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Lo hubiera publicado antes pero me dormi jeje

Los años habían pasado, y Viva ahora tenía 18 años. Había crecido manteniendo su carácter animado y optimista, siempre dispuesta a ayudar a los trolls que compartían su hogar en el campo de mini golf. Clay, su mejor amigo, seguía a su lado, convirtiéndose en su compañero inseparable mientras juntos lideraban los esfuerzos para mantener su comunidad a flote.

Esa mañana, Viva y Clay estaban ocupados reparando uno de los viejos molinos de viento del mini golf, que se había convertido en una especie de generador improvisado para el lugar. Ambos trabajaban bajo el sol, con risas y bromas llenando el aire.

Clay: "Si sigues golpeando esa herramienta contra el molino, no se va a arreglar por arte de magia, Viva."

Viva: "¡Oh, perdón, señor "experto en molinos"! ¿Por qué no lo arreglas tú, ya que sabes tanto?"

Clay: "Porque estoy ocupado siendo tu ayudante favorito. Pero oye, no te emociones mucho, ¿empiezas con las ruedas del carrito de golf después?"

Viva le sacó la lengua, pero antes de poder responder, un troll del campamento llegó corriendo hacia ellos, con el rostro lleno de preocupación.

Troll: "¡Señorita Viva! Su madre la llama urgentemente."

El corazón de Viva dio un vuelco. Dejó lo que estaba haciendo y corrió lo más rápido que pudo hacia la pequeña cabaña donde vivía la Reina Aurora. Clay, preocupado, la siguió de cerca.

Cuando llegaron, encontraron a la Reina Aurora recostada en su cama, pálida y con una respiración entrecortada. Aunque llevaba días enferma y había estado tomando medicinas, no había mostrado signos de mejoría. Sin embargo, cuando vio a Viva entrar, sonrió suavemente.

Viva: "¡Mamá! Me dijeron que me llamabas urgentemente. ¿Estás bien? ¿Necesitas algo?"

Aurora: "No te preocupes, mi pequeña. Solo quería verte y escuchar tu voz. ¿Qué noticias tienes hoy? Cuéntame cómo está todo en el campo."

Viva, aunque preocupada, se sentó al lado de su madre y comenzó a hablarle de las reparaciones, de cómo los trolls habían trabajado juntos para arreglar las casas y del molino que estaba intentando reparar con Clay. Aurora escuchaba atenta, asintiendo de vez en cuando y sonriendo ante las anécdotas de su hija. A pesar de su debilidad, parecía disfrutar cada palabra.

...

Al día siguiente, Viva estaba nuevamente trabajando con Clay, ayudando a mover algunas cajas cerca del viejo carrito de golf. La rutina del campamento seguía, pero Viva no podía sacarse de la cabeza la imagen de su madre. Fue entonces cuando otro troll llegó corriendo hacia ella, visiblemente alarmado.

Troll: "Viva, tienes que venir rápido. Es tu madre..."

El tono en la voz del troll hizo que el estómago de Viva se hundiera. Sin decir una palabra, dejó caer la caja que sostenía y corrió hacia la cabaña, con Clay pisándole los talones. Al llegar, encontró a los trolls del campamento reunidos afuera, con expresiones de tristeza.

Cuando entró, vio a su madre inmóvil en la cama. Su rostro estaba tranquilo, pero Viva supo de inmediato lo que había pasado.

Viva: "No... no, mamá. ¡Por favor, no me dejes así!"

Se arrodilló junto a la cama, tomando la mano de Aurora y llorando desconsoladamente. Clay se quedó en silencio, dándole espacio pero listo para apoyarla si lo necesitaba. Uno de los trolls más viejos del campamento se acercó y colocó una mano en el hombro de Viva.

Troll Anciano: "Ella estaba muy orgullosa de ti, Viva. Hizo todo lo posible por mantenerse fuerte, pero también sabía que eres lo suficientemente valiente para seguir adelante, incluso sin ella."

Viva apretó los labios, intentando contener el llanto, pero las lágrimas seguían cayendo. Clay se acercó finalmente y se arrodilló junto a ella.

Clay: "Viva, estoy aquí contigo. No tienes que enfrentarlo sola."

Esa noche, los trolls del campamento encendieron una ceremonia en honor a la Reina Aurora. Viva, aunque con el corazón roto, se levantó frente a todos para hablar.

Viva: "Mi mamá era la persona más fuerte y amable que he conocido. Todo lo que soy, se lo debo a ella. Y aunque no esté aquí, seguiré adelante porque sé que eso es lo que ella habría querido. Prometo cuidar de este campamento y de todos ustedes, igual que ella lo hizo."

Las palabras de Viva llenaron el corazón de todos los presentes, y en ese momento, se sintió una conexión especial entre ellos. Aunque el dolor de la pérdida era inmenso, también sabían que Aurora había dejado un legado de fortaleza y amor en su hija, quien estaba destinada a liderarlos hacia un futuro mejor.

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