Parte VI.- La arena de los caídos.

El ruido de los gritos era cada vez más ensordecedor conforme subíamos, la intensa luz del exterior hizo que me deslumbrará debido a la intensa penumbra del subterráneo. Cuando mis ojos por fin se acostumbraron a la luz, pude ver claramente lo que me rodeaba. Me di cuenta de que la sala en la que estábamos hace un momento, era pequeña en comparación al terreno que veía ahora mismo. Era un bioma de pradera, las amplias y despejadas colinas se extendían a lo lejos hasta toparse con las enormes murallas en dónde estaban las gradas del público.
Era un pésimo lugar para comenzar, y al parecer era así a propósito, ya que todos los participantes estábamos frente a frente formando un círculo a una distancia no mayor de 10 metros. Además, el paisaje que nos rodeaba prácticamente no tenía ninguna cobertura decente, solo algunos bloques de concreto repartidos en las orillas. El suelo apenas y tenía el césped correspondiente al bioma que se veía a los alrededores. Volteé a mis alrededores tratando de buscar la plataforma que nos podría dar una ventaja estratégica, pero no la vi por ningún lado. Y después de mirar más detenidamente lo comprendí. La plataforma era el lugar en donde estábamos parados ahora mismo.
Supuse que el primer movimiento de la mayoría sería alejarse lo más posible de los otros participantes para evitar caer en una batalla campal, aunque los más fuertes probablemente pensarían en pelear por la posición privilegiada. Eso me hacía pensar que aquella plataforma no se elevaría hasta que solo quedara un equipo en ella.
No sé si Sora llegó a la misma conclusión, pero casi enseguida me preguntó:
- ¿Crees que lo mejor es quedarnos en el centro?
- No lo creo, por mucha habilidad que tengamos, será difícil participar en una batalla campal. Casi no tengo hechizos defensivos, tu quedarías completamente expuesto. - Le dije preocupado por él, estaba seguro de que yo podría arreglármelas solo, pero éramos un equipo. - Creo que lo mejor es alejarnos, después de que todo se calme podemos intentar recuperar el terreno ventajoso.
Sora asintió y se quedó completamente quieto, estaba visiblemente nervioso, pero también muy concentrado mientras miraba los alrededores.
- ¡Damas y caballeros, sean bienvenidos a la primera prueba de la Cumbre del Campeón! - una resonante voz se extendió por todo el coliseo, la gente perdió el control al escuchar aquella voz y vociferaban eufóricamente. - ¡Es un hermoso día, en nuestra amada Eldiora! ¡Y también es un hermoso día para batallas frenéticas y emocionantes! ¡Por favor, todos den la bienvenida a nuestros participantes de este año, hay que desearles la mejor de las suertes! ¡Por favor, unamos nuestras oraciones y rindamos tributo a la gran Arkaia que bendice la prueba del día de hoy! - los gritos no se hicieron esperar, y gracias al sermón del comentarista entendí el por qué aquel paladín podía participar en el torneo sin romper su juramento.
Se suponía que los guerreros divinos no podían efectuar actos de violencia o usar sus poderes en beneficio propio, a menos claro, que fuera en nombre de su diosa Arkaia, en ese caso estaba completamente justificado, lo cual era algo ilógico, o tal vez solo eran unos hipócritas y sinvergüenzas.
- ¡Los participantes aquí reunidos, se enfrentarán en una lucha sin cuartel durante una hora o hasta que solo quede un equipo de pie! - continuó el comentarista. - ¡En esta ocasión no sólo pelearán entre ellos, sino que también tendrán que pelear contra las inclemencias de la naturaleza! - la gente seguía gritando emocionada mientras la tensión aumentaba entre nosotros.
Las plataformas en las que estábamos parados aún subían lentamente y estábamos a punto de estar a nivel del suelo.
- ¡Este año tenemos muchos participantes, pero algunos son muy especiales! - continuó la eufórica voz. - ¡Presentemos el primer tributo del día a Arkaia, demostrando apoyo a su equipo favorito con sus gritos y aplausos! - al momento que terminaba la frase las plataformas se detuvieron. Levanté la mano y pude sentir una ligera barrera que impedía que bajáramos de la plataforma. - ¡Directamente desde las montañas del norte, oriundos de aquel pueblo que sigue peleando inútilmente por rechazar la bendición que nuestro pueblo humildemente les ofrece... - la gente comenzó a abuchear la presentación del que suponía que era el único equipo de enanos en la competencia - ... den la bienvenida a Gnorf de Straflein, el enano guerrero!
Mire al enano, estaba varios lugares a mi izquierda, este se cruzó de brazos y se veía notablemente enojado. Cómo todos los enanos eran de baja estatura, pero increíblemente fornidos. Tenía una armadura que parecía bastante simple de lo que parecía ser cobre, pero si sabía algo de la forja de los enanos (y claro que lo sabía viniendo de una familia que se hizo rica robando sus secretos de forja), probablemente no era una armadura tan simple como parecía. Detrás del enano había otros más portando la misma armadura, probablemente eran unos 5 de ellos. La gente seguía abucheando injustamente al enano y su equipo, era claro que aquella voz era la principal encargada de mantener vivo el espectáculo y al parecer no le importaba en lo absoluto dejar mal a quien sea por conseguirlo.
- ¡Por primera vez en más de 10 años, tenemos a más de un equipo de elfos! ¡Ellos vienen a luchar para salvar a nuestra tierra! Y quién sabe... ¿Será este el año en el que un elfo se vuelva a coronar como caudillo? - La gente vitoreaba un nombre cuando el presentador mencionó a los elfos.
- ¿Lirienor? - pregunté en voz alta después de escuchar lo que vitoreaba el público.
- Así es, es el nombre de la única elfo que se ha convertido en caudillo. Es muy popular. - me dijo Sora despreocupado.
- Ya veo... - respondí algo consternado mientras miraba a los equipos de elfos frente a nosotros. Era inevitable para mí sentir cierta curiosidad por aquellas criaturas, me recordaban tanto a mi madre...
Cómo fuere, el presentador siguió vociferando.
- ¡Bajo la protección de Arkaia, tenemos a los paladines de la guardia de Eldiora, representando al ejército del puño dorado! ¡Den la bienvenida al general Tharion Hammerfall, el justo! - gritó con gran emoción.
Y como era de esperar, toda la multitud enloqueció al escuchar la presentación del paladín. Obviamente tenía el apoyo de la ciudad y sus fieles. El enorme hombre con aquella armadura resplandeciente levantó los brazos en señal de agradecimiento y finalmente solo dejó el puño arriba, que era la señal de victoria de la orden dorada.
- Dejamos lo mejor para el final, damas y caballeros. - dijo aquella voz con un tono más misterioso para provocar lo que parecía una dramática presentación. La gente se quedó callada esperando la revelación de aquella voz. - Los rumores eran ciertos. ¡Después de más de 300 años, tenemos entre nosotros al único mago ofensivo conocido después del legendario Eryndor El'vanar!... - sentí de repente un nudo en el estómago, sabía que se trataba de mí y no sabía que debía hacer.
Gallen y Cian dijeron que siempre era importante ganar el favor del público y ahora que se darían de ventajas en función a eso, era obvio que importaba mucho más en esta ocasión. - Desde el pequeño poblado de Ironhelm: ¡Aldric Hawke! - grito aquel hombre dando entrada a mi persona.
Solo pude dar un paso al frente y me quedé prácticamente congelado. La respuesta del público fue aceptable, aunque se debía más por mérito del presentador, sin embargo, no estuve ni cerca de superar al paladín.
Sora me dio un pequeño empujón con el hombro y levanto mi brazo que estaba adornado con la oscura armadura. Entonces entendí que debía aprovechar la única ventaja que tenía sobre los demás. Honestamente me sentí como un tonto al darme cuenta de que incluso el presentador me dio esa respuesta al anunciarme: Yo era el único mago.
Cerré el puño y disparé una potente ráfaga de fuego al cielo. Esta se elevó rugiendo violentamente como si se tratase del aliento mortal de un dragón. Esta se elevó poderosamente hasta desembocar en una gran explosión a varios metros sobre el coliseo. La gente se volvió loca y comenzó a vitorear mi apellido al unísono.
- No esperaba que dispararas. - dijo Sora sonriendo algo nervioso. - Gracias a los dioses la barrera no repele la magia de fuego.
Hasta ese momento recordé la barrera que impedía que saliéramos de las plataformas y me alegré al igual que Sora de que nuestra participación en el torneo no terminara de manera tan patética después de morir calcinados por mi propio ataque.

- ¡Esa sí que fue una gran presentación! - Y ahora sin más contratiempos daremos por fin inicio a esta primera prueba. - gritó el presentador tratando de bajar los ánimos de la gente después de mi disparó, pero fue inútil, la gente estaba impaciente por comenzar. - ¡La bendición de Arkaia favorece a sus apóstoles! - gritó el presentador informando que la primera ventaja sería (para sorpresa de nadie) obsequiada al equipo de paladines.
La decisión al parecer fue algo controvertida entre el público, pude escuchar algunos abucheos que fueron silenciados inmediatamente por el presentador.
- ¡Participantes, preparados! Y recuerden: ¡Gloria en la victoria, Honor en la muerte! - grito con emoción el lema del torneo casi al unísono con las miles de voces del público que olvidaron de inmediato la injusticia de la bendición.

Entonces se escuchó un estruendo en el cielo que indicó el inicio de la prueba. Las barreras desaparecieron y se desencadenó el caos en la arena central.
Las voces del público y del presentador fueron ahogados por el intenso ruido de gritos y choques metálicos de los participantes. Poderosas explosiones mágicas comenzaron a resonar por el campo de batalla.
- ¡Vamos, salgamos de aquí!... - me dijo Sora preocupado.
Pero casi no tuvimos tiempo para actuar, ya que casi enseguida una bola de luz dorada se disparó hacia nosotros.
No supe qué hacer en ese momento, solo sentí el violento empujón por parte de mi compañero para quitarme de en medio, Sora recibió parte del impacto, pero debido a su gran agilidad logró impulsarse hacia atrás y salió disparado por la onda de choque del meteorito dorado. Del cráter humeante, salió lentamente el imponente paladín, haciendo temblar ligeramente el suelo con cada paso que daba. Mire a mi alrededor y no podía ver a Sora entre el caos de la batalla campal, nos habían separado en un instante. Pero no tuve tiempo de preocuparme por él ya que el enorme paladín se río de forma burlona mientras levantaba el brazo al cielo y una enorme maza dorada se materializaba en su mano.
- ¿Qué pasa, Aldric Hawke? ¿Dónde quedó aquella actitud tan petulante de hace un momento? - la enorme maza terminó de aparecer y cayó pesadamente sobre el hombro del paladín.
Me empujé hacia atrás con las piernas para alejarme de él y traté de levantarme, pero otro participante gritó mientras agitaba una espada a mis espaldas. Me dejé caer completamente hasta quedar acostado para esquivar el ataque de su espada, pero enseguida la dejó caer pesadamente hacia mi cabeza, rápidamente giré sobre mi para esquivarlo, pero entonces el enorme paladín golpeó a aquel guerrero con su enorme maza y lo mandó volando lejos de nosotros. Aquel sonido fue espantoso, fue un sonido metálico, crudo y seco que se esfumó casi al instante después de que aquel potente golpe hiciera desaparecer a aquel hombre al mandarlo a volar lejos de ahí. Si no estaba muerto por el impacto, pronto lo estaría, pensé.
Tenía que actuar rápido, ya que a pesar del gran tamaño del paladín y de su arma se podía mover con gran soltura. Así que con un par de ráfagas de viento me impulsé lejos de él, pasando por debajo de los pies de varios participantes con la esperanza de perder a mi enemigo. Me incorporé rápidamente y pude verlo correr hacia mí golpeando a todos los participantes que se atravesaban en su camino arrojándolos por los aires.
Intenté dispararle fuego, pero el bloqueó mi ráfaga con su gran maza y lanzó un golpe contra mí al mismo tiempo. Intenté repelerlo al último momento con una ráfaga de aire, pero a pesar de mis intentos logró conectar el golpe contra mi costilla izquierda.
En ese momento no hubo ningún dolor, solo sentí como mis pies se levantaron del piso y sentí la gran fuerza que me arrojó lejos de ahí. Como pude intenté reducir el golpe de la caída, pero entonces el intenso dolor en mi costado por fin apareció y evitó que pudiera terminar el conjuro haciendo que cayera con fuerza contra el suelo.
Me levanté torpemente, adolorido por el golpe y coloqué mi mano en mi costilla con la intención de realizar una cura y así poder continuar. Caminé como pude evitando el caos que había a mi alrededor, pero mi enemigo me encontró rápidamente. Lo vi a varios metros de mí e hizo que los nervios dificultaran la de por sí difícil tarea de realizar un hechizo de curación. Trate de concentrarme como hacía Aldric, pero era imposible, aquella luz verde aparecía intermitentemente en mi palma, pero por más que intentaba no podía mantenerla activa. El enorme hombre gritó y cargó de nuevo en mi contra derribando a todo aquel que se atravesaba en su camino. Pero para mí buena suerte, un participante logró detener en seco a aquel bólido dorado que hasta hace unos momentos parecía imparable. El participante (y también mi salvador) era uno de los enanos del equipo de Gnorf y estaba solo, probablemente separado de su equipo como me había pasado a mí. La sencilla armadura de cobre que portaba brillaba con intensidad, ya que como suponía, tenía alguna clase de propiedad mágica que le permitió tener la fuerza de detener aquella mole dorada.
Evidente, el enano ni siquiera se había dado cuenta de que había salvado mi vida, pero aproveche el favor del destino para concentrarme e intentar arreglar mi costilla lo antes posible.
Me senté junto a una pequeña cobertura hecha de escombros y cerré los ojos, tratando de sumergirme en el pasado, buscando desesperadamente aquel momento en que lancé mi primer hechizo de curación. La imagen de mi madre se materializó en mi mente, su voz cálida y suave resonó en mi corazón. "Bien hecho, mi pequeño", susurró. "Estoy tan orgullosa de ti". Pude ver claramente una vez más su sonrisa radiante y sus ojos brillantes de orgullo. En ese instante, sentí su presencia a mi lado, como si el tiempo y la distancia se hubieran desvanecido, y de un momento a otro desapareció... Pero había funcionado.
Sentí como mis huesos comenzaban a moverse a su lugar, el dolor era intenso, pero comenzaba a desaparecer lentamente. No tenía que curarla por completo, solo necesitaba que el dolor desapareciera al punto que me dejara mover de nuevo. Entonces otro participante apareció de la nada, este tenía lo que parecía un bastón, que probablemente era una especie de artilugio mágico, los cuales eran bastante raros, pero permitían a sus usuarios hacer hechizos elementales sin la necesidad de tener afinidad mágica. Cómo esperaba, de la punta salió una bola de fuego disparada hacia mí. Levanté mi mano y el guantelete absorbió por completo el ataque y pude sentir como mi magia se recargaba. Con algo de dolor me levanté para encarar a mi oponente, pero este al ver que su ataque fue inútil solo grito asustado y corrió lejos.
Mire a mi alrededor y aquel enano que me había protegido sin querer, se encontraba tendido en el suelo, pero no había señal del paladín. Me acerque a él y me agache a examinarlo, aún seguía con vida. Así que puse mi palma en su pecho y comencé a curarlo. Después de unos segundos, me incorporé y le dije en voz baja.
- Gracias, estamos a mano. - no sabía si me escuchaba, pero no importaba, aunque él no lo supiera, me había salvado.
Camine en busca de Sora mientras seguía realizando la curación de mi costado. El caos de la arena central había disminuido, supongo que varios participantes desistieron de controlar la zona privilegiada y decidieron probar suerte bajando de ella.
Aunque algo llamó mi atención, la arena aún no cambiaba de bioma, por lo cual, era evidente que aún no pasaban ni 5 minutos, lo cual era impresionante para mí, ya que sentía que había pasado una eternidad.
Mi costilla estaba prácticamente sanada cuando sentí una vibración en el suelo, al parecer la arena estaba por cambiar.
Pero no fue así.
El enorme paladín apareció a lo lejos cargando hacia mí con todas sus fuerzas. Conforme aumentaba su velocidad su cuerpo se rodeaba de una luz dorada.
Le disparé mi ráfaga de fuego más poderosa, pero al impactar contra el gran bólido dorado, las llamas se desviaron a los lados y apenas lo detenían.
pensé en escapar, pero ya era tarde, él iba a golpearme de nuevo, y está vez de lleno. Rápidamente coloque mis manos en el suelo y trate de levantar muros de roca entre nosotros para intentar frenarlo un poco. Las paredes se elevaron y comenzaron a romperse una a una con la imparable fuerza del paladín. Y cuando estuvo lo suficientemente cerca pude escucharlo gritar.
- ¡¿Este es el gran y único mago?! ¡Tus poderes no son nada en comparación a los míos! - gritó frenéticamente.
La última barrera cayó, la fuerza del bólido disminuyó notablemente pero aún llevaba el suficiente impulso para hacerme mucho daño. Prepare un escudo de aire entre nosotros para disminuir lo más posible el impacto, pero entonces un relámpago negro golpeó al paladín con gran fuerza. Una pequeña onda de choque surgió de la colisión y logró desviar el meteorito humano, y Sora aterrizó delante de mí.
- ¿Estás bien, Aldric? - dijo mientras se ponía en guardia delante de mí atento al movimiento del enemigo.
- Si... Gracias. - le dije aún sorprendido y algo inquieto por la adrenalina mientras me colocaba a su lado.
- Los problemas vinieron directo a nosotros, ¿Eh? - me dijo sonriendo. - De nada sirvió hacer planes jaja.
- Así parece. - le contesté devolviéndole la sonrisa mientras veía con cierta preocupación como aquel enorme hombre se ponía de pie.
- Podemos derrotarlo... - me dijo Sora decidido. - Solo hay que trabajar en equipo, amigo... Cómo siempre lo hacemos...
Asentí a su comentario y me preparé para enfrentar al paladín. Este comenzó a reír mientras caminaba pesadamente.
- ¡Debo admitirlo! Eso fue inesperado... - dijo mientras estiraba los músculos de sus hombros y giraba el cuello en círculos.
La gran maza de luz desapareció en una pequeña explosión dorada. - No esperaba que el bufón del equipo supiera pelear... -
Sora sonrió ampliamente y le respondió de forma burlona.
- ¡No es para tanto, jaja! ¡Tampoco es que sea tan difícil derribarte!
- Eso dices... ¡Pero no creo que tú amigo piense lo mismo! Jaja - vociferó el paladín refiriéndose a mí. - Pero tranquilo, también puedo lidiar con tipos como tú... - el paladín levantó de nuevo el brazo, el cual fue iluminado de nuevo por la luz divina y una lanza dorada apareció de la nada.
- Vaya, de verdad que es versátil... - me dijo Sora en voz baja con tono preocupado.
- Tranquilo, déjamelo... - le dije, Sora me miró preocupado, pero rápidamente cambió su expresión y asintió. - Solo cúbreme.
- ¡Por la luz dorada y la bendición de Arkaia, yo, Tharion Hammerfall, purificaré esta arena! - grito el paladín antes de cargar de nuevo contra nosotros apuntando la afilada lanza hacia nosotros.
Sería difícil, Tharion tenía un arma de largo alcance con la que podía evitar que Sora se acercara de nuevo. Así que todo dependía de que pudiera golpearlo con algún hechizo lo suficientemente efectivo para desestabilizarlo. Recordé que el golpe que Sora le logró conectar fue bastante eficaz, también sabía que muy probablemente su armadura era ignífuga, y que las paredes de roca eran inútiles una vez que el paladín alcanzaba cierta velocidad. ¿Qué podía hacer entonces?
Sora se lanzó tan veloz como un rayo y Tharion apuntó su lanza contra él. Sora la esquivó ágilmente, pero tuvo que desviar su trayectoria hacia la izquierda. Entonces, aproveche la situación para hacer crecer una estaca de roca desde el flanco derecho de Tharion, y debido a que la finta de Sora lo desvío a la derecha le fue imposible esquivar ya que corrió directamente hacia ella.

La gran estaca le golpeó la cabeza, haciendo que el enorme casco volará por los aires. El impacto lo obligó a poner una rodilla en el suelo, para intentar estabilizarse después del golpe en la cabeza. Tomando ventaja de la situación, apenas Sora logró tocar el suelo se disparó con un salto propulsado hacia la ahora expuesta debilidad del paladín para darle una patada giratoria, pero este reaccionó rápido a pesar de la contusión y apuntó la lanza hacia él para obligarlo a cambiar de trayectoria de nuevo.

Poco a poco comenzó a incorporar su gran cuerpo, y yo al ver que Sora falló en su ataque comencé a realizar un enorme remolino de viento. Fue la única opción que creí viable.

Sora se alejó al ver lo que estaba planeando, y gracias a eso seguí aumentando la potencia del tornado.

Era evidente que no importaba la potencia del viento, simplemente era imposible mover a aquella montaña de metal y carne, así que aprovechando el hecho de que tenía la cabeza desprotegida levanté varios escombros de roca del suelo que empezaron a girar rápidamente junto al tornado, convirtiéndolas prácticamente en cuchillas afiladas.

Poco a poco comencé a aumentar la velocidad del tornado y se me ocurrió disparar una ráfaga de fuego para hacer más daño a Tharion. Pero fue una mala idea. El vendaval comenzó a elevarse hacia el cielo y se hizo cada vez más amplio hasta el punto en el que perdí el control.

Sora se acercó a mí mientras Tharion colocaba de nuevo la rodilla en el suelo y con el brazo libre intentaba protegerse el rostro.

- ¿¡Qué pasa!? - me preguntó Sora mientras se protegía del viento que aumentaba gradualmente.

- ¡No puedo controlarlo! - le dije mientras hacía mi mayor esfuerzo para contrarrestarlo creando un flujo de viento opuesto, pero la temperatura del aire se había elevado tanto que la fuerza del tornado no hacía más que aumentar.

- ¡Solo deja de aplicar magia!

- ¿¡Crees que no lo intente!? - le dije molesto por su comentario tan obvio. - ¡Por alguna razón el tornado se terminó de formar naturalmente, y ahora no puedo pararlo! ¡Creo que debo enfriar la temperatura del aire de alguna forma, pero no hay agua cerca, tendremos que bajar de la plataforma! - le dije preocupado.

Me avergonzaba admitir que toda esta situación se había salido de control por mi culpa, así que no tuve otra opción más que mentir.

- ¿¡No puedes colocar paredes de roca!? ¡Tal vez detengan el flujo de aire! - insistió Sora.

- ¡A esta velocidad es imposible, solo se crearán más escombros! - le dije preocupado.

Entonces el suelo comenzó a temblar, está vez de forma violenta y descontrolada, el bioma de la arena estaba cambiando. Había muy pocos árboles a nuestro alrededor, pero lejos del centro de la arena había un bosque increíblemente denso, pero curiosamente hacía calor, el ambiente se sentía pesado. Después de unos segundos el temblor se detuvo y lamentablemente el cambio de bioma no afectó en lo más mínimo el crecimiento del tornado, por lo cual la situación no había mejorado en absoluto.

El enorme paladín comenzó a caminar pesadamente intentando salir del violento torrente de aire, pero era directamente golpeado por todos los escombros que se levantaban del suelo y le costaba moverse libremente debido a que tenía que proteger su rostro, así que optó por deshacerse de su arma para cubrirse mejor y pudiera escapar de la prisión de viento.

- ¿¡Puedes protegerme de alguna manera!? - me preguntó Sora notablemente preocupado al ver que Thorian se movía.

- ¡No hagas nada estúpido! ¡Creo que puedo hacer algo ahora que cambió el escenario! - le dije mientras lo hacía retroceder con el brazo.

Al parecer estábamos en una clase de bosque tropical debido al calor que se sentía en el ambiente, además la tierra del suelo se sentía muy suelta, pero a pesar de ello el viento del tornado no levantaba polvo. Así que eso me hacía pensar que, debido al clima tropical, la tierra del suelo estaba mojada. Tal vez si combinaba la humedad del ambiente más la humedad del suelo podría enfriar lo suficiente el aire a nuestro alrededor para detener el tornado.

- ¡Prepárate! - le grite a Sora. - ¡En cuanto sientas que la fuerza del aire disminuya, entra ahí y golpéalo en la cabeza!

Sora asintió y se preparó detrás de mí.

Comencé a manipular el agua del suelo y del ambiente y poco a poco empecé a sentir como la armadura comenzaba a vibrar con fuerza y empecé a sentir que se enfriaba el ambiente. Pasados unos segundos, dejó de hacer calor a nuestro alrededor y la intensidad del aire disminuyó, estaba funcionando.

- ¡Ahora! - le grite a Sora mientras colocaba colchones de aire frente a él para levantarlo unos metros en el aire.

Él los escaló ágilmente dando saltos entre ellos como si se tratarán de plataformas invisibles y cuando llegó al último se impulsó con todas sus fuerzas hacia arriba elevándose varios metros perforando el torrente de aire que seguía disminuyendo de fuerza gradualmente.

Thorian también pudo moverse, pero ya era demasiado tarde, Sora estaba sobre él y estaba a punto de golpearlo.

Para asegurar nuestro éxito lo impulse aún más hacia abajo con una corriente de aire.

- ¡Hazlo! - le grité con fuerza al momento que lo impulsaba con el hechizo.

La velocidad que alcanzó fue tanta que casi estoy seguro de que por un instante Sora logró romper la barrera del sonido.

Thorian logró cubrir su rostro con el brazo en el último segundo, pero la fuerza del golpe fue tal, que la onda de choque resultante del impacto levantó escombros por todos lados y lanzó a Thorian fuera de la plataforma con una fuerza y velocidad increíble, dejando una estela de destrucción a su paso. Rápidamente corrí a sujetar a Sora que se elevó varios metros hacia arriba después de impactar contra el imponente paladín. Alcance sujetarlo, pero aún llevaba tanto impulso que me empujó hacia atrás varios metros antes de poder detenerme por completo. Sora estaba consciente, pero al parecer su pierna se había fracturado por el impacto contra la armadura del paladín.

- Gracias, amigo. - me dijo sonriendo mientras nos incorporábamos con dificultad.

Cuando el polvo del impacto se disipó, pudimos ver todo más claro, la arena central estaba completamente llena de escombros y no se podía ver a nadie a los alrededores. Era tan raro ver este lugar vacío después del caos de hace unos minutos.

Entonces pude escuchar al público, que gritaba eufóricamente. No sé si la adrenalina y el enfoque que tuve durante el combate impidieron que prestará atención al bullicio que hacían, pero fue casi como despertar de un sueño, o tal vez de una pesadilla.

- ¡Y con una impecable actuación Aldric y Sora son los únicos participantes en la arena central! - gritó el presentador mientras el suelo bajo nuestros pies comenzó a temblar.

Sentí como el suelo comenzó a levantarse por los aires, hasta elevarse varios metros por encima de la arena.

- ¡Tenemos la ventaja! - dijo Sora emocionado mientras se apoyaba sobre su pierna sana con una mueca de dolor en el rostro.

Entonces recordé las reglas: aquel equipo que controlará la plataforma central tendría varios privilegios estratégicos y además estaría fuera de los peligros cambiantes de la arena.

- ¡Bien hecho! - le dije sonriendo mientras le daba una palmada en la espalda que le hizo perder el equilibrio y terminó apoyando su peso sin querer en la pierna fracturada.

- ¡Ahh! ¡Cuidado! - grito aullando de dolor.

Me dirigí a la orilla de la plataforma y miré hacia abajo. Era imposible ver a alguien entre el denso bosque tropical, pero sabía que los participantes restantes podían vernos y ahora tendrían como objetivo sacarnos de la plataforma.

Estábamos exhaustos, nada estaba ocurriendo como había imaginado. De verdad creí que nuestra ventaja sería abismal pero no fue así. Sabía cómo hacer magia, tenía la memoria muscular de Aldric para conjurarla sin problemas y aun así no era suficiente. Había algo que faltaba, aún sentía que no podía controlar bien mi magia por alguna razón. ¿Tal vez eran las emociones? El hecho de que tuviera los recuerdos de Aldric no me daba toda su experiencia en combate, ¿O sí?

El miedo, la excitación, la angustia... Todos esos sentimientos me abrumaron... En cambio, Sora se mostró más tranquilo y enfocado, a pesar de su clara desventaja... Es decir, en un principio me preocupe por qué resultará herido, pero al final el terminó salvándome más de una vez...

Tenía que encontrar la forma de calmar mis emociones, pero ¿era posible?

Es decir, Aldric adquirió ese temple tras años de experiencia en combate... ¿Podría conseguir eso en estos minutos restantes?

No lo sé...

Han pasado 9 minutos desde que inició la primera prueba.

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