Young Hak se despertó en la almohada y se desperezo estirándose y sacando las uñas, después se sentó y contemplo su alrededor. Lo último que recordaba era estar abrazado a Baek Myeon mientras se le venía el mundo encima y no paraba de llorar.

Al parecer se había quedado dormido en sus brazos con el sonido susurrado de su voz y su aroma, que no supo identificar, pero que le transmite paz y tranquilidad, casi como un lugar seguro.

En uno de los vistazos capto la ropa que había usado el día anterior sobre el escritorio, puede que tras quedarse dormido se transformara y Baek Myeon lo hubiese llevado hasta la habitación o pude que fuera de otra manera, solo pensar en eso se le ponían los pelos de punta y el corazón se le aceleraba.

Giro la cabeza y vio al chico, despeinado y bocabajo dormido profundamente, con la cara girada en su dirección. Se acerco despacio, sin despertarlo y juntando ambas narices, el juego de magia y luces dio comienzo.

El pelinegro contempló a aquella persona a la cual meses atrás odiaba con todo su alma por lo superficial que se mostraba y que ahora, tras conocerle un poco más, apreciaba demasiado y sentía por él algo que lo obligaba a estar cerca de él.

Young Hak empezó a acariciarle el pelo, embobado, notando la suavidad y no pudo evitar sonreír llenando el pecho de una emoción que no paraba de bullir y que amenazaba con salírsele del pecho, como de felicidad.

Baek Myeon se despertó al notar como alguien le tocaba el pelo, al abrir los ojos vio al pelinegro contra el cabecero y sonriendo embelesado mientras le pasaba la mano por el pelo. El chico no se había dado cuenta de que se había despertado y Baek Myeon aprovecho su despiste para contemplarle.

Ambos podrían haberse quedado así todo el día y Baek Myeon se moría de ganas de besarle hasta que sus labios quedaran rojo e hinchados, quería recorrer cada rincón de su cuerpo y escucharle gemir.

Se contuvo, no quería forzar al pelinegro y que le volviera a odiar después del gran avance que habían hecho. Todo lo que paso ayer fue causado por la tensión y el momento íntimo, seguramente no volvería a pasar, ya que quería mantener al pelinegro cerca durante el mayor tiempo posible.

Lentamente, saco una de las manos de debajo de la almohada y tomo a Young Hak de la muñeca, deteniendo el movimiento y sorprendiéndolo. Baek Myeon se levanto y apoyo contra el cabecero para después pasarle una mano por el pelo.

- Vaya forma de darme los buenos días. - Dice con una sonrisa. - Pensé que me volvería a encontrar un gato dormido en la almohada como ayer. - Como respuesta Young Hak le dio un suave golpe en el hombro y ambos se echaron a reír.

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Cuando terminaron de desayunar el pelinegro le pidió el teléfono para poder ponerse en contacto con su familia y con Ji Jong, los cuales estarían preocupados por su repentina desaparición. Con todo lo sucedido no había tenido tiempo de preocuparse por otra cosa.

A los primeros que llamo fueron a sus padres, para su sorpresa no estaban preocupados en absoluto. Al parecer su madre supo de la noche a la mañana que él estaba bien y que no se tenían que preocupar y estaba en lo cierto.

Continuaron hablando un poco más y se pusieron al día, Young Hak no paso por alto comentarles que se estaba quedando en casa de un amigo y todos empezaron a preguntar quién era su salvador por lo que, avergonzado al ver que Baek Myeon había escuchado todo, colgó poniendo como escusa que el móvil se estaba quedando sin batería.

El siguiente fue Ji Jong, en esos momentos agradeció que Baek Myeon fuera su compañero de clase y no algún extraño, aunque su amigo tardo cinco llamadas en contestar y se sorprendía al ver al pelinegro en la pantalla de la videollamada, en ese momento su expresión cambio.

- ¡Tío! Estás vivo, sano y a salvo. No sabes el susto que me lleve al no obtener respuesta por tu pate, es más acabe llamando a tu madre y lo único que me dijo fue que no me preocupara. ¡Te puedes creer! - Young Hak contuvo la risa, pero Baek Myeon no y se escucho perfectamente, lo que llamo la atención de castaño. - Por cierto, qué demonios haces tú con el móvil de Baek Myeon y seguramente en su casa. - Pausa y una mirada traviesa apareció en su cara. - ¿Acaso vosotros dos...?

Baek Myeon apareció en pantalla mientras los dos gritaban una negación y se empezaron a poner colorados, lo que provoco una risa por parte del castaño. Siguieron hablando largo rato con indirectas o doble sentidos por parte del castaño.

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- ¿Estás seguro de que quieres ir?

Young Hak asintió por cuarta vez mientras se acercaba a la entrada y se ponía unas zapatillas que le quedaban pequeñas a Baek Myeon, pero que a él le quedaban grandes. El dueño no paraba de dar vueltas a su alrededor preguntando veinte veces lo mismo, asegurándose de que lo había oído bien.

- ¿Y de que yo vaya contigo? - Young Hak volvió a asentir, todas esas preguntas le provocaban ternura y no dejaba de sonreír en ningún momento.

- Sí, sí, sí y sí. - Dijo mientras se giraba para mirar a Baek Myeon. - Es por seguridad y para salir un poco, llevamos mucho tiempo aquí encerrados. Además, necesito ropa de mi talla y el móvil.

Una vez listos ambos se encaminaron hacia la residencia del pelinegro, ese día estaba nublado, lo cual agradecieron porque el calor no era tan fuerte como los días anteriores.

 Al llegar se dieron cuenta de que vivían más cerca de lo que pensaban. Entraron sin muchos problemas y los de seguridad saludaron al pelinegro al verlos caminando por allí.

Subieron al ascensor, Young Hak presionó el número 7 y esperaron en un cómodo silencio hasta llegar a su destino. Su puerta era la 12, al meter la clave y abrir el piso estaba a oscuras, para preservar el frescor y no dejar que el calor entrara.

Mientras Young Hak preparaba algunas maletas con ropa y cosas necesarias Baek Myeon observo el cuarto del pelinegro, contemplando cada detalle y cuidado que le ponía el chico a su habitación, casi como una extensión de sí mismo.

La zona del equipo de música le llamo la atención y se dirigió movido por a curiosidad, bajo la mirada de Young Hak que ya había terminado de prepararlo todo y estaba listo para partir. Siguió a Baek Myeon, le observo ojear sus álbumes y discos, concentrado.

- La gente suele prestar bastante atención a esa zona cada vez que vienen, es la favorita de Ji Jong también. - Baek Myeon se giro asustado al oírle hablar tan cerca, lo que provoco una risa al pelinegro.

- Dios mío, no te he escuchado acercarte. Te has movido tan sigilosamente, como un gato. - Los ojos de ambos se encontraron durante una milésima de segundos y las chispas saltaron entre ambos.

Baek Myeon fue el primero en romper el contacto visual, dándole la espalda y siguiendo ojeando los álbumes. Young Hak con un peso en el pecho se coloco a su lado, observando sus manos moverse por los álbumes de una manera grácil y delicada.

La cicatriz de su mordisco le llamo la atención, habían pasado suficientes días como para que allí no hubiera nada, al parecer le había mordido tan fuerte que le había dejado una cicatriz más en su cuerpo ya de por sí lleno.

Young Hak tomo la mano de Baek Myeon y se la acerco a los labios para depositar un beso en su dorso, para después acariciar las cicatrices. Todo esto tomo por sorpresa al otro que dejo lo que estaba haciendo para centrar sorprendido su atención en todos los movimientos de pelinegro.

- Siento lo de esto. - El pelinegro no soltó su mano y Baek Myeon no la aparto.

- No te preocupes, fue en defensa propia. - Añade sonriendo sin apartar los ojos del pelinegro.

- Ya, pero te mordí demasiado fuerte y ahora tienes una cicatriz más. - Se podía notar la tristeza en la voz del pelinegro y Baek Myeon contuvo las ganas de abrazarlo.

- Esta cicatriz tiene otro significado. - El pelinegro levanto la cabeza al escucharle y sus ojos se encontraron. - La miraré con cariño para acordarme de ti.

El pelinegro se lanzo contra su pecho y le rodeo la espalda en un abrazo, Baek Myeon le rodeo los hombros correspondiéndole y deposito un beso en la cabeza del pelinegro aspirando su aroma.