Capítulo 2: El Misterio de las Eeveelutions
La luz del sol iluminaba la ciudad de Celadon, una metrópoli bulliciosa y llena de vida. Sarah había llegado temprano esa mañana y estaba ansiosa por explorar antes de enfrentarse a Erika en el gimnasio. Caminaba por las concurridas calles, maravillada por las tiendas y los entrenadores que se preparaban para sus propios desafíos.
"Vamos Pikachu, veamos qué encontramos en esta tienda de Poké Balls," dijo Sarah, señalando un escaparate brillante.
"¡Pika!" respondió Pikachu, saltando emocionado.
Mientras Sarah examinaba las estanterías, escuchó a dos entrenadores hablando en voz baja cerca de la entrada.
"¿Has oído sobre ese chico? Dicen que tiene un equipo completo de Eeveelutions y que está causando problemas en toda la región," dijo uno de los entrenadores, un joven con gorra roja.
"Sí, mi primo en la ciudad de Saffron me dijo que desaparecieron varios entrenadores después de enfrentarlo. Es como si los estuviera... no sé, manipulando," respondió el otro, con un tono preocupado.
Sarah sintió un escalofrío al recordar a Adrian y su Umbreon. No podía ser una coincidencia. Se acercó a los entrenadores, tratando de parecer casual.
"Disculpen, escuché que hablaban sobre un entrenador con Eeveelutions. ¿Saben algo más sobre él?" preguntó Sarah, con curiosidad.
El joven con la gorra la miró con interés. "Sí, es un chico rubio. Nadie sabe mucho sobre él, pero todos dicen que es peligroso. Sus Pokémon son increíblemente fuertes, y parece disfrutar desestabilizando a otros entrenadores."
"Y tiene una mirada... fría, como si no le importara nada," añadió el otro entrenador. "Si te encuentras con él, ten cuidado."
Sarah asintió, agradecida por la información. Salió de la tienda con Pikachu a su lado, reflexionando sobre lo que había escuchado. Debía haber una conexión entre ese entrenador y Adrian. Decidida, se dirigió al Centro Pokémon para ver si podía encontrar más pistas.
En el Centro Pokémon, el bullicio era constante. Entrenadores de todas partes se registraban, intercambiaban Pokémon y conversaban sobre sus aventuras. Sarah se acercó al mostrador donde la enfermera Joy atendía a los Pokémon heridos.
"Hola, ¿podrías decirme si alguien ha reportado problemas con un entrenador que usa Eeveelutions?" preguntó Sarah, tratando de sonar despreocupada.
La enfermera Joy frunció el ceño, pero asintió. "Sí, de hecho, ha habido varios informes recientes. Un joven llamado Adrian Schwarz. Ha estado desafiando a líderes de gimnasio y entrenadores experimentados, y muchos han terminado renunciando a sus viajes después de enfrentarlo. Parece que tiene un don para... desmoralizar a sus oponentes."
Sarah sintió que un nudo se formaba en su estómago. Todo apuntaba a Adrian, pero ¿por qué haría algo así? Decidida a descubrir más, se dirigió al gimnasio de Erika, esperando que enfrentarse a la líder de gimnasio le diera alguna claridad.
El gimnasio de Celadon era un paraíso verde, lleno de plantas y flores exóticas. Erika, la líder de gimnasio, la recibió con una sonrisa amable.
"Bienvenida, Sarah. He escuchado que eres una entrenadora prometedora," dijo Erika, con voz suave.
"Gracias, Erika. He venido a desafiarte, pero también necesito preguntarte algo," respondió Sarah, con seriedad.
"Por supuesto. Primero enfrentémonos en una batalla, y luego hablaremos," dijo Erika, señalando la arena de batalla.
La batalla fue intensa. Pikachu luchó valientemente contra los Pokémon de tipo Planta de Erika, y finalmente, Sarah salió victoriosa.
"Bien hecho, Sarah," dijo Erika, entregándole la Medalla Arcoíris. "Ahora, ¿qué quieres saber?"
Sarah respiró hondo. "He oído hablar de un entrenador llamado Adrian Schwarz. Tiene un equipo de Eeveelutions y parece que está causando problemas. ¿Sabes algo sobre él?"
La expresión de Erika se volvió seria. "Sí, he oído hablar de él. Es extremadamente hábil y sus métodos son... preocupantes. No se trata solo de ganar; parece disfrutar desestabilizando a sus oponentes. Lo enfrenté hace poco y, aunque ganó limpiamente, sentí una inquietud profunda. Hay algo en él que no puedo entender."
Sarah asintió, sintiendo la misma inquietud. "Gracias, Erika. Necesito encontrarlo y entender por qué está haciendo esto."
Erika puso una mano en el hombro de Sarah. "Ten cuidado, Sarah. Adrian Schwarz no es un entrenador común. Si decides enfrentarlo, asegúrate de estar preparada."
Sarah dejó el gimnasio con una determinación renovada. Sabía que encontrar a Adrian sería difícil, pero no podía ignorar lo que había oído. Con Pikachu a su lado, se adentró en la ciudad, buscando pistas y preparándose para el inevitable encuentro con el enigmático y peligroso entrenador.
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