Capítulo 15

Al amanecer, cuando el cielo empezaba a clarear Baek Myeon se despertó y lo primero que hizo fue buscar al pelinegro, el cual se encontraba dándole la espalda con uno de los hombros al aire debido a la camiseta que le quedaba grande.

Baek Myeon le contemplo largo rato, observando su perfil dormido y aprendiéndose cada curva, atesorando esos minutos. En uno de sus recorridos se percato de un lunar en el hombro del pelinegro, parcialmente cubierto por la camisa.

- Menos mal que todo lo que paso anoche no fue un sueño. - Susurra con una sonrisa sin apartar la mirada del lunar. - Que tú, de entre todas las personas estés aquí y que te comportaras de esa manera.

Sin dejar de sonreír se acomoda para seguir durmiendo un poco más, sin apartar la vista del chico, evitando tocarle para que no se enfade. Eso es lo último que le gustaría que pasara, pese a las ganas que tiene de tenerle de nuevo entre sus brazos o simplemente rozarle y notar sus latidos un poco acelerados.

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Baek Myeon se estira en la cama, olvidándose por un momento del pelinegro, cuando se da cuenta empieza a palpar el colchón a su lado. Al no encontrar nada se levanta, asustado y recorre la habitación con la mirada con el pensamiento de que el pelinegro se ha ido mientras él dormía.

Un maullido molesto le hace buscar el origen, para encontrarse sentado en la almohada a un familiar gato negro y de ojos amarillo que lo mira entornando los ojos, abajo está la camiseta negra.

Baek Myeon suspira aliviado mientras se lleva las manos a la cara y encoge las piernas hasta llevarlas al pecho. Un toque suave en su brazo le hace levantar la cabeza, a su lado el gato le mira interrogativamente.

- Pensé que te habías ido, todo esto es muy raro y no sería de extrañar que quisieras evitarlo.

Young Hak parece suspirar y le da un golpe con las uñas envainadas, como mostrando su enfado. Ahora que Baek Myeon sabe la verdad puede notar un comportamiento más humano en el gato, poniendo los pelos de punta.

- Espera, ¿lo has hecho a posta? - Comenta mientras levanta al gato hasta posarlo sobre sus rodillas para tenerlo a la altura de los ojos.

Young Hak, después de intentar mantener el equilibrio sin usar las uñas para no herir al chico le mira largo rato y fijamente comprobando las heridas y zonas hinchadas, también esperando que así entienda lo complicado de todo eso y que ni él mismo sabe qué demonios está pasando.

Tras no llegar a nada ambos se preparan para afrontar ese largo día. Mientras Baek Myeon sé cambia de ropa el pelinegro no deja de mirarle fijamente, comprobando que las heridas no han sangrado durante la noche y que las tiritas no estuvieran manchadas, al revisar que todo estaba en orden relajo el cuerpo.

Tras desayunar tomaron asiento en el sofá, algo bastante raro para ambos, pues todo lo que estaba sucediéndoles parecía sacado de un libro o drama de fantasía, donde tras muchas dificultades los protagonistas al final quedaban juntos.

Los dos sacudieron la cabeza y se miraron tras entender que habían pensado en lo mismo, Baek Myeon no pudo enviar reír y Young Hak se quedo mirando un punto fijo más allá de la ventana, esperando a que el otro se calmara.

- Vale, vale, ya paro. - Dice entre bocanada y bocanada de aire intentando calmar el ataque de risa. - A todo esto, no es justo. - El gato le mira interrogativamente. - No podemos tener una conversación normal, sería raro estar hablando yo solo con un gato que entiende perfectamente cada palabra y que me haría parecer un loco y más esperar a que me contestes.

El gato asiente lentamente, dándole la razón y se acomoda en el sofá, pensando en como consiguió ser humano la noche anterior, Recordando cada detalle, aunque su mente se empieza a llenar de los momentos delicados y tiernos que compartieron ambos y de la espalda llena de cicatrices de Baek Myeon.

Baek Myeon se encuentra de brazos cruzados, pensativo, intentando encontrarle un sentido a todo eso, pero por encima de todo ello el cómo volver humano a ese chico para poder contemplarle usando sus camisetas que le quedan grandes y como se le tiñen las orejas de rojo cuando se avergüenza, dándole un aspecto tierno.

Una sonrisa se dibuja en su cara mientras sigue embobado pensado en todas las reacciones que le gustaría provocarle al pelinegro. Mientras, la persona que ocupa sus pensamientos intenta llamar su atención sin mucho éxito.

Young Hak, cansado de intentar llamar la atención de ese idiota busca otra manera de que le haga caso, con cuidado se sube al respaldo del sofá y empieza a caminar por este hasta llegar a la cabeza del chico, concretamente hasta su oreja.

Una vez alcanzado su objetivo suelta un gran maullido asustando a Baek Myeon que le hace caer hacia atrás. Young Hak cierra los ojos esperando el impacto, pero este nunca llega, al abrirlo se encuentra sobre el pecho de Baek Myeon, quien al parecer le ha cogido en el aire en un tiempo récord.

- Eso ha estado cerca, la próxima vez pínchame con una uña o algo. - El gato le mira entrecerrando los ojos, como preguntándose por qué le había tocado caer en manos de alguien así.

Al estar sobre el pecho de Baek Myeon nota las vibraciones cuando habla, lo que de alguna manera le calma y tranquiliza. Mientras que el otro no deja de hablar Young Hak recuerda, en parte gracias a ese idiota, como se transformó en humano.

Baek Myeon deja de hablar al notar la mirada amarilla e intensa del gato sobre él. No se mueve al notar al gato caminar hacia su cara, por miedo a que le suelte un arañazo o un mordisco, pues no deja de ser Young Hak, la persona que le odia.

Cuando están a unos centímetros de distancia Young Hak se detiene, respirando hondo antes de comprobar su teoría y bajo la atenta mirada de un asustado Baek Myeon junta ambas narices.

Young Hak empezó a sentir el mismo hormigueo que esa noche en todo el cuerpo y la misma luz estelar le envolvió deslumbrando a ambos y haciéndoles cerrar los ojos. Cuando ese juego de luces termino abrieron los ojos a la vez.

Young Hak se encontró a escasos centímetros de la cara de Baek Myeon un movimiento en falso y acabarán besándose, algo que no le repugno en lo más mínimo, es más algo en su interior latía esperando que ese pequeño incidente se volviera realidad.

Baek Myeon se encontró con los ojos ámbar del pelinegro y con ese característico brillo amarillo. En ese instante el único pensamiento que cruzo su mente fue quedarse así para siempre, contemplando aquellos hermosos ojos que nunca había tenido la oportunidad de ver.

Con un carraspeo, por parte del pelinegro, rompió la magia del momento los pensamientos de ambos. Young Hak volvía a estar en calzoncillos y sobre Baek Myeon con las manos sobre su estómago y sentado sobre sus piernas.

El pelinegro rápidamente se levanto, con las orejas empezando a ponérsele rojas, y fue en busca de la camiseta y el botiquín, Baek Myeon no le detuvo, pues ese momento se podría malinterpretar y un calor le empezaba a subir por el cuello.

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Young Hak volvió una vez que se hubo calmado, encontrándose a Baek Myeon en el mismo sitio donde lo había dejado, el cual volvió la cabeza al escucharle entrar en el salón y sonríe ampliamente al ver al pelinegro con la camiseta negra.

- Al parecer hemos encontrado que es lo que desencadena tu transformación.

Comenta Baek Myeon mientras el pelinegro, sentado sobre la mesita baja, está comprobando sus heridas de la cara. Young Hak levanta la vista y la clava en él dejando de hacer lo que estaba haciendo.

- Me estás diciendo que tengo que hacer esto. - Señala la nariz de ambos simultáneamente. - ¿Cada vez que quiera ser humano?

Baek Myeon asiente con la cabeza mientras que el pelinegro se lleva las manos a la cabeza y suspira, replanteando el salir de allí en ese mismo instante y no volver nunca, aunque ese idiota fuera la única persona capaz de convertirle de nuevo en humano.

Dejando de lado todo aquello Young Hak se centro en la última herida de la cara de Baek Myeon, la de su labio, en la cual se quedo más tiempo mirando y con la mano apoyada en su barbilla.

Movido por una extraña sensación el pelinegro levanto la cabeza lo justo para encontrarse con la mirada de Baek Myeon fija en él. En ese momento sus ojos se encontraron y Young Hak sintió una presión en la tripa y la espalda baja al notar la mano de Baek Myeon en su cuello.

Ambos acortaron la distancia que les separaba quedando a centímetros de la cara del otro y con el corazón desbocado.

El pelinegro movió la mano hasta el hombro de Baek Myeon, mientras que este le colocaba la otra mano sobre la pierna mientras movía la del cuello a su nuca para tirar de él y acortar esos pocos centímetros que los separaban, terminado por unir sus labios en un suave y tierno beso.

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