Capítulo 5: La Batalla Final

El Monte Plateado se alzaba majestuoso y desafiante ante Sarah y Pikachu. Después de días de arduo entrenamiento con Sabrina, Sarah se sentía más preparada que nunca para enfrentar a Adrian. El aire frío de la montaña era un recordatorio constante de la seriedad de la misión que tenía por delante.

Con cada paso que daba hacia la cima, Sarah podía sentir la tensión en el aire. Finalmente, al llegar a una amplia meseta, vio a Adrian esperándola, rodeado por sus Eeveelutions. Umbreon estaba a su lado, sus ojos brillando con una luz siniestra.

"Sarah," dijo Adrian con una sonrisa enigmática. "Sabía que vendrías. Siempre supe que nuestro destino era enfrentarnos aquí."

Sarah lo miró con determinación. "Esto termina hoy, Adrian. No dejaré que sigas lastimando a más entrenadores y Pokémon."

Adrian rió suavemente. "Veremos si tienes lo que se necesita para detenerme. Prepara tus Pokémon, Sarah. Esta será nuestra última batalla."

La batalla comenzó con una intensidad que hizo eco en las montañas. Pikachu se enfrentó primero a Jolteon, y la velocidad de ambos Pokémon iluminó el campo de batalla con chispas eléctricas. Sarah y Adrian intercambiaron comandos con precisión, cada uno intentando superar al otro.

"Jolteon, usa Rayo," ordenó Adrian, su voz llena de confianza.

"Pikachu, esquiva y usa Cola de Hierro," respondió Sarah, con determinación.

Pikachu logró golpear a Jolteon, pero la batalla estaba lejos de terminar. Adrian llamó a su siguiente Pokémon, Vaporeon, cuyo poder acuático comenzó a desestabilizar a Pikachu y al resto del equipo de Sarah. A pesar de sus esfuerzos, Sarah comenzó a sentir que la batalla estaba más allá de su control.

"Te das cuenta, Sarah," dijo Adrian mientras Vaporeon ejecutaba un Hidrobomba devastador. "Las batallas no se ganan solo con fuerza. Se ganan con la mente."

Sarah sintió que su determinación flaqueaba. Los ataques de Vaporeon parecían predecir cada movimiento de Pikachu. Pero justo cuando estaba a punto de perder la esperanza, recordó las palabras de Sabrina: "Adrian Schwarz no es un entrenador común. Si decides enfrentarlo, asegúrate de estar preparada."

Respiró hondo y gritó, "Pikachu, confío en ti. ¡Vamos a ganar esto juntos!"

El ánimo renovado de Sarah dio fuerza a Pikachu, que esquivó el siguiente ataque de Vaporeon y contraatacó con un Trueno preciso. El golpe fue suficiente para debilitar a Vaporeon, dejándolo fuera de combate.

Adrian sonrió, esta vez con una chispa de interés genuino en sus ojos. "Impresionante, Sarah. No muchos llegan tan lejos."

Pero antes de que Sarah pudiera celebrar, Adrian lanzó su último Pokémon: Umbreon. La atmósfera se volvió aún más tensa. Umbreon, con su pelaje negro y ojos brillando en la oscuridad, parecía más intimidante que nunca.

"Umbreon, usa Pulso Umbrío," ordenó Adrian, su voz nuevamente calmada pero con un tono de desafío.

Umbreon lanzó un rayo oscuro hacia Pikachu, que apenas logró esquivarlo. La batalla continuó, con Umbreon usando movimientos precisos y calculados, mientras Pikachu intentaba mantenerse a la altura.

Finalmente, después de un intercambio feroz de ataques, Pikachu cayó, exhausto. Sarah corrió hacia su amigo y lo levantó en sus brazos, sus ojos llenos de lágrimas y orgullo.

"Lo hiciste increíble, Pikachu. Estoy muy orgullosa de ti," dijo, acariciando suavemente su pelaje.

Adrian se acercó, su expresión neutral, pero con una chispa de interés en sus ojos. "Fuiste valiente, Sarah. Pero la verdadera fuerza no solo proviene del poder, sino también del control y la estrategia."

Sarah lo miró, todavía decidida. "Esto no ha terminado, Adrian. Voy a descubrir la verdad sobre ti."

Adrian sonrió levemente y se agachó a su nivel. "Déjame contarte una historia, Sarah. Tal vez eso te ayude a entender."

Sarah lo miró, sorprendida por el cambio de tono de Adrian. "Estoy escuchando."

Adrian suspiró, mirando a Umbreon antes de comenzar. "Hace muchos años, yo era un entrenador común, como tú. Tenía sueños de ser el mejor, de ganar todos los torneos y ser reconocido. Pero descubrí algo en mi viaje. Descubrí el vacío de la victoria sin propósito."

Sarah frunció el ceño. "¿Vacío? ¿Qué quieres decir?"

"Ganaba batallas, obtenía medallas, pero algo faltaba. No encontraba satisfacción en mis logros. Así que comencé a estudiar, a buscar una razón más profunda. Me di cuenta de que la verdadera fuerza no está en el poder de los Pokémon, sino en la mente del entrenador."

Adrian hizo una pausa, mirando a Sarah con intensidad. "Comencé a manipular a mis oponentes, a encontrar sus debilidades y explotarlas. No por maldad, sino para probar una teoría. Quería ver si podía romper el espíritu de un entrenador y aún así ellos podrían levantarse de nuevo."

Sarah sintió un escalofrío. "Entonces, todo esto... ¿es un experimento para ti?"

Adrian asintió. "En parte, sí. Pero también una búsqueda. Quería encontrar a alguien que pudiera desafiarme verdaderamente, que pudiera superar no solo mis Pokémon, sino también mis manipulaciones. Alguien que pudiera demostrar que el espíritu humano es más fuerte que cualquier truco."

Sarah lo miró, procesando sus palabras. "¿Y qué has encontrado?"

Adrian sonrió, esta vez con una tristeza en sus ojos. "He encontrado que la mayoría se rinde. Pero tú, Sarah, eres diferente. A pesar de la derrota, sigues aquí, determinada. Tal vez tú seas la excepción que he estado buscando."

Sarah se levantó, con Pikachu en sus brazos. "No voy a rendirme, Adrian. Voy a seguir entrenando y algún día te derrotaré. No solo por mí, sino por todos los entrenadores y Pokémon que has lastimado."

Adrian asintió lentamente. "Espero con ansias ese día, Sarah. Tal vez entonces, ambos encontraremos lo que estamos buscando."

Con esas palabras, Adrian y Umbreon desaparecieron entre la niebla del Monte Plateado, dejando a Sarah con más preguntas que respuestas, pero también con una nueva resolución.

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