Capítulo 25
Madrugaron bastante para no tener retrasos, el autobús que les lleva directamente hasta la estación de tren todavía no había llegado y ambos se abrazaban para combatir el frío de la madrugada. Conforme pasaba el tiempo más gente, sobre todo adolescentes, universitarios y familias, llegaba a la parada y una hora después ya estaban rumbo a la estación.
El viaje en bus dura 16 minutos, haciendo varias paradas por Seúl, por lo que aprovecharon ese tiempo para decidir qué hacer y donde ir, de entre todos los lugares de la lista. El mirador es obligatorio verlo, por lo que el primer día y después de dejar todo en el hotel, irán a la playa dando un paseo hasta llegar al lugar.
El segundo día irían al Gyeongpo Provincial Park y pasarían allí todo el día, por la tarde irían a Gyeongpo Lake Plaza. El tercer día estaría destinado al acuario de Gyeongpo y los museos y monumentos de alrededor. El cuarto día se lo tomarán de descanso y visitarían la playa al atardecer, para el quinto día irían al centro para ver el parque ecológico, Seongyojang House y Ojukheon, después solo quedaría tomar el tren de vuelta a Seúl.
Una vez montados en el tren y con un viaje de una hora y algo por delante ambos cayeron profundamente dormidos, pues estaban cansados y esa cabezadita les ayudaría a afrontar el día.
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Baek Myeon se despertó media hora antes de llegar, el pelinegro dormía profundamente apoyado en su hombre, él se había quedado dormido contra el reposacabezas, desde su posición solo podía ver la media melena del pelinegro y parcialmente parte de su cara.
Con cuidado de no despertarlo saco el móvil y decidió chatear un poco con Taek Hong, quien presumía de estar en París y no dejaba pasar la oportunidad para mandarle fotos posando al lado de los monumentos. Por su parte Baek Myeon le mando un selfi, asegurándose que en el plano aparecía tanto la ventana del tren como el pelinegro.
Young Hak no quería despertarse, estaba muy cómodo y relajado. Al parecer la persona que lo molestaba no piensa lo mismo, pues no dejaba de moverlo y llamarlo por su nombre una y otra vez. Como única respuesta Young Hak gruño para después enterrar la cabeza en el hombro de Baek Myeon.
Abrió los ojos de golpe y se incorporo casi de un salto al empezar a recordar donde estaba, como respuesta Baek Myeon comenzó a reír y al pelinegro se le empezaron a poner las orejas rojas, desviando la mirada hacia el cristal.
- Todavía no hemos llegado, ¿no podrías haberme dejado dormir un poco más? -
Eso último lo dijo con un puchero mirando a los ojos negros de su novio. Este, como única respuesta, le abrazo apoyando la cabeza entre su pelo para mirar por la ventana. Young Hak se removió entre sus brazos para poder contemplar el paisaje.
Al llegar hicieron un poco de turismo por la ciudad y pararon a tomar algo antes de coger un bus interurbano para que les llevara a la zona de Gyeongpo donde se encontraba la playa y el hotel.
De camino a la parada de bus descubrieron que a dos horas del mar había una granja de animales bebes donde podías darles de comer.
- Si tenemos tiempo podemos ir, si quieres. - Baek Myeon levanta la vista del móvil donde miraba la ubicación de la granja. - No necesitamos reserva y parece que tienen muchas especies de animales. - A Young Hak se le iluminaron los ojos al escucharle y Baek Myeon se prometió mentalmente el llevar a su novio allí.
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Tras confirmar su reserva, sin poder evitar las miradas curiosas y de reproche de los recepcionistas al ver que compartir cama, subieron a la habitación la cual contaba con una pequeña sala de estar y un balcón con vistas al mar.
Young Hak se tiro de espaldas sobre la inmensa cama soltando un suspiro, bajo la atenta mirada de Baek Myeon el cual se dirige hacia el balcón para poder ver el mar, aquella gran masa de agua salada la cual tenía muchas ganas de ver.
El pelinegro, al ver a su novio salir al balcón medio embobado por las vistas y con el pelo revuelto por la brisa marina, salió sigilosamente y le abrazo por la espalda, sorprendiendo a Baek Myeon quien le atrajo hacia si para poder abrazarle también. En ese momento el aroma de Baek Myeon se mezclo con la brisa marina desbloqueando una nueva obsesión en el pelinegro.
- Me quedaría así los cinco días de escapada.
- Qué tonterías dices gatito. - Baek Myeon aprovecha ese instante en el que el pelinegro levanta la cabeza para reprocharle para depositarle un beso rápido en los labios.
Un acto al que ambos están tan acostumbrados que ya ni siquiera se sorprende cuando alguno de los dos se lanza a robarle un beso al otro. Como respuesta el pelinegro se pone de puntillas para devolverle el beso.
Con lo que no contaba es con que Baek Myeon esperaba eso para cogerle de la cintura y profundizar más el beso, sorprendiendo momentáneamente a Young Hak, quien tras recuperarse rodeo el cuello de Baek Myeon y abrió los labios dándole paso al interior de su boca.
Después del apasionado beso mecidos por la brisa del mar, dejaron el balcón abierto mientras guardaban sus pocas pertenencias en el armario, entre juegos, risas y algún que otro beso robado por ambas partes.
Tras cambiarse de ropa se dirigieron a la playa cogidos de la mano, sabiendo que atraerá todas las miradas, algunas discretas y otras reprochándoles, hicieron caso omiso, pues estaban disfrutando de aquel viaje y nadie podía estropeárselo.
Baek Myeon se quedo quieto a escasos centímetros de la arena, contemplando por fin aquello que tantas ganas tenía de ver. Young Hak le contemplaba unos pasos por delante, con los pies enterrados en la arena caliente y las zapatillas en la mano, esperando pacientemente a que diera el primer paso, con una sonrisa en sus labios al poder contemplar a su novio como cumplía uno de sus sueños.
Se quito las zapatillas e imito al pelinegro, adentrándose lentamente en la arena y notándola colarse entre sus dedos, caliente y fina. Al llegar a la altura de Young Hak este le tendió la mano y tras cruzar sus dedos tiro de Baek Myeon echando a correr entre risas hacia el agua.
Acertaron al ponerse pantalón corto, porque nada más llegar a la orilla lanzaron las zapatillas y la mochila hacia un lado y se adentraron en el agua hasta las rodillas, allí empezaron a salpicarse y perseguirse entre risas.
La gente que pasaba no podía evitar sonreír o reír ante su comportamiento y risas, pues era bastante contagiosa, ya que ambos parecían estar en su mundo ajenos al resto.
Baek Myeon atrapo al pelinegro por la cintura, levantándole del agua y lanzándole a hacia una zona que cubría, empapándole y ganándose algún que otro insulto por parte del pelinegro, aunque Baek Myeon estaba doblándose de la risa y Young Hak no podía dejar de mirarle tiernamente.
Al pelinegro se le ocurrió una idea para hacerle tragar un poco de su propia medicina, aunque no podía ganarle físicamente, en ingenio sí, por eso empezó con su actuación.
- Muy gracioso Baek Myeon, en serio. - El mencionado se giro para mirarle, sorprendido por la seriedad de sus palabras. - Ayúdame a levantarme, creo que me he torcido un tobillo.
Nada más decir esas palabras su novio corrió a su lado preocupado, para comprobar que estuviera bien y la lesión no fuera a más. Una vez a su altura tomo de la mano que el pelinegro le tendía, fue arrastrado contra su pecho sorprendido al notar el tirón y posterior carcajada.
- Me has asustado de verdad, con eso no puedes jugar.
El intento de Baek Myeon por sonar ofendido y enfadado se esfumo al mirar a los ojos ámbar de Young Hak, quedando completamente embelesado. Ambos se fundieron en un salado beso, mecidos por las olas turquesas y tomando el rostro del otro entre sus manos.
Cuando se separaron para tomar aire una sonrisa adornaba sus caras y las camisetas se les pegaban al cuerpo debido al agua, aunque no les importo. En la orilla se secaron con la toalla y buscaron las duchas para quitarse la sal.
Con el sol hundiéndose en el mar, tornando todo anaranjado y tomados de las manos mientras las olas bañaban sus pies con cada movimiento se dirigieron hacia el mirador, por el camino se cruzaron con viarias parejas las cuales volvían del mirador y que les dedicaban saludos de cabeza o sonrisas las cuales ellos devolvían.
El mirador se alzaba entre rompeolas de colores opacados por el atardecer, pero entre los cuales se podían diferenciar los colores primarios en tonalidades suaves. El mirador por su parte es totalmente blanco con una pequeña subida y un pequeño puerto a un lado donde descansaba un barco de pesca a motor.
Estaban solos y aprovecharon para abrazarse mientras contemplaban el atardecer, Baek Myeon aprovecho para volver a sacar la cámara desechable y hacer una foto del paisaje y otra de ellos abrazados con el mar de fondo.
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