Capítulo 17

Se tomaron un descanso para aclarar sus ideas y comer algo, desde que había anochecido Young Hak notada un fuerte dolor en la cabeza que nacía en la nuca y que poco a poco y con el paso de las horas se iba extendiendo.

El pelinegro creía saber a qué se debía eso, pues era muy similar a las horas previas de luna llena y temía que pudiera transformarse de un momento a otro sin poderle explicar a Baek Myeon todo lo relacionado con la maldición.

Hacía tiempo que lo había decidido, concretamente cuando el otro chico le contó toda su historia relacionada con los abusos físicos por parte de su padre y como se abría al pelinegro, exponiéndolo todo.

Y ahí estaban los dos, en el sofá, como horas antes esperando a que el pelinegro empiece a hablar, pero no sabe exactamente como empezar, ya que tampoco quiere asustar a Baek Myeon el cual se ha tomado bastante bien el que su compañero de clase sea un gato negro con el cual convive.

- Una maldición. - Soltó de pronto y sin previo aviso, sorprendiendo a Baek Myeon que le mira curioso. - Esto que me sucede es una maldición, al parecer bastante antigua, aunque no sabemos exactamente cuando paso y porque.

- ¿Y solo te pasa a ti?

Aquella pregunta tomo por sorpresa a Young Hak, que clavo sus ojos ámbar en los negros del otro chico y empezó a recordar el beso que se dieron provocándole apartar la mirada con las orejas rojas y el corazón a punto de salírsele del pecho.

Young Hak toma varias bocanadas de aire para calmarse bajo la curiosa y atenta mirada de Baek Myeon quien no puede evitar sonreír y sonrojarse al pensar en el pensamiento que le ha provocado esa reacción tan tierna al pelinegro.

- Sí. - Carraspea el pelinegro para recuperar la voz. - Solo se manifiesta en los varones.

- ¿Has conocido a alguno de tus familiares con la maldición? - Young Hak niega con la cabeza y disimula una sonrisa ante la curiosidad del otro.

- Todos hasta la fecha no han pasado de los veinte años, porque han terminado suicidándose. - Baek Myeon le miro fijamente con un brillo extraño en los ojos y le toma de los hombros suavemente para fijar su vista en la ámbar de Young Hak, para sorpresa del pelinegro.

- Ni se te ocurra pensar en suicidarte.

Había algo más implícito en esas palabras que el pelinegro no supo identificar, pero que tampoco podía ignorar por el peligro y la advertencia en la voz de Baek Myeon. Young Hak solamente pudo asentir con un movimiento de cabeza, pues se había quedado sin voz ante la mirada seria del otro chico.

Tras ese momento Young Hak decidió contarte todo lo que sabía relacionado con la maldición. Desde el libro, hasta las transformaciones y las pesadillas que a veces le persiguen, sin entrar en detalles. Pensando que es una tontería, ya que esperaba que Baek Myeon no estuviera presente cuando sucediera.

- Aparte de mí, ¿quién más lo sabe? - Pregunto Baek Myeon una vez terminada la historia.

- Dejando a mi familia de lado, solo lo sabe Ji Jong, aparte de ti claro.

Baek Myeon asintió con la cabeza pensativo, si no hubiera visto las trasformaciones con sus propios ojos pensaría que todo aquello era una broma pesada o incluso una película o serie de fantasía, como esas que le gustan tanto a su hermanastro y que siempre terminan con un beso de amor verdadero que rompe la maldición y todos felices.

- Espera. ¿Cómo rompes la maldición? ¿Alguien ha logrado romperla alguna vez?

- No que yo sepa. - Young Hak se queda en silencio pensando en si contarle o no lo del beso.

- No me digas que la maldición se rompe como en los cuentos. - La sorpresa del pelinegro al mirarle le da la respuesta a esa frase. - No puede ser cierto. - Baek Myeon intenta contener una risa.

- No te rías, no tiene gracia. - El pelinegro se cruza de brazos y le da la espada, claramente enfadado. - Es absurdo.

- ¿Por qué dices eso? - Baek Myeon se inclina sobre el hombro del pelinegro, susurrando esas palabras y provocándole un escalofrío.

- Porque es la verdad. Todo el mundo sabe que lo del beso verdadero es una invención de las grandes franquicias para vender historias de amor perfectas. - Young Hak hace una pausa y suelta un largo suspiro. - No puedo deshacerme de esta maldición, estoy destinado a acabar como mis antecesores.

Baek Myeon, ante las palabras y la tristeza con la que están empapadas, abraza al pelinegro que no duda en hundir la cabeza en su cuello y romper a llorar silenciosamente. Baek Myeon le pasa la mano por la espalda mientras le susurra palabras para calmarle.

Al rato Baek Myeon se encontraba cargando a Young Hak entre sus brazos hacia su habitación, el pelinegro se había quedado dormido sobre su hombro mientras lloraba y Baek Myeon, viendo lo relajado y tierno que estaba, no quiso despertarlo.

Acostó al pelinegro con cuidado en la cama y se disponía a salir de la habitación cuando una luz brillante, que ya empezaba a reconocer, a su espalda le hizo volverse despacio para encontrarse con un bulto dentro de la camiseta negra.

Se acerco despacio y con cuidado saco al gato de dentro de la camiseta, el cual estaba dormido profundamente y no se despertó con el movimiento. Recogió también los pantalones y dejo todo doblado sobre el escritorio.

En ese momento Baek Myeon entendió el porqué Young Hak siempre aparecía en calzoncillos cuando volvía a ser humano, una vista bastante agradable para él. No pudo evitar pensar en el cuerpo del pelinegro, pues era muy diferente a todos sus pensamientos.

Young Hak, con su pelo negro corto y esos ojos ámbar que tanto le gustan y el pequeño detalle del brillo amarillo. Su piel blanca y suave y su cuerpo, definido pero no lo suficiente como para marcar músculo. Muy contraria al suyo, moreno por las largas jornadas al sol y con los músculos marcados, de los cuales estaba orgulloso.

Volvió al salón tras quitarse esos pensamientos de la cabeza y comprobar que el gato estaba a gusto.

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Young Hak estaba corriendo por ese maldito bosque, siendo perseguido por el mismo tigre en una de tantas pesadillas en las cuales ya sabia el resultado, pero que no podía evitar cambiar el rumbo.

Esta vez un destello le deslumbro, haciéndole cerrar los ojos, al abrirlos se encontraba flotando sobre un templo antiguo en el corazón de una montaña, oculto por el follaje y los árboles.

Una figura, envuelta por estrellas, se le acerco. En un primer momento, no supo identificar, cuando las estrellas tomaron forma de tigre recordó el sueño en la casa tradicional e intento escapar, sin éxito porque no podía moverse.

- Nos volvemos a encontrar gatito. - Dice profunda la voz sumida en la oscuridad. - Parece que has encontrado un desencadenante para volverte humano. Espero que te haya gustado mi pequeña intervención, aunque nunca pensé que vosotros dos os volvierais a encontrar. - Young Hak no podía decir palabra, congelado por las palabras de aquel ser, pero aun así captándolo todo.

- Tienes razón con lo del beso verdadero y como romper la maldición, muy listo. Ese chico, muy guapo por cierto, es bastante interesante. Sigue a su lado, por ahora es el único que puede volverte humano. Al parecer vuestros destinos están conectados. - Una pausa, la voz contemplo la lejanía, más allá del hombre del pelinegro. - Nos veremos en la próxima luna llena. 

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