1 Esto es extraño


―Alex deja de quejarte y termina de acomodar tu habitación. Mañana es tu primer día y te la has pasado de perezoso tirado en tu cama sin mover un músculo. Después no quiero verte pidiéndome ayuda porque no encuentras tus cosas.

Yo solo podía escuchar las quejas de mi madre que constantemente me recordaban que debía acomodar el desorden de mi habitación. Me levanté y comencé a ver las cajas, debía buscar mis cosas para ir mañana a clases. Y es que desde que nos mudamos a la casa del abuelo me he encerrado en lo que sería mi habitación.

Tal vez debería explicar porque terminamos en una inminente mudanza. Mis padres decidieron divorciarse después de que mi padre tuviera una aventura con su secretaria y mientras buscábamos un pequeño apartamento donde quedarnos mi mamá y yo, mi abuelo falleció dejando en la herencia la casa donde ella creció y mamá vio esa herencia como una luz en el cielo, tomó todas nuestras cosas, que eran pocas, las subió a la camioneta y nos fuimos. Basta decir que mi ánimo ha estado por los suelos, saber que mi abuelo no estaba y que mis padres ya no estarían juntos era duro, tampoco he hablado mucho con papá, pero mamá dice que yo no debo guardarle rencor que siempre será mi padre y van a velar por mí, que el problema era cosa de adultos y yo solo era un adolescente.

Después de estar dando vueltas por mi habitación decidí acomodar un poco y en lo que se convirtió en un par de horas logré acomodar todo, mi madre exageraba de que no iba a encontrar nada. La puerta se abrió y mi madre con su voz chillona entró.

―Mira condenado hijo del demo... oh ya acomodaste.

― ¿Qué decías?―dije con aire de superioridad.

―Ten.

Me lanzó algo que atrape en el aire, al abrir las manos vi que eran las llaves de la camioneta del abuelo.

― ¿Por qué me das las llaves del abuelo?

―Vas a tener que movilizarte por el pueblo y puedes ir a clases en el auto del abuelo. Yo tengo mi propio auto así que no la necesito.

―Es asombroso mamá, no puedo creerlo. Debo ir a verla.

Salí de mi habitación para ir al parqueo de la casa donde estaba la camioneta del abuelo. Era una pick up Chevrolet azul de 1967, la cual mi abuelo conservaba en buen estado. Planeaba ir a dar una vuelta por el pueblo, pero en cuanto me subí un auto se estaciono justo detrás de la camioneta. Respire hondo y me trague mi molestia. Un hombre bajó del auto junto a una joven, el hombre me vio y en su rostro se dibujó una sonrisa.

―Vaya, vaya, pero si es Alexandr Lewis ¡Cuánto has crecido!

― ¿Lo conozco?

― ¡Albert!―escuché la voz de mi madre que salió alegre para saludar a ese hombre.

―Qué gusto verte otra vez.

―Mamá ¿Quién es él?

―Oh hijo, tal vez no lo recuerdes porque eras muy pequeño la última vez que lo viste, pero es Albert Moore mi amigo de la adolescencia ¿Y esta linda señorita?

―Es Chery, mi hija.

― ¡Qué grande qué estás! La última vez que te vi eras una niña pequeña, ahora eres toda una señorita.

―Gracias señora.

―Alex preséntate―mi mamá me metió un pellizco.

―Au, abusiva―quité el brazo cuando mamá intentó pellizcarme otra vez.―Hola Chery soy Alexandr.

―Un gusto en conocerte Alex, tal vez coincidamos en el colegio.

Chery no se parecía nada a su padre, mientras que el señor Moore era moreno y de ojos oscuros, Chery tenía los ojos verdes y la piel clara, además de su cabello rojo intenso. Mi madre les permitió entrar y sentarse en el sofá del salón, me hizo servirles refresco y mi escapada quedó cancelada.

Estuve de sirviente en lo que estaban en la casa, mamá hablaba con Albert sobre su divorcio y cómo es que se dio cuenta que papá la engañaba, que cuando lo confrontó le mintió e incluso la trato de loca, pero al verse acorralado le confesó la aventura.

Después se pusieron a hablar de cosas de adultos y nos echaron del salón, yo planeaba volver a salir y escapar de la "bienvenida", pero Chery me siguió.

― ¿Hola?

―Te enseñaré el pueblo, ni creas que me quedaré aquí para aburrirme como ostra.

―Gracias, pero vine aquí de niño.

―Ajá así que no has visto nuestro nuevo centro comercial.

― ¿Un centro comercial?― no supe que el pueblo poseía uno.

―En realidad es una pequeña plaza que construyó un extranjero, tiene un pequeño cine y varias tiendas, mi parte favorita es la tienda de helados del señor Porter.

― ¡Vaya! ¿Qué tal si me invitas a un helado? Por la bienvenida.

― ¿Me ves cara de monedero?

Puse los ojos en blanco, solo estaba bromeando. Bueno tal vez no, pero no tiene que ser tan grosera. Mi mamá se asomó por la ventana y me enseñó el pulgar ¿Cree que quiero coquetear con Chery? ¡La acabo de conocer! Además, prefiero a los hombres, mi última novia fue un dolor de cabeza.

―Le diré a papá que mueva el auto.

Suspire pesadamente, estaba tan irritado que olvidé que estaba estorbando la salida de mi camioneta.

Chery llamó a su padre para que moviera el auto, después subió a la camioneta y me indico en la dirección a la que debía ir.

☪☪☪

La plaza era bonita, tenía varias tiendas. Chery encabezó la caminata hacia el local de helados del señor Porter, recordaba que cuando tenía unos cinco años, una pequeña heladería era lo mejor que podías encontrar en el pueblo, pero ver lo que creció me impresionó. Chery entró primero y fue directo a la barra a pedir su helado, pidió de frambuesa con chispas de colores. Yo pedí uno de limón con trozos de fruta confitada.

―Serían seis cincuenta―la señorita nos sonrió esperando que uno pagara.

―Él paga.

Volví a ver indignado a Chery.

― ¿Yo?

―Claro cariño.

Bufé y saqué un billete de diez de mi bolsillo, era lo último que me quedaba en las manos, la otra estaba guardada en mi cerdito. La chica me dio el cambio y me di vuelta para ir a mi camioneta. Iba a dejar a esta tonta botada.

Al salir ambos comenzamos a caminar y Chery insinuó que quería ropa nueva, yo no le iba a comprar nada. Seguimos caminando hasta que terminé chocando con una enorme pared provocando que cayera al suelo, o eso pensé hasta que vi a un chico y mi helado en su pecho.

―Perdón no te vi.

―Tranquilo, yo venía corriendo y cuando quise frenar me di cuenta de que el piso estaba resbaloso.

― ¡Aarón! idiota como pudiste llenarle la camisa de helado a Aarón.

Chery estaba super indignada y yo seguía sin entender nada.

Ambos nos levantamos, ese chico llamado Aarón me tendió la mano.

―Soy Aarón.

―Alex.

Tomé su mano y sentí una corriente eléctrica recorrer mi brazo, fue tan raro. Aarón abrió los ojos sorprendido ¿lo sintió también? Algo que me percaté es que sus ojos eran plata, algo muy raro.

― ¿Ella es tu novia?

― ¡No!―prácticamente gritamos al mismo tiempo.

―Soltera y disponible, soy Chery―le tendió la mano, pero Aarón la ignoró.

Por muy raro que pareciera, Aarón parecía aliviado.

―Uy mi helado.

Su camisa era blanca y ahora tenía una gran mancha verde.

―Descuida puedo ir al baño―se encogió de hombros―además...

―Chicos están estorbando y necesito limpiar―el conserje de la plaza nos habló.

―Vamos, tengo que seguir enseñándote el pueblo.

Chery haló de mi brazo y me llevó a rastras a la camioneta.

****


Hola y bienvenidos a esta vieja/nueva aventura. Les traigo From dawn todusk renovado, son los mismos personajes, pero con la historia mejorada.

Estoy muy feliz de retomar este libro y poder darle lo que merece. Espero que lo disfruten tanto como yo lo estoy disfrutando. 

Nos vemos la próxima semana.

Los quiere.

Aliz


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