Capítulo #42 Comienza el Trabajo
Narra Wendy:
Había veces que no apreciaba las cosas simples en mi vida.. Ya saben, tres comidas al día, un techo... O tener mis pies sobre el suelo
–¿Ya me pueden bajar?.. Ya pasaron los cinco minutos
Lucy camino hacia mi y me sonrió –Te daré dos más y..– Bajo la mirada a la cintura suelta de mis pantalones
–Por favor... No lo hagas
Rió –Está bien
Ella volvió a sentarse con mis amigos y me dejó colgada en la pared. Luego de esa celebración decidí invitarlos a ver unas películas en el WR del barrio y de paso pagar mi deuda con ellos, cosa que era más fácil decir que hacer
–¿Te había dicho antes que tienes unas bragas muy adorables Wendy?– Comentó Laura agarrando un puño de frituras
Solo me sonrojé y desvié la mirada. Pasaron otros cinco minutos hasta que por fin me dejaron bajar, aunque para ese punto las adorables bragas que Lau elogio ya estaban arruinadas, las pequeñas avecillas de colores estaban tan estiradas que no se les podía ver forma entre los demás colores del paisaje de algodón
–¿Le ponemos pausa mientras te vas a cambiar?
Me froté el trasero con dolor –No.. Prefiero quedarme si bragas un rato más, no vaya a ser que consideren que mi castigo no fue suficiente y me vuelvan a colgar
Ellos solo rieron y yo no pude mantener la cara sería por mucho más, reí y una vez que mi parte posterior estuvo mejor me senté a mirar las películas con ellos
–¿Qué opinas?– Me susurró Eduardo pasándome una hoja de papel
Tomé la hoja y después de mirar el dibujo lo miré sin ninguna pizca de gracia
El soltó una carcajada –¿Qué? Es muy bueno, mira los detalles
En el papel se podía ver plasmado un fragmento de mi castigo, conmigo colgada de la pared y mis bragas estiradas haciéndome sufrir
–No hay manera de que tuviera esa cara
–Claro que si ¿Verdad Lu?
Lucy tomó el papel y se rió –Si, es una copia exacta
Ella le pasó el dibujo a las demás y se terminaron por reír
–Ya en serio, era esto lo que quería que vieras
Me dio otro papel con un dibujo mío, pero está vez me encantó
–¿Cuándo hiciste esto?
Sonrió –Anoche, como ya saben llevo un rato practicando mi técnica para dibujar personas y esta vez te toco a ti. Antes ya les había dado un dibujo a Lucy y a Brie
–¿Porqué no me dibujas a mí?
Eduardo rió nervioso –No he conseguido uno que me terminé de gustar. Deberías ver las decenas de dibujos que tengo en casa y que no me convencen, algunos son de ustedes, otros de gente que encuentro en internet.. Ya saben
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Sentí una mano tocar mi espalda –Tengo que hablar contigo, vamos
Asentí y seguí a Susy por los pasillos en silencio, pero no pude contener una sonrisa al recordar las historias que contaron el día anterior
–¿Porqué la sonrisa?
Rápidamente cambie la cara –Su-Supongo que me vas a decir qué les hiciste a los tontos de la banda misteriosa.. Por eso sonrió
Ella se detuvo y sin pensarlo mucho me levantó la falta para darle un tirón a mis bragas
–Deja de decir tonterías
Me sobe el trasero y acomode mi ropa interior –¿Porqué? ¿Qué pasa?
–Supongo que tarde o temprano escucharás esos rumores...– Dijo tras unos segundos de silencio –Ayer cuando fui tras esos tipos éramos tres Rompe Cráneos pero eran seis personas las que nos encontramos.. E-Es todo lo que necesitas saber
Antes de volver a sonreír por inercia, puse mala cara –Demonios.. Oye, lo siento, no esperaba que hubieran más cuando te pedí ayuda
–Ya deja de lloriquear, si quisiera oír eso te habría dado un tirón peor
Tragué saliva –Entonces..
–Vine porque quiero que comiences tu trabajo de espía ahora mismo, tengo la sospecha de que Candy era una de esas personas enmascaradas
Abrí bien los ojos –¿Porqué lo crees?
–Mientras cuatro enmascarados se encargaban de mis acompañantes, fueron dos chicas las que me torturaron, y una de ellas en particular, se ensañó bastante
–Lamento oír eso.. Pero supongo que te alegrará saber que ya comencé– Ahora fue su turno de verse sorprendida –Anoche mi hermano hizo una pequeña reunión con sus amigos, comieron pizza y vieron películas. A mí no me importó mucho hasta que vi a Candy así que me fui a sentar con ellos, me hice la tímida y tal vez hasta aterrada de su presencia, y los demás lo notaron– Reí –Al parecer se sintió culpable por cosas que me había hecho, así que me dio una disculpa
Sonrió –Genial
–Eso no es lo mejor. Medio maratón después, a nadie le importaba la película, la habían dejado de fondo y se pusieron a jugar verdad o reto.. Adivina quién le tiro de las bragas a Candy
–Mientes.. ¿Hablas en serio?– Asentí –Eres asombrosa, lo reconozco
Le sonreí –Gracias, me gustaría decirte que se las arranqué y la dejé llorando... Pero la verdad es que estaba un poco nerviosa de que se molestará y me hiciera calzón chino, aunque en vez de eso solo se rió y seguimos jugando como si nada. Poco después ya me fui a dormir, pero ahora quiero preguntarte qué me recomiendas hacer, después de todo tú eras su amiga y la conoces mejor que yo
–No creo que se vengue de tus calzones chinos, pero por si acaso no pruebes mucho tu suerte. En el almuerzo júntate con ella, seguro estará con tu hermano así que tendrás buena excusa, cuando estén ahí solo sácale plática. Me gustaría darte un mejor consejo pero yo era amiga de la Candy Bully, no de la Candy Perdedora, a esa no la conozco y no sé cómo me podría hacer su amiga
–Ok.. Entonces creo que yo sabré mejor como hacerlo, después de todo era una perdedora ¿No es así?
Eso la hizo reír y me rodeo el cuello con un brazo para frotar sus nudillos en mi cabeza –Todavía eres una perdedora jajaja
Dolió pero me tuve que reír durante y después de esa broma
–De verdad me levantaste el ánimo. En fin, te dejo porque tienes trabajo que hacer– Comenzó a caminar –Te veo luego Pitufina
La vi alejarse y suspiré –Pitufina me gusta más que Pitufa.. Creo
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No pasó nada relevante hasta que volví a ver a Susy en la hora del receso, cuando se me acerco por la espalda y me dio un susto
–¿Qué haces?
–Nada.. Creo
Su sonrisa se hizo más grande –Pues te encontré algo que hacer, algo que seguro te gustará
–¿De qué se trata?
Soltó una risilla –Acabamos de hacer algo que seguro te dará la confianza de Candy, solo tendrás que rescatarla
Imité su sonrisa –Eres asombrosa, ¿En dónde está?
–¿Conoces esa Bodeguita que está en el edificio de las duchas?
Asentí –Está cerca de las canchas de fútbol
–Correcto, así que comienza a caminar
Corrí a donde Susy me dijo y no fue sorpresa que el edificio estuviera vacío, por lo que pude notar que una amiga de Susy me estaba siguiendo. Entré y al abrir la puerta del armario encontré a Candy sentada en una silla de madera, con los pechos al aire y las bragas estiradas cubriéndole la frente, tenía varias cuerdas sujetándola. Inmediatamente moví los labios para que supiera que nos estaban vigilando
Leyó mis labios y me dio un leve asentimiento –Ho-Hola Wendy.. ¿Me puedes ayudar?
Forcé una carcajada –Perdón, perdón, esque en serio no esperaba encontrarte así. Yo.. Yo solo venía por una escoba para limpiar unos cristales que rompí y me encuentro con esta sorpresa
–Creí que me habías perdonado por todo
–Perdonar no es lo mismo que olvidar
No supe si lo que dijo después fue un pensamiento que se le salió o algo que solo diría en su papel
–Seguro tu trasero todavía se tensa cuando escucha mi nombre– Dijo en una risilla
Caminé hacia ella y le di un pellizco en el pezón, fue suave, pero ella gritó
–Yo que tú cuido mi boca, no olvides que estás atada y yo podría solo dejarte aquí.. O mejor, divertirme contigo
Tragó saliva –Por favor Wendy... Sabes que me arrepiento de todo lo que hice.... No sé si sepas pero Susy me trata peor de lo que yo te traté antes
–¿En serio?... ¿Y qué te hace?
Relajo la cara cuando le solté el pezón –No puedes verlo, pero mis nalgas están como tomates.. ¿Sabías que tiene un fetiche por dar nalgadas?... Yo nunca te di nalgadas a ti
–No pero si me llegaste a sumergir la cabeza en un inodoro.. Creo que preferiría unas buenas nalgadas antes que volver a beber esa agua
No dijo nada en un par de segundos, solo se sonrojo –Ya perdí la cuenta de las veces que pase por eso...
–¿Qué más te hizo?
–Se sentó en mi cara por un rato, por suerte pude aguantar la respiración o seguro estaría muerta o intoxicada
No pude contener la risa –Sé de lo que hablas, tu trasero no huele precisamente a rosas ¿Sabes?
Rió –También me disculpo por eso..
–Está bien, tú ganas. Te voy a sacar de ahí pero solo porque estás siendo buena con mi hermano
–Gracias..– Estando libre se sobo los brazos que estaban marcados por las cuerdas –Hablaba en serio sobre lamentar todo..
–Si yo debo ser honesta con algo.. Es con que me divertí anoche en ese maratón de películas que tuvimos... Aunque admito que tenía miedo cuando te di ese tirón de bragas
Ella unió los puntos de la mentira que decía y rió –Tranquila que no dolió mucho jajaja. Yo también me divertí
–Oye.. Supongo que te voy a encontrar más seguido en casa ahora que eres amiga de Rick... ¿Qué te parece si también te vuelves mi amiga? Así no tendremos otro momento incómodo como el del otro día
Sonrió –Si tú estás dispuesta yo encantada
Después de eso ella se vistió y salimos del lugar como si no hubiéramos visto a la chica espía
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–Eso fue más o menos lo que pasó..– Terminó de contar Candy, omitiendo el falso pellizco de pezón
Hugo soltó una risa contenta –Genial, seguro Susy debe adorarte
Sonreí –Se veía contenta cuando le conté la historia.. Solo sospecho al inicio de las amenazas pero le dije que sería raro que me hiciera amiga de mi bully así como así. Lo mejor es que ahora tengo que "Generar" más confianza con Candy para poder pasarle información, así que tendré más tiempo para hacer su trabajo
Finalmente llegamos a la salida del barrio, Rick y sus amigos iban a salir y mientras caminábamos les contamos toda la historia. Luego de que salieron cerré la reja y camine a casa, pero me tope con algo interesante
Agnes estaba parada fuera de su casa usando nada más que un sujetador azul claro y unos cacheteros que se le metían coquetamente entre las nalgas, ella sostenía un letrero en las manos
–"Perdí una apuesta, por favor dame 10 nalgadas"– Leí con gracia
Ella chasqueó la lengua y me dio la espalda –Si me jalas las bragas lo pagarás
–Tranquila, el letrero es muy claro jaja
Puse una mano sobre su espalda baja y dejé caer la primer palmada, no sé si fue buena o no pero estoy segura que la siguiente definitivamente la sintió
–¡Ay!
Reí –¿Puedo saber qué clase de apuesta perdiste?
Su expresión molesta se relajo y casi sonríe –Convencí a Paula de jugar a las cartas.. Ya ¡Ay!... Ya la conoces, a veces es un..– Se quejó en silencio por otra nalgada –A veces es un poco aburrida con estas cosas, pero sin duda se divirtió
Di dos últimas palmadas –Con eso estamos bien, no puedo castigarte si conseguiste sacar a Paula de su seriedad
–Gracias
Decidí sentarme en el suelo a ver quien más llegaba a darle sus nalgadas
–¿Qué cuentas?
Ella ya estaba otra vez exhibiendo el letrero –Estuve teniendo días buenos hasta que me despidieron..
–¿En serio? ¿Y qué vas a hacer?
Se encogió de hombros –Buscar hasta encontrar algo, menos mal aprendí nuevas cosas ahí donde estaba. Ya se operar una maquina de freír, un horno y otras cosas más que atender mesas
–¿Te pagaban mucho donde estabas?
–No tanto como quisiera obviamente jeje, pero me alcanzaba para pagar las facturas y darme unos cuantos gustos de vez en cuando.. Es bueno que no tengo necesidad de pagar renta o sino tendría más problemas
Era curioso como cambia la perspectiva del dinero conforme creces, para mí el salario de Agnes no sonaba nada mal y seguramente a ella le parecería igual si tuviera mi edad, pero considerando todos sus gastos de verdad no era mucho
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