—Shui, no podemos dejarte libre, es por tu seguridad —explicó la diosa al encerrar a la chica dentro de una jaula.

—Pagarás, Athena… ¡Pagarás! —reclamó la chica al verse sellada por el dios supremo.

*****************

—Caballeros, deben alejarse de la sala del patriarca —instruyó el patriarca Shion al resto con gesto serio.

Los murmullos abundaron después de que el patriarca otorgara la armadura del búho, dejando descolocados a los guerreros. El gemelo de la portadora, además de ser el ayudante de Shion, no sabía que había un mensaje entre letras para él: “Aléjate de los sitios prohibidos”.

A los dieciséis años, Sandal se volvió la guerrera plateada de búho y comenzó a llevar a cabo sus labores, reuniéndose principalmente con los dorados al sentir, de forma extraña, el poder de Zeus por el santuario.

—Es extraño sentir el poder de forma muy elevada —comentó sin la máscara puesta al caballero de virgo, sintiéndolo abrumado.

—Realmente es muy extraño que Zeus deje poder aquí, en el santuario de su hija —murmuró apenas audible para Sandal.

Nadie daba crédito, pero el secreto escondido en el sótano de la cámara papal de Shion era un sitio prohibido sin acceso.

—Maestro, he escuchado muchos murmullos durante nuestro regreso —comentó preocupado el castaño, sin dejar de ver al patriarca.

—Por ahora no es de preocuparse, es normal dadas las circunstancias.

**********

En el sótano del santuario, una jaula mantenía un capullo hecho con alas; en él descansa una chica de cabellos rojo ardiente, esperando la debilitación del sello para vengarse contra la diosa que le volvió prisionera.

—Se acaba el tiempo, pronto podré salir de aquí —susurró con voz cansada y ansiosa, esperando el momento para aniquilar a sus dos enemigos principales.