Capítulo 28
Baek Myeon llevaba tiempo despierto, pero no se había movido ni había hecho el amago de salir de la cama, el motivo era Young Hak que dormía profundamente sobre su pecho.
Al despertarse y notar el peso del pelinegro, Baek Myeon se dedico a observarle y acariciarle la espada, recorriendo cada parte y deteniéndose en cada lunar, que resaltaba en su blanca piel. No supo cuanto tiempo estuvo contemplando, lo único que tenía seguro era que ya se conocía de memoria los lugares exacto donde se encontraban dichos lunares.
Miro el anillo y después empezó a jugar con el pelo de su novio al recordar todo lo que había pasado el día de ayer y como una noche de lluvia se había convertido en una noche mágica, había podido conocer una parte de Young Hak que no había visto antes y su primera vez había sido con él.
Ahora tendría que esperar a ver como se despertaba para seguir el itinerario o, por el contrario, quedarse en la habitación. El momento no tardó en llegar, más pronto de lo que le hubiera gustado a Baek Myeon.
Young Hak, todavía somnoliento levanto levemente la cabeza para encontrarse de cara con Baek Myeon que soltó una risita al ver su expresión de sueño y le beso la frente, con los ojos cerrados apoyo la barbilla sobre el pecho donde minutos antes había estado dormido y se quedo quieto, casi volviéndose a dormir.
En ese momento Baek Myeon le rodeo por los hombros y por la cintura en un delicado abrazo y se incorporo un poco, llevándose consigo al pelinegro que soltó un gruñido a modo de protesta.
- Buenos días, ¿Qué tal estás? ¿Te duele algo? - Pregunto Baek Myeon contra su pelo.
- Buenas. - El pelinegro se aclaro la garganta. - ¿Qué tal tú? Al parecer llevas bastante tiempo despierto mirándome dormir, como un pervertido. - Baek Myeon le deposito un peso en el pelo mientras negaba con la cabeza. - Me duele un poco la zona lumbar.
- No te prepare bien anoche, lo siento. - Young Hak niega con la cabeza.
- No te preocupes, ha sido maravilloso. - Para sorpresa de Baek Myeon le deposito un beso en el pectoral.
- Me alegro, pero en serio, a la próxima tendré más cuidado. - Una pequeña pausa antes de seguir. - ¿Tienes hambre?
Antes de que el pelinegro pudiera contestar su estómago lo hizo por él, provocando risas en ambos. Tras vestirse con la mirada del pelinegro fija en cada uno de sus movimientos Baek Myeon se dirigió al bufete, dejando a Young Hak en la cama y aprovecho para dormir otro poco más.
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El olor de la comida recién hecha le despertó antes que Baek Myeon, quien salía del baño con una crema entre las manos y se sorprendió al verle despierto, movido por el olor de la comida. Antes de dejarle probar bocado le echo la crema en la zona adolorida con un cuidado masaje.
- Al parecer venías bastante preparado. - Baek Myeon le contesto con una risa. - Incluso trajiste condones. Aunque se te olvidaron los recambios de la cámara desechable.
- Bueno un fallo menor que no tiene mucha importancia.
- Si tú lo dices. - Young Hak acompaño esas palabras con una risita.
- Cambiando de tema, creo que vamos a tener que quedarnos en el hotel para que te recuperes un poco. - Baek Myeon sonó preocupado al pronunciar esas palabras y el pelinegro se incorporo con cuidado para poder hablar mejor.
- ¿Estás preocupado porque no vamos a poder salir hoy o porque me has hecho daño y tienes miedo?
- Sabes perfectamente por qué sin necesidad de preguntarlo. - Young Hak le abrazo soltando un tonto en su oreja y quitándole importancia al asunto.
- Además, todavía nos queda el paseo nocturno por la playa, eso me hace más ilusión que ir a ver museos. - Se volvieron a abrazar.
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Al atardecer ambos se estaban preparando para salir, pasaron todo el día en el hotel y pidieron la comida a domicilio. Aprovecharon ese rato para hablar y hacer videollamada con sus respectivos amigos, los cuales ya estaban al tanto de su relación.
Young Hak también aprovecho para llamar a su familia y hablar un poco con ellos, su madre había hecho bien su trabajo, el resto pensaba que se había quedado porque había encontrado un trabajo de medio tiempo del cual no dudaron en preguntar.
Según su madre era cuidando los dos meses de una pequeña tienda, ya que el dueño tenía que salir durante varias semanas de la capital. La paga era buena y no tenía muchos clientes, pero tampoco se aburría, pues tenía visita de un amigo de la uni. Al parecer su madre valdría para escribir novelas.
Una vez en la playa, descalzo, tomados de la mano y con el agua bañándoles los pies contemplaban de nuevo aquel paisaje que les había recibido el primer día. Esta vez fueron en dirección contraria al mirador y por el camino se encontraron a varias parejas que les devolvieron un saludo con la cabeza.
Al anochecer se quedaron un rato más, observando como poco a poco las estrellas ganaban territorio en el cielo y una luna menguante asomaba por la lejanía. Cuando empezaron a volver una figura misteriosas empezó a acercarse a ellos.
Antes de que pudieran ver quién era aquella misteriosa figura varias estrellas la envolvieron y poco a poco fueron tomando la forma de un tigre, Young Hak recordaba haberlos visto en algún sitio e inconscientemente apretó la mano de Baek Myeon, quien permanencia quieto, procesando lo que estaba sucediendo ante sus ojos.
La figura envuelta en estrellas era una joven que aparentaba su edad, vestida con las ropas tradicionales de corea, con un aura misterioso y peligroso. El tigre de estrellas se movía a su alrededor, flotando y siguiéndola a cada paso, casi como un mismo ser.
- Nos volvemos a encontrar Lee Young Hak, portador de mi maldición y el único que ha sobrevivido más tiempo. Veo que la última luna llena no la pasaste solo, pese al intenso dolor que esta te provoco. - Ante la mirada de sorpresa de ambos y al ver que iban a decir algo levanto una mano, pidiendo silencio. - Yo lo sé todo con respecto a mi propia maldición y siempre te estoy observando pequeño.
Otra pausa, esta vez más larga y con el sonido de las olas de fondo, ninguno de los dos se atrevía a romper ese silencio, tal vez por miedo a las represalias, o tal vez por la quietud del momento.
- Bien, como no os veo con la intención de hablar, lo cual es perfecto, pues así terminamos antes, voy a seguir yo.
De nuevo, silencio, interrumpido por un brillo procedente del tigre que fue directo hacia Young Hak y que ni el cuerpo de Baek Myeon, escondiendo al pelinegro tras su espalda para protegerlo, pudo evitar.
La luz estelar envolvió al pelinegro dándole un aura con forma de gato y confiriendo esos ojos amarillos tan característicos de su forma gatuna. Baek Myeon se giro atónito para observar sin palabras a su novio, el cual estaba igual de confundido que él.
- Vale, estoy aquí para proponerte algo gatito. No es porque yo quiera, por mí como si sufres eternamente o te suicidas y dejas que el próximo descendiente de tu familia porte la maldición. - Un gruñido de advertencia por parte del tigre asusta a los chicos. - Él quiere terminar con todo esto. - Dice señalando al tigre. - Y tras mucho pensarlo y debatirlo vamos a darte dos opciones. La primera es la que ha seguido todos tus antepasados, acabar suicidándose, ya que eso del beso de amor verdadero es mentira. - Ambos se miran, esperando a que la figura continúe. - La segunda es viajar al lugar de tus pesadillas para enmendar el error de tus antepasados, pero si allí mueres no podrás volver nunca. Tampoco sé exactamente cuanto tiempo estarás allí.
El silencio vuelve a instalarse entre ello, mientras Baek Myeon analiza en su mente todo lo que está ocurriendo, Young Hak se está debatiendo entre aceptar o no. Lo de librarse de la maldición es una oportunidad única que no se había replanteado nunca, aunque el peligro de muerte y de no ver durante un tiempo indefinido a su familia le da un poco de miedo, pero es mejor enfrentarse a ese peligro que seguir sufriendo eternamente.
- Iré. - Fue lo único que salió de sus labios, sorprendiendo a los presentes y notando la mirada preocupada de Baek Myeon, al que no podía mirar en esos momentos, pues temía echarse a llorar.
- Genial. - Ronroneo la figura, con un chasquido de dedos el aura que envolvió a Young Hak se concentro alrededor de su muñeca derecha tomando la forma de una pulsera de piedras negras y amarillas. - Cuando estés preparado rompe la pulsera e iré en tu búsqueda.
Dicho esto la figura y el tigre estelar desaparecieron envueltos en sombras y Young Hak cayó de rodillas en la arena, conteniendo los temblores, las lágrimas y el miedo que le invaden cada parte del cuerpo.
Baek Myeon se arrodillo a su lado y simplemente le abrazo, llorando en silencio y escuchando como el pelinegro intentaba sin éxito contener las lágrimas.
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