Capítulo 8: "Rosa"

Ya 3 días en aquel lugar, Sonic se había habituado tan rápido a lo contrario de Tails que no quería salir solo ni al baño. La maestra era un amor, y ahora al contrario de la anterior su problema era aquel zorrito que no se despegaba del erizo, aunque no era realmente un problema, trabajaban bastante bien juntos y eran de los mejores alumnos. El detalle era separarlos, era como separar dos cosas que solo funcionan juntas, de lo contrario se convertirían en un desastre. El primer día lo intentó, ¡santo cielo! El Erizo no dejaba de rodar disimuladamente de banca a banca para llegar con el zorro y este no cooperaba con nadie y se dedicaba a jugar con el abaco quitando y poniendo las piezas y otras mas se las llevaba a la boca con una cara de fastidio que solo le cambiaba cuando sentía al azul tocar sus colas y esconderse detrás para que no fuese descubierto, pero aun así Tails no trabajaba, se la pasaba compartiendo esas bolitas del ábaco con su alcahuete chupandolas como dulces. Por favor, imploraba la mujer de cabellos verdes recogidos, que esos dos no se maten un día de estos en que no pueda prácticamente lanzarse a abrir esas bocas y sacar lo que sea que traten de comerse.

Habiéndose rendido descubrió que si no puede contra el enemigo se uniría a él con la condición de que esos niños trabajasen y no atentasen contra su existencia

Una vez habituándose a todos sus niños la semana termino bien y con Tails y Sonic unidos por algo peor que un chicle.

Precisamente un chicle era lo que masticaba una chica de púas rosadas y largas, bellísima niña de sexto año que siempre traía la ropa mas fresca y al último grito de la moda, y también el último suspiro de sus compañeros que la admiraban por sabe que cosa decían ellos, y siendo una si no que tal vez la más bonita de su clase, y si no que tal vez la más hermosa de la escuela y si no que tal vez la más bella de su cuadra, y si no que tal vez la más maravillosa niña del pueblo y si que tal vez....

—Sois la más bonita flor de esta tierra.— Dijo un erizo de púas cafés que se hincaba frente a ella la cual sentada sobre la banca alisaba su corta falda roja de olanes.

—No soy la más bonita flor, no creo llegar a tanto pero esta bien. Gracias.—Dijo Amy Rose, la eriza mas famosa, eso si de la escuela.

—¿Qué deseas que te traiga a tus pies?

—Nada. No deseo nada. Gracias.

—¡Sé que te gusta lo mas peculiar y extraño del mundo y que sólo así podemos ganar tu amor!

La eriza se erizo más sintiendo que ya basta de tanto acoso, y con un TIC en la ceja se levanto de la banca y miro hacia la ventana dando así un suspiro.

—Nadie es capaz de traer a mis pies lo que más deseo sabes...

El erizo café siguió aquellos ojos verdes que miraban hacia la ventana y miró entonces lo que la eriza rosa miraba admirada.

—¡¡Eso deseas!!

—¿Qué?

El idiota corrió hacia aquel zorrito distraído que iba caminando en busca de su amigo azul el cual andaba husmeando los árboles, hoy subirían allí para estar mas cerca del cielo. Pero lamentablemente el erizo al bajar no encontró a su zorrito donde creyó haberlo dejado.

—¿Tails?

Sonic de inmediato se asusto ¿Dónde esta su zorrito? ¿Dónde lo dejo? Hace unos segundos estaba allí ¡Oh no! ¡¿Por qué lo descuido?!
Uso su olfato para rastrearlo, los erizos tienen buen olfato y Sonic no olvidaría aquella fragancia a mango que seguramente el zorro poseía gracias al shampo que usaba la mama zorrita, lo encontró no tanto por su olor si no mas por su llanto, estaba en la planta alta de los salones del Este donde una eriza rosa forcejeaba con un erizo café las colas de su zorrito. Sonic mostró una mueca de molestia y en un segundo se plantó sobre aquel erizo grande dándole un mordisco lleno de furia en el brazo, la eriza se asustó y por la fuerza del forcejeo el zorro fue dando a su cara cayendo ambos al suelo, Amy se levanto de inmediato sacudiendo sus ropas y luego se dio cuenta de un pequeño problema: su chicle estaba pegado ahora en las colas del zorrito uniéndolas irremediablemente en un enmarañado nudo de pelo.

—¡Tails!— Grito alarmado el erizo corriendo hacia su amigo que miraba sus colas empezando a gimotear para soltarse a llorar. —Tranquilo, veré que podemos hacer. Entiendes ¿Amigo?

La eriza rosa miraba al azul con cierto miedo, podía ver que estaba molesto y que si se controlaba era por el amarillo. Titubeo un poco antes de hablar ¿Cómo era posible que un niñito de 6 años al cual le ganaba doble en edad le hiciera temblar las piernas y la voz? Esa mirada no era propia de un niñito.

—Per... Perdón... Yo... Solo quería...

—No le des explicaciones a un mocoso, yo sólo trate de hacer feliz a esta eriza —Se excuso él cobarde sorprendiendo a la chica que se sentía humillada y culpable sin remedio ¿Qué había hecho? Sólo quería que soltara al zorrito aquel erizo acosador.

—Quitate de mi camino, patas de palillo chino.—Dijo el azul llevando acurrucado en su pecho a su zorro el cual no dejaba de llorar.

Pasaron por un lado del café, él cual miraba al pequeño azul con odio y una vez que le tubo de espaldas se armo de valor.

—¡Palillo chino! ¡¿Quien te crees estúpido mocoso?! ¡Me vas a pagar la mordida y esto!

—¡Cuidado!

Un puñetazo fue evitado en la piel del azul más en la nariz de aquella piel delicada femenina no. Amy Rose caía al suelo derrumbada por la fuerza del golpe, Sonic y Tails impactados quedaron por un momento helados ¿Era la primera vez que veían sangre brotar a borbotones? Si, parecía una fuente en su exagerado juicio de una nariz sangrando como si no hubiese mañana. Sonic soltó por un momento a Tails para ayudar a la chica a levantarse, la rosa manchaba sus guantes blancos con encaje, veía como aquellos hilillos se tornaban carmín y una mano frente a sus ojos  se extendía junto con una media sonrisa ¿Cómo podía ayudarle ese niño?

—Tú...

—¡Sonic! ¡Yo soy Sonic!

—Yo.... No ...¡¡ No tuve la culpa!!

Salió corriendo el idiota bastante culpable y en su camino se topaba con su propia profesora y un musaraña verde que caminaba con tal despreocupación hasta que vio a su amiga sangrando de la nariz.

—¡¡Amy!!—Grito el preocupado niño de 12 años ayudándola a pararse haciendo a un lado a la bola azul que seguramente, según la situación fue el culpable.

—Swifty...

—¿Qué paso aquí? —Pregunto la maestra mirando el desastre.

—¡Maestra estos niños golpearon a Amy!—Acuso sin pruebas mas que la deducción de la situación a esos niños de tan solo 6 años.

—No es verdad maestra, yo tuve la culpa.

—¡No mientas Amy tu no le harías daño a nadie!

—¡Basta!— ordenó la maestra tomando a los niños pequeños para llevarlos a la entrada del salón.— Vayan a sus salones, ahora voy a ver a su maestra.

Sonic y Tails se marcharon pero una mueca de descontento existía en Swifty.

—Explícate Amy Rose, contigo siempre hay problemas. ¿Ahora no me digas que niños de 6 añitos te acosan?

Amy bajó la mirada, sabia que tenia problemas, no importaba que dijese el resultado ya estaba prescrito.

Sonic fue a la parte trasera con Tails donde tomo una manguera y mojó las colas unidas del zorro pero eso sólo hacia mas duro al chicle y eso le preocupaba, el niño zorro empezó a llorar, ¿Qué iba hacer ahora? Ya no podría volar.... A Sonic esa cola fea pegada no le gustaría y era por tonto que parezca su principal lamento.

En ese momento apareció la niña de rosas púas con un rostro que denotaba tristeza y pena. Sonic dejó la manguera esperando palabra de la niña que media 50cm mas que él.

—Disculpa... No quería que le pasara esto a tu amigo... Puedo ayudarles si me lo permiten por favor.

Sonic le miró por unos segundos, miraba en aquellos ojos a una eriza arrepentida y llena de ganas de llorar ¿Qué le pasaba a esa niña?
El erizo se hizo a un lado dejando a la eriza maniobrar, esta de una bolsita de correa que cargaba sacaba una botellita con una extraña sustancia la cual reconocía al verla vertida en las colas de su amigo como aquello que le echa mamá a la comida.

—Si, es aceite de comer, suelen hacerme esta travesura a mi así que lo cargo para salvar mis púas.

—Tienes unas púas muy Hermosas— Dijo Sonic mirando después la cola de esta la cual quería tocar pero se contuvo.

—Gra... Gracias... ¿Sonic verdad?

—Si... ¿Tú?

—Amy Rose, y tú amiguito ¿Cómo te llamas?

—Tails... Dime que salvaras mis colas ¡Por favor!

—Claro que si, pero tendrás que ser paciente, al estar ya mojado el chicle es algo complicado... Soy una tonta, suelen hacerme esto y yo lo provocó a otra persona...

—Tranquila Amy, no fue tu culpa,  fue aquel niño feo.

—¡Ese erizo tonto según él esta enamorado de mi! ¡Pero es como los demás no comprenden nada! Y sólo me meten en problemas... Todas las niñas me odian por ser bonita, por ser popular aún sin mi satisfacción, yo suelo maravillarme con cosas bonitas o raras como las colitas de Tails pero esos tontos creen que trayéndome al niño como trofeo pueden conquistarme. Yo sólo quiero observar, solo quiero conocer pero esos tontos... Ya estoy harta de su acoso.

—Entonces buscame—Dijo Sonic con una amplia sonrisa — ¡Eres muy bonita pero creo los niños grandes dan miedo, yo no quiero ser así por eso te ayudare a combatirlos!

—Suenas como a un héroe o a un antigripal jajaja ¡Oh ya esta!

Tails sintió libre sus colas y preparándose para volar salpico a ambos erizos haciéndolos reír.

—¡Sonic, Sonic, Sonic! ¡Mira! ¡Soy yo de nuevo!

—Siempre lo eres Tails jajaja.

Amy se le quedo mirando a aquel erizo de ojos verdes, su corazón palpitaba ¿Pero que estaba sintiendo? ¡Ese niño es la mitad de menor que ella! Y ahora esta sonrojándose por esa sonrisota que algo tiene no sabe que cosa pero por primera vez se siente halagada y con deseos de mas halagos y con deseos de abrazar a ese erizo tan tierno.

Las cosas terminaron bien, Amy a pesar de su castigo por involucrar a niños menores que ella aquel trato frívolo de su maestra le pareció nada a comparación del calor que sentía en su pecho, estaba enamorada, si, de un niño de 6 años el cual le había derretido todo aquel hielo contenido en su corazón... esa sonrisa era inolvidable.

—¿Y ahora piensas acosarlo tú cuando te quejabas de que te acosaban a ti querida Amy?—Preguntaba aquel amigo suyo, la musaraña que era el único que no le acosaba.

Amy estaba ya rato al otro día observando cada paso del niño azul como si fuera una celebridad, su risa una nunca conocida por Swifty era de chica loca-enamorada-feliz, si por fin podía asegurar que Amy había encontrado lo que deseaba.

—¡Voy a casarme con ese niño algún día!

—Pues hasta que seas mayor de edad, y cuando lo seas ese niño seguirá siendo menor y te meterán a la cárcel.

—Si pero algún día también sera mayor kajdudndkm.— murmuro casi babeando, se notaba que estaba imaginándose aquello demasiado lejos.

—¿Esto puede catalogarse como pedofilia?




Hay perdón por el atraso... Ha sido unos quince días que son horribles, donde mas que ganas de seguir eh tenido ganas de pararme y a llorar, pero bueno no les molesto con mi vida personal, si bien se que mejorara pero no sera nada como antes. Bien ahora también me retrase por él tema que publicare otro fanfic que ya esta él.primer cap, pero.la.portada mmm pues bien gracias jajaja

Esperenla con paciencia que no quiero decepcionar.

Gracias!!!

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