Capítulo 19
Ha pasado una semana, Young Hak se ha instalado en la habitación del hermanastro de Baek Myeon, la habitación enfrente de su cuatro, la cual también cuenta con baño propio y un pequeño armario empotrado.
En ese tiempo no ha habido muchos avances pese a que el pelinegro intentaba tirarse un día entero siendo humano, pues cuando el dolor de cabeza se extendía lo suficiente volvía a ser un gato y el choque de nariz, como ellos lo llaman, solo funcionaba una vez al día.
Dejando de lado todo el problema relacionado con la maldición, ambos chicos disfrutan de la compañía del otro y pese a la tensión que se forma entre ellos cada vez que se rozan o sus miradas se cruzan, la convivencia va bien.
Young Hak no se había percatado de ese pequeño detalle si no hubiese vivido con él, pero Baek Myeon solo usa el móvil en contadas ocasiones y para escribirse con dos o tres personas, al resto los ignora.
Como por ejemplo, la invitación de algunas de las chicas de clase para acudir a una fiesta en la piscina de su urbanización. Baek Myeon lo rechazo de inmediato, sin ni siquiera dar explicaciones y con la excusa de que estaba fuera de Seúl.
Cuando el pelinegro le pregunto el porqué de la respuesta tan borde y cortante, Baek Myeon se giro y le dedico una amplia sonrisa antes de contestar:
- Sé a lo que van y como va a terminar todo, por eso prefiero negarme desde el principio.
Por parte del pelinegro el único que le escribía más de seguido era Ji Jong, ya sea para ponerle al día o preguntar que tal iba todo. Su madre le solía llamar tres veces al día, según ella así era más fácil comunicarse y hablar las cosas.
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Una mañana después del choque de narices, como todos los días, quedarse mirando fijamente los ojos del otro y apartarse con un hormigueo en la tripa y una pesadez en el corazón por ambas partes Young Hak se sentó en el sofá enfurruñado.
Estaba confundido por lo que sentía hacia Baek Myeon y a la vez contento por estar conviviendo con él y poder descubrir facetas que el chico no mostraba en la universidad. También una aparte de él se sentía enfadada por como una pared invisible iba creciendo poco a poco entre ellos.
Baek Myeon se sentía eufórico por estar bajo el mismo techo que el pelinegro y poderle ver todos los días a todas horas, casi como un sueño, ansioso por querer hacerle miles de cosas pero temeroso por asustarle y finalmente arrepentido por tener ese tipo de pensamientos.
Cuando Baek Myeon se sentó a su lado, con cierta distancia, en el sofá el pelinegro no lo soporto más y se le encaro. Se puso de rodillas encima del sofá y se acerco lo máximo que pudo hasta quedar a pocos centímetros de su cara y tras un rápido vistazo a sus labios le beso, tomando por sorpresa a Baek Myeon que no tardo en cogerle por las mejillas para profundizar el beso.
Entonces Young Hak se aparto de manera brusca, aun queriendo continuar con ese beso hasta quedarse sin aire, con una mirada de enfado en sus ojos y con las manos de Baek Myeon todavía en sus mejillas, confundiendo todavía más al otro.
- ¿Qué demonios te pasa? - Dijeron a la vez, uno enfadado y el otro confundido.
- A mí no me pasa nada, eres tú, estás actuando raro desde lo que paso la última vez. - Eso último lo dijo bajando la voz y notando las ojeras calientes. - ¿Es porque no te pude contestar a la maldita pregunta? - Eso último lo dijo en un tono triste.
- ¿Aquella pregunta? - Pregunta sorprendido Baek Myeon al acordarse de esa estúpida pregunta y se recrimino mentalmente por haberla lanzado. - No le des importancia, era una tontería.
- Pues desde que dijiste esa tontería has mantenido las distancias. - Le echa en cara el pelinegro, haciendo una mueca que le pareció de lo más tierna a Baek Myeon.
- Si te soy sincero no sé cómo tomarme tu comportamiento. - Baek Myeon levanta un dedo al ver como el pelinegro abría la boca para replicar. - Yo he tenido claros mis sentimientos desde el principio, pero tú eres un completo enigma. No sé si me odias o te agrado o simplemente me estás usando como beneficio para librarte de la maldición.
- Si ese fuera el caso te hubiese metido un puñetazo la primera vez que nos besamos y no me habría lanzado ahora a besarte. - Dice el pelinegro en un susurro dejando con la boca abierta a Baek Myeon.
- ¿Qué? - Pregunta confundido Baek Myeon al perder el hilo de la conversación.
- Que me gustas idiota. - Grita Young Hak con las orejas coloradas y el corazón a punto de salírsele del pecho.
Young Hak le da la espada a Baek Myeon tras su confesión, avergonzado y asustado por lo que pueda decir o por la expresión que adorna su cara, sin querer saber nada y rezando para desaparecer o convertirse en gato.
Baek Myeon repite una y otra vez esas cuatro palabras en su cabeza mientras observa la espalda del pelinegro y sus orejas rojas, lleno de felicidad al saber que sus sentimientos son correspondidos de esa manera.
Lentamente, se acerca al pelinegro y le rodea la cintura con los brazos, lo posa la cabeza sobre el hombro. Young Hak intenta librarse del abrazo sin éxito, pues cuando Baek Myeon nota sus intentos por escapar lo acerca más contra él hasta hacer que la espalda del pelinegro choque con su pecho.
El pelinegro suelta un largo y sonoro suspiro y apoya la cabeza contra las almohadas del respaldo del sofá, ignorándole, Baek Myeon sonríe y acerca sus labios a su oreja, lo suficientemente cerca como para rozarle la oreja con los labios y que el pelinegro note su respiración, provocándole un escalofrío.
- Sabes lo feliz que me ha hecho escucharte decir eso y el tiempo que llevo esperando oírtelo decir. - Con cada palabra susurrada un escalofrío recorre la espalda de Young Hak y sus orejas se van tiñendo de rojo.
Young Hak se da la vuelta entre los brazos de Baek Myeon, quedando cara a cara, que sonríe ampliamente al encontrarse con los ojos ámbar que adora. Young Hak también sonríe y une ambas frentes para poder hundirse más en esos ojos negros llenos de pasión y adoración.
Unen sus labios en un tierno y lento beso, saboreando al otro y explorando la boca del contrario. Baek Myeon mete sus manos por debajo de la camiseta del pelinegro, para notar la suave piel del chico.
Por su parte Young Hak entierra las manos entre su pelo, con los brazos al rededor del cuello de Baek Myeon, tirando de él para intensificar el beso que poco a poco ha pasado a ser más salvaje, más pasional.
A penas se separan, lo justo para tomar aire y cambiar de postura. Baek Myeon comienza a mover las manos por la espalda del pelinegro, que le provoca algún que otro gemido en medio del beso, lo que hace sonreír a Baek Myeon y seguir moviendo las manos para volver a escucharle hacer ese sonido.
Young Hak a modo de venganza le muerde el labio inferior haciendo que los dientes de ambos choquen y se separen por falta de aire. Juntan las frentes mirándose a los ojos, sus respiraciones agitadas se entre mezclan, en los ojos de ambos hay un brillo extraño, y sonríen.
Baek Myeon le abraza, apoyando la cabeza en su pelo, Young Hak entierra la cabeza en su pecho y aspira su aroma. Esa noche ambos durmieron en la habitación de Baek Myeon, junto a una sesión de besos que termino con la boca hinchada de ambos.
En mitad de la noche y mientras dormían abrazados una figura apareció asomada a la ventana, rodeada de luz estelar. Por ahora le dejaría ser humano, dentro de pocos días habría luna llena y al pelinegro le tocaría sufrir bastante.
Pues todos sus ancestros se suicidaron al no resistir el dolor, que con los años poco a poco iba en aumento, de cada transformación. Dicha información solo la saben los implicados y ella, que cansada de esa cruel venganza deseaba con todas sus fuerzas que aquel chico fuera capaz de romper la maldición.
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