*-.-* Hace 13 años atrás *-.-*

Prim Marlon se encontraba embarazada de un ministro de Lucifenia, su esposo ignoraba del porqué no había regresado durante esos meses.

[Quería convivir con mi familia]

Fue la mentira que le dijo para que no viera ese tan abultado vientre que en cualquier momento estallaría.

La maga que la había acompañado, Abbys-I.R la atendía en el embarazo para que no hubiera complicaciones y el o los bebés nacieran muertos. Si esto tuviera éxito, podrían hacer nacer a Hänsel para que le fuera fiel a su madre.

Pero antes de la semana prevista al nacimiento, las cosas se complicaron y nació siendo demasiado pequeña. Una hermosa niña de cabellos azabaches y ojos obscuros que lloraba de forma desconsolada, Prim no se digno a cargarla en ningún momento. Esa bebé al tener tan solo minutos de vida, era idéntica a él, pero hubo otra cosa que a la maga hizo sonreír.

- Esa niña es una de los hijos muertos de la Pecadora Original, Abel.

- ¿Eso en que me beneficia?

- ¿No lo sabes?, esta niña desde hace tiempo a estado siempre con su madre protegiéndola, te beneficiaría muchísimo sabes-le explicó-....Si me atrevo a decir, puede ser fiel a su padre y de forma obsesiva.

- ¿Y su hermano?

- El no nació contigo, el habrá nacido hace tiempo. Si tiene lealtad a sus padres, pero prefiere proteger a su hermana o a quien se parezca a ella.

Habían transcurridos cinco años, la niña se había quedado a vivir con su padre a quien ella quería mucho y le respetaba. Jamás había visto una figura materna, ya que su padre era el reflejo de ambos. Si se portaba bien, su padre le daba palmadas en sus largos cabellos azabaches, sonriendo al ver que había realizado un acto bueno. Pero la felicidad duró poco antes de que Prim volviera por su hija y se la llevara por razones desconocidas, eso devastó el corazón de su padre que no pudo hacer nada por retenerla a su lado. La menor gritaba desesperada por estar junto a su padre, pataleando y golpeando al guardia que la apresaba.

Fue entregada a la maga quien experimentó con ella, convirtiéndola en una asesina sin emociones. Cuando terminaba de asesinar, la maga acariciaba el cabello de la menor, quien la observaba confusa ante tal acto, no era idéntico al de su padre ni cálido como el calor de una madre.

Habían pasado dos años desde su entrenamiento y se encontró con un muchacho de nombre Andrew, quien la trató con amabilidad y sonreía ante las opiniones que daba la menor

En una de las reuniones de la Reina Viuda Prim y la maga, la anciana mujer reveló algo que a la mujer joven confundió.

- El niño que te dije que no mataras es Caín, hermano gemelo de Abel.

- ¿Porque son de diferente edad?

- Tu y el difunto rey Gray alteraron muchísimo el destino, pero ya tenemos a ambos hermanos para nuestros planes.

- Si es así, entonces me sentiré alagada si les escucho llamarme "mamá"

- Me temo que será imposible mi señora que la llamen de ese modo.

- ¿Porque lo dices?

- Ella no la ve como una madre, Abel que en esta vida se llama Emma, la considera una persona malvada que la separo de su querido padre y el chico, llamado Andrew, la considera una persona que puede atentar en cualquier momento con la vida de su amada.

- Eso es inaceptable, soy la madre de Emma....

- Como dije, ella no la ve como una madre.

- .....

- Llamaré a ambos para darles su siguiente paso que deben seguir-hablo mientras salía, dejando sola a la reina.

*-.-*

El barco ancló en las costas Lucifenianas. Fueron recibidos por varios aldeanos que morían de hambre ante la tiranía de la princesa. Les repartieron los víveres a cada quien y comenzaron a trabajar en el palacio.

Emma lo había visto, luego de casi siete años sin verlo, lo tenia frente suyo. Cuando se presentó el no la reconoció al instante, hasta ya semanas más tarde que se fijó que era su amada hija. Le mento reía a carcajadas cuando el la abrazó y le dio besos en sus regordetas mejillas, Andrew sonreía al ver a su amiga feliz.

La felicidad solo duró unos mese antes de que su padre cayera a causa de una misteriosa enfermedad causándole la muerte tiempo más tarde, Emma lloro una semana entera ante la tumba de su madre siendo consolada por Andrew, que de Igual modo se había sentido afectado, había visto en el padre de su amiga una figura materna que jamás había visto.

En un inicio pensaron que esa enfermedad fue causada en el interior del palacio por la princesa para librarse de un obstáculo a su poder; El Ministro Shirio y El Capitan Leonarth.

Había logrado esa tirana en ganar su odio total.

*-.-*

- Te dije que matando a su padre lograrás hacer que ella realizara el contrato-le hablo Abby-I.R a la reina Prim, quien sonreía de forma sadica.

- ¿Cual es el siguiente paso?

- Le mandaré la muñeca a Emma para que realice el contrato con el demonio de la Pereza-hablo mostrando a la muñeca.

- Sera interesante ver como reaccionara cuando la vea-hablo Prim riéndose a lo bajo.

*-.-* En Elphegort *-.-*

Emma había llegado a Elphegort por órdenes de la princesa para saber el avance de salud del fiel sirviente de la princesa. Andrew acepto acompañarla para impedir que algo le ocurriera a su amiga.

Llegaron a un concierto escuchando las voces de cada cantante. Hasta que llegó el turno del cantante misterioso y se quedaron impresionados, Allen estaba en el escenario cantando a todo pulmón sin mirar a las personas, dándose valor suficiente para seguir cantando.

Se acercaron cuando acabó su show al joven rubio, quien se puso nervioso, ella le prometió no decirle nada a la princesa por que son amigos a final de cuentas. Agradecido se retiró.

Michaela había terminado y miró a la menor. Emma se quedó impresionada, pero sonrió al ver a la joven Elphe que le sonreía y agradecía por haberla felicitado, recibiendo palmadas en su cabeza, cosa que sintió cálida al tacto y sonrió feliz.

- Nos veremos pronto señorita Michaela- le hablo desde distancia mientras ambos se retiraban a sus asientos a seguir viendo el show.

Cuando finalizó el concierto y regresaban a su posadera. Se encontraron la maga anciana que tenía una muñeca, que dejó fascinada a Emma que la tomó entre sus brazos emocionada.

[El parecido de la muñeca con Michaela le hará creer que es su madre.
Espero que logre engañarla]

Pensó observando a la menor quien había comenzado a jugar con la muñeca emocionada. Andrew miraba a la muñeca fascinado.

- Es idéntica a la señorita Michaela.

- Es verdad, por eso la acepté, yo veo a la señorita Michaela como una verdadera madre-hablo emocionada abrazando a la muñeca. Sin saber ambos que sellaron un contrato con el demonio

*-.-* Actualidad *-.-*

Andrew se mantenía neutral escuchando las palabras hirientes que le dedicaban a su amiga. Ellos no la conocen como el a ella, solo se dedican a insultarla sin piedad ni remordimiento alguno.

- Si no tiene pruebas de que ella fue, guarden silencio, les pediré-les habló firme a esos sirvientes que guardaron silencio.

En la habitación que ambos amigos compartían, Emma era consolada por Andrew que la abrazaba calmándola. Sostenía ante su pecho la muñeca que le habían entregado, gracias a esa muñeca sentía que la señorita Michaela le hablaba tranquilamente para calmar su dolor.

- Y-Yo no lo di-dije pa-para....-tartamudeaba mientras sus lagrimas caían de sus mejillas.

- Tranquila, me tienes aquí contigo en todo momento....yo no te juzgaré-le calmo depositando un tierno beso en su frente y otro en el cabello.

- Andrew....

- ¿Mande?

- ¿T-Tu jamás me dejarás sola?-le preguntó mirándolo con esos ojos azules, tan idénticos a los suyos, pero tan diferentes. Ella criada como asesina desde los 5 años y el como un miserable sirviente desde temprana edad.

- Nunca....-la volvió a abrazar.