Se un par de cosas estaba totalmente seguro.

La primera. Existía un mundo de criaturas inimaginables en las sombras de los humanos.

Y la segunda es que Aarón tenía más secretos de lo que quería creer. El bestiario me dio más información de la que quería, y me ayudó a atar más cabos que ni siquiera sabía que debía atar. Ahora no estaba seguro de cómo proceder para decirle a Aarón que sabía su secreto y lo más importante ¿Qué haría con esa información cuando sepa la verdad?

Durante un par de días estuve evitando a Aarón, necesitaba estar totalmente seguro de que no me iba a arrancar la cabeza una vez que le dijera la verdad. Fui a dejarle una nota a su locker, algunos chicos comenzaron a susurrar ¿creían que estaba dejando una nota de amor? Y si así fuera, que les importa. Cuando fui al salón me senté con Chery, ella me estaba viendo mientras masticaba chicle.

― ¿Qué? ¿tengo tierra en la cara?―pase mis manos tratando de limpiar mi cara.

―No, pero te extrañé. No digas nada, ya es vergonzoso admitirlo―le sonreí a Chery, ella es un poco mimada, pero no es mala amiga― ¿Quieres ser mi pareja en el baile de otoño?

Me sorprendí por su pregunta, pensé que quería invitar a Aarón o a algún chico guapo.

― ¿Por qué yo? Pensé que invitarías a Aarón.

Negó con la cabeza.

―Está bien que me guste, pero seamos realistas. No soy su tipo, además mi padre quiere que vaya con alguien que me agrade y que sea aprobado por él.

― ¿Yo soy aprobado por tu padre? Sé que es amigo de mi mamá, pero no esperé que quisiera que fuera tu pretendiente.

Delante de toda la clase Chery me dio un beso sorprendiendo a todos.

―Vaya, eres una mujer decidida.

―Me criaron bien.

Escuché un par de golpes en mi mesa, volví a ver y era Aarón, le temblaba la mano.

― ¿Quieres decirme algo?―fingí no saber qué quería.

―V-vi tu nota.

―Cher, hablamos más tarde―me levanté y tomé el brazo de Aarón dirigiéndome a la salida.

― Claro, pero ¿vas a ir conmigo?

―Si―le guiñe el ojo.

Aarón y yo salimos del salón, ya habían tocado entrada así que dependiendo de cuánto tardáramos ya habíamos perdido la primera clase. Es mejor hacer todo rápido y así sabremos que hacer contra Vanesa, ella sabe que estoy cerca de Aarón y podría matarme en cualquier momento. El colegio se fue quedando atrás mientras nos íbamos en dirección al bosque. Mi corazón no paraba de palpitar con fuerza. Me detuve cuando estuvimos lo suficientemente lejos de la población estudiantil.

―Aarón...

―Soy fuerte, puedo correr muy rápido, mis ojos cambian de color dependiendo mi humor y eso no lo logro controlar ya que soy joven, puedo saber dónde estás por mi sentido del olfato, cambio de forma y como soy joven en la luna llena no logro controlar mi apariencia.

No esperaba que Aarón tomara la iniciativa de decirme lo que es.

―Soy un hombre lobo.

Y fue cuando sentí que se rompió, esa pequeña parte de mí que ni siquiera sabía que existía, la que esperaba que Aarón fuera un chico común y corriente.

―No me odies, es mi culpa que todo esto haya pasado. Ni siquiera sabía qué él tenía esposa, nos atacó a mi padre y a mí. Solo quise salvar a mi papá―Aarón tomó un respiro antes de proceder a quitarse la corbata―sé que te dije lo que soy, pero sé que no es suficiente, debo mostrarte o voy a enloquecer. Mi manada me lo tiene prohibido, pero Will me convenció, dijo que algún día sabrás la verdad, solo era cuestión de tiempo, espere que ese día nunca llegara, le oré a mi diosa, pero no le gusta responderme. Ahora estás involucrado en el mundo mágico y yo no puedo hacer nada para detenerlo.

Tiro la corbata al suelo, de descalzo lo zapatos, se estaba desvistiendo de verdad lo cual me genero un poco de incomodidad. Decidí mirar alrededor, vi un agujero al cual me podría tirar como Alicia. Me dijo que estaba listo, al verlo estaba completamente desnudo, ni siquiera pude procesar antes de que se transformará en lobo. De un segundo al otro tuve un enorme lobo blanco. De la impresión no me di cuenta de que di un mal paso y caí sentado.

El lobo dio unos pasos hacia mí, sus ojos plata eran penetrantes y sentía que podía ver mi alma. El lobo dio otro paso tratando de acercarse y yo grité.

― ¡No! ¡No te me acerques!

Pensé que estaba listo para saber la verdad, pero la verdad es que estaba muy lejos de estarlo. No sé porque se me ocurrió que era buena idea entrar a un mundo al cual no pertenezco, a como pude me levanté y comencé a correr por mi vida. El instituto estaba lo suficientemente lejos como para que no nos vieran. Cuando lo pude ver entre las ramas, no noté una raíz saliente con la que tropecé y comencé a rodar cuesta abajo. Cuando dejé de rodar volví a ver hacia la colina y vi al lobo blanco, necesitaba irme de aquí. 

***

Un capitulo cortito, pero con fuertes emociones