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La adrenalina corría por sus venas, su corazón palpitaba con rapidez y fuerza, su aliento agitado obligaba que emitiera tenues jadeos al correr y saltar de un edificio a otro; agradecía siempre llevar unos shorts debajo de su falda. Y sí, claro que le estaba costando también, tenía un pavor a resbalarse y caerse, pero a la vez, estaba sintiendo una sensación que hace mucho tiempo no sentía.
Allí, corriendo y saltando sobre los techos de su ciudad, Caitlyn Kiramman se sentía libre.
-¡Hey!- la llamó Mylo, quien estaba corriendo a su costado- Nada mal para una piltilla.- le sonrió de lado y ella sonrió genuinamente.
La piltoviana no pudo evitar distraerse al ver la destreza con la que Vi se movilizaba, aparte de que también estaba al pendiente de Ekko y Powder, quienes se notaban que no tenían la misma experiencia que los mayores.
-¡Aaahh!- sin embargo, esa distracción no dejó que viera por dónde estaba pisando y no pisó correctamente, así que se resbaló por el borde de un techo y apenas pudo cogerse con una mano- ¡No!- gritó cuando sus dedos ya no aguantaron más y terminó cayendo.
-¡Caitlyn!- exclamó una preocupada Vi, quien saltó del techo de al lado y deslizó su cuerpo para sujetar su mano y duhertse a sí misma con la otra- Resiste.- le pidió bajando su mirada a la piltoviana.
Mylo y Claggor se acercaron al borde para ayudarlas, pero cuando iban a subirlas una chillona voz los detuvo.
-¡Ya no den un paso más!- les ordenó aquel ser raro, era pequeño y peludo, los hermanos lo miraron extrañados. No obstante esa voz se le hizo conocida a la joven Kiramman, quien no tardó mucho en girar su rostro para confirmar sus sospechas.
-¡Profesor Heimerdinger!- exclamó contenta de verlo y el susodicho bajó el arma con la que les estaba apuntando.
-Joven Kiramman.- saludó él asombrado- ¿Pero qué está haciendo y acompañada de gente del subdistrito?- cuestionó completamente desconcertado, aún más al verla colgando de una jovencita que también colgaba del techo que tenía al lado de su patio trasero.
-¡Oiga, pequeñín!- intervino una irritada y cansada Vi, mientras fulminaba con la mirada al más longevo- ¿Ya deja de hablar para que nos ayudes o qué?- reprochó con rudeza.
-Mis disculpas.- lamentó Heimerdinger y buscó algo de entre sus bolsillos, los adolescentes miraron atentos una especie de esfera azul con detalles dorados, aquel objeto fue lanzado por el científico justo debajo de ambas chicas y se extendió como un colchón de partículas azules fosforescentes- Déjense caer. Será como caer sobre un montón de algodón de azúcar.- les indicó con una divertida sonrisa.
Caitlyn, confiando plenamente en el anterior Jefe del Consejo, se soltó sin temor de la Vi y cayó sobre aquella magia que amortiguó su caída.
-Como caer sobre un montón de algodón de azúcar.- reafirmó ella poniéndose de pie y sonriéndole al profesor, quien le devolvió el gesto.
Por otro lado, la pelirrosa estaba mucho más reaciasa a hacerle caso a un piltillo, aparte que claramente podía subir por sí misma, así que gruñó por lo bajo y subió su mano con la que había estado sosteniendo a la peliazul y usó su fuerza para subir y sentarse al borde del techo mirando al par de piltovianos. Caitlyn se decepcionó cuando supo que no iba a aceptar su ayuda y, aún más, cuando ella los miró con el ceño fruncido y cierto desdén en su expresión.
-¿Quién es él, Cait?- Powder rompió el silencio tenso que las acciones de su hermana habían provocado.
La mencionada tuvo que carraspear antes de poder hablar.
-Él es el profesor Heimerdinger, anterior Jefe del Consejo.- presentó la joven y el susodicho dió una leve reverencia.
-¿En serio? ¿Y por qué ya no lo es?- Ekko no pudo evitar demostrar un poco de curiosidad.
-Digamos que mis consejos e ideales ya no están a la altura de ser el máximo gobernador de Piltóver.- lamentó el más bajo cerrando sus ojos con pesar- Pero estoy seguro que el futuro que esperamos pueda ser más justo y esperanzador que nuestro presente.- comentó mirando a Caitlyn y sonriéndole levemente.
La joven desvió su mirada apenada, todos esperan que ella sea la próxima Jefa del Consejo, pero no era el puesto que ella anhelaba.
-Pff, sí, cómo no.- musitó Violet en medio de un disconforme bufido.
-Ya tenemos que irnos, profesor Heimerdinger.- se apresuró Caitlyn a hablar, la situación se estaba poniendo incómoda y necesitaba hablar en algún momento con Vi sobre su actitud- Fue un placer volver a verlo.- le hizo saber subiéndose a las partículas azules, las cuales la elevaron al techo nuevamente.
-El sentimiento fue mutuo, joven Kiramman.- contestó el pequeño y después los vió alejarse con una encantada sonrisa- El futuro de nuestras ciudades está asegurado.- comentó al ver las discretas sonrisas que ambas chicas se dieron en medio de su recorrido.
El futuro está asegurado, pero el destino es caprichoso.
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-¡Mierda! ¡¿Está es tu casa?!- exclamó un asombrado Mylo entrando por la ventana del cuarto de Caitlyn.
-Y eso que sólo es mi habitación.- comentó la ojiazul en medio de una risa- Se supone que no hay ningún miembro de la familia en la mansión, por lo que ni hay sirvientes ni mucha seguridad dentro de la prioridad. Sólo hay unos cuantos Vigilantes en la zona frontal exterior, así que siéntanse libres de recorrer el lugar y tomar algo de la despensa, pero que no sea muy notorio.- pidió.
Tras sus palabras, Claggor se tomó la libertad de abrir la puerta y salir a explorar la mansión, Mylo ni tardó en imitarlo. Los más pequeños optaron por tirarse en su cama.
-¡Por todo lo sagrado, esta cama es súper suave!- dijo Powder maravillada, mientras se removía sobre las sábanas y el colchón, mientras que Ekko sólo se había tirado bocabajo cual paquete y no se movió más, simplemente, se relajó.
-Hey, Pow Pow, Ekko; ¿por qué no mejor disfrutan algo de la comida?- les propuso Vi con una dulzura que muy poco dejaba ver. Caitlyn se mordió el labio al verla.
-Yo voto por eso.- apenas lograron entender la oración del moreno, pues habló con el rostro aún pegado a las sábanas, pero luego se reincorporó rápidamente y se dirigió al lado donde su mejor amiga estaba hechada, le extendió con caballerosidad la mano y ella aceptó gustosa.
Ambas adolescentes sonrieron con ternura al ver a los más pequeños salir del cuarto corriendo y agarrados de la mano.
Sin embargo, la expresión de Vi cambió a una disgustada y enojada, clavó su mirada penetrante a un punto muerto en el piso llamando a la curiosidad de Cait, quien se relamió los labios para decir algo, pero las palabras parecían atorarse en su garganta.
-Fue un error venir aquí.- bramó ladeando la cabeza al mismo tiempo que caminaba hacia el borde de la cama y se sentó allí- ¡¿Por qué nos trajiste aquí?!- le reclamó atreviéndose a mirarla.
La piltoviana sintió cortar su respiración cuando los enojados ojos de Vi se conectaron con los suyos.
-¿Disculpa?- fue todo lo que pudo decir al verse culpada por algo.
No obstante, cuando la pelirrosa iba a argumentar su reproche, un estruendoso ruido de la parte inferior de la mansión las alertó y ambas corrieron a ver qué era lo que había sucedido.
Cuando llegaron al lugar proveniente, no pudieron creer lo que había sucedido.
¡Hola hola, genteeeeeeee!
Espero que les haya gustado el capítulo de hoy, lo hice con mucho cariño para ustedes. 💕
¡Última actualización del año! No puedo creer lo rápido que se han pasado estos 365 días, desde ya les voy deseando un Feliz Año Nuevo, que tengan muchas buenas vibras y grandes experiencias. Y respecto a lo que se viene en la historia, se vienen capítulos muy intensos y luego un salto de tiempo en que ya veremos a nuestros protagonistas con las edades, que creo yo que tienen, en su adultez en la serie. ¡No se pierdan lo que se viene!
Bueno, eso es todo por hoy...
¡Nos leemos pronto! 💙
A_Hiccstrid
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