respondió—Fue porque me atacaron. ¿Qué hubiera sucedido si estuviera embarazado? Seguramente ahora el Clan Yao estaría portando sus túnicas de blanco luto.

—Pero no lo estás —ella respondió amarga y rápidamente, bebiendo vinagre por las palabras entre líneas. Él le sonrió y bajó sus manos a su vientre.

—Aún, no lo estoy, aún. Pronto será, estoy seguro —se preguntaba cuándo llegaría ese día en que pudiera sentir una respuesta al enviar energía espiritual a su meridiano de esa zona baja, ese solo pensamiento lo hacía emocionarse por el futuro—Eso no minimiza el hecho que un miembro del harén resultó herido, eso no es menos que un insulto al emperador. Es como si golpearan a Su Majestad.

—¿Cómo sabes que estarás embarazado pronto? No seas arrogante, Daying, eso es algo que solo los cielos pueden saber —Jin Zhiruo hizo pasar aquella reprimenda con gentileza al endulzar su tono de voz, pero Wei Wuxian supo leer a través de su acto.

—Yo lo sé —no había titubeos en su voz al hablar, como si en verdad pudiera asegurar que pronto tendría a un hijo de Lan Wangji dentro de su vientre—El emperador y yo lo sabemos.

Amargura y más amargura, solo eso veía en los rostros de los concubinos, y se regocijaba de atormentarlos.

—Cuida tus palabras, Asistente de Segunda Clase —Liang Yuyan prácticamente rechinó los dientes.

Wei Wuxian se rió bajito al ver el rostro de Liang Yuyan enturbiarse. Ingenua, una pobre ingenua. Él se quedó callado para reflejar modestia sumisión.

—Huangshang adora a nuestro gege —la Asistente de Primera Clase continuó—¿No le cedió el Invierno Floral como palacio? Ni siquiera al Jin-Guifei se le otorgó tal honor.

—Changzai, cuidado con las palabras con las que acompañas mi nombre —Jin Zhiruo apretó su puño sobre el descansa brazos. Pese el regaño, la sonrisa de Luo Huyin no desapareció de su rostro.

—Mis disculpas, Su Excelencia, pero solo he dicho la verdad. ¿No es una muestra de su devoción hacia el Asistente de Segunda Clase el hecho de que Su Majestad le entregara el palacio donde su madre, la antigua emperatriz, vivió?

El comentario hizo que Wei Wuxian abriera la boca sorprendido. ¿La difunta Emperatriz Lan Mao vivió en el Invierno Floral?

Después de eso, nadie más quiso hacer un comentario en contra de él. Coléricos, los consortes se mantuvieron callados tras la contundente respuesta de Luo Huyin en defensa de Wei Wuxian. Ambos consortes sabían usar las palabras para ello, fueron inteligentes por una vez en sus vidas y los dejaron ser en paz.

Cuando salieron de allí, Wei Wuxian rápidamente se acercó hasta la joven mujer para preguntarle sobre lo que había dicho. Poco se sabía de la Emperatriz Lan Mao. Él no la pudo conocer, pues murió de causas naturales a muy temprana edad. Tiempo después, devastado por la tristeza de perder a su esposa, el emperador Qingheng-Jun le siguió hasta la otra vida. Allí fue cuando Lan Qiren asumió el control del imperio mientras el Primer Heredero crecía.

De lo poco que era conocido de la Emperatriz Lan Mao era que la bella mujer era la favorita de Lan Feng. El emperador se enamoró de ella apenas la vio, ella tenía el puesto de Concubina Honorable en el harén imperial. Tan pronto su romance inició, el emperador Lan Feng solo la quería ver a ella, solo la pedía a ella y solo la deseaba a ella. Poco tiempo después, la hizo su emperatriz. Y de ese fiel amor nacieron Lan Xichen y Lan Wangji, los dos adorados hijos de la feliz pareja.

—Meimei, ¿es verdad lo que dijiste? —preguntó Wei Wuxian mientras ambos caminaban hasta el jardín del palacio de Wei Wuxian—¿La fallecida emperatriz vivió en el Invierno Floral?

Ella le miró impresionada.

—¿No lo sabías? —Wei Wuxian tuvo que negar.

—¿Cómo podría? Ella ya había fallecido cuando yo era un niño y visitaba el palacio con mis padres. Para entonces el Gran Maestro Lan ya había subido al trono —ella cubrió su risita con su manga.

—Gege, yo soy más joven que tú y conozco la historia —Wei Wuxian hizo un puchero.

—Naturalmente, dado a que tú estudiaste para servir al emperador.

—De acuerdo, de acuerdo. No seas mimado, te contaré —con una última risita, ella miró hacia el frente, donde la hermosa vista del Invierno Floral ya se hacía ver—Las gencianas violetas eran las flores favoritas de la emperatriz. Así que el emperador mandó a sembrar cientos de ellas en el palacio de su querida concubina.

Wei Wuxian también creía que las flores eran hermosas, así que, entendía el gusto de la fallecida emperatriz.

—El Invierno Floral no se llamaba así cuando ella vivía allí, claramente. Le cambió el nombre cuando las flores crecieron. Invierno por el acabado en mármol blanco y floral por las gencianas de la emperatriz.

—Y ahora es mi hogar... —murmuró entendiendo que Lan Zhan se lo diera. Recordando con algo de esfuerzo, todavía podía visualizar la tensión caer sobre los hombros de los consortes cuando el emperador anunció que ese sería su palacio el día de su llegada al harén.

—Yo creí que conocías la situación, desde ese momento estuviste en la mira de ellos —Luo Huyin le miró curiosa, intrigada por cómo alguien podría pasar algo como aquello por alto.

Claro, el darle el palacio de la antigua emperatriz a Wei Wuxian fue el primer movimiento que daba lumbre al favor del entonces Asistente Menor con el emperador. Ese palacio era algo que todo concubino aspiraba a poseer, mas cayó en las manos de Wei Wuxian desde que llegó.

Una vez la enorme sonrisa apareció en su rostro, Wei Wuxian no pudo espantarla de allí durante el resto del día.

Tal vez por eso volvió a su vieja costumbre de meterse en problemas. Retomó felizmente sus trabajos que había dejado durante la semana que estuvo indispuesto. Trabajó en los talismanes que ya estaba a punto de terminar.

—Vamos, Qing-jie, ¿cómo podré saber si funciona si no lo pruebo? —ante el gesto firme en negación de Wen Qing, el pobre joven estaba casi suplicando de rodillas y lloriqueando.

—Dije que no, es mejor esperar a que Su Majestad venga para pedir su opinión —ella le miró tratando de ignorar lo adorable que Wei Wuxian se veía haciendo un puchero.

Aunque nunca sería igual de adorable que su A-Ning.

—Posiblemente pase la noche en otro palacio y yo no puedo esperar hasta otro día, por favor, solo déjame probar este talismán y te prometo que los demás los consultaré con Lan Zhan —juntando sus manos en una triste forma de súplica, con sus ojos reluciendo en inocencia, miró una vez más a Wen Qing.

—Jiejie, deje que Wei-gongzi pruebe su invento. Si funciona, podría enseñárselo al emperador e impresionarlo —Wen Ning apoyó a su amigo a sabiendas que él era el punto débil de su hermana y eso facilitaría toda esa innecesaria discusión.

—Y si somos optimistas, incluso podría impresionar al Gran Maestro Lan —ante eso, el de túnicas negras rió.

—Yo no creo que eso sea posible, Mo Xuanyu —viendo el gesto desentendido del joven sirviente, él continuó para explicarse—El Gran Maestro Lan me odia, fui castigado incontables veces mientras estudiaba en el Descanso de las Nubes.

—Entonces esto podría ayudar a redimir su relación con el Maestro Lan —insistió Wen Ning.

Al final, con una triple alianza, Wen Qing perdió la batalla en su resistencia y a regañadientes, se paró al lado de Wen Ning y Mo Xuanyu para ser la prueba del talismán de Wei Wuxian.

—Bien, si esto funciona, se lo enseñaré a Lan Zhan.

—Sigo sin entender la finalidad, ¿qué necesidad tienen los Lan de un talismán que amplifique el Hechizo del Silencio? —refunfuñó Wen Qing cruzando sus brazos.

—Ah, eso es fácil. El Hechizo del Silencio funciona en una persona a la vez, pero, ¿y si se necesita callar a una horda de personas? —terminando de afinar algunos detalles, Wei Wuxian alzó el talismán para lanzarlo hacia las tres personas que se pararon en el jardín trasero del palacio.

El talismán chocó con el pecho de Wen Ning, sin hacerle daño. Tampoco pareció afectar negativamente a ninguno de ellos, entonces, los tres pares de ojos se miraron entre sí asegurándose de que todavía se vieran como humanos.

Wen Qing quiso hablar, pero notó que sus labios estaban sellados. Lo mismo con Wen Ning y Mo Xuanyu.

Wei Wuxian sonrió, ¡había funcionado!

Iba a reírse.

Pero descubrió que él también tenía los labios sellados.

Wen Qing lo quiso matar en ese instante. La mirada asesina persistió por las dos horas que esperaron a que el talismán perdiera su efecto.

Eso no pasó. Ya casi eran tres horas y el hechizo aún no se desvanecía de ellos, en su lugar, el hechizo original no duraba más que un incienso, y allí estaban ellos, sin poder abrir su boca por casi tres horas.

«Por eso se le llaman pruebas, Qing-jie. Ensayo y error» escribió en el papel que decidieron utilizar para comunicarse mientras tanto. Añadió una carita sonriente para tratar de apaciguar el enfado de la mujer.

«Mueve tu ensayo y error hasta el Gran Maestro Lan y pídele que levante este hechizo» le escribió en respuesta para después darle un golpe en su cabeza. Se hubiera quejado, pero no podía.

Así que, los cuatro caminaron silenciosamente hasta donde suponían que Lan Qiren estaba, el palacio principal; específicamente el Pabellón de la Biblioteca. En la mano llevaba un libro donde Wei Wuxian tenía anotado todo su trabajo en talismanes y formaciones espirituales, él se lo entregaría al Maestro Lan para que analizara dónde había fallado en su intento.

Llegar hasta el palacio principal fue una travesía no muy difícil, sin el permiso del emperador, nadie podía salir de la Ciudad Prohibida. Sin embargo, cuando a base de señas Wei Wuxian les explicó lo que había sucedido, unos guardias decidieron acompañarlos hasta su destino. Reconocían a Wei Wuxian como el favorito del emperador, negarle algo era un riesgo que pocos se atrevían a correr. Era un secreto a voces, pero todos sabían que el Asistente de Segunda Clase sería quien daría a luz al primer heredero de la nueva generación.

No podía ser de otra manera, el pueblo se negaba a pensar, mucho menos creer, que el emperador embarazaría a otro concubino primero.

Milagrosamente, Lan Qiren estaba saliendo de la biblioteca cuando ellos llegaron. El hombre les miró alzando de forma ligera una ceja, cuestionando su presencia allí, y pronto su mano tomó su barba para acariciarla como siempre hacía.

—Asistente de Segunda Clase, ¿qué hace aquí? Debería estar en la Ciudad Prohibida —su tono se pintó con reproche y una pizca de regaño sonó—¿El emperador sabe de su presencia aquí? —continuó hablando.

Esperó por alguna respuesta, no tuvo ninguna.

Insultante, eso fue lo que pensó de la actitud de Wei Wuxian al no responderle.

—¿No respondes? Te estoy haciendo una pregunta —el rostro del joven se veía complicado mientras le miraba nervioso. Hasta que pareció recordar algo y, con algo de prisa, sacó un papel entre los tantos que llevaba en un libro de tapa azul.

Le enseñó el papel justo enfrente, para que pudiera leer.

«Tenemos el Hechizo del Silencio, no podemos hablar. Por favor, ayúdenos»

Decir que estaba sorprendido era pedir menos de lo que se esperaba en relación con Wei Wuxian. Viniendo de él, Lan Qiren se esperaba cosas incluso peores. Resignado, dejó escapar un poco de aire por su boca.

—Acompáñenme —dándose la vuelta de nuevo, volvió a abrir las puertas de la biblioteca para guiarlos hasta la mesa donde previamente estaba sentado. Algunos sirvientes todavía estaban allí recogiendo la taza y tetera de porcelana blanca que él había usado durante su visita.

De inmediato, esos mismos sirvientes se apresuraron en su tarea para despejar la mesa para los invitados del Gran Maestro. Wei Wuxian les sonrió, aunque ellos no lo vieran. Ese tipo de cosas se sienten, sabía que los sirvientes lo harían.

—¿Quién les colocó el hechizo? —preguntó al sentarse—Solo el emperador puede usar el Hechizo del Silencio en un concubino. Cualquiera que se atreva será castigado.

Wei Wuxian se dio prisa en sacar otro papel y un pincel para poder escribir su respuesta, Mo Xuanyu le entregó la tinta que había cargado con cuidado.

«Fui yo... estuve experimentando con algunos talismanes»

Lan Qiren respondió con un poco de sorpresa.

—El Hechizo del Silencio es una técnica exclusiva del Clan Lan, ¿cómo lograste replicarlo en un talismán? —entrecerró los ojos acusatoriamente.

«¿Podría quitarnos el hechizo, por favor? Es más fácil explicarme si puedo hablar»

El Gran Maestro alzó la mano, con solo dos dedos erguidos, levantó el hechizo de los presentes sin parpadear. Si Wei Wuxian había estudiado el hechizo, entonces sabía que solo quien lo ponía podía levantarlo, sin embargo, si pedía ayuda era porque cabía la posibilidad de que alguien más lo quitara. Al instante que levantó la mano, las bocas de los jóvenes se abrieron y suspiraron aliviados.

—Gracias, Gran Maestro —se inclinaron ante él.

—Ahora, me gustaría que respondiera la pregunta, Asistente de Segunda Clase —Lan Qiren observó a Wei Wuxian colocar un libro con varias hojas sueltas, abriéndolo, sus ojos captaron anotaciones que le llamaron la atención.

—Leí varios libros de aquí —murmuró mientras escarbaba entre las hojas que tenía—Descifré cómo usar el hechizo leyendo diarios de antiguos cultivadores. Lan Buojin fue el que más me ayudó.

—Estudió conmigo, dejó el clan al casarse, se volvió un cultivador solitario —si el Gran Maestro recordaba, su compañero le entregó su diario antes de irse y fue él mismo quien lo colocó en la biblioteca del clan para quien le encontrara utilidad a la sabiduría de su amigo pudiera usarlo.

Nunca pensó que sería Wei Wuxian quien lo hiciera.

No era de su incumbencia, sus reglas se lo impedían, aun así, no encontró la fuerza para no mirar los papeles que Wei Wuxian alejaba de su libro y colocaba descuidadamente en la mesa.

Un diseño de algo le llamó la atención.

—¿Qué es esto? —tomó el papel con el dibujo de lo que parecía ser una brújula. Los ojos de Wei Wuxian lo captaron en el aire, se rió avergonzado.

—Son cosas que pienso en la marcha, ideas sin pensar a profundidad, el Gran Maestro no debería tomarle mucha atención —quiso restarle importancia a ese diseño en específico. Ese diseño usaba energía resentida, y eso era algo que no iba bien con Lan Qiren.

—Dice que es una brújula con la posibilidad de detectar a cualquier criatura malvada —Lan Qiren nunca lo diría, pero estaba impresionado. Las ideas de Wei Wuxian eran descabelladas cuando las escuchabas por primera vez, sin embargo, eso no significaba que eran malas ideas necesariamente—¿Cómo pretendes desarrollar tal cosa?

—Gran Maestro, como le comenté, son ideas tontas que se me vienen a la mente —ya había encontrado la parte donde escribió sobre el Hechizo del Silencio, quiso mostrárselo al hombre, cuando este habló de nuevo.

—Ninguna idea es tonta. Solo se necesita pulirlas para encontrar su valor —frunció el ceño desaprobando las palabras de Wei Wuxian.

Esta idea de la brújula no le parecía una mala idea, y, estaba hecha desde la sincera intención de ayudar. Así como su comentario sobre la energía demoniaca en su época de estudiantes. Lan Qiren lo entendía ahora que leía esos papeles, Wei Wuxian no decía tales barbaridades por llevarle la contra al mundo entero, sino que era curioso. Una persona con una mente ansiosa por cuestionar lo que hubiera a su alrededor. Quizás fue muy duro con él en su juventud.

Sin saber qué decir para responder, Wei Wuxian extendió el libro con sus apuntes sobre el talismán que probó esa tarde, siendo tomado por Lan Qiren con interés y seriedad.

Una vez terminó de leer esa parte, él no pudo evitar pasar más hojas para darle un vistazo a los demás apuntes.

—Una bandera de atracción espiritual —leyó atentamente los pensamientos de Wei Wuxian plasmados en tinta y papel. Admitiendo que, tenía una mente brillante. En el pasado no lo pudo ver porque estaba más enfocado en tratar de corregir la rebeldía en la naturaleza juguetona del joven, ahora, era algo que estaba claro como el agua. Afortunadamente, tenía una oportunidad para redimirse.

Como maestro, su deber era alimentar el crecimiento de los conocimientos de sus alumnos; responder sus dudas, ayudarlos a probar sus ideas y teorías. Erró muchísimo al enfocar toda su atención al comportamiento de Wei Wuxian y no permitirse a sí mismo el tomar en consideración las ideas de este. Cangse Sanren no disimuló sus miradas de reproche a causa de esto una vez las clases terminaron, luego la mujer buscaba la forma de molestarlo durante las conferencias. A lo mejor en venganza.

Cerró el libro y lo colocó en la mesa.

—Mañana, ¿tienes pendientes por hacer? —preguntó, haciendo que Wei Wuxian se enderezara y mirara nerviosamente hacia Wen Qing en busca de su respuesta, cuando la mujer negó, él hizo lo mismo.

—No, Lan-xiansheng.

—Bien, mañana, ven aquí después de la comida y hablaremos sobre tus ideas —dudosamente, miró el libro en la mesa de madera—¿Puedo llevármelo para terminar de leer?

Asombrado, Wei Wuxian apenas pudo asentir rápido ante la petición.

¿Acaso estaba soñando? Lan Qiren, ese maestro que no lo soportaba, ¿le estaba pidiendo su libro para leer? ¿No lo regañaría?

—A-Adelante, Gran Maestro —se apresuró por recoger las hojas sueltas para también entregárselas al hombre. Quien, una vez las tuvo en su posesión, se aclaró la garganta y cerró los ojos, retomando su rostro firme.

—Piensa en qué podría haber fallado hoy, y mañana discutiremos tu respuesta —el muchacho de túnicas negras asintió, y se rió internamente, se sentía como un estudiante de nuevo—De acuerdo, deberías retirarte. No deberías estar tanto tiempo ausente de la Ciudad Prohibida, en caso de que Wangji vaya.

Siendo retirado, Wei Wuxian hizo una reverencia después de levantarse y comenzó a caminar fuera de la biblioteca. Todavía sin poder creerse lo que había sucedido.

—¿Salí sin castigo de una plática con el Gran Maestro? —murmuró incrédulo.

—Realmente haces lo imposible.

Wen Qing estuvo complacida de ver una pista sobre la dirección de la relación entre Lan Qiren y Wei Wuxian esa tarde. Tener la aprobación del tío del emperador sin dudas era una ventaja de la cual no muchos podían gozar.

—Shufu —Lan Wangji llegó al Yushi, la residencia de Lan Qiren. Por petición de su tío, él acudió a su hogar apenas terminó con las reuniones de ese día.

—Wangji, entra —con el permiso del hombre, Hanguang-Jun deslizó la puerta a un lado, y se sorprendió de ver a su xiongzhang sentado dentro.

—¿Sucede algo? —no pudo evitar preguntar. Lan Xichen pocas veces era visto ahora que su esposo estaba en el último trimestre de su embarazo. El Primer Príncipe prefería quedarse en el Hanshi para mimar a su pareja y bebé.

—Toma asiento, Wangji, y tranquilízate. Nada malo ha pasado —Lan Qiren señaló el asiento vacío al lado de Lan Xichen—De hecho, creo que esto no solo los beneficiará a ustedes.

Lan Xichen estaba buscando un significado a las palabras de su tío, no obstante, no estaba teniendo resultados. No sabía a lo que su shufu se refería.

—¿Qué es lo que shufu nos quiere decir? —preguntó una vez su hermano menor se sentó a su lado, él mismo dejó su taza de té en la mesa.

—He estado pensando —inició siguiendo con la costumbre de los Lan de no extender innecesariamente las conversaciones—Desde el matrimonio de Xichen, me he cuestionado sobre el trato que reciben las personas que se casan dentro de la secta —cerró los ojos, pensando y poniendo en orden sus siguientes oraciones.

Lan Xichen no se atrevía a interrumpir a su tío, pero, al ver que este se tomaría algo de tiempo para continuar, decidió que esa era su oportunidad para hablar.

—Shufu, A-Cheng no está inconforme sobre su estadía o trato en la familia —dijo solo para aclarar en dado caso hubiera un malentendido que concerniera a su esposo.

—Porque se ha acoplado a los requerimientos de la casa Lan —respondió tranquilo, abriendo sus ojos para enfrentar las miradas confundidas en sus dos adorados sobrinos—Lo que quiero decir es que, una persona no debería dejar atrás lo que lo hace a sí mismo solo porque se casa dentro de una familia.

Lan Xichen calló, dejando que la situación se posara sobre su mente para ser analizada. Lan Zhan solo miró a su tío, esperando que se explayara más en su idea.

—Me refiero a, por ejemplo, Jiang Wanyin que es un cultivador, un futuro líder de secta, debo añadir, sin embargo aquí solo sería visto como el consorte de Xichen —las cejas del hermano mayor de los Lan se alzaron en asombro por las palabras de su tío—Las reglas del palacio le impedirían seguir cultivándose de no ser porque tiene un deber con su secta.

—Ya que su única función aquí es ser mi esposo y darme hijos... —continuó con el pensamiento el Primer Príncipe.

—Es lo que las reglas dictan —confirmó Lan Qiren apaciblemente—A quien considera su hermano también es otro ejemplo; Wei Wuxian.

La mención de ese nombre atrajo la atención de Lan Wangji por completo.

—Estar dentro del harén imperial significaría ser alguien como Jiang Wanyin, esperando solamente tener hijos para el imperio —ladeó un poco la cabeza al sacar un libro debajo de la mesa—Aunque, por fortuna, eso no le ha impedido seguir con quien realmente es.

Y con el favor de su sobrino, se le permitía usar su tiempo para el cultivo. Lan Qiren se preguntaba si Lan Wangji lo hacía a propósito.

Depositó el libro con las investigaciones e ideas del consorte en la mesa, abriéndolo en donde marcó con un separador las que más le parecieron interesantes. Todas lo eran, aunque, había que admitir que unas lucían más prometedoras que otras.

—Wei Wuxian tiene una mente inigualable, es un joven brillante, sería una verdadera pena y desperdicio que su conocimiento muriera estando atado a las reglas de un harén —Lan Wangji acercó la mirada hacia la mesa, donde reconocía la caligrafía hermosa de su Wei Ying en aquellos libros—Es una situación extraordinaria, debo admitir. Dos cultivadores dentro de fuertes relaciones imperiales. Un Honorable Consorte y un Asistente de Segunda Clase, no hay precedente para esto.

—¿Shufu quiere decir que ellos deberían seguir cultivando como cualquier cultivador lo haría? —preguntó por fin Lan Wangji después de leer un poco aquel libro.

Lan Qiren asintió.

—Es lo que son; cultivadores —Lan Xichen sonrió, siendo que para él era fácil hacerlo.

—A-Cheng estará encantado de escuchar esto, shufu. Pero, me temo que con la llegada de nuestro bebé, él no dispondrá de mucho tiempo para concentrarse en cultivar.

—Mis palabras no tienen fecha de vencimiento, Lan Huan, si al crecer tu primogénito o primogénita Jiang Wanyin decide retomar su cultivación, no habrá ningún impedimento —deleitado, así le dejaban las palabras de su tío a Lan Xichen.

—Esto será un cambio drástico para los ancianos del clan, me temo —el Primer Jade entornó los ojos hacia el libro, curioso por lo que había hecho que su tío reflexionara sobre tan pocas útiles leyes.

—Lo haré un decreto, como mencionó shufu, nunca antes se había tenido a cultivadores dentro de la familia. Las leyes solo existían como prevención —Lan Wangji entendió que su tío se quedaría con el libro de su amado para seguir leyéndolo, así que, cuando sació su curiosidad, y su xiongzhang estuvo igual, empujó el objeto hacia su shufu nuevamente—Tendré una junta mañana con los ancianos del clan.

—Bien —aceptó Lan Qiren satisfecho, ahora Wei Wuxian ya tendría una mejor excusa para sus ausencias de la Ciudad Prohibida. El Gran Maestro no estaba dispuesto a dejar que la mente del joven muriera en su nuevo papel como consorte—Eso es todo lo que quería discutir, a menos de que ustedes tengan algo.

Lan Xichen negó sonriente, él solo quería volver con su esposo y darle las buenas noticias. Más unos muchos mimos para él y su bebé. Cuando demostró su negativa, los ojos del hombre mayor entonces se posaron en el menor de los hermanos.

—Si Wei Ying puede volver a cultivar, necesitará su espada —comentó mirando directamente a su tío.

—Que entregó como ofrenda al imperio... —Lan Qiren continuó con el pensamiento de su sobrino—Lo tendremos que discutir también con el consejo, estoy seguro de que no habrá problema con eso.

—Mn —Lan Wangji sabía eso, el consejo sí solía ponerle trabas a varias de sus propuestas, pero con ayuda de su tío y su hermano, los tres lograban doblegar las estrictas mentes de aquellos ancianos—Si shufu lo permite, me retiro.

Lan Xichen se giró para verlo, con una sonrisa que solo Lan Wangji podía descifrar.

—¿Irás con el Joven Wei? —la sonrisa recaía prácticamente en la picardía, provocando que las orejas del emperador se sonrojaran. Lan Qiren carraspeó al comprender la implicación de su sobrino visitando el palacio del joven consorte, decidió que su té era un mejor punto de atención.

—Mn —volvió a responder avergonzado Lan Wangji, su hermano soltó pequeñas risas con su respuesta.

—Mándale mis saludos y los de mi A-Cheng.

Lan Wangji no respondió, queriendo huir del lado juguetón de su hermano mayor, salió apresurado de la residencia de su tío bajo las risas del Primer Príncipe.

La paternidad le asentaba bien a su hermano, sobre todo si era con un hombre al que amaba. Eso dejaba que la felicidad irradiara más en el aura del Primer Jade de Gusu Lan, dando como resultado un mayor interés –incluso que antes– por la propia felicidad de su hermano menor.

Wei Wuxian estaba caminando devuelta hacia su palacio, pensando en lo fácil que fue hablar con el Gran Maestro Lan. La incomodidad inicial que sintió al tener que acudir a él por ayuda rápidamente se extinguió con el comprensible comportamiento del tío de Hanguang-Jun. Se esperaba que lo regañara por "jugar", y no lo hizo. Eso le sorprendió por completo, es más, parecía interesado por sus ideas.

Suspiró, ojalá pudieran llevarse bien. Si todo salía como quería, él sería otro de sus sobrinos.

Desde lejos pudo ver a Jin Zhiruo junto a Liang Yuyan y Wang Shu caminando por los alrededores de la Ciudad Prohibida, al analizar la mirada del Consorte Honorable, supo que estaba a punto de tener un encuentro poco agradable con ellos. Pero, ¿cuándo ha tenido una plática decente con ellos, verdad?

—Daying —le llamó Jin Zhiruo, no pudiendo disimular la tensión en su voz al hacerlo. La Concubina Honorable también se detuvo al lado del Concubino Wang.

Apretando los labios antes de hablar, y rezando por paz mental para lidiar con ellos, Wei Wuxian forzó una sonrisa y saludó a los presentes.

—Jin-Guifei, Liang-Fei, Wang-Pin —pronunció con una suave voz.

—¿Dónde estabas? Fuimos a tu palacio, no te encontrabas allí —le preguntó de manera directa el Consorte Honorable Jin.

Wei Wuxian quiso fruncir el ceño, ¿por qué acudieron al Invierno Floral? Tuvo un extraño presentimiento.

—Tampoco estabas en los jardines, ¿acaso saliste de la Ciudad Prohibida? —siguió Liang Yuyan mirándole de manera acusatoria.

—Así es, visité al Gran Maestro, le pedí su ayuda en algunos asuntos —el rostro de Jin Zhiruo se desfiguró apenas las palabras salieron de la boca del otro.

—¿Te atreviste a molestar al Gran Maestro? —Wang Shu interrumpió escandalizado.

—Creo que si mi visita hubiera sido una molestia, el Gran Maestro lo hubiera dejado en claro —Wei Wuxian trató, en verdad trató de no mal mirar a Wang Shu—Y tampoco me habría invitado de nuevo mañana. Así que, si me vuelven a visitar y no estoy, discúlpenme, al menos así saben dónde me encuentro.

—Consorte Honorable, ¿permitirá esto? Ningún concubino puede salir de la Ciudad Prohibida sin el permiso de Su Majestad —la Concubina Honorable miró al Consorte Honorable tal y como un niño al hacer berrinche, ella esperaba que lo regañara.

Wei Wuxian clavó su mirada en Jin Zhiruo, retándolo a decir algo en contra. Era la palabra del Gran Maestro, frente a él, su puesto como Consorte Honorable se minimizaba.

—El Gran Maestro lo ha invitado él mismo —admitió derrotado, apretando los dientes.

—Es bueno que lo entiendan —Wei Wuxian miró por encima de su hombro a sus amigos, viéndolos con la cabeza baja tratando de ignorar la conversación que llevaba con los demás concubinos—Me retiro.

—A Su Majestad, ¿lo has visto hoy? ¿Planeas llorar también esta noche para hacerlo ir a tu palacio? —la voz de Liang Yuyan lo detuvo.

Oh, ese fue el ataque más directo que había recibido desde que llegó. Incluso el Consorte Honorable no podría salvar a la mujer del derecho que Wei Wuxian acababa de recibir para responder ante la hostilidad.

Se giró lento, sin perder la sonrisa poco sincera que había portado desde el inicio de su encuentro.

—¿Disculpe? —dijo apacible, sin embargo, en su rostro pudo verse lo "ofendido" que estaba.

—Le robaste las noches a Yao Qingshang, y ayer volviste a atrapar a Su Majestad aprovechando tu accidente. Lo engañas con tus lágrimas falsas, ¿ya estás recuperado, no? No tienes por qué acapararlo.

—Concubina Honorable —él apretó los labios, reteniendo su molestia entre su mente y eligiendo ser inteligente para responder, calculando fríamente sus palabras—Me acusas de acaparar a Su Majestad, pero incluso antes de mi accidente nuestro emperador asistía a sus palacios, ¿no es así?

Un silencio, esa fue su respuesta.

—Ustedes lo tuvieron muchas noches sin que yo interviniese. Me quedé callado y no me quejé, a diferencia de usted —le recordó el día en que Hanguang-Jun anunció el nuevo método para elegir sus noches de servicios, con eso, la mujer se tornó roja de la vergüenza—Yo no me interpongo en la voluntad del emperador. Si decide venir a mi palacio hoy, mañana o cualquier otro día, es por su propia decisión.

Jin Zhiruo estaba avergonzado de la poca inteligencia de Liang Yuyan, ella dio paso a esta humillación. Ni siquiera podía ver a Wei Wuxian directamente a los ojos mientras les restregaba en la cara que el emperador lo favorecía.

—Yo no necesito manipular mis noches de servicios, el emperador acude a mí, es cierto —Wen Qing se aguantó una risa, decir que estaba orgullosa de Wei Wuxian era decir poco—Deberían preguntarse esto antes de acusarme; ¿por qué Su Majestad no nos visita tan seguido?

—Asistente de Segunda Clase —Jin Zhiruo fue rápido en tratar de reprenderlo—Te estás extralimitando.

—¿Lo estoy? Me pregunto, Consorte Honorable, por qué soy yo quien se está extralimitando y no la Concubina Honorable al acusarme de esa manera. Me intriga su inacción en ese momento.

—La Concubina Honorable se equivocó, y ahora tú también lo estás haciendo —rebatió duramente, alzando la barbilla para marcar la autoridad, Wei Wuxian no se inmutó con ello—Conoce tu lugar, Asistente de Segunda Clase.

—Lo conozco. Conozcan ustedes el suyo, ¿quiénes somos nosotros para tratar de decidir con quién Su Majestad pasa su tiempo?

—Creí haber dejado en claro que esa no es decisión suya —la voz de Lan Wangji los asustó a todos, normalmente la Guardia Imperial de Primera Clase anunciaría la llegada del emperador antes de entrar o pasar a algún lugar.

Por el semblante de la mujer, parecía ser que Hanguang-Jun le pidió no hacerlo.

Wei Wuxian maldijo en voz baja, ¿hasta qué grado de la conversación habrá escuchado?

—Saludos, Majestad —dijeron todos al darle paso a Hanguang-Jun, nadie más que Wei Wuxian se atrevió a mirarlo para ver su reacción, estaba angustiado por saber lo que había escuchado.

—Wei Ying, necesito hablar contigo —ignorando a los demás, Lan Zhan le dio su brazo al joven para que tomara e irse hacia el Invierno Floral.

El Asistente de Segunda Clase trató de buscar algo en el estoico rostro del emperador que le dijera si estaba enojado con él. No encontró nada, así que, con un corazón tranquilo, tomó el brazo que le fue ofrecido. Y, sintiéndose valiente, se aseguró de mirar a los demás consortes al hacerlo. Los dejaron atrás sin que el emperador reconociera sus presencias, ni siquiera para despedirse.

—¿Te estaban molestando? —preguntó Lan Wangji al cruzar la entrada al palacio, con una risita que buscó aligerar el humor del hombre en túnicas blancas, Wei Ying se aferró al brazo y restregó su mejilla en el hombro de Hanguang-Jun.

—Nada que no pueda manejar, Lan Zhan —desestimó rápidamente.

—Si lo vuelven a hacer, debes decírmelo —Wei Wuxian sonrió agradecido. Era una bonita sensación el saber que alguien estaba dispuesto a defenderlo.

—Lo tendré en mente, Su Majestad —pasaron por el jardín, donde las preciosas gencianas adornaban el hogar, con una sutil belleza y elegancia cautivadora.

Lan Zhan pensó que se parecían a Wei Ying.

—¿Qué quería discutir conmigo? —al entrar a la sala, Mo Xuanyu se apresuró para preparar una bebida para sus amos mientras Wen Qing invitaba al emperador a sentarse junto a su consorte.

—Tuve una plática con shufu hoy —por la mirada en aquellos dorados ojos, Wei Wuxian supo que Lan Wangji estaba enterado de su visita al Gran Maestro—Entre otras cosas, llegamos a la conclusión de que Wei Ying debería continuar cultivando.

La boca de Wei Wuxian se entreabrió sorprendido, tomándolo con la guardia baja, el aliento abandonó su cuerpo al escuchar las palabras de Lan Wangji.

—¿Eso- Eso significa que puedo ir de cacería nocturna? —preguntó en un susurro, mirando ilusionado a Lan Wangji, esperando que lo dicho no fuera una cruel broma de su parte, una muy horrible manera de tener una revancha por todas las bromas que él le hizo en su juventud.

—Mn. Cacerías nocturnas, usar tu espada, todo lo que conlleva ser un cultivador.

—¿Mi espada? ¿La recuperaré?

—Es tuya, sí —Wei Wuxian casi podía sentir sus ojos aguarse. Lan Zhan vio esto con una inmensa felicidad llenándole el alma, ver feliz a Wei Ying era el mejor de los regalos.

—Oh, Lan Zhan —se cubrió la boca al reconocer que se pondría a llorar, bajó la mirada avergonzado. No recordaba que el otro alguna vez lo viera llorar. Él ya había visto a Lan Zhan así, en la Cueva Xuanwu.

Esa vez Lan Wangji lloraba porque los Wen tomaron como rehén a Lan Qiren dentro del propio palacio y lo obligaron a ir al adoctrinamiento a cambio de preservar la vida de su tío, en ese entonces el emperador. Wen Ruohan había hecho esto como una forma de humillar a la Familia Imperial; el emperador estaba aprisionado, el Primer Príncipe huía y el Segundo Príncipe obedecía las ordenes del Clan Wen. No existía peor humillación que esa.

Wei Wuxian recordaba haber pensado el porqué Wen Ruohan no asesinó a Lan Qiren desde un principio cuando cayó en sus manos, si lo hubiera hecho, la muerte del emperador habría desalentado a los demás clanes. A veces pensaba que fue porque los Hermanos Jade todavía estaban vivos, la gente confiaba –y seguían haciéndolo– en ellos con los ojos cerrados. Su presencia mantenía viva la esperanza de los súbditos.

Hanguang-Jun y Zewu-Jun, el pueblo de verdad creía que mientras ellos todavía mantuvieran sus corazones latiendo, el Clan Wen no ganaría.

Si el pueblo hubiera visto lo vulnerable que Lan Wangji se vio ese día al llorar en la cueva, Wei Wuxian no estaba seguro de que hubieran continuado siendo tan optimistas. Y él no juzgaba a Lan Wangji por ello. Sin sus padres, perder a Lan Qiren sería perder a la persona que lo había cuidado y criado desde la muerte de su padre. Él también hubiera llorado de estar en esa horrible situación.

La última vez que lloró de felicidad... no lo recordaba.

Sabía que había llorado recientemente por la pérdida de sus padres, más allá de eso, pocas veces las saladas lágrimas empañaban sus grisáceos ojos, no solía permitirlo.

—Shufu me mostró un poco del libro con tus ideas —sintiéndose confiado, Lan Zhan estiró su mano para tomar la de Wei Wuxian y encerrarla con las suyas en un gesto cariñoso—Me gustaría que me platicaras sobre ellas, si así lo quieres.

—B-Bueno —sorbió un poco de su nariz y se limpió las lágrimas con la manga de su túnica, importándole poco el decoro—Todavía no pongo a prueba varias de ellas, pero, ¿no crees que son interesantes? He estado leyendo mucho de los libros en la biblioteca.

—Mn, Wei Ying es muy inteligente.

Wei Wuxian se sonrojó por el cumplido, fue salvado por sus amigos que volvían a ellos con tazas de agua y té, junto a frutas y bocadillos.

Se sentaron allí por horas, con Wei Wuxian hablando entusiasmado sobre lo que había descubierto, teorizado o analizado durante los tiempos libres que había tenido. Lan Wangji escuchaba atentamente cada palabra que su amado decía, añadía ciertos comentarios cuando era prudente y se sentía satisfecho cuando a Wei Wuxian se le iluminaba el rostro y le decía que lo dicho era brillante para luego anotarlo en un nuevo libro que Wen Ning le había pasado al Asistente de Segunda Clase.

—Aunque todavía no resuelvo cómo hacer que la brújula funcione —golpeó sus suaves labios con la punta de madera de su pincel, pensativo, miraba la página donde escribía.

Lan Wangji se percató de que el sol ya se había escondido. Ni siquiera se dio cuenta de cuándo las velas de la sala fueron encendidas, estaba tan sumergido en la melodiosa voz de Wei Wuxian que, detalles mundanos como esos se escapaban de su mente.

—Wei Ying, deberíamos cenar y luego ir a la cama —de todas maneras, Wen Qing ya había recibido la bandeja que los sirvientes de Lan Wangji llevaron al palacio al ser informados de la presencia de Hanguang-Jun allí.

—De acuerdo, mañana le comentaré al Gran Maestro sobre eso —cerrando su libro y dejándolo de lado, Wei Wuxian desocupó la mesa para que Wen Qing y Wen Ning pudieran servir los platos—Gracias por ayudarme con el talismán del Hechizo del Silencio, Lan Zhan.

—Mn —Mo Xuanyu le pasó a él una taza de té de margarita, justo a la temperatura que le agradaba. Su mirada encontró un momento que poder compartir con el joven sirviente, el muchacho asintió en un entendimiento que solo estaba entre ellos.

Cenaron contentos, disfrutando del cómodo silencio que Wei Wuxian permitió que Lan Wangji pudiera gozar. Sabía que había hablado hasta por las orejas esa tarde, y el emperador siempre respondía atento, decidió que podría darle un descanso al pobre Lan Zhan.

Al terminar, y con los platos vacíos siendo levantados por Mo Xuanyu y Wen Ning, Wei Wuxian repentinamente recordó que Lan Zhan había dicho "ir a la cama" después de cenar. Sintió algo tirar en su vientre bajo y entrepierna.

Viendo que Lan Wangji no dijo nada sobre ello y simplemente se levantó de la mesa para encaminarse a la habitación de Wei Wuxian, le siguió en silencio. Dio un vistazo a sus amigos y los vio haciéndole señas para que se arreglara un poco. Él se tocó el cabello y trató de peinarlo con sus dedos, desenredándolo con algo de dificultad.

Llegaron a la cama, y tragando duro, Wei Wuxian se sentó primero en ella, Lan Wangji le miró hacerlo sin expresión alguna. El emperador hizo el movimiento de quitarse las túnicas exteriores, así que, Wei Wuxian decidió hacer lo mismo. Se lamió los labios cuando la figura del emperador comenzó a verse a través de sus túnicas inferiores.

—Lan Zhan, ¿no apagarás las velas? —con eso, Lan Wangji se giró a verlo y sus ojos se abrieron enormes, en una dorada sorpresa al mirarlo sin su túnica y solamente con sus pantalones. Chupetones y mordidas por todo su torso, cuello e incluso en los brazos.

—Wei Ying- nosotros - —Wei Wuxian frunció el ceño, no comprendía por qué Lan Wangji había perdido las palabras por verlo así.

—¿Lan Zhan? —susurró viendo que Lan Wangji se debatió en unos segundos el si debía ir con él o quedarse parado en su lugar.

Finalmente, el emperador dio los pasos que lo llevaron a sentarse junto a su consorte, todo bajo la confundida mirada gris del joven. Allí a su lado, Lan Wangji siguió pareciendo como si tuviera un debate mental. Hasta que por fin encontró las palabras adecuadas.

—No tenemos que hacerlo cada que venga a tu palacio —Wei Wuxian sintió su corazón estrujarse.

¿Acaso Lan Zhan ya no quería...?

—Oh...

Demonios, entonces eso era embarazoso. Apenado, buscó su túnica de dormir que seguramente había lanzado a la cama en la mañana. Le dio la espalda al emperador y se sintió aún más patético al darse cuenta nuevamente de que su mirada se cristalizaba.

Lan Wangji fue capaz de sentir el cambio en el ambiente y, aterrado, trató de pensar en qué podría haber pasado. Sobre todo porque Wei Wuxian todavía no se giraba a mirarlo y simplemente se había colocado la túnica para dormir sobre su cuerpo

Ese acto lo hizo entender, Wei Wuxian se había quedado sin ella porque esperaba que durmieran juntos, pero no por obligación.

—Wei Ying —le llamó devastado. No había sido su intención el herirlo, era solo que, no quería que el joven pensara que debía entregarse a él cada vez que asistiera a su palacio.

Es decir, eso no sonaba nada mal, tenía que ser sincero. Pese a eso, no quería que Wei Wuxian viera eso como una obligación.

—Discúlpame, no me refería a eso —con la disculpa, Wei Wuxian saltó en su lugar y se giró a mirar a Lan Wangji abruptamente—Solo no quería que vieras el estar juntos como algo que debas hacer cada que te visite. Si algún día no quieres hacerlo, yo no te obligaré. Es tu elección.

Wei Wuxian parpadeó, ahuyentando sus lágrimas producto de su mente que comenzaba torturarlo con pensamientos sobre el rechazo de Lan Wangji. Su corazón se alivió al saber que no era así.

—Ah, Lan Zhan —se rió ligero para calmar sus llorosos ojos y también al hombre que le miraba preocupado.

—Perdón por no haber escogido cuidadosamente mis palabras.

—No te disculpes, Lan Zhan —sin mayores preocupaciones, Wei Wuxian se secó sus ojos con su túnica de nuevo—Yo... la verdad es que, me- me está gustando hacer esto contigo.

Admitió sabiendo que eso alegraría a Lan Wangji. Y acertó, porque al escucharle, las puntas de las orejas del emperador estallaron en carmesí felicidad.

—Wei Ying... ¿lo dices en serio? —preguntó en un susurro, comenzando a sentir el reconocido calor subir desde su entrepierna hasta su rostro.

Acercándose más al rostro de jade, Wei Ying se inclinó y rozó la punta de sus narices, moviendo su rostro de lado a lado en un tierno gesto.

—Me gusta en tanto seas tú —confesó. Y es que, al estar con Lan Zhan su corazón se abría paso hasta robarle las palabras y arrojar sus vergonzosas confesiones al emperador, todo sin que él pudiera hacer algo por evitarlo—Aunque me entristece saber que no eres solo mío —sus ojos, esas bonitas gemas grises apreciaron el centelleo dorado—Me conformo con que seas solo tú quien haga esto conmigo.

Lan Wangji frunció el ceño, para ese punto, creía que Luo Huyin ya le habría dicho. O que él mismo ya lo habría descubierto, no obstante, y pensándolo bien, él nunca lo aclaró, ¿cómo Wei Wuxian podría saberlo?

Y viendo que hacía unos instantes su falta de experiencia en comunicación hizo sentir mal a Wei Ying, se decidió a ser directo. Tal vez así no habría ningún malentendido.

—Wei Ying, nada pasa entre los consortes y yo.

Wei Wuxian, que ya estaba encantado por haber aclarado que lo que sucedía entre ellos no era obligación, sintió que su corazón se saldría de su pecho con la confesión de Lan Wangji.

—¿Qué? —susurró alejándose –para el pesar de Hanguang-Jun– y así mirar incrédulo a Lan Wangji—Pero... el harén- tú... tú vas a sus palacios con ellos, ¿cómo nada pasa?

—Fuiste el primero, Wei Ying. Eres el único con el que yazco en la cama —Wei Wuxian no lo pudo creer.

—¿Y Yao Qingshang? Ella- esa vez en Yiling, yo la vi salir de tu habitación arreglándose el vestido y el rostro sonrojado —Wei Wuxian bisbeó esperanzado. Por lo dicho, entonces había malentendido la situación.

Lan Wangji lo besó para sellar sus palabras.

—Ella intentó seducirme. Se quitó la ropa enfrente mío, pero yo la rechacé.

El sonrojo que Wei Wuxian vio esa vez no fue por haber estado con Lan Wangji, ¡en realidad era de humillación! El emperador la rechazó incluso cuando se ofreció por completo a él, Yao Qingshang estaba avergonzada por el rechazo, no por haber estado con Lan Wangji.

¡Por eso estaban tan irritables los consortes! ¡Lan Zhan ni los tocaba!

Podría soltarse a reír en ese instante, oh, incluso iría hasta sus palacios para reírse en sus caras, les mostraría las marcas que Lan Zhan siempre dejaba en su cuerpo cuando estaban juntos. No, no haría eso. Eso es solo para que Lan Zhan y él vieran.

—¡Lan Zhan! Oh~ Lan Zhan, te adoro tanto, eres tan bueno con este humilde consorte —subiéndose torpemente a su regazo, Wei Wuxian rodeó el cuello de Lan Wangji con sus brazos, tomando por sorpresa al emperador que rápidamente retomó su compostura y colocó sus grandes manos alrededor de la cintura de Wei Wuxian—Eres tan bueno, Er-Gege.

Así, sin darle oportunidad para responder, comenzó a repartir besos por todo el rostro de Hanguang-Jun, ¡se merecía todos los besos del mundo entero! Y él se aseguraría de dárselos todos.

—Wei Ying, ¿de verdad creías que podía hacer con alguien más lo que hacemos tú y yo aquí? —Lan Wangji estaba disfrutando de los besos, moviendo su cabeza en la dirección que Wei Wuxian quería posar sus labios. Su mejilla, pómulos, mentón, párpados, nariz, cualquier lado, Wei Wuxian estaba asegurándose de que cada rincón de su rostro fuera besado.

—Eres el emperador, debes darle herederos a la corona —respondió—¡Pero no importa, Lan Zhan! Cultivaremos juntos hasta lograr poner un pequeño bebé Lan en mí. ¡Estoy tan feliz que podría dormir contigo todos los días!

Los ojos de Lan Wangji brillaron con esas palabras.

—Todos los días... —repitió contento, Wei Wuxian ignoró eso al estar tan ocupado besándole el cuello, donde había decidido colocar toda su atención ahora que estaba tan eufórico.

—¿Mhm? —murmuró embelesado el joven consorte, repentinamente, fue alzado para ser arrojado a las sábanas—¡Ah, Lan Zhan!

—Dormir conmigo todos los días —recordando sus palabras dichas desde la hipnotizante complacencia, él se arrepintió de inmediato de ellas cuando vio un brillo determinado en el dorado de los ojos del emperador.

—No, Lan Zhan, no. Olvida que dije eso, ¿si? —las manos de Hanguang-Jun se metieron entre el filo de sus pantalones, listos para tirarlos hacia abajo—Mi cuerpo no soportará esto todos los días.

—Mantén tu palabra —le besó, Wei Wuxian quiso hablar pero los labios del joven gobernante se lo impidieron.

—Lan Zhan, por favor, ¿qué te parece una vez cada cuatro días? —siendo ignorado de nuevo, Lan Wangji lo hizo alzar las caderas para quitarle los pantalones. Traicionándolo, su pene ya comenzaba a ponerse erecto, haciendo de sus palabras un triste chiste que no podía ser tomado en serio.

Ante su insistencia, Lan Wangji tomó las muñecas de Wei Wuxian y las colocó con algo de rudeza sobre la cabeza del menor. Callando los lloriqueos juguetones del joven.

—Todos los días son todos los días.

A Wei Wuxian le brillaron los ojos con la imagen del rostro serio de Lan Wangji negándole su sugerencia. Su pene palpitó. Bueno, eso era algo nuevo. Tal parecía que eso le estaba gustando demasiado.

Definitivamente, habría muchos cambios en el palacio.

—¡Zongzhu, zongzhu! —un discípulo, de los más jóvenes, llegó corriendo hacia Jiang Fengmian. Sus pasos resonaron sobre la madera del muelle.

El hombre, que estaba disfrutando de pelar semillas de loto junto a su hija, alzó la mirada al ser llamado con desespero. Su sonrisa se evaporó al notar el gesto de horror en el joven.

—¿Qué sucedió? —dejó las semillas que estaba por abrir de regreso en la canasta. A su lado, Jiang Yanli también abandonó su feliz sonrisa y se levantó para mirar la situación. Por la palidez del joven, debía ser algo grave.

—Los discípulos que acudieron para atender el caso de Yiling... ellos... ¡regresaron con heridas muy graves! —al inicio la voz del joven se escuchaba tan fina como un hilo, llena de pesar. Luego se llenó de miedo, él había visto cómo los discípulos volvieron de su cacería nocturna.

No creía que todos salieran vivos.

Jiang Fengmian envió a su hija con sus doncellas. Siguió al discípulo hasta el pabellón médico. Escuchó el reporte que lograron obtener de uno de los menos heridos y añadió lo que vio por cuenta propia.

—A todos les quitaron sus Campanas de Claridad, incluso uno de ellos tiene el zarpazo en su cadera. El yao se la arrancó con todo su poder, llevándose pedazos de carne —Jiang Fengmian frunció el ceño preocupado—Zongzhu, hubieron otros discípulos de otros clanes, a ninguno de ellos los atacaron en ese punto.

Con eso, Jiang Fengmian reaccionó con sorpresa. Los ataques a su secta lucían con intenciones específicas; quitarles sus campanas.

¿Por qué un ataque deliberado?

—Prepara un nuevo grupo, luego de ver a los heridos iremos a Yiling para investigar —el joven muchacho aceptó la tarea con rapidez. Se alejó de su líder para llamar a los discípulos, Jiang Fengmian siguió caminando por su cuenta propia.

Viajar a Yiling después de mirar con sus propios ojos la gravedad de las heridas que el primer grupo de cultivadores recibió fue inquietante para Jiang Fengmian. Del grupo que se formó para la segunda expedición, tuvo que llamar a otras diez personas más. Por lo que vio, el caso era más peligroso que lo inicialmente creído. Se suponía que era sencillo, los cultivadores que fueron no eran novatos, eran cultivadores con experiencia y destreza. Si ellos fueron heridos de tal manera, entonces lo que pasaba en Yiling no era algo que subestimar.

—Padre, ve con cuidado, por favor —Jiang Yanli se quedaría a ayudar en el ala medicinal para atender a los heridos. Al saber que su padre iría personalmente para revisar el caso, el corazón de la joven mujer se llenó de angustia.

Su padre le sonrió y acarició la mejilla, inclinó su cuerpo para besar los cabellos de su adorada hija.

—Regresaremos bien, A-Li —fueron sus palabras antes de partir. Jiang Yanli se aferró a ellas.

Tomó tres días para que esa promesa se cumpliera. Su padre regresó luciendo exhausto, pero ninguno estaba herido. Simplemente parecían al borde del colapso.

—Es la montaña Wei Cangse... hay mucha energía resentida allí —masculló Jiang Fengmian al ser atendido por su espantada hija.

—¿Cómo puede ser posible? Escuché que Su Majestad y A-Xian fueron allí hace tiempo, estoy segura de que purificaron la montaña —limpió con cuidado la pequeña herida en la ceja de su padre mientras habló.

—Hay mucho resentimiento. Puede que liberaran a los espíritus que se encontraban allí en ese momento, pero luego la montaña llamó a más. Y crecieron más fuertes. Si sigue así, la montaña podría convertirse en un punto prohibido, como los Túmulos Funerarios.

—Por los cielos... esto destrozará a A-Xian —el corazón de Jiang Yanli se encogió. Lo único que ella anhelaba para su hermano era su felicidad, mas lo que sucedía con la montaña Wei Cangse podía destruirlo.

—Seguramente Huangshang hará algo al respecto —aseguró Jiang Fengmian tomando la mano de Jiang Yanli—A-Xian es preciado para él, no permitirá que un lugar tan especial para Wei Ying se pierda.

—¿Le informarás? —aliviada por la posibilidad, siguió con su tarea de atender las heridas de su padre. Jiang Fengmian cerró los ojos y dejó que su hija siguiera con su trabajo.

—Las demás sectas con discípulos que resultaron heridos llegaron a un acuerdo de hacer un informe para que Gusu Lan tomara cartas en el asunto. Temen por las ciudades cercanas a la montaña.

—Siendo así, Su Majestad hará lo posible por ayudar. Hanguang-Jun es caritativo —halagó con plena sinceridad.

Lan Wangji era de esa clase de cultivador al que halagar era sencillo de hacer. De verdad se podía creer los halagos que recibía, no pensabas que sobreestimaban su generosidad. Era el emperador más amable conocido, su ayuda al pueblo era valorado por todos.

Jiang Yanli pensó que Wei Wuxian sería una espléndida Emperatriz Masculina. Sus ansias por ayudar a cualquier persona serían agradecidas por los ciudadanos, sería una adición inmejorable para Hanguang-Jun.

Juntos, serían los emperadores de toda la nación; justos, gentiles y serviciales para el pueblo.

Ella sonrió en su mente. Le deseaba suerte a su hermano. Que pronto quedara embarazado para asegurar el puesto como emperatriz.

Si se embarazara, ella estaba segura que Lan Wangji haría lo necesario por hacerlo su Emperador Consorte.

En este capítulo introduje algunos términos nuevos para los títulos, así que les daré una explicación:

*Huangshang: Emperador/Su Majestad.

*Guifei: Consorte Honorable, por eso lo usa Jin Zhiruo. Jin-Guifei.

*Fei: Consorte. Liang-Fei.

*Pin: Concubina. Wang-Pin.

*Changzai: Asistente de Primera Clase. Luo-Changzai.

*Daying: Asistente de Segunda Clase. Wei-Daying.

Me tomé una libertad para no confundirles. Verán que en la novela llamo a Liang Yuyan Concubina Honorable y Wang Shu es solamente Concubino. Aunque Fei signifique consorte, lo usaré para diferenciarla de Wang Shu. Esto dado a que el siguiente puesto de Fei sería Guifei (en la dinastía del emperador Kangxi), y ese ya lo tiene Jin Zhiruo.

Originalmente, Jin Zhiruo debería ser Huang-Guifei, que significa Consorte Honorable Imperial, sin embargo desistí de usarlo por otros motivos que explicaré más adelante. Además, en la novela él solo es Consorte Honorable, así que tan errada no estoy.

Con esto no pretendo faltarle el respeto a la cultura china ni a su idioma, no me funen, por favor TnT Es solo para que no se confundan si es que investigan sobre los títulos que usé. Recuerden que esto lo utilizaré así para la novela únicamente.

Esta es la escena donde Wei Ying piensa que Lan Zhan no quiere estar con él 😔

Y esta cuando ya aplican el icónico "todos los días son todos los días" 🫣

Espero les guste el capítulo y compense la larga espera, muchas gracias a quienes sigan esperando actualización. Ahora que estoy de vacaciones, quizá actualice de nuevo pronto, como un regalo por la tardanza.

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