Capítulo 2

Young Hak contemplaba el despejado cielo de Seúl, como si simplemente estuviera contemplando la ciudad iluminada que se extendía a sus pies, pese a que no se encontraban en una zona céntrica o concurrente como Gangnam, Itaewon u Hongdae.

La realidad es otra muy distinta, pues el pelinegro tenía la vista fija en la luna, la cual estaba casi llena. Lo que significaba que mañana sería noche de luna llena, lo que siempre le inquietaba porque quería decir que esa noche la maldición se hacía presente.

- Como un hombre lobo. - Le había dicho Ji Jong una vez en segundo de secundaria cuando, tras descubrir su secreto el año pasado y haber mantenido las distancias, terminaros las clases y volvían a casa.

- No sé si deberías verlo así. - Contesto él bastante feliz de que su amigo volviera a hablarle. - Es un poco más difícil de explicar.

Tras eso, su amigo se tiró toda la tarde en su casa preguntando todo tipo de cosas relacionadas con la maldición, incluso se ofreció a besarle para ver si era capaz de romper la maldición. Desde entonces ambos se han juntado más y Ji Jong le ha estado ayudando las noches de luna llena.

Young Hak suelta un suspiro al recordar aquellos momentos y tras una última mirada a la luna se retira de la ventana para dirigirse a la cama tomando el móvil por el camino. Tumbado en la cama, empezó a contestar los mensajes acumulados, la mayoría de su madre, recordándole lo mismo de todos los meses cuando se acerca la luna llena.

El resto son mensajes del grupo de clase, organizándose para ir de fiesta, ya que mañana es sábado y aprovechan los pocos días que quedan de universidad para salir y quedar antes de irse de vacaciones y olvidarse unos de otros. Como no, todos pendientes de que Baek Myeon acepte o no la invitación.

Abandona el chat grupal sin terminar de leer el resto de mensajes y entrar en el chat de su amigo, el cual le ha mandado un sticker de un lobo aullando a la luna y varios emojis de lunas llenas. Ese es su código secreto para cuando se acercan esos tres días donde no puede evitar transformarse.

Teniendo en mente el día de mañana se queda dormido, recordando todas las noches de luna llena y las pocas personas que le han hecho compañía mientras pasaba por esos momentos.

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Young Hak se encontraba corriendo por un bosque bastante frondoso, el cielo despejado y sin luna. Siempre es lo mismo, corriendo por su vida, huyendo de algo y sin detenerse, porque todas las fibras de su cuerpo le suplican que no deje de correr o, si no, encontrará la muerte.

Después de lo que parece una eternidad corriendo a lo lejos, el bosque empieza a abrirse y al girar la cabeza sin poder evitarlo, aun sabiendo la criatura que le persigue, para ver un tigre abalanzándose sobre él para devorarle, lo último que ve es la imagen de un charco de sangre y un Binyeo dorado.

Young Hak se despierta sobresaltado y empapado en sudor, la noche antes de la luna llena sueña con lo mismo, sin falta y siempre con el mismo resultado. En el libro de sus ancestros no se menciona nada sobre dicha pesadilla.

Aunque dicho libro lleva años viajando de mano en mano y con la última entrada en 1789, cuando el último varón con la maldición de la familia se suicidó. El libro tampoco es que sea de mucha ayuda, ya que en sus páginas se cuenta la experiencia de los portadores y que solo un beso de amor verdadero puede romper la maldición.

Ni porque acabaron sus ancestros malditos ni porque solo se presenta en los varones. Su madre al enterarse de la maldición releyó una y otra vez el libro hasta aprendérselo de memoria.

Como no mencionar las veces que Young Hak acababa en videntes y chamanes para descubrir algo relacionado con la maldición y todas esas veces acababan siendo echados del lugar junto a una lluvia de judías rojas para alejar a los malos espíritus.

Young Hak, perdido en sus pensamientos y recuerdos, no se percató de que estaba llamando a su puerta hasta que Ji Jong metió el código y apareció en la pequeña cocina con unas bolsas y una gran sonrisa. Tomando asiento delante del pelinegro que no deja de fulminar con la mirada.

- ¿Puedes recordarme porque te di el código de mi cuarto? - Pregunta a su amigo que se está sirviendo una tostada con mermelada. Tras dar un bocado levanta la vista encontrándose con el pelinegro de brazos cruzados, esperando.

- Eso deberías de saberlo tú, a mí que me preguntas. - Le pega otro bocado a la tostada tranquilamente, cuando traga sonríe ampliamente. - No me mires así, aparte de por una emergencia, igual que tú te sabes la mía. - Añade al ver que el pelinegro ha abierto la boca para replicar. - Por si estás en tu mundo y no te enteras de lo que pasa a tu alrededor, como hace unos minutos. - Enarca una ceja al ver a Young Hak con las palabras en la boca a punto de replicar pero sin llegar a hacerlo, dándole la razón de forma silenciosa.

- Vale. - Silencio, mientras Ji Jong termina la tostada. - Cambiando de tema, ¿Qué cojones le ha pasado a tu pelo? - Señala Young Hak.

Su amigo lleva el pelo recogido en una pequeña coleta que no le sujeta nada y tiene varios mechones suelto. Los rizos del castaño han sido sustituidos por una maraña de pelo encrespado que desafían las leyes de la gravedad.

- ¿Esto? - Dice posando y atusándose el pelo. - ¿Te gusta? Es mi nuevo estilo. - Young Hak no puede evitar reírse lo que provoca que el castaño le dé una patada en la espinilla por debajo de la mesa para que se calle. - Debería recordarte que ayer alguien rechazo el ir en coche por su orgullo y que acabamos calados hasta los huesos.

- ¿Orgullo? No seas tonto, sabes que Baek Myeon me cae fatal y su intento de que nos hagamos amigos no me lo trago. Si tanto te molesto haber ido tú en su coche.

- Si hombre y dejarte solo sufriendo bajo la lluvia. - Dice Ji Jong dándole un golpe en la frente al pelinegro con los dedos, lo que provoca un chasquido de lengua por parte de este. - No soy tan malo para abandonarte y dejar que caigas malo. Además, esto se solucionará una vez que me duche como es debido. - Añade señalándose el pelo.

Tras eso se tiraron toda la mañana haciendo los deberes y trabajos asignados por los profesores más estrictos, que ignoran la llegada del fin del primer trimestre, lo cuales siempre les suelen mandar algún trabajo de campo durante las vacaciones.

A la tarde salieron para despejarse, no sin que antes Ji Jong no se duchara para arreglarse los pelos, dar una vuelta por el centro comercial y la librería.

Ya que han sacado el nuevo tomo de un manga que le gusta a Ji Jong y es una parada que siempre le gusta hacer a Young Hak para ver los libros.

La última vez adquirió uno en la sección de nuevos emergentes extranjeros y no dudo en comprárselo, puesto que le llamaba bastante la atención. La autora al parecer es de España aunque tiene un apellido extranjero, Andra Marculescu, y toca un género que le gusta bastante, la fantasía entre otros, solo leyendo el título, Honor y patria, y la sinopsis por encima lo compro sin dudarlo.

Esta vez también adquirió uno de la misma sección y de nuevo de una autora española, últimamente le llama bastante la atención todo lo relacionado con ese país. En esta ocasión el libro, titulado Crisálida y escrito por Raquel Varea F., es un Boys love que sucede en corea y centrándose en un grupo de idols ficticio y un chico de una familia adinerada que pasan por dificultades y acaban cruzándose en la vida del otro.

Por su parte, Ji Jong se ha comprado varios tomos de sus mangas favoritos. El último tomo de ¿Qué le pasa a la secretaria Kim?, el número 21 de Blue Lock y el número 18 de Bungou Stray dogs.

De vuelta a la residencia, con el cielo nublado amenazando con otra lluvia, y con alguna que otra compra por parte de ambos, empezaron a comentar sobre la fiesta de esa noche, en el barrio de Itaewon y con Ji Jong revisando y comentando de vez en cuando el chat grupal.

- Esta vez la fiesta se celebra en Itaewon. - Young Hak le mira, su amigo está absorto en el móvil.

- ¿Quieres ir? - Pregunta el pelinegro al notar la emoción en la voz de su amigo.

- ¿Qué? No, no, no te preocupes. Tampoco es la gran cosa, además Itaewon está bastante lejos de aquí, no me merece la pena. - Ji Jong le quita importancia con la mano y se guarda el móvil en el bolsillo.

Young Hak conoce bastante bien a su amigo y sabe de sobra que se muere de ir a esa fiesta y que por su culpa se va a tener que quedar en casa con él, solo para acompañarle en el proceso del cambio que es cuando más confusión le provoca y está más inestable.

- Escucha. - Dice después de pensarlo mucho, llamando la atención del castaño. - Si tienes ganas deberías de ir, hace mucho que no vamos de fiesta y ahora que se ha presentado la oportunidad de ir a una no la pierdas. - Su amigo intenta decir algo, pero el pelinegro no le deja hablar. - No es como si fuera la primera vez que me quedo solo frente a la luna llena y los cambios de la maldición. Además, el día que no estés no voy a tener a nadie que me haga compañía, tengo que aprender a llevar esta carga solo.

El castaño se queda paralizado y con la boca entreabierta, haciendo que Young Hak se adelante unos pasos y sé dé la vuelta al comprobar que su amigo no le estaba siguiendo. El castaño llega a su altura y le pasa el brazo por el cuello en un gesto amigable regalándole una sonrisa.

- Hagamos lo siguiente. - Su sonrisa se ensancha más, confundiendo al pelinegro. - Me quedaré contigo la primera hora, que es la peor y te dejaré en mi cuarto. Si después me veo con ganas de ir a la fiesta iré.

El pelinegro niega con la cabeza, conociendo demasiado bien a su amigo y sabiendo que no irá a la fiesta por muchas ganas que tenga. Mientras siguen caminando de vuelta a la residencia intenta convencer a su amigo para que vaya a la fiesta y no se preocupe por él.

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