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-No puede ser.- murmuró la piltoviana en un hilo de voz, mirando con asombro el jarrón, invaluable y favorito de su padre, tirado en el piso, hecho completamente trizas en medio de la sala.

-¡Pero qué mierda les pasa a ustedes dos!- exclamó una furiosa Vi acercándose hacia sus hermanos, quienes se estremecieron ante sus pasos y miraban con culpa el objeto roto- ¡De todas las cosas irresponsables que han hecho, esta es, y por mucho, la peor de ellas!- les regañó señalándoles el desastre creado.

¿Cómo le iban a explicar a Tobías Kiramman que aquel jarrón, único en todo Piltóver, ya no lo iba a contemplar más?

-¡Oye, nosotros no tuvimos la intención de romperlo!- se defendió Mylo, quien era uno de los responsables del problema.

-Sí, sólo fue un accidente.- secundó Claggor, quien era el otro responsable.

-¿Qué fue lo que pasó?- quiso saber la joven Kiramman, mientras iba rápidamente al almacén de limpieza y regresaba con una escoba. Violet tuvo la necesidad de no permitir que limpie el desastre de sus hermanos, pero el querer desviar sus sentimientos hacia ella le ganó y simplemente dejó que limpie.

Antes de contestar, el de lentes miró con acusación a su hermano.

-Alguien estaba jugando con el jarrón, quise quitárselo para dejarlo en su sitio, pero en medio de nuestro forcejeo, terminó por caerse.- explicó brevemente arrugando la nariz. Claro que no le gustaba que, habiendo tenido buenas intenciones, terminó siendo parte del problema.

-Boca floja.- bramó el moreno cruzándose de brazos.

-Y tú eres un idiota.- le reclamó de vuelta la pelirrosa.

-Ya basta. Acusándose e insultándose no se va a arreglar el jarrón.- los calló una irritada Caitlyn, quien ya había recogido todos los pedazos en el recogedor con la escoba- Ya veré qué les digo a mis padres.- murmuró con hartazgo, antes de irse a tirar los pedazos.

-Lo siento.- susurró Vi una vez que la siguió y ella le contestó negando con la cabeza.

Sin embargo, cuando se disponían a ir de nuevo con los muchachos, unas risas y exclamaciones de asombro llamaron la atención de ambas, en especial, de Caitlyn, quien supo de dónde venían y esto la alertó.

-¡Chicos, tengan cuidado!- les advirtió corriendo directamente al patio trasero, donde tenía un pequeño circuito para practicar con el rifle que le regaló su padre a los 13 años.

Violet y sus hermanos la siguieron de inmediato y se sorprendieron al ver el par de armas que los Kiramman tenían en su patio, muy aparte del circuito. Powder era quien tenía el rifle de la otra peliazul en sus manos, mientras fingía dispararle a su mejor amigo y este haciendo movimientos exagerados, fingiendo que recibía los disparos. Caitlyn se acercaba a ellos siendo prudente, puesto que temía que la pequeña haya quitado el seguro al arma y, por error, aprete el gatillo.

De repente, la menor giró abruptamente hacia ella y le apuntó al pecho, la joven subió instintivamente sus manos a los costados.

-¡No te acerques o disparo, piltilla!- le gritó en amenaza, mientras dirigía por primera vez su dedo al gatillo. Su seriedad tomó desprevenidos a todos, su hermana dió unos pasos al frente, alerta por si Powder cometía alguna locura.

La de trenza apretó el gatillo e hizo el ademán de haber disparado, Caitlyn cerró los ojos con fuerza.

-¡Powder, no!- escuchó el grito de la pelirrosa.

No obstante, al no sentir ni escuchar nada más, la piltoviana comenzó a abrir los ojos lenta y temerosamente, entre agitados jadeos. Se percató de la sonrisa burlona de la niña, quien la veía con diversión, hasta que terminó por soltar una carcajada.

Mientras todos estaban desconcertados por el cambio repentino de Powder, desde su tono serio en la amenaza, hasta la risa estruendosa, dando a entender que era una broma.

-Mejor...- la ojiazul soltó un suspiro para luego tomar su rifle- Mejor guardo esto de una vez.- terminó aún anonada.

Un carraspeo de Mylo siguió la conversación.

-¿Es tuyo?- preguntó por el rifle.

-Sí, fue un regalo de mi padre por mi cumpleaños número 13. Me estoy preparando para entrar a la Academia de Vigilantes, aunque no es una gran idea para ellos, sobretodo, para mi mamá.- contestó agitada, alejándose de los niños.

-Ekko, Powder; acompañen a Mylo y Claggor el resto del día.- intervino Vi sin dejar de mirar atentamente a su hermana pequeña- Asegúrense de no causar otro desastre.- añadió con seriedad y los pequeños asintieron.

-Vamos, Pow.- le dijo el peliblanco a su mejor amiga, antes de correr hacia dentro de la mansión, siendo seguidos por los mayores, dejando a ambas jóvenes solas.

Caitlyn sólo le hizo una seña con la cabeza a la de ojos celestes para que la siga y así fue.

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-¿Estás bien?- se atrevió a preguntar la pelirrosa una vez que estuvieron sobre el techo de la mansión y observando el ocaso que ya estaba empezando a embellecer el cielo sobre Piltóver.

-¿En serio te atreves a preguntar?- cuestionó Caitlyn en reproche.

Kiramman sólo podía ver la espalda y la nuca de Vi, puesto que estaba sentada al borde, con los pies colgando y observando detenidamente el horizonte; mientras que ella se limitó a sentarse en una de las bancas de su elegante terraza, visualizando tanto el paisaje como a su compañera.

-¿Qué te pasa? Sólo estoy preocupada por lo que pasó ahí abajo con mi hermana.- señaló la del distrito suburbano para aumentar la molestia de la peliazul.

-¿Eso es lo que te preocupa ahora?- siguió reclamando sin tratar de perder su compostura- Lo que a mí me tiene revuelta la cabeza fue tu regaño en mi habitación. Dime, por favor, qué culpa tengo yo de haberlos traído; mis intenciones eran que pasaran un buen día lejos de la presión del Consejo.- se defendió y la escuchó resoplar.

-Parece que nos has traído para burlarte de nosotros.- acusó Violet apretando sus manos en puños, aún sin voltear a verla.

-¡Qué estupidez es esa!- refutó Cait cruzando sus brazos y alzando la voz.

-¡Nos traes aquí, con todas las comodidades básicas que todas las personas deberíamos tener, para luego regresar a la pocilga en donde vivimos!- gruñó la pelirrosa, por fin, volteando su rostro para poder verla con enojo- ¡Les estás dando esperanzas! ¡Le estás dando a Powder esperanzas! ¿Crees que después de esto volverá normal y feliz a Los Carriles?- exclamó girando sobre su eje para ahora mirar con todo su cuerpo hacia la piltoviana, pero sin dejar de estar sentada en aquel muro.

-¿En serio crees que he pensado traerlos aquí con algún propósito de restregarles en la cara todo lo que yo tengo?- interrogó incrédula y frunciendo el ceño- Te creí mucho más lista que eso, Vi.- añadió decepcionada.

-¡Todos los piltillos son iguales!- contestó ella de inmediato- ¿Tú por qué tendrías que ser diferente?- arremetió ya sin tener conciencia de que sólo era un método de defensa para alejar sus sentimientos hacia ella. Se estaba empeñando tanto en encontrarle defectos para odiarla como cualquier piltoviano.

-¡Es cómo si no me hubieras conocido nada en todos estos años!- musitó desconcertada- ¿Cuál diferencia hay entre que estén aquí o en los mismos lujos de la Torre del Consejo? Abre los ojos, Violet. ¡Estoy de su lado! ¿Hace un año no estábamos planeando cambiar las cosas juntas en mi habitación en la Torre? ¿Qué hay distinto ahora?- interrogó buscando alguna respuesta.

-¿Y tú tampoco me conoces?- contraatacó Vi- Siempre he dejado en claro que, apenas yo tenga la jefatura del subdistrito, nos desvincularé por completo de Piltóver. Seremos independientes.- le aclaró con rabia.

-¿Ese es tu gran plan?- la Kiramman alzó una ceja- ¿Y luego qué? ¿Cómo sacarás a esa gente de la miseria en la que ya viven?- preguntó seriamente.

Violet torció los labios, antes de responder.

-Ya se me ocurrirá algo.- dijo resignada- No es la diferencia teniendo vínculos con ustedes, jamás se han preocupado por nosotros y sé que jamás lo harán. Tú ni siquiera quieres ser la siguiente Jefa del Consejo. Por lo que veo, estás empeñada en evitar serlo.- le recordó despectivamente.

-¡Pero aún así los podría ayudar!- se defendió la peliazul- Igualmente tendría los recursos para intervenir en el Consejo y, si llego a ser Sheriff, también tendría poder en todos los Vigilantes. Aún se podrá trabajar en paz con ambas ciudades.- argumentó empezando a desesperarse.

-Dices que no eres igual a ellos, pero de todas formas, no aceptas las cosas de otra manera a la que tú quieres.- señaló en un tono más apagado.

Si nada más que decir, se puso de pie y se dirigió a las escaleras para bajar.

Caitlyn soltó un frustrado suspiro, aquellas acciones solo significaban su regreso a la Torre del Consejo y, claramente, su relación no volvía como había salido.





























































¡Hola hola, genteeeeeeee!

Espero que les haya gustado este capítulo, el cual no es el único del día de hoy, porque al ser la primera actualización de este 2024, ¡tenemos actualización doble! 🥳

Así que ya pueden pasar a leer el siguiente capítulo.


































































A_Hiccstrid

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