CAPÍTULO 3. EL DESTINO HACE LO SUYO.

   El mismo día en que Aldama visitó a Elvia Cocotle se celebró otra reunión cuyos resultados fueron muy influyentes en el derrotero de su aventura.

En el centro de operaciones de Los Perseguidores, en el noveno piso de un edificio sobre la avenida Paseo de la Reforma, dos hombres y una mujer entregaron a su director el reporte sobre la reunión de Elías García e Ignacio Aldama en las instalaciones de la Gran Logia del Valle de México.

Los cuatro vestían con la formalidad acostumbrada en la mayoría de los centros de trabajo de la ciudad de México.

El director cuestionó.

- ¿Qué han averiguado sobre la persona que se reunió con García?

Carlos Santillana se adelantó a sus subalternos para responder sin titubeos.

- Analizamos su fotografía con el identificador de rostros y encontramos que es un escritor poco conocido de nombre Ignacio Aldama, vive en Querétaro con su esposa, tiene dos hijos, Anna de dieciséis años y Arturo de once.

En lo que ha publicado muestra un profundo conocimiento de las culturas prehispánicas y una religiosidad no dogmática.

Opinamos que es miembro de la Sociedad Secreta de Cuauhtémoc.

- ¿Y con que finalidad suponen que se reunió con el profesor García?

Santillana contestó.

- Creo que para planear el futuro de su hijo, el que seguramente es un Depositario.

- ¿Qué te hace pensar que el niño es un Depositario?

- Su edad, la relación de su padre con García, la avanzada edad de la anterior generación de Depositarios y su asistencia a un campamento de verano en donde pudieron haberle implantado la memoria que lo convirtió en Depositario.

- ¿Qué se está haciendo para validar esa posibilidad?

- Estamos investigando a los organizadores del campamento y tengo gente vigilando a al familia.

- ¿Alguien está vigilando al escritor?

- No y no ha regresado a su casa desde que se entrevistó con el profesor García hace ya cuatro días.

- Esa es una gran falla.

¿Por qué no lo siguieron desde que se despidió del profesor?

- Lo intentamos, pero tomó un taxi que circulaba en sentido contrario al de nuestro auto y por el tráfico no pudimos seguirlo.

- ¡Que error! eso nos dejó casi a ciegas.

¿Han averiguado cuando regresará?

- No señor, pero como su familia no ha dado señas de tener preocupación por su ausencia pienso que se mantienen en contacto.

- Pues tenemos que apresurarnos y además ser muy precavidos.

García no debe llegar a sospechar que estamos por descubrir a uno de sus depositarios.

- ¿Para evitar que pase lo mismo que con la niña que me dijo?

- Exactamente, ¿qué sugieren como siguiente paso?

Aunque la pregunta fue hecha nuevamente a los tres comparecientes, solo Carlos Santillana respondió mientras sus acompañantes asumían con naturalidad su rol de subordinados.

- Que se someta al niño a los análisis necesarios para saber si es depositario o no.

- ¿Cómo podríamos hacer eso?

- Pues... poniéndolo en manos del doctor Souza.

- ¿Secuestrándolo?

- Algo así pero junto con su hermana y de forma no violenta, porque si no está tranquilo no será posible saber lo que está grabado en su cerebro.

- ¿De manera no violenta? ¿Cómo? –Cuestionó el director-

- Podemos orquestar un engaño para llevarlo a un campamento de verano en donde tengamos lo necesario para hacerle los estudios.

- ¿Creen que sus padres aceptarán algo así?

- Si les decimos lo que haremos definitivamente no, por eso lo del campamento.

Proponemos que se haga de inmediato para aprovechar que no está el papá y así lidiar solo con la mamá.

Aún no hemos trabajado los detalles pero sentimos que tenemos muchas posibilidades de actuar sin despertar sospechas.

Incluso podemos simular que somos del grupo de García.

- ¿Quién participaría para detallar el plan?

- Nosotros tres.

- Me parece bien, estudien todos los escenarios y preséntenme un plan completo a la brevedad.

Mariana Olabarrieta levantó tímidamente la mano para solicitar la palabra.

- Sí Mariana –concedió el director-

- Yo... yo creo que los hijos saben que son miembros de la Sociedad Secreta de Cuauhtémoc y que no debemos intentar hacerles creer que nosotros lo somos, porque eso puede ponerlos a la defensiva.

El director miró a Mariana con rostro de decepción y con evidente descortesía soltó un cáustico comentario.

- Ese es el tipo de argumentos que quiero escuchar después de que hagan su trabajo.

Identificar los pros y contras de cada escenario es lo que les estoy pidiendo.

Mariana, arrepentida de su espontaneidad asintió con la cabeza.

La reunión concluyó y las actividades que a partir de ahí se desencadenaron dieron un tremendo giro a la vida de Ignacio Aldama y su familia, porque quedaron en el centro de una confrontación de fuerzas poderosas y osadas.

Dos días más tarde el director de los perseguidores recibió un plan para obtener la colaboración de la hija de Ignacio Aldama en el secuestro de su pequeño hermano.

- ¿De cuanto sería el premio que le haríamos ganar para cooptarla?

- Como el premio se acumula cuando no hay ganador, pensamos esperarnos a un día en que el premio sea el mínimo de seis millones –Explicó Mariana-

- ¿Y porqué no dejarle ganar más? –Dijo el jefe-

- Darle más solo la enloquecería innecesariamente.

- Pues enloquecerla es precisamente lo que se requiere –el jefe enfatizó un tanto molesto- y como a nosotros no nos costará ni un centavo no veo porqué tenemos que limitarnos.

Asegúrense de que todo funcione bien y a tiempo y dejen de preocuparse por su salud mental.

Con ese comentario concluyó la reunión.

Dos días después Mariana y Alberto Bonilla, el segundo asistente de Santillana normalmente silencioso y de bajo perfil, siguieron a Anna Aldama dentro de un concurrido centro comercial en espera de una oportunidad para abordarla.

La encargada de llevar adelante el primer contacto fue Mariana.

Tenía veinte años de edad y desde niña había estado involucrada con la Sociedad de Perseguidores.

Su familia había pertenecido por generaciones al grupo y había sido educada para tener como objetivo de vida el rescatar el tesoro azteca de quienes lo estaban manteniendo oculto contraviniendo la voluntad del emperador Cuauhtémoc.

Cuando entró al restaurante en donde Anna consumía un enorme helado de sabores combinados, se dirigió a ella con determinación.

- Anna, necesito hablar contigo para pedirte tu ayuda en algo que te hará muy rica... ¿me puedo sentar?

- No estoy peleada con eso de ser muy rica, pero no voy a hablar con una desconocida de eso, retírate o haré un escándalo que terminará contigo en la cárcel.

- No estoy aquí para tomarte el pelo, y si no me das la oportunidad de explicarte con calma te perderás de millones y millones de pesos de un tesoro escondido desde hace muchos años.

Además siempre podrás iniciar el escándalo que dices.

¿Por qué no esperas a escuchar lo que te tengo que decir?

- En eso puede que tengas razón, siéntate, pero si sospecho por un poco que me estás tomando el pelo empezaré a gritar.

- De acuerdo, gracias.

Mariana se sentó.

Anna la observó nerviosa e interesada.

- Primero tengo que pedirte que me permitas darte antecedentes y que me regales por unos minutos el privilegio de la duda, porque lo que tengo que decir suena tan fantástico que puedes llegar a pensar que te quiero engatusar.

¿Me das diez minutos antes de empezar a gritar?

- Diez minutos, y los estoy contando ya.

- Bien... yo soy miembro de una Sociedad Secreta creada por el último emperador azteca para esconder el tesoro más grande que puedas imaginar. Éste tesoro debía ser entregado a los mexicanos cuando se liberaran de los españoles.

¿Has tenido noticias de nuestra existencia?

- No, para nada –Respondió Anna con naturalidad-

Mariana estaba preparada para cualquier respuesta, pero íntimamente mantenía su creencia de que los Aldama eran miembros activos de la sociedad de la que su grupo era antagonista.

Con algo de recelo continuó con el plan.

- En los tiempos de la revolución mexicana la mayoría de los consejeros consideraron que debían de darle el tesoro a Emiliano Zapata, pero unos que no estaban de acuerdo desertaron y secuestraron a las personas que tenían las pistas para encontrar el tesoro porque decidieron ocultarlo hasta que se reestablecieran los cultos antiguos y los idiomas originales.

Eso desde luego es una locura, pero hasta el momento han logrado mantenerse escondidos.

El caso es que las personas que te digo que tenían las pistas para encontrar el tesoro, las tenían grabadas en su mente por hipnosis.

Al principio usaron niños y niñas hijos de los miembros para grabarles esa información en la mente.

Pero desde hace ya también mucho tiempo, los disidentes que te digo empezaron a usar niños ajenos a su grupo con el solo requisito de que tuvieran las características necesarias y hace un mes grabaron en la mente de tu hermano la localización del tesoro.

Anna levantó ambas manos en señal de alto.

- Detente ahí porque vas por muy mal camino, si no puedes darme pruebas de lo que dices mejor lárgate de aquí porque estoy por empezar a gritar.

- Todo pasó en el campamento de verano al que acaban de ir –Dijo Mariana con apresuramiento-

- ¿Cómo fue eso? –Anna cambió su actitud al escuchar mencionar un hecho reciente en la vida de ella y su hermano-

- Cuando tú te fuiste con los grandes a dormir en el bosque –continuó Mariana- y los pequeños se quedaron en la base, fue cuando hipnotizaron a tu hermano.

Él ni se dio cuenta porque le dijeron que era un juego.

Anna de inmediato se interesó en saber más y así lo manifestó.

- No entiendo porque ocultar de esa manera las pistas de un tesoro y menos por qué en mi hermano.

- La localización del tesoro se han ocultado en la mente de niños desde el principio y después cuando los niños se hacen viejos los hipnotizan para pasar la información a otro niño.

Como te dije ahora escogen niños que pueden no ser del grupo y ese fue el caso de tu hermano.

Existe la posibilidad de que tu papá sea miembro de esa sociedad, la verdad no lo sabemos, porque como te dije se trata de un grupo que opera en absoluto secreto.

- ¿Me estas diciendo que mi papá forma parte de un grupo que se robó el tesoro de Cuauhtémoc?

- Lo que pasa es que la mayoría de los miembros no están enterados de la traición y no existe forma de que nosotros sepamos si tu papá pertenece o no al grupo.

- ¿Cómo es que ustedes saben lo del campamento y cómo nos localizaron a nosotros?

- Como te dije antes todos éramos del mismo grupo y aun tenemos identificadas algunas familias que se quedaron con ellos a quienes vigilamos constantemente y cuando podemos nos metemos a sus casas para obtener información de sus actividades.

Hace dos meses uno de nuestros espías robó un expediente en donde aparece el nombre de tu hermano y la manera en que pensaban plantar la información en su mente.

Entonces los vigilamos a ustedes y cuando vimos que fueron al campamento de verano supimos lo que iba a pasar.

- No puedo creerte, necesito alguna prueba.

¿Qué me puedes dar para convencerme de que no eres de una banda de secuestradores?

- ¿Te parece bien dinero? mucho dinero.

- ¿Un millón de pesos? –Los ojos de Anna brillaron con codicia-

- Sí, un millón de pesos, seguramente un poco o mucho más, pero te podría causar problemas el que te lo demos en paquetes de billetes o te lo depositemos en el banco.

¿Qué explicación les darías a tus papás?

Vamos a hacer esto, te acompañaré a que compres un boleto del sorteo Me Late aquí en este mismo centro comercial, yo anoto los números y mañana verificas el resultado.

Si ganas el premio me creerás y me ayudarás a recuperar el tesoro.

- ¿Y si todo sale bien qué habrá para mí?

- La décima parte del tesoro y te advierto de que eso es una cantidad enorme e inimaginable.

Anna estaba sin saber que hacer, la idea de resolver todos los problemas económicos de su familia por el resto de su vida la tomó por sorpresa y rebasó su capacidad de raciocinio.

Mariana pidió la cuenta para ir a comprar el billete del sorteo que sellaría el trato.

Como despedida explicó a Anna lo que debía suceder después.

- Ya tienes tu boleto.

Mañana tendrás la prueba de que te estoy diciendo la verdad.

Después nos tendremos que reunir para convenir detalles.

Entiendo que eso no podrá ser mañana porque primero tendrás que ir a México para cobrar el premio.

No te voy a llamar por teléfono ni te pediré que me llames para concertar una cita.

Te voy a dar una prueba adicional de la fuerza de nuestro grupo.

Espero que no te sientas agredida, ya te dije que te hemos estado vigilando, así que no debe sorprendente que lo sigamos haciendo.

En cuanto veamos que sales de tu casa sola con la misma ropa que traes hoy, sabré que vienes a buscarme.

Me encontrarás en el restaurante en donde nos conocimos.

Quince minutos después Anna estaba a bordo del taxi que la llevaba a su casa.

Sin salir de su estupor se encerró en su recámara para salir cuatro horas después para prepararse una breve cena que consumió en la soledad de la cocina mientras su madre y su hermano veían la televisión en la sala.

Al día siguiente en cuanto despertó consultó los resultados del sorteo en la Internet y su sorpresa fue mayúscula.

¡Se había ganado dieciocho millones de pesos!

La locura que llenó la casa fue indescriptible, gritos, llanto, saltos y risas se sucedían en cada uno de los tres que ahí estaban.

En cuanto la mamá de Anna quedó convencida de que el número ganador que se mostraba en la pantalla de la computadora era el que tenía en sus manos, marcó el teléfono móvil de su esposo.

- ¡Viejo, Anna se ganó dieciocho millones de pesos en el Me Late!

¡Urge que vengas para que vayamos a cobrar, porque ella es menor de edad!

- ¡¿Pero cómo?! ¡¿Estás segura?!

- ¡Lo estoy viendo en la Internet en el sitio de la Lotería!

¡No hay duda! ¡Sí se lo ganó!

- Pues regresaré de inmediato, ahorita estoy en Tuxtepec, saldré de aquí en no más de una hora y dependiendo del tráfico de la Ciudad de México estaré con ustedes a eso de las cuatro de la tarde.

Los siguientes días fueron todo desorden y confusión, el cobro del dinero fue sencillo, lo estresante fue la incontenible emoción de estar dejando atrás las limitaciones económicas.

Desde que Aldama se enteró del premio tomó conciencia de la importancia de evitar que el cambio de estatus económico afectara gravemente la estabilidad de su familia, por ello en cuanto llegó a su casa procedente de Tuxtepec le envió un correo electrónico al profesor García informándole que tenía la necesidad de suspender actividades durante dos semanas.

Pasado ese tiempo se dispuso a continuar su búsqueda.

Las protestas de la familia no se hicieron esperar.

Todos opinaban que debían tomarse unas largas vacaciones.

Anna necesitaba que su papá se alejara para poder actuar con más libertad pero no podía decirlo, por lo que cada vez que se sumaba a las propuestas de su mamá o de su hermano, cruzaba los dedos y pedía íntimo perdón a los cielos.

El mismo día que Aldama salió de viaje, Anna fue al centro comercial para encontrarse con Mariana.

En cuanto la vio le dedicó una enorme sonrisa y corrió a su encuentro para abrazarla.

- ¡Cumpliste! ¡Sí cumpliste! ¡Gracias, muchisísimas gracias!

- Ahora te toca a ti cumplir con tu parte.

Debes entregarnos a tu hermano.

Lo que dijo Mariana volvió a Anna a la realidad.

Se quedó helada al tiempo que de su rostro se borraba la alegría.

- En eso no quedamos, no voy a dejar a mi hermano solo con ustedes, ni crean.

Yo lo llevo donde me digan, ustedes lo hipnotizan, consiguen la información que quieren y me lo llevo de regreso a la casa.

- Está previsto que tú estés con él todo el tiempo.

Eso es indispensable porque tu hermano debe estar tranquilo para que funcionen las cosas.

Además no es posible que se regresen a su casa el mismo día, se requiere de varias sesiones que van a realizarse en un lugar secreto del que ni yo conozco su ubicación.

- Pues entonces no se va poder.

No podemos estar fuera de casa por varios días sin que mi mamá sepa en donde estamos.

- Tenemos un plan para solucionar eso.

Mañana llegará al buzón de tu casa la publicidad de un campamento de verano que empezará pasado mañana al que te vas a inscribir junto con tu hermano.

El folleto dará la idea de que los organizadores son los mismos del campamento al que fueron hace un mes.

Dirá que participarán niños de todo el país, eso para que no se vea raro que de aquí salga una furgoneta y no un autobús.

- ¿De veras irán niños de otros lugares?

- Sí, serán hijos de miembros de nuestro grupo.

El campamento se desarrollará según lo anunciado en la publicidad que recibirás y va a estar súper.

En el curso de control mental al que asistirán todos, tu hermano tendrá terapias especiales, pero él ni lo va a notar.

- ¿Por qué pasado mañana?

- A nosotros nos urge y solo estábamos esperando hacer contacto contigo.

- ¿Y cómo debo hacer el pago de la inscripción? ¿A que cuenta o qué?

- El número de cuenta bancaria que dirá el folleto es el mismo del campamento al que ya fueron.

Eso le dará confianza a tu mamá pero causará que el dinero se pierda.

Si lo deseas te reembolsaremos el dinero.

- No es necesario, ya me dieron suficiente. ¿A donde nos llevarán?

- Te acabo de decir que no lo sé.

- ¿No que no eras de una banda de secuestradores?

Esto que me pides hacer es un secuestro.

- Para tu hermano tal vez, pero no en tu caso porque tú sabes perfectamente de lo que se trata.

Ana comenzó a darse cuenta de que estaba metida en un gran lío del que no se le ocurría como salir, así que se conformó pensando en que ningún grave peligro acechaba a su hermano y que al final había un premio en efectivo mucho más grande que la fortuna que ya tenía.

- Entonces, ¿qué tengo que hacer? –preguntó compungida-

- Convencer a tu hermano y entre los dos convencer a tu mamá.

- ¿Qué va a pasar cuando mi mamá nos lleve al punto de reunión para la salida al campamento?

- Sera el mismo del campamento pasado y yo estaré ahí para recibirlos.

Ya estarán ahí otros cuatro niños, le diré a tu mamá que solo los estábamos esperando a ustedes y saldremos de inmediato.

- ¿Y que le vamos a decir a mi hermano cuando vea que somos tan pocos?

- A él y a tu mamá les debes explicar desde el principio lo que dice la publicidad de que irán niños de otras ciudades que llegarán directo al campamento.

- Pero mi mamá no va a aceptar no saber en dónde será el campamento.

- Por eso la publicidad incluirá la dirección de un rancho ganadero de Aguascalientes. Eso será mentira.

- ¿De donde saldrán los demás niños?

- De Cuernavaca, la Ciudad de México, Celaya, León, Guanajuato, Morelia, San Luis Potosí, y Zacatecas.

Anna no quedó muy satisfecha con lo que escuchó, pero no dudó en seguir adelante.

Ya en casa trató de no mostrar su ansiedad y a la mañana siguiente tras recuperar del buzón la información sobre el campamento no tuvo problemas para entusiasmar a su hermano.

Su mamá no encontró razones de peso para negarles el permiso y consintió a que Anna hiciera la inscripción por la Internet pagando con cargo a su tarjeta bancaria.

Al día siguiente los Aldama llegaron al punto de reunión quince minutos antes de lo indicado.

Mariana estaba ahí según había anunciado.

Dulce María vio partir a sus hijos y regresó a casa totalmente tranquila para vivir la rara experiencia de estar sola durante una semana completa.

El viaje duró cinco horas y ni Anna ni Arturo se percataron del rumbo que había tomado la camioneta que los transportaba, así que cuando finalmente entraron a la remozada hacienda no tenían la menor idea de donde se encontraban.

- ¡Que bonito está aquí! ¡Mira hermano! hay alberca y cancha de básquet y ¡caballos!

Arturo no contestó nada porque la sorpresa de lo que veía le absorbió toda la atención.

El vehículo se detuvo y el chofer abrió el compartimiento de equipaje para entregar a cada quien sus maletas.

Del edificio principal salió una sonriente mujer a darles la bienvenida, por lo demás el lugar parecía estar vacío.

La anfitriona guio al grupo por las instalaciones.

- Al fondo está el comedor –señaló al cruzar el salón al que accedieron al franquear la entrada principal–

Mariana les indicó a Anna y Arturo que se detuvieran al pie de una gran escalera mientras los otros cuatro niños eran guiados por un ancho pasillo.

Acto seguido los Aldama fueron invitados a subir las escaleras a la planta alta en donde les fueron asignadas habitaciones contiguas.

- Las puertas no pueden ser aseguradas por dentro en prevención de que algún niño se encierre y dificulte el brindarle ayuda en caso de emergencia –Explicó Mariana-.

En cuanto se acomoden tienen que bajar para comer, ahí les presentaré a los otros participantes del campamento.

Cuando se quedaron solos ambos se apresuraron a asearse y prepararse para ir a cenar.

Cada uno tenía una motivación diferente.

Arturo estaba urgido por el hambre que lo atormentaba.

Anna sabía que su hermano se bañaría rápidamente y no quería perderlo de vista.

En el camino al comedor Anna tomó a Arturo de la mano.

Él reaccionó con sorpresa ya que nunca antes había sucedido algo así.

- ¿Qué te pasa bodoque? ¿De cuando acá tan tierna?

- ¡No seas sangrón! y por favor, no quiero que te me separes para nada.

- ¿Qué comiste chamaquita que así te dejó?

- ¡Nada!, pero si no me obedeces te vas a arrepentir toda la vida, ¡me oíste!

- Sí, sí te oí, pero creo que te estás volviendo loca.

Me de vergüenza, no quiero que me estés tomando de la mano todo el tiempo.

- De acuerdo, te suelto, pero ni se te ocurra ir a algún lado sin mí.

- ¿Ni al baño?

- ¡Ni al baño!, ¡me oíste!, ¡ni al baño!

- Si he sabido que ibas a estar así ni vengo...

- Compórtate y todo saldrá bien.

Al llegar al salón principal coincidieron con sus cuatro compañeros de viaje y juntos llegaron al comedor en donde ya estaban sentados en torno de una enorme mesa más de veinte niños y varios adultos.

Mariana desde su silla les indicó los lugares que tenían asignados y cuando se hubieron sentado se puso de pie e hizo sonar un vaso con su cuchillo para llamar la atención de todos.

- Atención por favor... vamos a iniciar nuestra convivencia ahora que ya llegaron los que faltaban.

Ellos vienen de Querétaro, por favor denles un aplauso de bienvenida,

La audiencia respondió de inmediato con un nutrido aplauso.

- Mañana –continuó Mariana-, como primera actividad todos se presentarán con el grupo uno por uno, hoy les presentaré a quienes serán sus instructores durante los próximos siete días en los que trabajaremos intensamente para que cuando regresen a sus casas sean unas nuevas personas, más ágiles, más fuertes y más seguras.

Natación, la profesora Imelda Zaldívar

Equitación, Alberto Bonilla

Escalada y rápel, Gabriela Sánchez.

Gimnasia olímpica, Irma Gutiérrez

Actuación, Esteban Aquino

Control mental, doctor Armando Souza.

El entrenamiento en control mental es la primera vez que se imparte y los dos telépatas que logren el mejor aprovechamiento recibirán el nombramiento de caballero o dama del imperio galáctico.

Todos explotaron en expresiones de entusiasmo ante el último anuncio, menos Anna, quien se dio cuenta de inmediato de que el doctor Armando Souza sería el encargado de extraer de Arturo el secreto del Tesoro de los Aztecas.

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