PRELUDIO (Introducción)
La Sed del Poder se trata de la primera entrega de la saga El Final de los Héroes (EFDLH). La novela se caracteriza por una estética medieval, el manejo de una gran gama de diversos personajes, la narración de múltiples puntos de vista, una trama ingeniosa y un empleo sutil de aspectos fantásticos.
Preludio a La Sed del Poder:
Desde el comienzo de los tiempos, existió el bien y el mal. Pero ninguno fue el responsable de la creación del Nuevo Mundo, pues este era extraño y muy diferente a los estándares que los dioses de Danynaia y Zanenul creían correctos. Por esta razón, los dioses de Gemhina se alzaron con la esperanza de ver renacer a un mundo a su imagen y semejanza, para dar inicio a un mundo en el cual ni el bien ni el mal existan.
Los primeros dioses de Gemhina convocaron dos criaturas divinas a la existencia: el macho Jadeal y a la hembra Tiaphel, y les encargaron la creación de la última tierra. Para ayudarles a realizar esto, se les dio a Jadeal y Tiaphel una lanza decorada con joyas llamada Cianelzi y un puñado de piedras cafés. Entonces, las dos deidades fueron al puente entre el Gemhina y el Mundo Vacío, el antiguo nombre del Nuevo Mundo. Ya en su destino, Jadeal clavó la lanza en las áridas tierras y Tiaphel dejó caer las piedras por ahí. De la varilla germinó un árbol, y las relucientes joyas crecieron como hojas; que cada vez que caían, gotas de agua chocaban contra el suelo. Pero de las piedrecillas no germinó nada. Luego de haber cumplido con su mandato, Jadeal y Tiaphel volvieron a su mundo y esperaron un par de meses para que aquellas gotas dieran pie a un mar.
Los meses pasaron y las deidades volvieron, asombradas por su creación. En el tiempo que estuvieron ausentes, una gran isla nació alrededor de aquel mágico árbol. Aún anonadados por la vida que renació en ese árido mundo, ambas deidades decidieron hacer de la isla su hogar.
Con la marcha de los años, Jadeal y Tiaphel anhelaron volverse uno y en honor a su inquebrantable unión, construyeron un pilar llamado Kaemiri y alrededor de él levantaron el palacio de Yilatta. Jadeal y Tiaphel giraron alrededor del pilar en direcciones parejas y envolvieron el cuerpo del otro con el suyo propio. Y se volvieron uno.
Cuando la semilla de Jadeal floreció en el vientre de Tiaphel, siete hermosos niños nacieron. En el momento en el que estos alcanzaron una edad suficiente, sus padres los pusieron a los siete en seis botes diferentes (pues un bote lo compartieron los mellizos) y los embarcaron al interior del océano. Entonces les rezaron a los otros dioses para que sus hijos encuentren su lugar en el Nuevo Mundo y le den vida a los rincones que ellos no exploraron.
Después de un par de semanas, los dioses respondieron a sus plegarias y le informaron a la pareja sobre las hazañas de sus primogénitos. El primer hijo, fundó la actual Russenir; el segundo hijo, Sicedda; el tercer hijo, Idhene; el cuarto, Aelen y el quinto, Burgorea. Por otro lado, estaban los mellizos que, a pesar de haber estado en caminos parejos, sus explosivas y opuestas personalidades terminaron separándolos; yendo finalmente por caminos distintos.
El sexto hijo y el de personalidad templada, pero arrogante, fundó Mercunnia Septentrional; mientras que el séptimo y último hijo, de personalidad descontrolada, pero inteligente, fundó Mercunnia Meridional.
Y de esta manera, el mundo siguió su curso natural bajo la gracia de los dioses de Gemhina.
Nota de la Autora:
Esta corta, pero, importante historia, es la verdadera leyenda sobre la Creación del Nuevo Mundo (en base a creencias religiosas y no a científicas). Aquí se explica brevemente sus indicios y nos narra de manera sutil y un tanto escondida un tema del que se habla mucho en esta novela: el bien y el mal. Como es que estos dos puntos no existen en el Nuevo Mundo, puesto que al estar poblado de personas esto significa: imperfección, una imperfección que los dioses del Gemhina heredaron a sus semejantes.
Espero de todo corazón que esta historia les resulte entretenida y ágil de leer. Ya saben que si tienen alguna duda, háganmela saber en los comentarios o por inbox. También me haría muy feliz el saber su opinión de esta novela en los comentarios y me haría aún más feliz el que la reflejaran con una estrellita.
*Aquí les dejo una copia que guardé en el ordenador (hecha por mí) sobre cómo me imagino el Nuevo Mundo. Ojalá les agrade.
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