capítulo 3
Narra Miguel
Alejandra es una chica muy rara, muy loca, en alguna vida anterior, debió de ser alguien muy popular y con muchos amigos, porque le fue fácil que yo deje de prestarle atención al profesor, sólo para prestársela a ella.
Cuando salí del colegio, ni quería ir a casa. Yo me podía quedar a dormir en el colegio, no me importaría dormir en la calle, pero regresar a casa era un castigo, y definitivamente era obligatorio
...
A una cuadra de mi casa ya se escuchaban los gritos de mi madre, pero al abrir la puerta confirmé que mi padre estaba borracho y probablemente drogado golpeando a mamá. Corrí a separarlo de mi débil madre, pero él era más fuerte que yo, me tiró un puñetazo y me dejó un ojo morado, luego siguió con mi madre, volví a intentarlo, pero me sacó volando de un codazo. Caí en alguna parte de las cocina
...
Algo vibró en mi bolsillo, era mi celular, ya. Habían pasado 40 minutos desde que llegue, pero acababa de recuperar el sentido. Cuando desperté, papá ya no estaba, y mi mamá limpiaba el desastre. Quise ayudarla, pero no podía contener mi cuerpo y caí. Decidí que debía contestar mi celular, probablemente era alejandra y no le gustaría que la haga esperar.
Saque mi celular, samsung galaxy 6 plus, que papá me había regalado unos meses antes, incluso antes que salga a la venta.
Hola :)-
-Al parecer no aguantaste una hora sin mi...
Ja-ja que gracioso tu chiste-
-Lo se, tengo un don para eso
(Me causó mucha gracia que me hablara tan pronto)
-.- claro... Que haces?-
-Nada tu?
Tampoco, como estas?-
-Bien y tu?
(Mentí)
Bien :)-
(No se porque no le creía)
Pasó un buen rato sin que hablemos, incluso ya me podía parar, me preguntaba si estaba molesta, había escuchado que las mujeres son muy complicadas e incomprensibles, pero no había tenido ocasión para comprobarlo, y ahora que la tenía, ya no la quería...
Me paré y me fui a recoger mi mochila, que un par de horas antes había tirado al piso, y me encaminé a hacer las tareas.
Narra alejandra
-Bien.
Apenas respondí a Miguel, escuché a mi mamá, probablemente en su cuarto. No describiré lo que decía, porque ni siquiera entendí, y me alegró de no haberlo hecho, pero gemía, y mucho. Me dio tango asco y miedo el hecho que mi madre se refugiara en cualquier fulano intentando arreglar sus problemas. No pude aguantar la repugnancia, así que saqué mi mochila y un saco y corrí en dirección al parque, no creó que nadie halla escuchado que salí, y a nadie le importaria.
Cuando llegué al parque, me percaté que habían muchas parejas de enamorados, habían dos parejas que se acariciaban cuidadosamente, y hasta parecían tímidos entre ellos, había otra pareja en la que la cabeza del chico, están en las piernas de ella, y hablaban casi en susurros, la cuarta se besaban apasionadamente, más bien parecía que se estaban tragando entre ellos, él le agarraba las nalgas a ella y la apegaba más a él, como si su vida dependiera de ese beso, y ella se aferraba a su cabellera como si no hubiera mañana, en mi opinión deberían haber ido a algún lugar privado; por último estaba una pareja que discutía, se sacaban las madres y maldecían a voz de fuego, él estaba colorado del enojo, y ella al borde de las lágrimas.
Me senté en el pasto, a la sombra de un árbol, y me dí cuenta que no llevaba mi celular conmigo, seguramente lo había olvidado en casa. Esperaba que Miguel no pensara que estaba enojada, de verdad me caía bien ese chico, y quería que sea mi amigo, probablemente sería el único que tendría en la vida...
Saqué mi cuaderno de mate y empecé a hacer la tarea.
...
Cuando regresé a casa, ya era de noche, había terminado la tarea una hora antes, pero esperaba no encontrarme con ese fulano nunca más. Mis cálculos fallaron un poco, porque me lo encontré en la salida de edificio. Lo fulminé con la mirada y caminé rápido.
Al llegar a mi departamento, me encontré con que mi mamá estaba en bata y no llevaba nada debajo. Ni siquiera me detuve a mirarla. Me seguí a mi cuarto, pero me llamó antes que llegara a abrir mi puerta.
- alejandra, ven hija, tenemos que hablar-
-yo no tengo nada que hablar con tigo-
Ella suspiró. - hija, se que estas pensando lo peor, pero puedo explicarlo-.
Ahórratelo mamá, no quiero tus explicaciones - di la vuelta y me dispuse a regresar a mi cuarto. - mamá todo iba tan bien entre nosotras, no sé como te atreviste a arrojarlo todo a la basura otra vez-. Después de decir eso cerré la puerta de un portazo y me tiré a la cama para llorar.
Unos meses atrás mi madre salía todas las noches, yo siempre lo atribuía a las horas extra que ella aseguraba hacer para conseguir más dinero. Yo la esperaba siempre con la cena preparada y la televisión prendida en su canal favorito, incluso le grababa su telenovela de las 8:30 pm. Un día me enteré que había perdido su trabajo, nada más y nada menos, porque había sido visto por un trabajador de la oficina, que de "casualidad estaba allí" en un pub, bailando en el tuvo muy insinuante, y con un ministro vestido que no le terminaba de cubrir las nalgas. Después de eso, el trabajador le mostró el vídeo a su jefe y en pocos días el vídeo se volvió viral, yo lo ví en facebook, y ni siquiera lo podía digerir. Pasó mucho tiempo antes que yo pudiera ver a la cara a mi mamá, pero cuando lo hice, la ví tan demacrada y ojerosa que no me quedó más que perdonarla y apoyarla para que consiga un nuevo trabajo. Desde entonces no tiene un trabajo estable y cambia de jefe paulatinamente.
Todo iba tan bien... Pero esta vez no se lo perdonaría. Yo no iba a permitir que mi mamá se prostituyera.
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