Capítulo 1 - La sociedad de las Mentes

—Buen día clon AY230, es hora de estar consciente —fue lo que dijo la voz sintética dentro de su cabeza. Luego... imágenes.
—Estoy despierto —reflexionó el clon—. Ya era hora, no quería seguir soñando. Aunque... soñar es interesante. Suceden cosas extrañas, que hasta parecen reales; y pensar que es algo tan primitivo, tan recesivo.
La imagen corpórea quedó inmóvil por un momento, suspendida en la blanca nada. Aquel espejo simple y grande ya estaba a su lado, así como el infinito perchero con sus ropas. Tocó el traje del perchero, que era el mismo que llevaba puesto, y pensó en ese color que tanto le gustaba... Se miró al espejo. Los ojos verdes de hoy le sentaban muy bien; últimamente no había tenido buen gusto en esta elección. El pelo estaba corto, negro azabache. Lo miró por un tiempo, pero prefirió dejarlo así.
—Todo a tono y haciendo juego —se dijo.
De repente tuvo esa extraña y desagradable sensación, una de las pocas cosas que aún lo hacía recordar su conexión con la realidad. Miró el termómetro que se suspendía sobre sus ojos. Con un gesto lo elevó unos grados, y al bajar la mano, se diluyó en el éter.
—Así estará bien —pensó.
—Es hora de la Actividad, clon AY230 —le recordó la voz.
—Sí, ya sé que hora es, y también sé cual es mi nombre, no necesito que me lo repitan a cada instante. Estoy cansado de que me digan clon AY230. Soy una persona normal, como cualquier otra, ¿Por qué no pueden llamarme de otra manera? ¿Por qué sólo los Maestros tienen nombres normales y no códigos alfanuméricos? ¿Es que nuestros pensamientos no valen? Bueno, por lo menos pienso, y nuestros pensamientos son una de las pocas cosas a las que ellos no pueden acceder ni modificar.
Salió. Viajó por la red en un impulso, hasta otra posición de memoria. Estaba solo ante el vacío infinito, pero no estaba asustado, ya era una costumbre. La primera vez que se enfrentó a esa inmensidad invisible era un clon Clase 0, y sintió terror al encontrarse abandonado ante la profunda y solitaria oscuridad; era algo que nunca había experimentado. Pero en un corto tiempo se adueñó de ella, y la sometió. Fue así como a muy corta edad tuvo el mérito de convertirse en un clon Superior, elegido de entre la mayoría de los de su clase. Ahora esto ya era una costumbre para él, algo que le causaba placer, uno de los mejores momentos del día.
—Necesito estar tranquilo —comunicó al Ambiente—, solicito que se mantengan las preferencias seleccionadas por defecto: presencia exclusiva en mi lugar de trabajo, y que no haya interrupciones por parte de terceros.
—Requerimientos aceptados —contestó la voz.
—Hoy tengo la necesidad de hacer arte —pensó—. Creo que he dejado algunos paisajes incompletos —alzó la vista hacia unos cuantos diagramas que flotaban sobre él, y seleccionó el bosquejo de un lago desde el menú de la derecha. Al tocarlo fue envuelto por los trazos firmes pero escasos que alguna vez ya había realizado—. Para concentrarme necesito alguna música inspiradora, quiero escuchar la 6º Sinfonía de Merlín, a todo volumen —dijo con su firme voz, momento en el cual el estruendo de la armoniosa melodía mágica de Merlín llenó el vacío sonoro reinante. 
Inmediatamente el clon se puso a trabajar: Ensanchó el lago hasta el horizonte, y abriendo los brazos hizo que impetuosas olas surgieran en su interior y lo cubrieran por completo, mientras que la enérgica música lo empujaba a crear algo formidable, lleno de vigor. Las olas llegaban vaporosas hasta la orilla, pero la playa arenosa parecía carente de vida, por lo que aumentó la proporción del amarillo, y agregó una vegetación verde en sus costas. Repentinamente blancas montañas surgieron por detrás cual diadema plateada, conformando, en unos pocos compases, una fortaleza inexpugnable que se fijó al cielo como si de dientes infinitos se tratase, intentando rasgar las escasas y altas nubes que se movían lentamente sobre el firmamento. 230 continuaba con los brazos extendidos todavía, y sintiendo cada rincón del lugar, miró al sol que estaba muy arriba. Movió lentamente los ojos, mientras la masa brillante se deslizaba por detrás de los picos nevados. Allí quedó, iluminando difusamente el panorama, mientras que algunos rayos surcaban el aire reflejando graciosas chispas en la superficie del agua. Luego modificó los atributos del clima asignando una temperatura a los rayos del sol, y otra a las zonas sombrías. En ese momento la sinfonía alcanzaba sus últimos acordes virtuosos...
—Todo está bien, tan sólo falta el sonido —dijo, mientras elevaba el volumen del agua hasta convertirla en un agradable murmullo, que se mezcló con los ecos de las lejanas montañas.
Luego de esta ardua labor 230 se sintió cansado, como si fuese un Dios, y necesitara del día del reposo. Permaneció por largo tiempo admirando su obra, sentado, en silencio, intentando sentir su esencia.
—Hay algo que falta a este lugar, y no sé qué puede ser —pensó, después de mucho tiempo de admirarlo todo—. He puesto todos mis conocimientos de la realidad en esta obra, pero la noto carente de vida, a pesar de que el agua ondea rítmicamente, y que las nubes se mueven sobre las cúspides coronadas.
Por bastante tiempo más continuó inmóvil en ese análisis, hasta que sintió que era hora de dejarlo así.
—Creo que hoy no encontraré la respuesta. Mandaré una copia al Museo General, para que los demás lo prueben, lo disfruten, y luego me den su opinión —señaló un cajón a su derecha, y en un instante todo se volvió negro de nuevo.
El clon AY230 era muy inteligente y creativo, por lo que con el tiempo muchas puertas se le fueron abriendo. Su meta era llegar a participar en la mesa de los Maestros, a pesar de no ser un Original. Así tendría nuevos privilegios, y hasta la posibilidad de tener un nombre real (¡qué maravilla!).  
—Clon AY230 —dijo la voz—, es hora de la Reunión.
—Esta voz digital me está cansando, siempre igual, sin vida —pensó él—. Me aburre profundamente escuchar diariamente el mismo sermón, en ese tono tan horrible ¿No se le podrían modificar los parámetros, retocar la onda, o hacer algo para mejorarla? Qué bueno sería tener muestras de voces reales, por lo menos para oírlas a diario, y dejar la palabra sintética tan sólo para que el Ambiente nos dé mensajes no previstos ni preparados. ¡Me parece una excelente idea! —exclamó—, creo que la comentaré en la Reunión, y luego a los Maestros.
En unos segundos el clon AY230 se vio envuelto por el resto de la comunidad. Las agrupaciones de clones estaban esparcidas en todo el espacio tridimensional, suspendidas a distintas alturas y separadas entre sí por la blancura que hacía de piso, techo, paredes y aire. Allí, en uno de los tantos grupos, estaban sus amigos, con sus imágenes perfectas como siempre. Se acercó a ellos deslizándose suavemente por entre los demás clones. Algunos menores se reían, pero a AY230 no le interesó escuchar lo que decían. Al llegar al grupo de amigos, decidió compartir el canal de comunicación, y participar en la charla. AX736 hablaba con BX732, y los demás las escuchaban y se divertían de sus comentarios.
—¿Viste a 640? —Señalaba disimuladamente 736 a otra clon—, ¡Qué mal gusto, por favor!, esos tonos brillantes no sirven para aplicarse a la ropa. Además el color de los ojos no parece natural, aunque ¿Qué importa?, estar aquí nos da la libertad de hacer lo que queramos, y ahora parece que está de moda usarlos naranja.
230 entró a la conversación:
—No sé, realmente no me fijé en eso, poco me importa. Ustedes las féminas siempre se pasan discutiendo esas tonterías. No las entiendo; los hombres y las mujeres son tratados de igual manera y tienen ahora una misma educación, sin ningún tipo de diferencias, no como en épocas antiguas en las que era distinta la crianza del varón que la de la mujer. La vida es similar para ambos en todo sentido, sin roles diferenciados, pero pese a todo eso, de todos modos ustedes siguen pensando y comportándose de manera diferente a nosotros, y no hay ninguna explicación lógica para eso, ¿Será algo que va más allá de tan sólo el aspecto mental?
—¿Te refieres a un factor fisiológico? —preguntó BX732.
—Realmente no lo sé, pero ¿no les parece que hay cosas más importantes de las que podríamos hablar?
—Vos siempre tan serio —replicó 736 divertidamente— ¿Es que no podés cambiar un poco tu carácter?, para que sepas a nosotros nos entretiene mirar a los demás y hacer críticas constructivas. Hablando de eso ¿Por qué no trajiste el pelo largo hoy?
—Quería verme distinto —fue la escueta respuesta de la entidad.
—Me gustabas más ayer, parecías más... salvaje. Irónico ¿no?
—Mañana me lo dejo largo y listo, si es que te gusta más de esa manera. O me lo alargo ahora mismo —dijo pasando su mano por el cabello al tiempo que este crecía rápidamente siguiendo su movimiento.
—Sí, así está mejor, y cuidá el aspecto de tu rostro, estás muy pálido, creo que un tono más cobrizo te quedaría mucho mejor —Los demás miembros del grupo asintieron en lo mismo.
—Está bien, pero ya te dije que no tengo muchas ganas de hablar de cosas tan poco relevantes como la apariencia física, mejor cuéntenme que hicieron hoy.
—La apariencia es la representación que mostramos ante todos —insistió 736—. Es lo único que tenemos aún y que de alguna manera nos recuerda que existe la realidad, en algún lugar... Pero si quieres hablar de cosas serias, intenté hacer música —continuó acaparando la atención de todos, como siempre—, pero el resultado fue un fiasco comparado con tus obras, así que la descarté.
—¡Jamás descartes una obra! —la reprendió 230 con un tono severo—. Siempre se puede reutilizar, o alguien la puede mejorar. Nunca destruyas el fruto de tu pensamiento, es demasiado valioso, es el único legado que dejarás para el futuro, además no creo que haya sido tan horrible, siendo algo tuyo...
—Gracias por los halagos, pero realmente hoy no fue mi día.
—No es ningún halago, es lo que pienso de verdad. Hablando de eso, hice un nuevo Paisaje esta mañana, me gustó mucho, pero no sé... siento que le falta algo, pero no puedo descubrir qué es. ¿Por qué no se dan una vuelta por el Museo y lo prueban?, espero que les guste.
—No dudes que lo haré —respondió 736, adelantándose a los demás.
—Hoy hice el experimento que me sugeriste —interrumpió 580/2 la conversación, un poco impaciente— pero me parece que la constante gravitacional de un cuerpo tan masivo como el que estoy estudiando puede hacer que se supere el límite calculado de la velocidad de propagación de la luz. ¿Debo experimentar con otros cuerpos superdensos para ver si el fenómeno se repite?
—Sería una buena idea —reflexionó 230—, pero ten cuidado, las constantes conocidas pueden resultar ambiguas en ese ámbito. Además un error en los cálculos de una millonésima parte puede hacer que tus resultados no reflejen el verdadero comportamiento del fenómeno.
—¿Y tú crees que el Ambiente es capaz de manejar esas cifras astronómicas?
—Supongo que sí, si es capaz de manejarnos a nosotros... —sonrió—. Pero de todas maneras puedes investigar un poco sobre sus limitaciones temporales y espaciales. Hay una base de datos en la que encontrarás toda la información que necesites sobre el Ambiente, y está disponible para todos. Si quieres, mañana puedo ayudarte en el recorrido, durante la tercera región, puesto que a mí también me interesa indagar algunas cosas sobre las capacidades del Ambiente.
—Estoy ansioso por seguir la investigación 230, muchísimas gracias —dijo 580/2 a 230—, voy a ver si es que me dejan continuar ahora mismo, y espero que mañana podamos revisar eso, puesto que me tiene muy intrigado su funcionamiento y capacidades.
—Éxitos, y espero que todo te salga bien.
—Adiós —se despidió 580/2, desvaneciéndose al instante.
Cuando 230 quiso hablar con los demás, se dio cuenta que las mujeres hacía mucho tiempo que habían saltado a otros canales, huyendo la conversación “profunda”.
La hora de la Reunión era agradable, siempre había algo nuevo que aprender o compartir con los demás clones, además de que se podía descansar un poco la mente. 230 se desconectó de toda comunicación, quedándose inmerso en sus propios pensamientos, especialmente en 736. Ella aparentaba gran belleza, eligió extremadamente bien sus formas y facciones hacía demasiado tiempo, y nunca las cambió. Irradiaba eterna juventud. Se cuidaba mucho, siempre inventaba modas que todos seguían, y todo el tiempo se esperaba ver qué nueva historia o locura tenía para compartir. Nunca se daba el lujo de pasar inadvertida en una reunión, robando la atención de todos los presentes.
—Es agradable y muy inteligente —pensaba—, aunque un poco superficial. Pero creo que en el fondo ella vale mucho más de lo que se atreve a demostrar. Es tan atractiva... Siempre se dedica a seducirnos a todos, con sus palabras, su suave tonalidad de voz casi perfecta a pesar de ser sintética, sus gestos, sus bromas. La mitad de los clones deben estar interesados en ella. Qué difícil será poder unírsele, aunque para eso hay que tener permiso de los Maestros, lo que no es muy fácil de conseguir. Quién sabe si con un poco de trabajo pueda ser yo el elegido... No sé por qué estoy pensando estas tonterías, nunca me preocupé por esto, nunca me atrajo nadie, ¿Qué tiene de diferente 736 a las demás?
230 se abstrajo en sus pensamientos, sin darse cuenta de que Jester (uno de los Maestros Originales) se había materializado a sus espaldas.
—Hola AY230.
—¡Ay!, qué susto me has dado, ¿Cómo lograste entrar en mi canal si me había desconectado? —le preguntó el sorprendido clon Superior.
—Los Maestros tenemos muchas atribuciones que los clones ni siquiera imaginan. Al fin y al cabo somos los responsables de que el Ambiente funcione. Debemos controlar y manejar todo el sistema para asegurar que no haya fallas o ningún otro tipo de problemas —cerró los ojos por un instante, y luego continuó—. Te busqué especialmente para avisarte que dentro de una fase los Maestros tienen pensado hablar contigo, y me pidieron que te convoque personalmente, es algo importante.
—¿Qué pasa? ¿Por fin me darán mis nuevos poderes?
—No puedo decir más, sólo Agnus conoce realmente el porqué de la reunión, aunque pienso que debe ser para eso, si es que sigues acreditando méritos como hasta ahora. ¿Qué pasó con la música que estabas componiendo?, hace mucho tiempo que prometiste entregarme algo nuevo y todavía no has cumplido.
—Lo que ocurrió es que me entretuve con la construcción de un Paisaje virtual...
—Sí, ya lo probé, muy interesante por cierto, pero muy estándar, yo sé que eres capaz de crear cosas más originales.
—Es que no se trata de originalidad. La idea era construir un lugar donde relajarse y dejarse llevar por los pensamientos, un lugar donde el espíritu creativo se sienta lleno y satisfecho, y tenga nuevos ánimos en los momentos de cansancio.
—Te entiendo perfectamente, y concuerdo en eso contigo, lo has logrado bastante bien —lo felicitó el Maestro—, aunque yo no tengo ese tipo de momentos.
—Pero no te preocupes, la música estará terminada pronto, ya le falta muy poco, tal vez mañana mismo puedas oírla y darme tu opinión —se justificó el clon.
—Sería interesante tenerla en breve, hace mucho tiempo que nadie se dedica a la música y nos brinda alguna nueva pieza. Posiblemente eso nos suba el ánimo a todos. Últimamente veo a los Inferiores un poco apagados y sin ganas de trabajar en cosas nuevas. Recuerda: “El que no crea, no sirve”, ocupa espacio, memoria y tiempo de procesamiento que podrían ser mejor utilizados en nuestro mundo.
—Entiendo, aunque... —dudó 230—. No sé, a veces me parece tan duro eso.
—No, no es así —lo reprendió el Maestro—, ¡Recuerda que esta es la sociedad de las mentes, del pensamiento y de la inteligencia! Nos abstrajimos del mundo material para que no obstaculice con nuestra labor creativa, para que no sea un impedimento a lo realmente importante. Quien no utiliza sabiamente sus dones está de más aquí. Lo más importante en esta vida es el trabajo inventivo, que todos debemos llevar a cabo para poder disfrutar de las creaciones de los demás, y permitir que los demás disfruten de las nuestras; esa es nuestra función y por eso estamos aquí, además de que no podemos irnos aunque lo deseemos...
—Sí, ya sé eso. Pero hay clones que no nacieron iluminados, no me parece justo que sólo por eso deban ser eliminados, es cruel.
—Así nos hemos criado, y así somos: sólo los que son capaces prevalecerán, los demás no tienen utilidad. Nunca hemos rechazado esa ley, que es la base de nuestra sociedad. Sabes que somos pocos, y que no hay lugar para muchos más. Alguien que sea un inútil está desperdiciando recursos que servirían tal vez para que surja un genio o un artista, es la ley de la vida.
—Aunque tienes razón, no me gusta ni termino de aceptar que nuestra vida sea así. Entiendo el motivo, pero sin embargo me parece sumamente cruel... Cuando reclamen mi presencia estaré sin dudarlo. —cambió de tema rápidamente— Puedes decírselo a Agnus, pero de todos modos le enviaré un mensaje. Ahora tengo una idea de un nuevo proyecto en el que me gustaría trabajar.
—¿De qué se trata?
—De la síntesis de palabras. Quiero perfeccionar el sistema de avisos y diálogos con el Ambiente. Además aumentar la calidad del diálogo persona a persona, o mejorarlo usando verdadero sonido digitalizado. Lástima que eso sea imposible, ¿De dónde podría sacar voces reales?, ahora no hay forma de conseguirlas.
—Eso no es totalmente cierto. Hay Terabytes de voces digitalizadas con las que podrías trabajar...
—¿¡Qué!?, ¿Dónde?, ¡Nunca me había enterado de eso! —exclamó el clon Superior— ¿Cuándo se grabaron?, ¿Cómo?, ¿De quién?..
—No te preocupes, sabrás todo a su tiempo. No estás enterado porque los clones no tienen acceso a todos los recursos ni a toda la información, ni siquiera tú, pero quién sabe, tal vez pronto puedas ver tus sueños hechos realidad y puedas escuchar una suave voz que te despierte por las mañanas. Aunque eso será sólo cuando adquieras nuevos poderes, si es que te los dan.
—¡Estoy tan emocionado!, no puedo esperar más, deseo que ya pase este ciclo, ¡Qué alegría! Nos vemos, ¡Hasta luego Jester!, quiero comentárselo a los demás.
—Hasta luego AY230. Pero sé precavido —le explicó el Maestro—, sabes que muchos clones son envidiosos y se sienten disminuidos, más todavía los clones anteriores a ti, que aún siguen siendo Inferiores. Te suplico que seas cuidadoso en tus comentarios.
—Lo seré...
230 siguió fluyendo por la información, recorriendo nodos en los que dialogaban los demás clones. Ya no quedaba mucho tiempo de Reunión, por lo que decidió entrar a un grupo que le pareció interesante. Clones de los Nuevos estaban rodeando a Xor, un clon que hacía poco tiempo había conseguido poderes especiales entre los Maestros, y estaba trabajando e investigando con ellos. 230 se quedó al margen escuchando la conversación, que más bien se tornaba en una discusión. Xor miraba a cada instante hacia el vacío, como revisando algún control que los clones no tenían derecho a visualizar, y hablaba nerviosamente.
—Hay cosas que no concuerdan, informaciones inconsistentes, tengo muchas dudas sobre todo esto. A veces pienso que nos engañan. No sé lo que en realidad ocurre, tal vez nos estén ocultando cosas... —miró por detrás suyo y vio a 230, quien era su amigo desde épocas anteriores a su nuevo Status, por lo que continuó—. No estoy seguro de lo que pueda ser, tal vez el exterior no sea como ellos dicen, tal vez nuestra situación sea una gran mentira, un chiste, un juego. Tengo serias dudas al respecto, y es más, creo que ya ha habido problemas debido a esto, hace mucho tiempo. ¿Quién de ustedes ya ha tenido clases de Teoría Matemática, o de Física Avanzada?
Dos clones levantaron las manos, tímidamente.
—Bueno, entonces ustedes deberían saber que la curva de cantidad de radiación de un isótopo radioactivo es una función exponencial, y que ya ha pasado mucho tiempo desde la Hecatombe. En un principio la radiación era mucha e insoportable para la vida, pero en una cierta cantidad de períodos, que les dejo como tarea para calcular luego, tiene que haber llegado a niveles aceptables para la supervivencia, salvo por la radiación de fondo que perdurará eternamente, porque la función tiende a cero muy lentamente, pero ya dentro de un margen soportable... ¿Quién sabe?
—Pero... ¿Por qué nos estarían engañando? —preguntó uno de los Nuevos.
—No tengo idea. Tal vez sea por el poder, el dominio, o tal vez porque ellos no pueden abandonar este lugar... Realmente supera mi capacidad de imaginación, sólo sé que me gustaría escapar y ver el exterior.
—¡Eso es una locura! —exclamó EY929, reflejando temor en su pálido rostro—. Es imposible que salgamos de aquí, no podríamos sobrevivir en este mundo, ni siquiera si fuese habitable, no estamos preparados para eso, somos inmateriales en esencia, no serviríamos para la subsistencia física.
—Eso debería es debatible... —insistió Xor.
230 no pudo contenerse por más tiempo:
—No entiendo mucho de lo que están hablando, pero deténganse ya mismo, porque las líneas pueden estar siendo analizadas y es muy riesgoso discutir temas tan espinosos. Ustedes no son Maestros, a los que se borra de memoria y listo. Ustedes pueden ser eliminados de otras formas peores, recuerden son sólo clones Nuevos, Inferiores, y no tienen ninguna importancia para los Maestros. Y tú Xor, no tienes derecho a estar arriesgando sus vidas.
—No te preocupes 230 —respondió Xor con calma—, yo tengo la capacidad de verificar si nos están escuchando, e inclusive desconectar toda posible intromisión, así que siéntete seguro estando conmigo.
—No sé qué tan seguro pueda ser, los Maestros tienen el control sobre todo, yo no me fiaría tanto.
—¿Pero es que no te das cuenta de que ahora yo también soy un Maestro?, de Segundo Nivel, pero soy uno de ellos, por lo que tengo sus mismas atribuciones; cálmate y escúchame. Todavía no han conseguido mis parámetros mentales, y no pueden penetrar en mis pensamientos, aunque creo que ya tienen algunas dudas sobre mí.
Mientras 230 y Xor hablaban, el resto de los clones se fue desconectando, con un cierto temor a causa de las palabras de 230. En unos segundos todas las figuras se esfumaron, dejando a los dos rodeados de la blanca nada.
Xor prosiguió:
—Mientras eres un simple clon no hay grandes peligros en tu vida, pero ahora para tener un lugar definitivo entre los Maestros debo entregar la imagen de mi mente, y tengo mucho miedo de que analicen mis formas de pensar y me condenen. No creo que suceda, pero tal vez...
—¿Y tú crees que ellos pueden hacer eso?
—Estoy prácticamente seguro de ello. Ahora escúchame: Piensa en lo que dije, tal vez nos estén engañando. Cuídate, tú estás cerca de subir de Nivel. Investiga y encontrarás referencias que no son lógicas dentro de la información. Hay tantos datos que puede tomar toda una vida revisarlos, pero saltarán algunas cosas muy obvias que no pueden ser como allí se dicen. Tú tienes suerte, eres de carne y hueso al fin y al cabo, y aún no han penetrado en tu mente.
—Sé que es así, pero desconozco los procesos que hay detrás de todo ello. El Ambiente es algo demasiado complejo.
—No te preocupes, parece que pronto sabrás más de lo debido. Los Maestros tienen reuniones, y se rumorea que pronto estarás entre ellos, perdón, entre nosotros, y quieren que los ayudes en algo, bueno, eso parece, yo soy nuevo y no sé todo lo que ocurre aunque tengo acceso a tanta nueva información que nunca te imaginarías —Xor miró nerviosamente hacia arriba por un instante, y luego sonrió tomando el hombro de 230 de una manera dura pero cariñosa—. Amigo, yo sé que eres especial, llegado el momento no dejes que te engañen, investiga lo que ocurre, la historia y la realidad, y tal vez encuentres verdades que para mí han quedado veladas. Tengo tantas ganas de hablar contigo, pero mis nuevas obligaciones me llaman, tal vez continuemos dialogando en una próxima Reunión.
—Cuando quieras, estoy muy interesado en escucharte y en saber más al respecto, pero ahora ninguno de los dos puede continuar esta conversación, mi tiempo de Reunión también está expirando, por lo que espero poder encontrarte de nuevo en un momento en el que estés libre.
—Yo también, hasta pronto y cuídate.
—No, cuídate tú, porque creo que tu situación es muy riesgosa en estos momentos. Espero que Ellos no hayan escuchado tus palabras, y deja ya de hablar de este tipo de cosas a los demás. Cuídate, y adiós.
—¡Au revoir!, mi amigo —dijo el Maestro, desmaterializándose.
—¿Au revoir?, ¿Qué habrá querido decir? —se preguntó 230, y en ese instante en la esquina inferior izquierda de su campo de visión a pareció un texto amarillo, que decía: “Au revoir: Frase en francés, un idioma de la época anterior a la Hecatombe, utilizada para despedirse. Traducciones posibles: Adiós, hasta pronto, etc.”
—Este Xor, siempre con sus cosas raras —sonrió AY230. Luego permaneció por un tiempo embebido en sus pensamientos.
—Clon AY230, segunda hora de Actividad —dijo la metálica voz.
230 volvió en sí, a la realidad. Tomó un bloque de la ahora negra pared, un cubo negro pequeño, y lo dejó inmóvil frente a él.
—Quiero continuar el estudio histórico que estaba realizando para la Clase —solicitó.
En ese momento el cubo se iluminó, llenándose de fotografías, textos y punteros con referencias cruzadas. Poco a poco fue creciendo, a medida que nueva información era requerida, y fue envolviendo al clon, hasta rodearlo por completo, formando un cilindro cuyo eje era AY230. Así, con comandos verbales, leves movimientos de sus manos, e inclusive con la mirada, recorría las bases de datos, creaba nuevas referencias dinámicamente, abría antiguos archivos, creaba otros nuevos con apuntes y comentarios, manejando la información según su criterio. Podía tomar un gráfico, arrastrarlo hasta un texto dictado por él, y fusionarlos en un nuevo documento, que serviría tanto para su uso como para el de toda la sociedad. Además ordenó y agrupó muchos documentos no relacionados, pero que deberían haberlo estado, pero que no lo estaban porque ese es un trabajo que no puede hacer el Ambiente, sólo la inteligencia y el sentido común sirven para ello. Por eso cada clon debe ordenar la información siempre que se da cuenta de que hay cosas que aún no han sido organizadas coherentemente, o cuyas relaciones nadie ha percibido con anterioridad. Esto permite que el próximo que busque una cierta información, tenga muchas más facilidades en la investigación, y pueda acceder a una mayor cantidad de datos de una vez. El problema es que organizar estas bases de datos es un arduo trabajo en el que todos los clones ayudan, pero que nunca podrá terminarse debido a que día a día la información crece más rápido de lo que puede ordenarse, y todavía hay miles de antiguas bases de datos que hace mucho tiempo ni  se tocan.
En medio de la maraña de imágenes y textos, un puntero de unos documentos de las primeras épocas del Refugio, que jamás había sido revisado, lo llevó a una imagen animada de escasos colores, frente a la cual 230 quedó sorprendido. El clon miró varias veces la secuencia, tomando apuntes y buscando a profundidad temas relacionados, para ver si había más filmes relacionados con ese, y que aún estuviesen indocumentados. La alegría envolvió a 230 cuando pudo llegar a un filme de los Días Antiguos que reflejaba cosas que siempre imaginó, pero que nunca supo como fueron en realidad. Seleccionó también las viejas grabaciones de audio que siempre hacía escuchar a los clones Nuevos en cada período que se volvía a tratar el tema de la Clase que estaba preparando, y que eran claves para la comprensión de los hechos.
Así 230 estuvo trabajando por varias horas, en las que miles de textos, fotos, sonidos e inclusive otros filmes pasaron frente a sus ojos, hasta sentirse cansado. Su mente se negaba a seguir recabando información; estaba saturada. Por lo tanto decidió que era hora de detenerse, y de tomar un descanso recorriendo el Museo General, hasta que pudiera volver a su Cubículo para descansar.
Inmediatamente se teletransportó allí. En el lugar se encontraban decenas de clones, Inferiores y Superiores, además de algunos Maestros: Jester, Moby y Merlín. La comunidad pululaba por el interminable pasillo, comentando las obras, discutiendo sus falencias y dándole sus respectivas valoraciones. En sí mismo el Museo consistía en dos paredes que se extendían hasta el negro infinito, repletas de pequeñas imágenes con textos explicativos, y que estaban al alcance de todos. Los clones Clase 0 se limitaban a observar las obras, y a probarlas, pero debido a su Status no podían asignarles valoraciones todavía. Sus obligaciones son estudiar en la Clase y probar obras únicamente, aprendiendo y empapándose del conocimiento necesario para crear y votar libremente, así al subir de Status podrán generar nuevas obras, tal vez influenciados por alguna corriente existente o aún mejor, creando una nueva corriente artística.
Pero en el Museo no existen solamente obras de arte o música, allí están todas las creaciones, investigaciones o descubrimientos de los clones y Maestros: Física, Matemática, Ciencias, Astronomía, Tecnología, Medicina, Ciencias Humanas, Historia, y todo lo que pudiera existir. Inclusive los juegos y Paisajes se ponen dentro del Museo, para ser probados y calificados por la sociedad. Cada clon puede elegir observar sólo lo que le interesa, nadie está obligado a recorrer todo el Museo si no lo desea. Es obvio que mezclarse con tanta información es un duro trabajo, por lo que AY230 prefirió filtrar la información, visualizando solamente lo nuevo que se haya generado en Música, Paisajismo, Tecnología e Historia, pero ordenándolos por grupos. Se acercó primeramente al sector musical, y miró qué obras había, y de quienes. Como posibles selecciones aparecieron sólo dos obras, de clones Inferiores. La primera tenía una pobre valoración del 35%, pero la escuchó igual. No le pareció muy buena, era muy repetitiva en torno a un único motivo, sin grandes variaciones, y con pocos instrumentos, los sonidos no fueron demasiado trabajados ni retocados, lo que hacía que el panorama general careciera de calidad. AY230 le asignó un 15% y cerró el cajón. La valoración general, ahora con el peso de su voto llegó a estar por debajo del 30% (los miembros de mayor status tienen más peso a la hora de votar que los más nuevos). A su lado estaba un clon, aparentemente escuchando otra melodía, pero miraba de reojo cada movimiento de 230. Cuando lo vio guardar la música y asignarle este paupérrimo porcentaje, se alejó con una cara de pena en el alma.
—Parece que era el autor... —observó 230—. Pobre... Le dejaré un mensaje para que siga esforzándose, no todos somos genios como Merlín de buenas a primeras, pero con constancia se puede llegar a ser el mejor. Tal vez no debiera haber sido tan duro, porque no hay que perder a los nuevos clones que deseen empezar con el arte, aunque no sean muy buenos ahora en lo que quieren hacer. Al fin y al cabo todos empezamos de la misma manera, ¡No puedo olvidar cómo descartaron mi primer trabajo, que me tomó semanas componer!, dijeron que era demasiado pobre para que esté ocupando memoria, y por eso lo destruyeron. Es cierto que en esa época todavía no se había implementado el nuevo sistema de almacenamiento, y que el Ambiente carecía del espacio necesario para guardar todo lo que se generaba, pero me dio tanta pena ver mi trabajo destruido... Por lo menos a los clones Nuevos eso no les ocurrirá.
—¿En qué piensas? —dijo una voz familiar a espaldas de AY230.
Sobresaltado 230 volteó y vio a 736, radiante como siempre.
—En nada, estaba simplemente valorando algunos nuevos trabajos. ¿Y tú, que estás haciendo?
—Observo, valoro y disfruto ¡Tu Paisaje está excelente!, ¿Quieres compartir un momento allí, conmigo? No creo que consigas mejor compañía que la mía para estar en ese lugar —sonrió pícaramente.
—Tú siempre tan humilde... —apuntó 230—. Acepto, pero déjame terminar lo que estaba haciendo y luego te alcanzo.
—Bueno, pero no tardes, sabes que no tenemos demasiado tiempo —le dijo ella.
—El clon rápidamente seleccionó la otra música, tenía una valoración del 55%, lo que era bastante para ser de un clon Inferior. La composición empezaba con unos suaves acordes cuyo volumen iba creciendo lentamente. La suavidad de la melodía inicial se mezclaba con... ¡Un coro de voces reales!, las cuales acompañaron a la composición por varios minutos, hasta explotar repentinamente en tres firmes y rápidos compases, que hicieron un puente entre esa tranquilidad y el fuerte ritmo que le siguió a continuación. Unos rápidos riffs de una guitarra levemente distorsionada daban un acompañamiento ideal, mientras que instrumentos tan primitivos como un bajo, otras guitarras y mucha percusión daban más vida a la obra. 230 se emocionó al escuchar algo así, que no se parecía a nada conocido. Esos instrumentos no eran muy utilizados, tal vez por ser demasiado simples comparados a los sonidos sintéticos con los que disponían ahora, pero esa simplicidad se rompía gracias a la melodía, guiada por un solo de guitarra que hacía tocar el cielo en cada “punteada” distorsionada. No había duda, una nueva revelación estaba frente a él. Le dio una calificación de 87% y cerró el cajón. Miró el identificador del compositor: BY210. Con el aporte de su calificación, la música llegó a una valoración del 64%, lo que la ponía entre las mejores de todo el período.
—Agregarla a la lista de preferidas —dijo 230.
—Composición agregada —fue la respuesta del Ambiente.
Tan sorprendido se hallaba 230 que envió un mensaje a BY210 pidiéndole que le otorgue unos minutos para dialogar en la próxima Reunión. Creía haberlo conocido, pero no estaba seguro, puesto que su relación con los Inferiores había decaído desde hacía un tiempo, con la famosa discusión sobre la autoría de un tema que CY564, un clon Inferior, se adjudicó como suya, siendo que había copiado burdamente el motivo principal de una melodía de 230. El juicio terminó obviamente dándole la razón al clon de más renombre, y con evidencias más que suficientes sobre la culpabilidad del clon Inferior. 564 fue eliminado, y desde entonces muchos otros clones Nuevos e Inferiores no se acercaban a 230, responsabilizándolo por el hecho, aunque sabían que las leyes se aplican severamente, y que nadie puede cambiar eso. Muchas cosas se pueden permitir y reprender a los Inferiores que están aprendiendo, pero jamás se les perdonará cometer perjurio afirmando haber creado algo que no es suyo: Esa es una de las más graves faltas en las que puede caer alguien en una sociedad donde la creatividad es lo más importante, y donde robarla o mentir, es un pecado mortal. Los desdichados a los que se descubre en este tipo de actividad desleal son llamados “Lamers”, y se los despoja de todas sus atribuciones, quedando expuestos a la vergüenza hasta el día en que son eliminados.
230 recordó este lamentable incidente por un momento, y se puso triste. Él pensó que lo que este clon había hecho era muy malo, y lo denunció, pero no sospechó las nefastas consecuencias que luego tuvieron lugar al ser declarado culpable. Hacía tanto tiempo que algo así no ocurría, y ninguna de las partes involucradas jamás pensó en el fatal desenlace que podía sobrevenir. Esa culpa jamás dejaría en paz a 230, hasta el fin de sus días.
Tratando de olvidarlo, buscó su nuevo Paisaje e ingresó en él, en modo compartido. Allí estaba 736, sentada en la arena, con los pies rozando el agua, disfrutando del ficticio atardecer. 230 se sentó a su lado y la miró, sin decir una palabra.
736 observaba las montañas, hundida en los más profundos pensamientos.
—Jamás pensé que pudiera existir un lugar así... —expresó ella al sentir llegar a su amigo. La mirada de la clon se tornó sombría por un momento— ¿Existirá realmente?, a veces me gustaría poder ver el exterior, si es que allí hay maravillas como esta.
—No creo que ahora existan, porque o sino estaríamos allí y no aquí, viviendo en paisajes virtuales inventados por nuestras pobres mentes. Y si existiesen esos lugares, no serían habitables, y lo sabes.
—Es una lástima... A veces no quiero estar aquí, deseo no haber existido, o haber nacido en una galaxia distante, en otro planeta, donde la vida sea distinta. No es que sea malagradecida por todo lo que se me ha dado, y porque se me haya permitido vivir. Aquí suelo sentirme feliz, pero a veces tengo un vacío en el alma... Algo que no se puede explicar con palabras. Tus obras me hacen sentir, más que ninguna otra cosa, ese dolor. ¿Quieres que te recite unos versos que explican claramente ese sentimiento? —le preguntó.
230 la miró por un segundo:
—Hazlo, me encantaría escucharte —fue su respuesta.
736 tomó valor y, sin mirar a AY230, empezó a pronunciar unos versos:

Por la orilla del río
y en la orilla del mar
hay gente que camina,
camina sin pensar,
se mueve despacio,
sin motivo, sin razón,
despacio y naufragando
en playas de ilusión.
Yo quiero internarme en el mar,
subirme a la caleta
y nunca regresar,
abandonar la tierra,
la arena del mar,
nadar y ahogarme
lejos de este lugar,
hundirme entre las olas,
estar en altamar,
hacer un gran esfuerzo
y evitar llorar.
Me quiero ir,
no quiero regresar
a este mundo eterno
al costado del mar,
debo llegar a la otra orilla,
donde aprenderé a amar.

736 se mantenía cabizbaja, y no pronunció ninguna palabra más. 230 estaba sorprendido, nunca había escuchado palabras semejantes de la boca de esa joven clon.
—¡Tus palabras son maravillosas!, ¿Hoy escribiste eso?, ¿Yo te inspiré?
—Sí, tú me has hecho pensar... Muchas veces sueño con que cada período que se reinicia nos traerá algo nuevo, una nueva forma de vida, una sorpresa, pero me deprimo cuando veo que empezamos otro período como el actual, y nada cambia. Hoy me siento así, vacía, pero no es algo común. Muchas veces me siento contenta aquí, porque me doy cuenta que tengo cosas que nuestros antepasados jamás imaginaron, aunque lo hubiesen deseado. Por ese lado es que muchas veces me siento feliz, siento que debo estar aquí, siento cosas como estas:

Crear o no crear,
esa es la pregunta.
No se trata de ser o no ser,
ya que uno “es” cuando crea,
uno crea lo que vive,
uno vive por momentos,
momentos de locura,
locura y lucidez,
lucidez del pensamiento,
pensando en existir.
¿Cuándo uno existe?
Cuando se siente impulsado a hacer,
hacer las cosas nuevas,
nuevas de lo viejo,
viejas las ideas,
idealistas son los sueños,
soñando en existir,
y existiendo...
cuando uno crea.

—Crear me hace feliz —continuó ella—, me hace sentir que existo en este mundo, pero pareciera que no es suficiente, que hay algo más profundo que no puedo dilucidar hasta ahora, pero que está allí, en algún lugar, escondido, pero a la vez esperando que lo encontremos.
—Tus palabras son hermosas, estoy muy sorprendido, jamás te había escuchado hablar de esta manera —Los ojos de 230 se iluminaron por un momento, expresando alguna lejana emoción escondida, de esas que los clones nunca sienten, por ser recesivas—. ¿Por qué nunca pusiste alguna de tus poesías en el Museo?, son hermosas, estoy seguro que serían extremadamente bien valoradas.
—No lo creo, para valorarlas habría que entenderlas, y no creo que lo hagan. Y si las entendiesen, peor sería, porque muchas son contrarias a nuestra forma de pensar. Sólo traería problemas publicarlas a la vista de los demás clones, por lo que he decidido mantenerlas en mi mente únicamente. Si te he mostrado esta parte íntima mía, es porque confío demasiado en ti, y eres la única persona a la que le tengo verdadera franqueza y afecto. No estoy muy segura de por qué me siento así contigo, pero probablemente sea porque tus creaciones llevan muy en el fondo mis mismos sentimientos de desasosiego e inquietud sobre el porqué de nuestra existencia.
—Nunca creí que te oiría hablar de esta manera, ha sorprendido escuchar de tu boca un pensamiento tan sublime, tan verdadero. Hoy por fin he podido comprobar que vales mucho más de lo que siempre demuestras a los demás, como siempre pensé, y eso me regocija tanto...
—Nunca antes hablé así porque siempre tuve miedo. Soy mucho más débil de lo que todos creen, y a lo largo del tiempo he fabricado un escudo que me protege de los demás, para no mostrar mi sensibilidad. Tenemos tanto miedo de que no nos entiendan, nos ridiculicen, o nos demuestren que lo que creemos está mal, que preferimos guardarlo sólo para nosotros y para nadie más. Y tal vez estemos haciendo mal, porque puede haber otra gente que necesite lo que nosotros escondemos, y que no lo pueda encontrar debido a nuestro egoísmo. Es duro, pero creo que todos somos así, ¿No te parece?
—Sí, todos tenemos miedo de ser nosotros mismos... —dijo 230, mientras miraba perdidamente el horizonte lejano—. Y tenemos fantasmas que circulan en nuestra mente cada tanto, empañando nuestra visión de la realidad, o haciéndonos temer a algo que es más grande que nosotros, pero que desconocemos.
230 jamás había escuchado palabras semejantes de otro clon o Maestro: rebeldes y sumisas a la vez, y que reflejaban lo que él siempre pensó, pero que nunca pudo expresar. No sabía si este momento lo ponía feliz o si lo entristecía, pero sabía que no quería arruinarlo por nada del mundo, por lo que prefirió no hablar más. Suavemente se acercó a 736 y tomó su mano. Físicamente fue poco lo que sintió, puesto que la parte táctil que el Ambiente provee no permite sentir la sutil diferencia entre una mano y una piedra, sólo se puede sentir que se toca “algo”, a lo que se le puede asociar un rango de temperaturas. Realmente, la función táctil hacía mucho tiempo que no era utilizada por la mayoría de los clones ya que era útil desde el punto de vista de coordinar los movimientos y tomar objetos, pero no para sentir texturas ni calor humano. El problema es que engañar a algunos sentidos a través de la mente es mucho más difícil que engañar a otros. La vista y el oído son fácilmente afectables, mientras que el olfato y el gusto tienen una dificultad media, aunque se removieron por ser “innecesarios”. El tacto es otro tema: Se logró convertirlo en una función digital, esto es, brindando la capacidad de sentir o no sentir, con una escasa escala de intensidades o diferencias de temperaturas, pero no es analógico en el sentido de que cuanto más aprieto, más siento, simular eso es extremadamente complejo, y no vale la pena, las investigaciones se abandonaron tiempo atrás y nunca se continuaron. Muchos de los clones tienen estas funcionalidades deshabilitadas desde su nacimiento por ser inútiles y unidas a épocas remotas en las que necesidades de las personas eran muy distintas a las de la actualidad, y por lo tanto ni siquiera saben que existen.
Si bien el sentimiento físico era pobre al sostener la delicada mano, el sentimiento emocional alcanzó cotas inimaginables: 230 advirtió que podía unir su mente a la de 736, y en esta plenitud vivir por siempre. Raramente los clones tenían este tipo de relaciones, puesto que eso que los Maestros llamaban enamoramiento se veía como algo muy instintivo, de índole animal, poco trascendental para una sociedad tan avanzada. Los clones jamás tenían un sentimiento así por alguien, salvo contados casos de extrañas conductas que nunca fueron comprendidas por la mayoría de la población. Tan sólo los Maestros Originales conocían en parte el por qué de este comportamiento, puesto que algunos pudieron experimentarlo cuando estaban vivos, antes de la Hecatombe. Pero ellos no eran muy favorables a este tipo de relacionamiento tampoco, debido a que ahora no tienen mucho sentido, además de restar productividad a los clones, y volverlos irresponsables en muchos de los casos.
En el tiempo que les quedó, ninguno de los dos jóvenes clones se atrevió a hablar, y llegada la hora en que la voz les avisó que debían descansar, simplemente los dos se miraron a los ojos, mientras todo se esfumaba y  volvía negro...

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