Capítulo 2 - La Actividad
—Buen día clon AY230, es hora de estar consciente —dijo la voz ya conocida.
230 miró a su alrededor. Sentía un sopor que le impedía razonar bien, por un momento olvidó donde se encontraba. No recordaba si lo que ocurrió la noche anterior fue un sueño, realidad o fantasía, todo parecía sumamente lejano... Pero poco a poco las ideas se le fueron aclarando. A veces le costaba recuperarse de los sueños; eran algo muy difuso... Distintos pero a la vez parecidos a su realidad. Los recuerdos fueron pasando por su mente, y sonrió al rememorar, claramente por fin, la estupenda velada que compartió con 736 al final del día. Prefirió no perder tiempo, así que eligió el mismo atuendo del día anterior. Se miró al espejo, permitiendo que su cabello le acariciara la espalda, renegrido como siempre. Observó en el reflejo sus ojos, pensando en cambiarlos, pero verdes prefirió dejarlos. Realmente estaba un poco pálido, por lo que subió un poco la proporción de amarillo y rojo para formar un tono más cobrizo que el blanco sepulcral que tenía. El conjunto quedaba muy bien, y era bastante impactante.
Estaba mirándose todavía al espejo cuando volvió a escuchar la voz simple, llana y sin vida de siempre:
—Clon AY230, es hora de La Actividad.
—Sí, ya voy —230 cerró los ojos, para aparecer otra vez ante la negra oscuridad—. Voy a terminar hoy esa obra que tengo incompleta hace tanto tiempo, y que los demás quieren escuchar —se dijo.
Del menú de la derecha seleccionó el proyecto que hacía tanto que no modificaba. Frente a él, se desplegaron los compases con las últimas modificaciones que había realizado, y bajo los compases se encontraba la serie de patrones que simbolizaban a las instrucciones musicales. Esta notación de patrones era la mejor para terminar la música, y darle los toques finales (en la mayoría de los casos representados por valores decimales, variables y otros tipos de datos), que eran más sencillos de entender por el Ambiente que la antigua y retrógrada notación musical de compases con notas. Pero la notación de compases era más útil para tener una visión global de la obra, y de su desarrollo, ya que mirar un patrón y entenderlo de buenas a primeras puede ser muy difícil.
AY230 estuvo pensativo por un tiempo, mirando los compases, y decidió descartar los últimos. Los seleccionó, y en un instante desaparecieron de su vista. Escuchó desde el principio lo que estaba hecho hasta el momento, analizando cada canal por separado. El Ambiente proveía la capacidad de mezclar 128 canales de sonido real en simultáneo, lo que era bastante, puesto que nunca se solían usar más de 60, salvo para simular grandes orquestas, en las que cada instrumento ocupaba un canal por completo. Pero los músicos ya habían aprendido algunos trucos: compartir varios instrumentos en un canal, o crear ondas que fueran la suma de varios instrumentos, por lo que en un canal podían lograr un buen efecto poniendo varios instrumentos juntos. 230 estaba utilizando 23 canales, por lo que no tenía muchos problemas para esta composición.
El clon escuchó la obra completa: estaba ceñida a los mismos parámetros de siempre, en el estilo que caracterizaba a 230. Repentinamente decidió cambiar ese estilo, y probar algo nuevo: estaba cansado de hacer siempre el mismo tipo de melodías. Recordó cómo BY210 pudo hacer algo tan distinto, innovador y genial a la vez, mientras él no evolucionaba en su estilo. Por lo tanto, limpió todos los patrones de sus instrumentos, dejando tan sólo las notas de distintos colores, y abrió un cajón flotante con su mano izquierda, de dónde empezó a sacar nuevos instrumentos, recuperar viejos en desuso, probarlos con distintas partes de la música, cambiándolos entre sí. Luego de armar este desbarajuste escuchó lo que había quedado hasta el momento. ¡Era increíble!, 230 estaba sorprendido de que el hecho de variar unos simples instrumentos podía alterar tanto la esencia de la obra. Mezcló sintetizadores para los acordes de fondo, junto con una batería muy rítmica, mezclada con un bajo, un clavecín y unas rasgadas de guitarra a las que editó de tal manera que se convirtieron en largos y profundos sonidos nunca antes escuchados. La música empezaba de una manera tenebrosa, con sonidos que rodeaban a toda la persona, hundiéndola en una extraña penumbra sonora.
Hasta ese momento, sólo había transformado lo que ya tenía, pero todavía debía terminar la composición. Decidió que la introducción estaba ya demasiado completa, y que no valía la pena retocarla más. Sintió que el oyente debía levantarse desde ese profundo abismo sonoro en el que se hallaba inmerso, y salir de él con una explosión, en un torbellino estrepitoso que diera mil vueltas a su cabeza. Subió el volumen al máximo, y mientras la melodía de fondo con tres bajos a distintos tonos corría a toda velocidad, empezó a sacudir notas sobre el pentagrama, que explotaban ruidosamente al tocarlo. Así, con fervientes movimientos de las manos y brazos se fue construyendo algo monumental, una escultura instrumental como jamás antes existió. La composición llegó a tener una longitud de más de 4000 patrones, y una duración de 27 minutos. 230 se sentía exhausto, pero todavía faltaba refinar esa obra en bruto, retocando cada patrón, modificando los instrumentos, mejorando las ondas en secciones críticas, sacando o agregando notas donde fuera necesario. Lo que finalmente resultó luego de todo ese trabajo fue una obra maestra, en la que se combinaban momentos de tranquilidad con brotes de furia devastadora, rapidez con lentitud, vida con agonía.
Finalmente tomó su obra y la guardó, enviando una copia al Museo General. Nunca antes 230 se había sentido tan satisfecho con un trabajo suyo, estaba realizado. Se quedó en paz por unos minutos, envuelto en la negrura espesa del origen y el final de las creaciones, hasta que decidió transferirse a la zona de la Reunión, antes de que la voz se lo avisara.
Pocos clones se hallaban todavía en el lugar. 230 miró dentro de todos los grupos buscando a 736, pero no la encontró, seguramente aún no había llegado. Antes de pensar en alguien más a quien buscar, escuchó una voz que lo llamaba: Frente a él se acercaba un clon Inferior, con ánimos de entablar conversación.
—Tú debes ser AY230 ¿Cierto? Hola yo soy BY210.
—¡BY210!, ¡Qué alegría poder conocerte! Te envié el mensaje pidiéndote que nos encontremos porque ayer tuve la suerte de encontrar tu composición en el Museo, y me encantó. Era algo tan simple, pero a la vez tan complejo... No sé, sentí que en esa obra había una parte mía que yo no conocía. Gracias a ella me di cuenta de que siempre se puede innovar en todos los campos, haciendo cosas distintas a lo común, pero a veces cuesta darse cuenta de qué es lo que hay que cambiar.
—Gracias por todos los halagos. Es un honor que un clon de tanto renombre como tú me diga todas esas cosas.
—Influenciado por tu obra, decidí modificar mi última composición, que hacía mucho tiempo quería terminar, pero que no avanzaba por falta de ideas. Cambié todos los instrumentos, y reconstruí la melodía, variando drásticamente el estilo. Me inspiraste y me sacaste del cenagal creativo en el que estaba hundido, puesto que llegué a un límite en el que ya no me parecía que pudiera seguir avanzando más. Ahora veo que hay muchas cosas nuevas que puedo hacer, y nuevos estilos desconocidos en los que descubrí que puedo incursionar.
—Yo realmente no estaba muy seguro de lo que estaba haciendo — le explicó el Inferior—. Quería hacer algo nuevo, rebelde, distinto, y me pareció que esos instrumentos primitivos eran ideales para el caso. Recordé como el redescubrimiento de la música Chip por parte de un entonces desconocido clon revolucionó a todos, generaciones atrás, y sentí que podía lograr algo semejante. Al fin y al cabo, Sid era tan sólo un clon Inferior cuando se dedicó a experimentar con ella, y ahora es un Maestro. Cuando terminé la música estuve a punto de descartarla, por temor a ser reprobado por los demás, al hacer algo tan extraño, y que a muchos pudiera parecerles disonante o antimelódico. La puse en el Museo a la vista de todos porque me costó demasiado trabajo terminarla, y no quise desperdiciar la labor de varias semanas sin que alguien la escuche y emita por lo menos un comentario al respecto. Ahora me siento feliz de haberlo hecho, tus palabras me reconfortan.
—Debes seguir haciendo cosas nuevas, me parece que pronto vas a ser más famoso que el propio Merlín si es que continúas creando obras tan especiales. No te detengas, lo estás haciendo muy bien. Y creo que no soy el único que piensa eso, porque la valoración de tu obra era muy alta.
—Sí, muchos clones, especialmente los Nuevos, me han felicitado por la obra, pero parece que a los Maestros no les gustó, porque no he recibido ningún elogio de su parte.
—No te preocupes, ellos son así, van a esperar que sigas produciendo cosas de calidad antes de congratularte. No quieren arriesgarse a felicitar a un Inferior que tuvo un poco de suerte con una única obra. Pero no desesperes, si sigues así pronto dejarás de ser un Inferior, y tal vez te pongan a mi mismo nivel ¿Quién sabe? —230 pensó por unos segundos en la obra de 210, dispuesto a continuar con la charla—. Cambiando de tema, lo que me gustaría saber es como lograste conseguir insertar en tu obra un coro de voces reales, que tan perfectamente canten la introducción. Yo hace mucho tiempo que quiero hacer algo semejante, pero no he conseguido voces que se adecuen tan perfectamente a lo que buscaba.
—No pienses que fue fácil —explicó el Inferior, sonriendo—. De hecho, yo tampoco conseguí las voces adecuadas. Aunque no lo creas, lo que hice fue tomar una grabación de una conversación, que encontré por casualidad mientras investigaba para la Clase, y cuyo tono me gustó, le extraje la parte que me interesó, la copié y encimé varias veces, para que pareciera un coro. Luego tuve que trabajar mucho sobre la onda resultante, para que tuviera la tonalidad adecuada y se integre al resto de la melodía. Fue una de las cosas que más tiempo me tomó, pero creo que quedó bien, ¿No?
—¡Quedó fantástica!, nunca se me ocurrió hacer eso, pero creo que pronto intentaré algo semejante. Realmente te puedo decir que plasmaste una gran idea en esa obra, es revolucionaria. Debes seguir mejorando y creando algo nuevo cada día, porque creo que ese será tu pase a la inmortalidad.
—Gracias por el apoyo, me ponen muy contento todas tus palabras —dijo agradecido BY210.
—Deberíamos componer algo juntos en algún momento, ¿Qué te parece? —le preguntó el clon Superior.
—Sería excelente poder compartir mi tiempo con alguien como tú, estoy a tu entera disposición para lo que quieras.
—Cuando se me ocurra algo, te avisaré...
Mientras ambos hablaban, se reunió un grupo de clones Nuevos a su alrededor, impacientes por felicitar también a BY210. 230 elogió de nuevo al clon y se alejó, para no interferir con la charla.
AY230 no tuvo tiempo de unirse a otro grupo, puesto que en ese momento 580/2 se le acercó muy excitado:
—¡230!, ¡Por fin te encuentro! Te he estado esperando con ansias. ¿Podemos ver juntos el tema que ayer me prometiste?
—¿Ahora?, acabo de llegar, tenía ganas de hablar un rato con las... —230 pensó bien lo que iba a decir, y cambió la frase— ...con la gente. Necesito tener un feedback sobre el trabajo que expuse ayer.
—Mirá, si estás esperando a las mujeres, mejor acompáñame, porque hoy decidieron tomarse el día libre para discutir sobre el tema de la herencia genética y la propiedad de los clones. Tú sabes están muy preocupadas al respecto, y quieren cambiar las leyes. Pero no entiendo para qué se toman ese trabajo, porque sabemos que los Maestros harán oídos sordos a sus peticiones. Además, si quieres tener feedback sobre tu Paisaje, te digo lo siguiente: Está maravilloso. Ahora acompáñame ¿Sí?, no tengo mucho tiempo, puesto que quiero hacer otros experimentos a la tarde.
—Tanto trabajo afectará tu salud mental —afirmó AY230 duramente—. Debes dedicarle un poco más de tiempo al esparcimiento, nunca te quedas todo el tiempo de Reunión, siempre llegas tarde y te vas antes de que termine. ¡Debes disfrutar un poco más de la vida!
—Esas son tonterías, si estoy donde estoy es debido a mi trabajo, y no a las horas de Reunión. Y si quiero llegar a tener un Status mayor, debo seguir trabajando duro.
—Eso no es totalmente cierto. Porque si no compartes con los demás tus logros y alegrías, ¿Para qué trabajar? Esta vida no es un tanteador donde tenemos puntos a favor o en contra según lo que hagamos, y no ganamos nada con tan sólo acumular puntos. Ganamos al interactuar y ayudar a los demás.
—Pero los puntos pueden convertirte en un Maestro, si es que haces las cosas bien.
—Sí, pero nuestro objetivo no es el de llegar a estar entre los Maestros, sino el de crear. Lo demás viene por añadidura. Nosotros no creamos para subir de Status, creamos por amor a lo nuevo, porque sacamos de la negra nada cosas que son hijas de nuestro pensamiento, y eso nos hace felices.
—Eso te sucede a ti, que eres un creativo. Yo no sirvo para crear, soy un completo inútil. Apenas me defiendo como descubridor, investigando lo real. Y si no hiciera eso, hace tiempo me hubieran destruido. Debo trabajar duro para que no se den cuenta de que en el fondo no soy todo lo que se sueña para este lugar.
—¡No es así!, ¿Dónde estaríamos ahora si es que gente como tú no hubiera avanzado tanto en los diversos campos de la ciencia? Muertos quizás, pues no hubiésemos sobrevivido a la Hecatombe, o en un Ambiente horrible, si es que no hubiesen trabajado tan duro en la construcción de lo que justamente quieres investigar ahora. Inclusive el propio Agnus es muy parecido a ti en ese sentido. No te desanimes, tú eres tanto o más importante que todos nosotros. Lo único que te pido es que no trabajes en demasía, porque te hará daño.
—No lo sé, cada uno es como es, y a mí no me gusta estar entre la gente. Soy un ermitaño, prefiero estar solo, en mis proyectos y con mis conocimientos, y lejos de los demás, salvo las veces que deseo intercambiar ideas. Pero eso no importa, acompáñame y veamos que podemos averiguar acerca del Ambiente.
—Está bien, vamos.
AY230 y 580/2 se sumergieron en la negrura. Estaban los dos solos, rodeados del espacio sin fin.
—Y bien, ¿Qué es lo que deseabas saber? —preguntó 230.
—Los nuevos cálculos que deseo realizar deben manejarse por lo menos con 1024 decimales de precisión, a pesar de ser números astronómicamente grandes. Esto se debe a que un error en esa parte decimal, por más pequeña que sea, daría resultados impredecibles.
—Muéstrame lo que estás haciendo, para ver si puedo entender un poco más.
—Está bien —continuó 580/2, mientras miraba hacia la derecha, seguramente seleccionando alguna opción de un menú que 230 no podía visualizar. Repentinamente frente a los dos clones se materializó una especie de pizarra, en la cual estaban escritas una serie de fórmulas que impresionaron a 230. Eran extensísimas, con docenas de variables, integrales múltiples dentro de raíces enésimas, y otras estructuras matemáticas que 230 no veía desde que terminó su preparación en la Clase.
—Creo que esto es demasiado complejo como para que yo te ayude —llegó a decir 230, un poco vacilante, y asustado debido a la maraña de números y símbolos que se presentaron ante él—, deberías haberle pedido ayuda a DY334 o a alguno de los Maestros que esté haciendo investigaciones parecidas a las tuyas, porque sinceramente entiendo poco de lo que aquí me estás mostrando.
—No te preocupes, no te pedí que vengas para entender lo que estoy haciendo, sino para que me ayudes a descubrir si el Ambiente es capaz de manejar un experimento de esta naturaleza. Como ya te dije, el trabajo de cálculo debe ser demasiado perfecto para que no produzca ningún tipo de error, y no sé hasta que punto el Ambiente responderá correctamente a mis necesidades. Tengo dos problemas con el experimento: El primero radica en que estoy simulando algo tan extremo que las constantes utilizadas en la mayoría de los casos posiblemente tengan un valor distinto al tradicional. Eso es en sí mismo todo un tema de estudio. Pero el problema principal, independientemente a que las constantes sean correctas o no, es que el cálculo es tan complejo que perder un orden de magnitud dentro de los primeros 1024 decimales de cada respuesta llevaría a resultados totalmente divergentes entre sí, y eso es lo que debo evitar. Además, no puedo aceptar soluciones aproximadas con exponenciales negativos, deben ser decimales reales y completos. Por eso te pedí que juntos averigüemos sobre las capacidades del Ambiente, porque sé que tú eres bueno a la hora de recabar información, y me serías de gran ayuda.
—Entiendo, pero no sé por donde quieres empezar...
—Primero quiero que veas las posibles consecuencias del error, para que lo entiendas mejor, pero no matemáticamente, porque sé que te será poco comprensible, sino gráficamente, lo cual será mucho más sencillo para ti. Para comenzar te voy a mostrar una simulación del experimento como supuestamente es, y luego una demostración en la que introduje un pequeño margen de error mínimo, pero fatal. Lo que vas a ver primero es el sistema planetario en el que estoy trabajando, llamado Magno 0254F, y que es apenas observable desde un satélite navegando fuera de la atmósfera.
—¿Existe un satélite espacial funcional girando alrededor de la tierra? —preguntó sorprendido 230.
—Sí, pero sólo los Maestros pueden acceder a él. A mí, luego de mucho suplicar, me permitieron utilizarlo para hacer ciertas observaciones, pero en forma muy restringida y controlada, y en esas observaciones me basé para establecer la teoría en la que estoy trabajando. No quiero entrar en detalles, por lo que te explicaré todo de manera muy sencilla, tan sólo como para que entiendas la idea. Lo que se observa desde el satélite es un sistema binario formado por dos estrellas muy similares, pero de distintas edades. Una es una enana blanca y otra está en un período medio de vida, semejante a nuestro sol. El sistema tiene un movimiento muy irregular, y algunas perturbaciones parecen indicar que también existen algunos planetas girando en torno a ellas, pero estos planetas tienen un tamaño cientos de veces mayores al del nuestro. Lo que parece extraño es que un sistema semejante pueda mantenerse en un pseudo-equilibrio como en el que está, en el que las estrellas giran entre sí, y los planetoides giran a su vez alrededor de las estrellas, en órbitas bastante elípticas. Los experimentos que hasta ahora he realizado me han dado como resultado que un sistema así no podría sobrevivir, ni siquiera llegar a formarse. Los resultados que estoy manejando me dan dos posibilidades: Una es que mis cálculos no sean correctos, y que en realidad afinándolos obtenga otros resultados. La otra es que además de todo lo existente, en esa región del espacio pueda existir algo que no hayamos podido detectar...
—¿Algo así como un agujero negro? —interrumpió 230.
—Exactamente, y que esté haciendo que veamos las cosas de una manera muy distinta a lo que en realidad ocurre, o que esté afectando al sistema en formas desconocidas, que nunca nos hemos imaginado. Mira lo siguiente: Simulación del experimento 23, constantes 12, 14, y 17 normales —dijo 580/2 con un tono firme.
En dos segundos la negrura se llenó de astros, y 230 junto con 580/2 se hallaron en el medio de un sistema espacial gigantesco. Dos estrellas giraban una en torno a la otra, mientras que los gigantescos planetas orbitaban a su vez alrededor de ellas. Por un minuto el sistema se mantuvo así, hasta que poco a poco los planetas empezaron a cerrarse en sus órbitas, a la vez que las estrellas se acercaban entre sí y los círculos de sus órbitas se empequeñecían, lo que derivó en una gigantesca colisión espacial y una enorme explosión, tan brillante como la de una supernova, que finalmente llevó a la destrucción del sistema.
—Esto es lo que debería ocurrir según mis cálculos —explicó 580/2—, pero no es lo que se observa. Te mostraré la posibilidad de que haya algo externo afectando al sistema, y que no podemos detectar. Simulación del experimento 23, constantes 12, 14, y 17 normales, agregando el cuerpo superdenso.
Otra vez la negrura se llenó de estrellas. El sistema empezó a funcionar de nuevo, con la única diferencia de que esta vez entre las dos estrellas se encontraba un punto brillante. El sistema funcionó sin problema por algunos minutos.
—Ese punto brillante es un cuerpo que es capaz de satisfacer las ecuaciones necesarias para que el sistema no colapse. El problema es que según mis cálculos ese cuerpo debería ser superdenso, y capaz de consumir la energía extra del sistema, emitiendo señales semejantes a las de un pulsar, señales que no se han detectado. Pero he probado que si algunos decimales, por poco importantes que sean, se cambian en ciertos cálculos claves, el sistema se comporta de una manera totalmente diferente a lo observado, y esa es mi fuente de preocupación: porque tal vez entonces no sea necesario ese cuerpo superdenso que explique este extraño fenómeno. Finalmente queda una tercera opción: Simulación del experimento 23, constantes 12, 14, y 17 normales, estrella única, pero con la fuente de interferencia.
El sistema empezó a cambiar, para transformarse en un sistema de una única estrella enorme, roja, con unos enormes planetas girando a su alrededor. Luego la visión del sistema empezó a alejarse, siempre observándose correctamente, hasta que a una cierta distancia empezó a borronearse. La estrella empezó a cambiar de color, y se dividió en dos, mientras que los planetas variaban sus órbitas, tornándose un poco más caóticas.
—Lo que estás viendo es ese sistema unario, que no tiene nada de raro, siendo interferido por algún tipo de cuerpo celeste, que deforma sus ondas luminosas y su espectro electromagnético de esta manera tan peculiar. El problema que surge de nuevo aquí es que ese cuerpo existe matemáticamente, pero físicamente es inconcebible, por lo que tampoco puedo afirmar que esta situación es la que en realidad ocurre. Lo que deseo es ir reduciendo las posibilidades y descartando teorías, por lo que quiero afinar los cálculos lo mayor posible, y para esto necesito saber hasta donde puedo exigir al Ambiente la exactitud máxima. Te das cuenta de que en este caso utilizar notación exponencial imperfecta no me es suficiente, necesito tener una precisión total.
—Uff... veamos. Deseo saber las capacidades de cálculo del Ambiente... —inquirió AY230 a la vez que intentaba aclarar sus pensamientos sobre la complejidad de lo observado.
Así 230 y 580/2 se pasaron toda tercera región horaria investigando sobre las capacidades del Ambiente, pero por cada requerimiento o pregunta que formulaban se daban cuenta que en realidad no tenían acceso a la información implementativa y de bajo nivel, por lo que tuvieron que buscar formas indirectas de juntar datos, haciendo cálculos extremos y cotejándolos para saber hasta dónde el Ambiente manejaba correctamente las cifras. Lo que finalmente descubrieron es que existía un modo de trabajo científico que permitía realizar los cálculos tal como 580/2 lo necesitaba, pero para que pudiera continuar con sus experimentos, debía pedir una autorización a los Maestros de manera que se le asigne una mayor potencialidad de cálculo, porque la porción de procesador y memoria que correspondía normalmente a cada clon le eran insuficientes. Ese pedido debía hacerse especialmente, porque si cada clon pudiera manejar por sí mismo los recursos, podrían generarse grandes problemas, corriéndose el riesgo de que el Ambiente no dé abasto para satisfacer las necesidades de toda la sociedad. Luego de varias horas de un arduo trabajo mental, decidieron que 580/2 elevaría su pedido solicitando mayores potencialidades en sus horas de Investigación a los Maestros, y decidieron descansar.
—Espero haberte sido de utilidad —dijo 230, con un tono un tanto agotado, al finalizar la extenuante jornada.
—Seguro que sí, sin tu ayuda no hubiera podido recabar ni la cuarta parte de la información que conseguimos hoy. Te estoy muy agradecido.
—No te preocupes, yo también hacía mucho tiempo que deseaba saber más acerca del Ambiente. Es una lástima que mucha información no esté a nuestro alcance, debe haber algún motivo importante por el que los Maestros no desean que los Clones nos inmiscuyamos en ese tema, probablemente por seguridad. Pero por lo menos ahora sabes lo que debes hacer para que tus cálculos sean perfectos, no creo que los Maestros tengan problemas para darte un poco más de procesamiento y recursos para que sigas adelante con tus experimentos.
—Ojalá que así sea, mañana mismo elevaré un pedido formal y confío en que lo reciban sin problemas.
—Siempre que quieras hacer algo positivo, no te negarán el permiso. Pero estoy cansado, qué te parece si nos damos una vuelta por el Museo para ver qué nuevas cosas hay, porque ayer no pude revisar todo lo que quería.
—Sí, vamos, creo que por hoy hemos trabajado más de la cuenta.
El Museo General estaba abarrotado de clones, que se agolpaban en ciertas áreas. Un grupo enorme estaba extasiado escuchando la nueva composición de AY230, y no emitía sonido, hacía demasiado tiempo que una nueva obra no causaba tal sensación. Varios clones se acercaron a 230 y lo felicitaron, tanto por la obra, como por el Paisaje que el día anterior había terminado. 230 charló por un tiempo con ellos, intercambiando ideas y trucos para perfeccionar los trabajos, y luego se separó del grupo para ver qué nuevas cosas habían surgido. En Paisajismo e Historia no había nada nuevo, pero sí en Tecnología: Un clon proponía una nueva fuente energética que utilizaría la radiación de la atmósfera, la cual según sus teorías era tan alta que podía aprovecharse para la consecución de energía de forma sencilla y barata. El proyecto era muy interesante, pero 230 no tenía ganas de leer las especificaciones técnicas, que eran realmente complejas, por lo que cerró el cajón.
AY230 se acercó a las tablas de valoraciones, para ver su evolución. Se sorprendió al observar que su música y su Paisaje estaban en los primeros lugares, con valoraciones del 97,2% y del 94,5% respectivamente, que eran puntuaciones extremadamente altas, inclusive para un clon Superior. La melodía alcanzaba a superar incluso a las valoraciones de varias sinfonías de Merlín, y el Paisaje era considerado el mejor de todos los tiempos.
Luego miró la tabla de posiciones, y se dio cuenta de que ¡Se encontraba en el lugar 16!, ¡Inclusive por sobre los puntajes acumulados de varios Maestros! Pareciera que las valoraciones de los últimos trabajos lo hicieron saltar desde el puesto 19 en el que antes se hallaba, hasta su posición actual, por encima de Maestros muy anteriores a él, pero que últimamente ya no se dedicaban tanto a la creación, sino a la administración y el manejo de la sociedad, y por tanto sus valoraciones se mantenían casi fijas. En realidad, todos se daban cuenta de que algo raro pasaba cuando un Maestro de Segundo Nivel llegaba a transformarse en uno de Primer Nivel: No se dedicaba más a la creación. Simplemente se esmeraba en manejar y controlar el Ambiente, educar a los Clones y a todo ese tipo de actividades, pero dejaba de lado la actividad creativa. Esto parecía muy raro a algunos clones, porque veían a Maestros que hacían cosas increíbles (como el propio Merlín) a lo largo de los años, y de repente subían al escalafón máximo y nunca más volvían a generar una sola obra.
230 estaba muy feliz debido a sus nuevas valoraciones, y deseaba compartir ese sentimiento con alguien. Buscó a 736 en el menú de conexión, pero el mensaje que recibió acerca de su localización indicaba que se encontraba fuera del Museo, posiblemente en la reunión femenina todavía, que se habría prolongado.
—¡230!.. ¿Cómo estás? —le preguntó Xor al acercársele—. Tanto tiempo sin verte.
—28 horas sin escucharte Xor, 28 horas. ¿Cómo estás?, ¿Sigues con aquellas dudas acerca de todo?
—Más que dudas, verdades. Estoy seguro de que podríamos vivir en el exterior, y que no necesitamos estar aquí. A veces pienso en como desconectarme y huir, pero no he encontrado la solución, creo que nunca podré hacerlo.
—¿De qué estás hablando?, ¿Salir?, ¿Adónde?
—Afuera, a la vida. Tú sabes a lo que me refiero. Lástima que sea tan difícil.
—No entiendo nada... ¿Piensas que podríamos vivir en la superficie? —preguntó desconfiado 230.
—Mis investigaciones indican que hay posibilidades de que un ser humano pueda hacerlo, sin ningún tipo de asistencia o soporte vital, pero el problema es que no hay forma abandonar este lugar. Nuestros cuerpos están inutilizados y atrofiados, solamente nuestras mentes funcionan. Me estoy volviendo loco, ¡no quiero vivir más!
—¡Xor!, ¿Qué te ocurre?, nunca te escuché así, tan deprimido. Arriba el ánimo amigo, hablas de cosas que no sabes, y piensas en locuras imposibles. Aquí estas con tus amigos, aquí puedes crear ¿Qué más quieres? Me da miedo escucharte, me haces recordar a los antiguos incidentes con los revoltosos que querían liberarse. No quiero que te ocurra lo mismo que a ellos, por favor piensa en lo que estás diciendo, y no lo compartas con nadie más, si no deseas que los Maestros se enteren de tus dudas. ¿No quieres hablar en un lugar más apropiado que en este infinito pasillo?
—Seguro —dijo, y luego sugirió:—, quiero conocer el hermoso Paisaje que me dijeron que has concluido.
—Vamos entonces.
230 y Xor se transportaron al Paisaje, los dos solos, eliminando cualquier posible interrupción. El lugar era tan hermoso que inspiraba una notable tranquilidad. Parecía que las almas en pena se guarecían allí, y se sentían libres de expresar sus más profundos pensamientos, como ya les había sucedido a 230 y a 736 el día anterior. Realmente había algo mágico en ese lugar.
—AY230, escúchame —habló Xor, con seriedad, luego de asegurar la línea de comunicación y bloquearla de cualquier acceso externo—. Estoy seguro de que muy pronto estarás en mi lugar, y si te conozco tanto como creo, te ocurrirá lo mismo que a mí, cuando investigues ciertas cosas a las que ahora no tienes acceso. ¿Recuerdas las leyendas sobre Nautilia, la ciudad sumergida?, creo que son verdad, e inclusive creo que aún tenemos un contacto con ellos, pero no estoy muy seguro. No sé por qué nos ocultarían algo tan importante, además de los otros acontecimientos... Los del exterior. Muchas cosas extrañas han ocurrido, pero se manejan en el más extremo hermetismo. Es poca la información que he podido recolectar, de segunda mano e indirectamente, pero nada es definitivo. Espero que en el momento indicado tú seas fuerte, y que con un buen criterio llegues a la verdad de todo, de una manera mejor que yo, porque soy débil, y no le veo salida a todo esto.
—Vamos, no te pongas melancólico. Nunca en tantos años te he visto así. Me preocupa tu bienestar, ¿Qué puedo hacer para ayudarte?, tienes toda la vida por delante para descubrir estos misterios de los que hablas, y para encontrar las verdades que buscas. Yo nunca realmente me pregunté demasiado acerca de cómo es el mundo exterior, puesto que vivimos en una sociedad perfecta, con la que ni la propia realidad puede competir. ¿Para qué preocuparnos siquiera por ello?
—Porque por más perfecto que sea nuestro mundo, siempre es importante saber que existe otra posibilidad, peor o mejor, lo desconozco, pero diferente al fin. La verdad es que el hecho de que oculten las cosas es una señal de alarma, y me hace sentir que este entorno tal vez no es tan bueno como queremos creer. El no tener punto de comparación hace que nos decantemos por él, pero si pudiéramos comparar, probablemente no pensaríamos igual.
AY230 reflexionó sobre lo expuesto por Xor, y de alguna manera inconsciente, algo en su interior cambió, así como la curiosidad se acrecentó en su mente.
—Busquemos algo divertido que hacer, y eliminemos la nube negra que te cubre... —dijo 230, con tono preocupado por todo lo que oyó, intentando distraer a su amigo—. Me dijeron que hay un nuevo Escenario del Simulador de Combate que está fantástico, fue creado por un clon Inferior, y le puso enemigos desconocidos, armas nuevas y complicaciones insuperables. Podríamos hacer un grupo, con 736 y algunos otros clones que quieran divertirse. ¿Vamos a probarlo?
—Hoy no, ya es muy tarde —le respondió el Maestro—. Te prometo que mañana lo haremos. Pero no cambies de tema, ¿Me das tu palabra de que harás lo que te pido?, ¿Investigarás las cosas por mí?, ¿Aunque yo no esté contigo?
—¡Hey!, ¿Por qué no estarás conmigo?, no es tan fácil esfumarse de este lugar...
—Es más fácil de lo que tú crees, mucho más que antes, pero eso no importa, te pedí que me prometieras algo, ¿Lo harás?
—Seguro que sí, no te preocupes —respondió 230 con seguridad, aunque en sus más íntimos pensamientos un sentimiento de miedo lo acongojaba.
—Gracias amigo, me siento un poco más aliviado.
Finalmente Xor dejó su amargura de lado, por el resto de la conversación. Los dos clones hablaron por largo tiempo, de cosas de la vida, recordaron juntos sus primeras aventuras creativas, sus primeros adefesios musicales, sus días en la Clase, y tantas cosas más. Xor no quiso hablar más sobre sus problemas, sentía que este lugar lo liberaba de sus penas, y que le daba fuerzas para seguir adelante. AY230 se preocupó mucho, y casi no durmió esa noche, preguntándose cuales serían todas las dudas de Xor y por qué estaba tan triste, pero por lo menos tenía la esperanza de que su compañía lo haya ayudado a sentirse mucho mejor.
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