Capítulo 3

Al final Young Hak logro convencer a su amigo para que fuera a la fiesta y dejaron todo preparado para esa noche. La primera hora la pasaría con Ji Jong, como habían planeado, después el castaño irá a la fiesta dejando a Young Hak en su cuarto.

La excusa que se han inventado ambos por sí preguntan por el pelinegro es simple, está resfriado por la tormenta del viernes y prefería quedarse en casa para recuperarse completamente.

En verdad siempre que llega la luna llena usan esa excusa si de casualidad han hecho planes o quedado con otras personas, o como ese día que hay una fiesta. Todavía se sorprenden al ver que la gente se traga esa mentira cada luna llena, eso o que no prestan demasiada atención y piensan que el pelinegro tiene las defensas demasiado bajas y por eso cae bastante seguido malo.

- Bueno, pues ya está todo preparado. - Ji Jong sale del baño tras comprobar que todo está preparado y que su look es perfecto para la ocasión. - ¿Necesitas algo en especial?

El pelinegro niega con la cabeza y le observa posar desde el sofá conteniendo una risa ante las posturas de su amigo, con un chándal viejo y dos tallas más grande y en una postura bastante cómoda. Disfrutando de la compañía del otro y de los momentos de paz antes de que se alce la luna en el cielo y empiece la transformación.

El momento no tarda en llegar y dando privacidad al pelinegro, Ji Jong se aleja del salón fingiendo buscar algo en la habitación para completar el look de la noche, algo que Young Hak agradece en silencio.

Siempre empieza de la misma manera, primero le hormiguean las extremidades y poco a poco un dolor se le instala en la espalda baja y va creciendo poco a poco mientras la luna alcanza su cenit. Una vez en lo alto las mismas palabras graves resuenan en su cabeza y lo último que recuerda es la frase que le indica como romper la maldición y un dolor intenso por todo el cuerpo.

Cuando despierta al día siguiente vuelve a ser humano y solo tiene pequeños fragmentos de lo sucedido mientras es gato, muy diferente a cuando se transforma por sobresaltarse o estar demasiado nervioso o tímido. Que no es tan doloroso y solo dura una hora y en la cual recuerda todo.

Young Hak empieza a notar el hormigueo, primero en las piernas y después en los brazos, decide acercarse a la ventana y ver como la luna empieza a asomar entre los edificios y con ella el dolor en la espalda.

Cuando ya está en lo alto Young Hak no puede aguantar el dolor tumbado en el suelo al lado de la ventana y retorciéndose, su amigo le observa escondido y con una mirada de pesar y dolor por ver al pelinegro de esa manera y no poder ayudarle, aunque le ha visto sufrir muchas noches nunca llega a acostumbrarse.

Por la afrenta que ha cometido tu ancestro hace siglos hacia este lugar sagrado, yo, como protectora, maldigo a su descendencia. Young Hak, varón portador de la sangre maldita y por ende de la maldición.

Como cada noche de luna llena sufrirás durante tres días hasta el amanecer y seguirás sufriendo cada noche de luna llena hasta encontrar a la persona destinada que pueda romper la maldición con un beso de amor verdadero.

Un silencio casi mágico inunda la sala y Ji Jong sale de su escondite en dirección a la ventana. Allí, en el suelo, encuentra el chándal gris de su amigo, tirado en el suelo, dentro de la sudadera algo empieza a moverse y con cuidado el castaño ayuda a salir al gato negro de ojos amarillos penetrantes y confusos en el cual se ha convertido su amigo.

Ji Jong coge con cuidado y ternura a su amigo mientras una expresión de dolor y pesar se acomodan en su cara, le deja en el sofá y empieza a recoger y doblar el chándal bajo la mirada del gato.

Antes de irse comprueba que todo este perfecto y sin que falte nada, siempre con aquellos ojos amarillos siguiéndole atentamente desde el sofá. Cada vez que el castaño pasa por el sofá no puede evitar tocarle la cabeza al gato que cierra los ojos agradeciendo la caricia.

- Escucha, sabes como es y donde está cada cosa. - Ji Jong se gira una última vez para despedirse del gato - No te preocupes, volveré en un par de horas.

Como si le entendiera el gato suelta un maullido bajo y se acomoda en el sofá, enroscando la cola alrededor de las patas delanteras, como quitándole importancia al asunto. Ji Jong hecha un último vistazo al cuarto antes de salir.

Sobre la una de la madrugada Ji Jong se baja del autobús que le deja en el barrio de Itaewon y nada más bajar se encuentra con un montón de universitarios de varias zonas de Seúl que al parecer van a la misma fiesta o a las discotecas de la zona.

No pasa mucho tiempo cuando reconoce a sus compañeros de clase y aprieta para llegar a ellos. Como no la pregunta sobre donde está Young Hak no puede faltar y como siempre la respuesta es la misma.

El resto no le dio más importancia y tras decirle que le manden recuerdos y de que le digan que se mejore entran en el local. Tras pasar los códigos QR y bajar dos niveles por as escaleras se encuentran con un espacio abierto donde la barra y la zona de los asientos está separada por un escalón de la pista de baile.

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Sobre las cinco de la madrugada Ji Jong se despide de los chicos con los que había entrado y sale evitando borrachos, tirados por las escaleras en busca de aire fresco y un poco de calma. No puede faltar las típicas parejas comiéndose la boca, a los cuales dedica una mirada de disgusto y asco.

Fuera el aire nocturno le recibe, fresco. Al mirar arriba la luna llena sigue adornando el cielo. Soltando un suspiro empieza a caminar alejándose del ruido y de los chicos que vuelven a entrar tras haber salido a tomar el fresco y despejarse.

Sentado en la parada del autobús, esperando al que le llevara de vuelta a la residencia, por la calle ya se empiezan a ver a los trabajadores que empiezan a ir al trabajo, incluso algún que otro trajeado se sienta en la parada de bus con cara de sueño y un café en la mano.

La salvación llega en un coche blanco que al verle para al lado de la parada, sorprendiendo al castaño y haciendo que más de uno levante la mirada de sus móviles o papeles para cotillear.

- Hombre, pero sí es el chaval de los rizos del otro día.

La ventanilla baja y se encuentra a Baek Myeon al volante y a Taek Hong saludando de una manera bastante peculiar. Ji Jong se inclina a modo de saludo y ambos se devuelven el saludo con un movimiento de cabeza.

- Entra, nosotros también vamos a la residencia, te acerco si quieres. - Baek Myeon se echa hacia delante para establecer contacto visual con el castaño. Este acepta y se monta en la parte trasera del coche susurrando un gracias.

Esos dos le han salvado de un viaje de casi una hora hasta la residencia y sin contar la espera hasta que llegue un autobús lleno de gente de camino a sus trabajos. Aunque le resulta extraño que ambos hayan ido de fiesta, ya que no suelen ir a muchas, básicamente como Young Hak y él.

- Ji Jong. - El castaño levanta la cabeza y mira al retrovisor topándose con la mirada del conductor. - ¿Has venido solo? - Él asiente y el silencio inunda unos minutos el coche.

- ¿Y Young Hak? Pensé que siempre ibais juntos a los sitios.

Ahora es Taek Hong quien toma la palabra. Solo con escuchar la pregunta Ji Jong ya sabia por donde iba a tirar, así que prepara la respuesta de siempre y que ha repetido decenas de veces esa noche.

- Está enfermo y ha preferido quedarse en la residencia para recuperarse. - Tanto el conductor como el copiloto intercambian miradas que el castaño cree saber por qué sin necesidad de palabras.

El camino continuo en silencio roto de vez en cuando por Taek Hong, al parecer no le gusta mucho el silencio y siempre acaba parloteando de cosas sin sentido. Baek Myeon conduce en silencio, pero al castaño no se le escapa la sonrisa que adorna su cara al escuchar a su amigo y no puede evitar pensar en su amigo.

Ya en su cuarto y a oscuras empieza a moverse hacia el baño evitando hacer ruido. Al salir y antes de apagar la luz hecha un vistazo al salón, iluminado levemente por la luz del baño, como siempre una bola de pelo negro enroscada sobre sí misma duerme en medio del sofá con respiraciones lentas.

Ji Jong sonríe tristemente y apaga la luz para irse a dormir, sin pensar a qué hora sé despertara o si Young Hak le despertara con dolor de cabeza para salir a despejarse y prepararse para otra noche difícil.

Un piso por debajo, Baek Myeon se lamenta, tumbado en el sofá de su amigo y con los ronquidos suaves de Taek Hong, por no haber insistido en que Young Hak y Ji Jong entraran en el coche y porque ahora el pelinegro este enfermo por haberse mojado, ya que es bastante famoso por tener un sistema inmunológico bastante débil. 

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