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-Carajo, es mucho más impresionante de lo que cuentan en las historias.- comenta Jay cuando ya se encontraban cerca del puente que dividía Piltóver y Zaun. La antigua ciudad del progreso se alzaba ante sus miradas, pero claramente ya no tiene su esencia de antes.
-No creo que debamos cruzar por el puente.- dijo Caitlyn, quien avanzaba cojeando apoyada en el musculoso cuerpo de Vi- Está todo el día vigilado por gente de Silco, sólo está desolado a media noche, cuando los sujetos prefieren descansar o gastar energías en algún burdel.- señaló con cierta rabia en su voz.
-¿Burdel?- repitió Vi extrañada.
-Joder, quién diría que los piltillos también tienen esa forma de divertirse.- intervino Luna con tono burlesco.
-Siempre han habido prostíbulos en Piltóver.- aclaró la peliazul girando para ver a la pelirroja por sobre su hombro derecho- Pero eran sólo unos cuantos. Desde que Silco tomó el control, su gente comenzó a cerrar negocios para que funcionen como prostíbulos e incluso tuvieron la osadía de obligar a ciertas mujeres a trabajar en ellos, algunas de ellas son amigas mías de mi escuadrón de Vigilantes.- relató terminando con un pequeño gruñido iracundo.
-¿Necesitas una pausa?- le cuestionó la pelirrosa preocupada cuando ella emitió un bajo gemido de dolor y su cuerpo se dobló ligeramente hacia delante.
-No, estoy bien.- mintió Kiramman de inmediato sin voltear a verla- Mientras más rápido llegamos a mi casa, mejor.- indicó señalando con su cabeza un desvío cerca del puente para cruzar por debajo, a través del calmo río que dividen las ciudades.
Cuando lograron llegar al punto debajo del puente, Jay soltó una exhalación de alivio.
-Pues tenemos suerte, el caudal del río está bajo.- señaló revolviendo sus cabellos negros con una mano y una tenue sonrisa- Así no se te hará tan complicado el cruzar.- le comentó a la piltoviana a su lado.
-Hay que movernos entonces.- ordenó Vi apretando más su agarre en la cintura de Caitlyn y adentrándose al agua.
El hombre del equipo tenía razón, el agua sólo les llegaba hasta los tobillos.
-¿Ekko no viene?- le preguntó Caitlyn en un susurro a Vi- Creí que, al ser parte de tu familia, a él también le interesaría recuperar a tu hermana y derrotar a Silco para la tranquilidad de los zaunitas y Los Firelights.- argumentó su opinión y sintió los músculos de la luchadora tensarse.
-Me dijo que quería quedarse a proteger a su gente y lo que pueda de Zaun.- respondió ella en otro susurro- Pero el imbécil olvida que, a pesar de llevar 8 años separados, aún lo conozco muy bien y sé que eso solo fue una excusa barata.- añadió entre dientes.
-¿Y cuál es la verdadera razón?- volvió a cuestionar- Claro, si puedo saber.- añadió de inmediato.
-Vamos, recuerdo que tenías una mejor deducción, Kiramman.- se burló la de ojos celestes, logrando sacarle una pequeña sonrisa a la susodicha- Es claro que no quiere enfrentarse a Powder, aunque él se empeña en creer que sólo existe Jinx ahora. Y sólo eran unos niños, carajo, pero eran tan unidos que no me sorprendería que tuviera otra razón para no hacerle frente.- explicó en voz gutural por la presión que sintió en el pecho ante la idea de suponer que el destino empezó a enamorarlos para luego separarlos con crueldad.
Tal como le pasó a ella con Caitlyn.
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Mansión Kiramman, habitación de Caitlyn...
La pelirrosa fue la primera de los cuatro en entrar en aquella habitación por la ventana, apenas tuvo sus dos pies sobre el pulcro suelo, se tomó unos instantes para apreciar el lugar y recordar la primera vez que Cait los llevó a sus hermanos y a ella ahí y luego el resto de veces que se dieron con los años.
-¿Hay alguien?- escuchó la voz de la piltoviana desde afuera y sacudió su cabeza para apartar aquellas memorias.
Se giró para inclinarse sobre la ventana, extender su mano hacia abajo y, una vez que la ojiazul la tomó con la suya, la ayudó a subir, teniendo todo el cuidado posible para no lastimar más su herido muslo izquierdo. Caitlyn subió y un pinchazo de nostalgia atacó hacia su corazón, estar allí con Vi, revivió muchas anécdotas que tuvo con ella y sus hermanos; luego los recuerdos en esa misma habitación con su madre también la invadieron.
Sin embargo, un silbido detrás de ambas, les recordó que no estaban solas.
-Oh, mierda.- murmura Jay admirando la había incrédulo.
-¡Una habitación tan grande debería ser ilegal!- exclamó Luna con una sonrisa fascinada en sus labios- Ni con todos los acostones de mi vida podría conseguir un cuarto así.- añadió.
No obstante, antes de que alguien pueda decir algo más, la puerta se abrió por un estruendoso azote del otro lado, dejando ver a Jayce, quien tenía su martillo de Hextech en sus manos, y Viktor, quien sólo se quedó expectante detrás de él.
-¡Caitlyn!- la nombró el moreno bajando su arma y, rápidamente, sonrió- ¿Violet?- nombró ahora, pero con impresión.
-Vaya, ¿me vas a contar de tu nuevo juguete, Talis?- le habló la zaunita mirando de forma despectiva su arma.
-Estás viva.- dijo él entre dientes, reservándose cualquier expresión en su rostro.
-¿Y quiénes son ellos?- intervino Viktor señalando con su mirada a Luna y Jay.
-Miren, toda la historia se la narraremos después, ¿escucharon?- volvió a hablar Vi con brusquedad y Caitlyn sintió que volvía a apretar su agarre en la cintura- Ahora lo que importa es curar la pierna de Caitlyn, por si no notaron que tiene una venda manchada de sangre, genios.- indicó disgustada la pierna de la peliazul.
-¡Carajo!- exclamó Jayce viéndola con preocupación- Viktor, ve por el botiquín del laboratorio.- le pidió a su amigo y este asintió, antes de desaparecer.
-¿Laboratorio?- soltó extrañada la pelirrosa, no recordaba que la mansión tuviera uno.
-Vamos, Cait, yo te ayudaré a llegar a la sala.- volvió a hablar Talis, pero sólo pudo dar un paso hacia ella antes de que la ruda voz de Vi lo detuviera.
-Yo ya la estoy ayudando, gracias.- dijo y musitó la última palabra en un gruñido.
Ambos sostuvieron sus miradas, las cuales sólo reflejaban desagrado y desafiaban al otro; una tensión inundó la habitación, lo que generó que un sepulcral silencio reine entre todos. Hasta que la chica en cuestión resopló, aquel sonido pareció ser un cuchillo que cortó la tensión.
-Iré por mi propia cuenta, gracias a los dos.- resolvió ella con firmeza soltándose de los agarres de Violet.
Cuando llegó cojeando a la puerta cerrada frente a la suya, su corazón se estrujó con el pesar del peor estrago de los atentados de Silco contra Piltóver.
Una herida que está muy dispuesta a devolver.
¡Hola hola, genteeeeeeee!
Espero que les haya gustado el capítulo de hoy, lo hice con mucho cariño para ustedes. 💙
Bueno, eso es todo por hoy...
¡Nos leemos pronto! ✨
A_Hiccstrid
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