Capítulo 10: "Te protegeré"

Era morir, era ser aplastado por aquello que amaba pero a la vez odiaba ¿Por qué? ¿Por qué su vida se reducía en esperar a aquel aroma que adoraba por significar lo primero que vio en su nacer? Ella no entendía, ella no entendería ni entiende, su sermón diario es recordarle con lamentos que él es su vida, su as, su gran futuro, su orgullo para aquel erizo que algún día le heredara todo su poder. ¿Y lo que él quiere? No vale su opinión, no, y esta seguro que no es su edad el problema... Podría ser un viejo y seguro obtendría la misma respuesta.

Encerrado allí pegado al vidrio de un ventanal que sólo se burla de él mostrándole lo que mas añora, su maestro se va mirándole desde el jardín con gran pena, seguramente lamentando que no le pudo proteger ni llevar a su lugar anhelado.
Pobre erizo, tan pequeño y en el mismo camino de su hermano, pero con una diferencia, su hermano iba en un camino lleno de soledad y oscuridad y él lleno de soledad pero con una luz cegadora mas desesperante que la oscuridad. Pobres erizos van al mismo fin, al fin y al cabo.

Las horas bajaban al sol hasta hacerlo desaparecer, la luna iba dibujándose trasparente en el cielo y una neblina gris y oscura comenzaba a andar en los jardines de esa mansión. Un frío inminente hacia estornudar al pequeño de 5 años que desistía de ver el exterior a falta de visión. Se giro en media vuelta para conseguir ir a su habitación la cual era subiendo escaleras, pero una sombra en el cancel de madera de aquella puerta al jardín le hizo retroceder un paso, una sombra estaba allí, pegada al vidrio con dos extremidades parecidas a garras rosando el vidrio en silencio la curiosidad le arrastraba a paso lento hacia aquello desconocido ¿Era una persona? ¿Qué era? ¿Qué es? Llegó al cancel donde fuera solo se veía neblina y aquella sombra iba formando un rostro que a pesar de los años aún no ha olvidado.

-Her... Her.. Hermanito...


Sonic entraba a su casa corriendo con aquellas pistolas de agua en mano, las llenaba de agua para seguir jugando aunque fuera solo, su velocidad le permitía jugar doble partida de una manera muy extraña, sus padres le miraban algo confusos.

-¿Aun no acabas de jugar?- Pregunto el padre sintiéndose algo alarmado por la actitud de su hijo.

-Papá... Ahorita me baño.

-Dejalo amor, aún es un niño y pude jugar e imaginar lo que quiera.

-Esta bien cariño, pero que no se le de muy seguido...

-Miedoso jejeje.

Los días pasaron convirtiéndose en 15 días desde aquel día, dos seres habían visto después de años a ese ser olvidado. Sonic no le olvidaba y esperaba verlo nuevamente en aquella plaza o en el parque. Mientras tanto su mente se ocupaba en Tails que había terminado uno de sus experimentos siendo por primera vez no una explosión.

-Logré conseguir hacer una rosa azul.

-¡Woohh! ¿Pigmentandola como dice en tu libro de experimentos?

-No Sonic, mucho mas, logre que naciera de la tierra.

Sonic le miraba con la boca abierta y Tails se jactaba de su grandioso logro sacando él pecho y moviendo las colas. con elegancia y una disimulada emoción.

-¡Eres genial Tails! ¡Te felicito! ¿Vas a plantar más? ¡Son hermosas!

Tails miró aquella sonrisa,la sonrisa de Sonic llena de felicidad de algo que no quería dejar de ver en él. Quería protegerla.



En tierras lejanas, a las orillas de la ciudad, grandes pastizales de cebada, cosechas de elote y terrenos por cosechar, hectáreas donde un pequeño Silver corría y corría riendo y riendo mirando hacía atrás sin cuidar sus pasos delante. Cayó de cara a un surco llenándose de lodo, se enderezó sintiendo la tierra en sus ojos y empezando a hacer pucheritos estaba por llorar.

-No llores Silver, ven aquí.

Una mano enguantada le extendía su ayuda, le miro borrosamente por el lodo y un sol detrás suyo no le dejaba ver mas que una sombra, pero bien sabia quien era aquel largo erizo que le extendía su mano.

-¡Hermanito! ¡Buaaahhh! ¡Buahhhh!- Se lanzo a su pecho acurrucándose en éste haciendo que aquel hermanito chillase en protesta.

-¡Hey! ¡Te dije que no lloraras, odio que lo hagas! ¡Y no te me refriegues tanto que me ...arrggg ya me ensuciaste ¿ves?!

Al pequeño poco le importaba aquella protesta, comenzaba a sonreír acurrucándose en ese pecho tan cálido, el dolor se iba y venia una risita confortable, Shadow estaba contento, quería a esa bola de pelos chillona, era muy juguetona y sonriente, claro, notaba que sólo con él, pues cuando le dejaba con su madre este cambiaba de ser un niño de 5 años a uno mucho mas mayor.

—Silver, debemos ir a que comas, tu madre te estará buscando.— "Tu madre" Shadow no se sentía mas miembro de esa familia, ¿Por qué, Si aquella mujer ni siquiera le recibía? No tenia ninguna razón más que a Silver por lo que estaba alli.

Silver fue escoltado por él hasta la casa de campo de sus padres, este le jalaba rogando piedad, no quería dejarlo.

—Tienes que comer, yo vuelvo cuando tu madre no este encima tuyo.

—¡Siempre lo esta! Si pude escaparme fue porque me levante mas temprano que ella.

—Precisamente ahora te estará buscando y no te dejara salir si no te haya en tu habitación. Ve y nos vemos en la noche.

Debía ser así, su vida estaba dividida en dos partes, la feliz y la infeliz, la feliz duraba apenas minutos y la infeliz parecía que se multiplicaba más de lo que era, horas largas, incertidumbre interminable de no saber qué estará haciendo su hermanito mayor, qué siente, que piensa ¿Dónde esta ahora? Todo aquello ocupaba su mente, todo lo que hacia llevaba un fin, terminar para poder ir a su habitación a descansar, realizar todo como sin nada, buscando un pretexto despistado para estar solo o salir fuera, allí su madre le dejaba ser mas libre, y él sabia él porqué.

La noche llegó, y Silver abrió la cortina de la ventana para ver una sombra aparecer con la vis luz de la luna.

—Hermanito, entra, entra.— Lo invitó a pasar con la respuesta de un Shadow pisando su cama con cuidado y sin zapatos.

—¿Qué tal te fue?—Pregunto él mayor con una sonrisa pasible.

—Puff, horrible hermanito horrible, ya no quiero estudiar~ se supone que aquí vinimos de vacaciones ¿Por qué estudio?

—Recuerda que tu padre te heredará su empresa, su poder, así que no puedes fallarle, de eso le doy la razón a tus padres.— Sus ojos rojos mostraban tristeza, por que bien sabia que podía acabar su hermano como él, ahora que le quería y su envidia había desaparecido sólo le quedaba la nostalgia de lo que pudo haber sido su vida si no hubiese "hecho aquello"— Mamá no me ignoraría por completo....— Susurró para si mismo.

—Él vendrá en 3 días— Dijo el pequeño con la misma cara de tristeza que su hermano, se acercó a este último sabiendo que no seria rechazado y haciéndose bolita en su regazo suspiró cansado, sin darse cuenta de que estaba entrando en un profundo sueño.

—Así que me haces rondar la finca por horas para simplemente quedarte dormido sobre mis piernas eh. Vaya erizo.

Al día siguiente Silver despertó de susto, temía que fuese tarde para ver a su hermanito, chillo alarmado cuando en su intento por levantarse de un salto choco nariz  con nariz de su hermano.

—¡Buaaahhh! ¡Buaaahhh!— Lloraba el plateadito tocándose su roja nariz pues se había lastimado.

—Tonto, impulsivo, aquí estoy, ahora te lastimaste.

Shadow lo cargaba en brazos arrullandole acercando su nariz con la del niño lastimado hasta "sanarlo" con cosquillas, este comenzaba a reír feliz y a querer impedir que Shadow dejase de hacer eso, sus manitas enguantadas aprisionaban los cachetes de su hermano mayor mientras unas carcajadas tiernas salían de esa boquita sonriente.

—¡Hermanito te quiero!

—Yo también te quiero, pero ¡Comer! ¡Muahaha!

—¡¡Ñoooo!!! ¡Ja ja ja ja!

Ambos reían sobre esa cama, Shadow hacia simuladas mordidas en el estomago de su bebé, mientras este pataleaba retorciéndose de risa, esos dos por fin probaban que era la felicidad. Silver por fin sabia que era ser un niño de 5 años.

Los días volvieron a caminar, aquel erizo padre de ambos ya estaba en casa, y así era mas fácil salir pues la madre olvidaba por completo a su hijo atendiendo solamente a su marido. Silver no podía estar mejor, ser un niño "olvidado" era perfecto para poder estar con su hermanito, estar con él se estaba haciendo su mundo.

Las hiervas verdes altas y frondosas se movían al unisono, Shadow y Silver caminaban entre ellas jugando al atrapa,¡Qué difícil era seguirle el paso a ese niño! Enano y encima escurridizo.
Silver sentía la vegetación tocando sus púas, escuchar que venia su hermano tras él con palabras amenazadoras lo hacían sentir adrenalina y soltar una que otra risadita y eso era malo.

—¡Ya te escuche!

—¡Wahh!

Se lanzo sobre su presa tomándolo por los hombros y haciendo ademán de morderlo como un salvaje erizo caníbal. Silver pataleó al sentir como se elevaba en los brazos de su hermano y entonces miro la superficie de aquel verde campo hasta escuchar un extraño ruido para él.

Una bala apenas paso de lado suyo, Shadow le bajaba asustado y empezando a correr, ¿Qué estaba pasando? ¿Que fue eso? Silver quería llorar pero aquellos brazos lo tranquilizaban llevándolo sobre sus hombros mientras corría y corría lo más rápido posible.

Llegaron a la salida del campo, exhaustos y con arcadas de aire por parte del mayor que lo único que quería saber era si su hermanito estaba bien.

—¡¡Silver!!— Le dejo en el suelo pues el niño estaba impactado, casi esa bala le tocaba. —¿Estas bien? ¿No te hizo daño?

Un nuevo estruendo de bala se escuchó, Shadow entendió que no podía estar allí con la guardia baja, tomó a su niño en brazos y corrió nuevamente hasta salir de las tierras de ese hombre que alguna vez le llamo padre, seguramente esas balas eran al creer intrusos en sus tierras, no era para más, él estaba allí entrometiéndose en los planes de sus padres.

Silver logro concebir tranquilizarse, lloraba y lloraba en el pecho de su hermano que le acariciaba tranquilo las púas, mas también estaba asustado, un poco más y podía haber sido otra historia.

—Perdoname Silver... No tuve cuidado, ese erizo es muy celoso de sus tierras y cualquier cosa no lo deja pasar.

—Hermanito... No me dejes...— Le rogó sollante. Apretando sus pelitos blancos que estaban empapados de lágrimas.

—No te dejaré nunca, vine por ti, mi bola de pelos chillona.

Le dio un beso entonces, uno entre esas púas de tenedor que sonrojaron al pequeñito haciéndolo sonreír brillante y esas lagrimitas cristalinas eran como gotas de diamante.

—¿Estarás conmigo siempre hermanito?— Preguntó sonriente.

—Si, tú nunca me olvidarás ¿Verdad?

Silver disminuyó su sonrisa.









Por fin pude aahhhh que demora lo se es que me cambio de casa!!!! Por un rato y bueno esperó les guste mi ternura de capitulo gracias por todo!!!

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