Young Hak se empezó a encontrar mejor sobre la hora de comer, el dolor se había reducido considerablemente, aunque seguía teniendo leves palpitaciones y si movía muy deprisa la cabeza se mareaba, por lo demás todo bien.

Contesto a Ji Jong y le explico la situación mientras esperaba la comida y transcurre la tarde tranquilamente, esperando al novio de su hermana, la cual no dejaba de mirar la hora cada dos por tres nerviosa.

Su madre, al ver como Ryu Hyun se subía por las paredes, decidió salir con ella para que se despejara por la urbanización al recordar el dolor de cabeza de su hijo había empezado a calmarse, temiendo que volviera a empeorar.

Salieron todos, dejando allí al pelinegro para que descansara y se relajara. La tranquilidad no duro mucho, pues el dolor de cabeza volvió a intensificarse y termino tumbado en su cama en penumbra.

Con el paso de tiempo el dolor no menguaba, encima empezaba a tener fiebre y dio gracias porque sus padres y hermana estuviesen fuera para que no se preocuparan al verle en tan mal estado.

De pronto sonó el timbre, sin fuerzas, apoyándose en la pared y con pasos lentos bajo las escaleras para ver quién estaba molestando a esas horas. Al llegar a la puerta estaba empapado en sudor por el esfuerzo y se tomo un tiempo para respirar.

Al ver que tardaban en responder el timbre volvió a sonar insistentemente, en ese momento Young Hak colapso por la fiebre. La persona al otro lado acabo llamando por teléfono a su novia y está entre miles de disculpas le dio el código de acceso.

- Amor te pido disculpas de nuevo. - Volvió a repetir Ryu Hyun bajo la atenta mirada de sus padres.

- No te preocupes de verdad. - Contesto su novio mientras se escuchaban los pitidos de la contraseña y después el característico sonido de desbloqueo.

- Ponte cómodo mientras llegamos, mi hermano está en casa seguramente en su habitación acostado, ya que se encontraba un poco mal esta mañana.

Dicho esto ambos colgaron y mientras Ryu Hyun apremiaba a sus padres para volver a casa su novio empezaba a meter las maletas en la casa, un estornudo le hizo detenerse y al girarse vio a un gato negro sentado al lado de la puerta sentado en un montón de ropa, observándole.

Un pensamiento le cruzo la mente, pues su novia nunca había mencionado la existencia de un gato en su casa y ella estaba al tanto de su alergia, negando con la cabeza termino de meter la última maleta entre estornudos.

Se giro al ver al gato que no se había movido ni un centímetro y conteniendo otro estornudo lo empezó a echar con el pie al pasillo. El gato, confuso y tambaleante, obedeció sin mucho esfuerzo y cuando se quiso dar cuenta se encontraba enfrente de la puerta de su casa, serrada de par en par.

Empezó a maullar para llamar la atención del chico, pero consiguió que los vecinos salieran entre gritos de protesta. El gato todavía se encontraba mal y no logro entender nada de lo que estaba pasando a su alrededor.

Solo fue consciente de que alguien le había levantado delicadamente y se dirigen al ascensor que no tardo en abrir sus puertas dejando a la vista a Ryu Hyun y sus padres, los cuales intercambiaron un saludo con su vecino que se montaba en el ascensor con el gato al cual no prestaron atención.

Young Hak, indignado al ver que su familia no lo reconoció empezó a removerse incómodo en las manos de su vecino, el cual lo agarro un poco más fuerte. Siguió removiendo mientras el ascensor bajaba, entrando en pánico araño al chico el cual le dejo caer al notar el dolor y la sangre.

El chico indignado le lanzo una mirada de odio y un par de insultos que Young Hak no logro entender del todo, pues se empezaba a notar de nuevo el dolor de cabeza. Las puertas se abrieron y ninguno de los dos se movió, hasta que el chico enfadado le lanzo fuera del ascensor de una patada.

El gato chocó contra una de las sillas del recibidor llamando la atención de todos los que allí estaban, pesadamente el animal se incorporo adolorido e intento volver al ascensor, aunque alguien le levanto del suelo.

Al volverse el gato vio a uno de los empleados de seguridad llevándoselo mientras tranquilizaba a la gente que le lanzaban miradas de asco, el guardia de seguridad la acariciaba entre las orejas algo que relajaba al animal.

Cuando Young Hak se quiso dar cuenta ya estaba fuera del edificio y de la urbanización. El guardia de seguridad le dejo en la calzada y se marcho lanzándole miradas de culpa y pena al animal que se encogió sobre sí mismo presa del dolor.

No duro mucho a la intemperie, pues la gente que pasaba le lanzaba patadas y basura por lo que termino refugiándose bajo un coche y allí se permitió relajarse, adolorido cerro los ojos.

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Young Hak se despertó al oír el motor del coche bajo el que se había refugiado y cojeando salió lo más rápido que pudo de debajo para refugiarse bajo el siguiente coche. Con el corazón desbocado intento recordar todo lo que había sucedido y porque todavía no había vuelto a ser humano.

Tras mucho pensar decidió que lo mejor era volver a la urbanización, allí estaría protegido y a salvo de cualquier peligro. Cuando volviera a ser humano y con mucha vergüenza podría volver a su edificio, a casa y todo quedaría en una vergonzosa anécdota que contarle a sus abuelos, pues estos también estaba al tanto de la maldición.

Decidido salió de debajo del coche y empezó a buscar algún agujero cerca de la pared que rodeaba la urbanización. No llego muy lejos cuando se desplomo cansado y temblando cerca de una moto aparcada al lado de una farola, lo último que vio antes de cerrar los ojos fue la figura de un chico acercándose, posiblemente el dueño de la moto.

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Baek Myeon había salido a dar una vuelta en su moto, para despejarse y alejar todos los pensamientos que se agolpaban en su cabeza tras la visita de su padre, la cual acabo en desastre.

El chico, más alto que su padre, acabó echándolo a empujones del piso y acabo apoyado en la puerta con las manos en la cabeza mientras al otro lado su padre no dejaba de aporrear la puerta soltando improperios.

Al cabo de las horas no podía seguir allí encerrado por lo que tomo su moto y salió para despejarse. Una manía, que había adquirido desde su primera moto, que siempre llevaba a cabo cuando se sentía atrapado entres esas cuatro paredes o discutía con su padre.

En su camino de vuelta le había pillado la noche y decidió parar en una tienda de conveniencia a comprar algo para comer esa noche. Al volver a su moto, que tenía aparcada en la otra calle contra una farola, se encontró con una bola de pelo tiritando a escasos metros de esta.

Dejo las compras en el maletero y se agacho para ver al animal, el cual no reaccionaba, con cuidado lo cogió y lo puso en la parte del tanque, delante de él. El gato no se encontraba en buen estado y parecía que le habían dado una paliza o que se había peleado con otros gatos.

Se puso a buscar un veterinario 24 h cerca y dio con uno por lo que no dudo en dirigirse allí con el gato, con cuidado de que no se cayera del tanque.