21-. Costa Anonima
Clarith Netsuma, una chica que no dejaba de quejarse todo el tiempo. Regresaba de haber realizado una tarea en e pueblo. Detrás de ella la acompañaba el panadero que cargaba ciertas cosas, fue cuando la albina vio un bulto envuelto en una cobija roja moverse. Se acercó preocupada y llevó su sorpresa de ver a un bebé llorar.
- ¿Quien te dejo aquí pequeño?-preguntó cargando al bebé, que no se calmó al estar en brazos de la chica.
- Señorita Clarith, tal vez tenga hambre.
- Vamos a su hogar buen hombre y le daremos de comer-propuso la albina y ambos se pusieron en marcha.
Fue amigad de camino a casa del hombre donde lo conocieron, un chico inconsciente y a unos centímetros de él una botellita de cristal llena de leche. No lo pensaron y de Igual modo lo llevaron a casa del hombre, donde se enteraron que era una chica.
*-.-*
Rin despertó alterada al verse sin sus ropas, se preocupó cuando se dio cuenta que su sobrino no estaba por ningún lado. Se puso de pie rápidamente y bajo corriendo, para ver a una joven alimentar al menor que comenzaba a quedarse dormido.
- Oh~, despertó señorita....-hablo calmada la chica-su hijo ya comió....
- No es mi hijo....es mi sobrino....-hablo acercándose y lo cargaba, sacándole el aire.
- Perdona, no sabía....
- Tranquila, no es la primera vez que me dicen eso-le respondió tranquila-....Soy Rin Avadonia y este pequeño se llama Leonarth.
- Encantada de conocerte, yo soy Clarith Netsuma, soy monja de un monasterio cerca de aquí.
- ¿Crees que....pueda acompañarte?-preguntó temerosa mirándola, algo en ella le recordó a Clarith.
- Si claro, pero....¿porque quieres acompañarme?
- Necesito un lugar donde el pueda crecer feliz....-hablo señalando a su sobrino.
- Entonces, vamos....pero antes debes de comer-le pidió mientras le empujaba un plato con comida.
- Gracias-agradeció sentándose y comía el contenido, no podía quejarse, al estar casi un mes en movimiento le hizo acostumbrarse a los sabores, en especial ser rápida y sigilosa al tener a esa hechicera pisándole sus talones.
*-.-*
Los días pasaron con normalidad en la nueva vida de Rin. Realizaba las labores que le decían y las cumplía sin rechistar, pero eso le causaba dolores en el cuerpo. Veía a Clarith regar un pequeño árbol.
- ¿Porque regaste a ese árbol?-preguntó curiosa mirando al pequeño retoño, su sobrino se encontraba dormido en sus brazos.
- Es un viejo amigo, el también puede ser amigo de Rin.
- ¿Incluso si fui alguien malvado?-murmuro ella mientras terminaba de atender a su sobrino.-Clarith, saldré a realizar algunas cosas, ¿crees que pueda encargarte a Leon?
- Si, pero a donde vas....
- A visitar a alguien, regresó en la noche-le dijo mientras le entregaba al bebé a la Netsuma-....No le des la leche ni tan caliente, ni tan fría, debe ser tibia.
- Entendido....-respondió al verla tomar el abrigo que suele tener y se retiraba.
*-.-*
Bajo del carruaje de un campesino que la ayudó a mitad de su andar.
- Muchas gracias señor....-agradeció entregándole algunas monedas al anciano.
- De nada jovencita....-le devolvió el gesto mientras se retiraba. Rin vio la catedral frente a ella, hace tiempo que no había ido a visitarla. Según a un señor que le preguntó sin levantar sospechas, hay se encontraban lo que ella buscaba.
Entró sin hacer tanto ruido y fue a la zona donde reposaba la tumba de quien ella buscaba.
Se quedó a cierta distancia observando, sus ojos azules se mantenían observándola.
- Hola....-hablo nerviosa-Perdón por venir, se que debes estar molesto al respecto de que mande a asesinarte....-murmuro sin acercarse ni un solo paso.-No sabia, no sabia que lo que tú hacías era por el bien del pueblo....perdón, enserio, perdón....-murmuraba mientras sus lagrimas comenzaban a caer al suelo, se puso de rodillas mientras cubría su rostro-....Perdón....papá....perdón....-se disculpaba repetidas veces.
Un hombre que se encontraba vigilando, creyó que era a causa del alcohol o algo, pero juro ver a un hombre y una mujer, calmar el llanto de una joven
- Perdónenme....no merezco estar aquí siquiera....perdón....-decía entre jadeos a causa del llanto-....Lo lamento mucho....papá....mamá....los extraño muchísimo-decía sin ser consciente de que tenía dos presciencias cerca de ella-....se que jamás perdonaran por lo que hice....se que no los veré en el mas allá...pero por favor...al menos perdónenme.-les dijo mientras se ponía de pie y salía del lugar, camino de regreso a la capilla de la costa.
*-.-*
Clarith calmaba al bebé a mitad de la noche, Rin había tardado demasiado tiempo en volver.
- Bien pequeño, ya vuelve a dormir-le pidió al pequeño, que al estar posado en la cama , bastó para volverse a dormir.
Iba de regreso a su habitación, fue cuando escuchó sollozos provenía del confesionario. Se asomó un poco y escuchó.
- No merezco el perdón de nadie....yo jamás....seré perdonada-decía mientras apretaba con más fuerza sus manos y a sus pies había una botellita de cristal. Clarith estaba confundida-....Dios, se que ignoraras mis plegarias....pero te digo algo....que mi sobrino no se vea afectado cuando le digan....que su amada tía es....
[La Hija Del Mal]
La joven Netsuma se escondió al escuchar esa confesión, Rin se giró confusa mientras se ponía de pie con la botella en manos y salía del sitio.
*-.-*
[Escribe tu deseo, tu gran anhelo. En un trozo de papel
y luego en una botella colócalo. Lánzalo al mar sin miedo
y se te cumplirá....]
Rin se arrodilló y metió su mano al mar, dejando ir a la botellita que fue arrastrada inmediatamente por las olas. Se odiaba a ella misma al haber atentado contra su propia familia. No se dio cuenta cuando alguien se acercaba a ella a paso lento, con un cuchillo que daba un resplandor verdoso.
[Asesinala, te arrebato de mi lado....]
Era lo que esa voz le repetía a esa persona.
La joven rubia había vuelto a llorar soltando un grito desgarrador que nadie escuchó según ella. Un grito que daba entender que se encontraba rota totalmente.
- ¡MAMÁ, PAPÁ, ALLEN!, ¡ME SIENTO SOLA SIN USTEDES A MI LADO!-se lamentaba mientras apretaba la arena bajo sus manos-¡NO MEREZCO VIVIR CARGANDO ESTOS PECADOS!....
[Ella....esta sola....Justo como yo]
Clarith logró reaccionar al ver a un chico que se había interpuesto ante ella, gracias a eso logró exorcizar al demonio dentro suyo. Sorprendiendo a la rubia por los gritos que daba la Netsuma, se quedó sorprendida al verla con el cuchillo en mano.
- ¿Rin....?-murmuro apenada la chica.
- Hazlo si crees que es lo correcto-le dijo cerrando sus ojos. La albina se le acercó rápidamente.
Lo único que se podía escuchar fueron las olas del mar que chocaban contra la playa, al igual que unos largos mechones rubios que volaban con ayuda del viento.
[Si pudiera....lograr yo volver a nacer]
Se escucharon dos voces, una masculina y una femenina. Que fueron llevadas por el viento.
*-.-*
- ¿Estás feliz?-preguntó el Dios al menor que volvía a la BlackBox.
- Se que mi hermana estará bien, mi hijo la necesita más que nadie, solo se tienen uno al otro-hablo calmado observando la imagen que se reflejaba ante ellos.
*-.-*
Dos pares de piernas avanzaban por el bosque, hasta llegar a su destino; El Árbol Milenario.
- ¿Es aquí Clarith?....-preguntó la joven que acompañaba a la dama, con un bebé de cabellos rubios a su lado
- Si, parece que este es su hogar original.-aclaró luego de palmear bien la tierra alrededor del brote.
La joven dejó al bebé cerca del árbol para que estuviese apoyado y viera a su tía. Ambas mujeres comenzaron a cavar. Un silencio agradable para las dos hasta que....
- Lo siento....
- ¿Eh....?-la miró confusa deteniéndose un poco.
- Por cortarte el pelo, lo siento, Rin-se disculpo la albina a la rubia, quien solo sonrió.
- No tiene importancia-dijo tomando un corto mechón-ademas, es más fácil de manejar y así Leon no lo jalara-explicó mientras transplantaban al árbol joven en el agujero, la joven rubia se giró a su amiga, quien consideraba una hermana más-Clarith, ¿Crees que me enseñarías a hacer un brioche?, intente hacerlo noche spasadas, pero no me salen,
- Si, claro que te enseño-le dijo mientras ambas se sonreían, observando al bebé gatear hacia ellas con cierto esfuerzo.
- Leon, ven con nosotras, tu también rezarás-bromeó mientras ambas se arrodillaban y oraban al joven árbol.
- Perdón....-se disculpó Clarith comenzando a llorar junto a Rin.
- Mamá....papá....espero verlos....en el Jardín Celestial....-pidió mientras sus lagrimas no dejaban de salir. Permanecieron de ese modo llorando juntas hasta que anocheció.
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