Capítulo #37 El Castigo de Tía Sia
Narra Wendy:
–Ok, ya fueron diez– Dijo Cira levantándose de mi regazo y frotando su trasero
Me reí –Parece que ya no te gustan las nalgadas
–Cuando me las doy es diferente, sé cuándo parar o qué tan fuerte darme
Aunque Cira se veía avergonzada por el castigo, todas llegamos a la conclusión de que era porque le gustaron las nalgadas, después de todo eran las primeras que recibía que no eran de su madre y seguro pudo generar en su mente todo tipo de fantasías locas mientras todas le golpeabamos el trasero. Si no nos creen bastaba con mirar el pequeño punto de humedad que tenía en las bragas y por el cual se las tuvo que cambiar a la primer excusa que encontró
Cuando terminamos de comer quisimos jugar un par de rondas más, así que Cira pensó en su número. En esta ocasión habrían dos perdedoras, las cuales tendrían que darse un beso apasionado durante 10 segundos
Aurora eligió el 40, Candy el 37, Katie el 38, Vivían el 4 y yo el 100
–Mi número era el 100, lástima que la ganadora no gana nada como tal jaja
Reí –¿Quienes son las que perdieron?
En segundos miramos hacia Candy
Vivian era la más sonrojada de las dos –¿N-No hay una alternativa?
–Eso ¿No podemos hacer otra cosa? Puedo dejar que me tire de las bragas
Cira negó –Nope, se tienen que besar
Todas formabamos un círculo y ellas dos estaban en el centro, se miraban a los ojos sin moverse
–Les vamos a contar el tiempo cuando comiencen
Candy suspiró –Mejor lo hacemos rápido ¿Te parece?
–No me esperaba así mi primer beso...
Con esas palabras perdió un poco la gracia, sentíamos que el primer beso debía ser especial y no queríamos que Vivian lo dé en ese momento
–¿Qué me das si tomo tu reto?
Ella miró a Cira –¿Qué quieres?
Cira se rió y le susurró algo al oído, Vivian se puso nerviosa pero terminó aceptando, así que Cira entró al centro del círculo
–¿Me dices cuándo o...?
Candy se vió interrumpida cuando Cira la tomó de la nuca y la atrajo en un beso, la mano de Cira dejo la nuca de mi vieja bully en cuando ella dejó de resistirse y comenzó a acariciarle la espalda, con la otra mano Cira le acariciaba la pierna a Candy e incluso el trasero
–¿Cuánto llevan?– Me susurró Vivian sorprendida de lo que estaba viendo
–Creo que medio minuto...
Se separaron solo cuando les faltaba el aire, las dos se veían muy risueñas
–¿Es tu primer beso con otra chica?
Candy negó –No eres la primera con la que experimento esto jeje– Se limpio un poco los labios –Tenía tiempo que no me besaban así
En la siguiente ronda quisimos participar todas, así que la perdedora sería levantada por las otras cinco
–Ok, tengo el número– Dijo Candy
Elegí el 21, Cira el 25, Aurora el 4, Vivian el 75 y Katie el 150
–Me temo que Aurora perderá un par de bragas– Rió Candy –Estaba pensando en el 140
Menos mal el segundo lugar no tenía que sufrir, o a mi también me habrían arrancado las bragas. Aurora se puso en el centro y nosotras la rodeamos, sujetando los extremos de sus bragas blancas. Contamos de 1 a 3 y la levantamos, Candy y Vivian estaban en la zona de atrás así que por ahí se sintió más el calzón chino, pero de la parte frontal que es donde yo tiraba si se veía mal, las bragas se le metieron tanto que se le marcaba la entrepierna en la pijama
–¡Está bien! ¡Fue suficiente!– Gritó pataleando
Pensamos en bajarla pero sus bragas cedieron primero, se desgarraron haciendo que Aurora caiga de cara en el suelo y sus bragas queden colgadas en nuestras manos
Dejamos caer la tela en su cabeza
–Cielos, no creí que se irían a romper
Candy se rió pero se puso de rodillas en el suelo para acariciarle la espalda –Es curioso lo rápido que se te rompen las bragas cuando te levanta un grupo
–Lo sé– Dijimos Vivian y yo al mismo tiempo
–¿Estás bien? Traje mi crema para el calzón chino– Continuó
Aurora levantó la mirada, aún tenía las manos en la entrepierna –¿Tienes una crema para el calzón chino?
Asintió –¿Te imaginas cómo tendría el trasero sin mi crema? Mi piel estaría fatal
–¿Y porqué no vas sin bragas?
Vivian sintió un escalofrío –Así le das la oportunidad a Susy de usar su creatividad y créeme, no quieres que la use
–Es cierto.. Es mejor que solo te arranque las bragas y se vaya riendo a que te meta cosas por atrás o te dejé las nalgas como tomates
Candy y Vivian se dieron una mirada de comprensión y juntas ayudaron a Aurora, acompañadas por Cira fueron al baño a ponerle la crema
–Pobrecillas..– Murmuró Katie –Tengo la sospecha de que con nosotras se miden un poco porque somos menores
Asentí –Creo que si.. Espero que así sigan
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A la mañana siguiente nos levantamos un poco tarde, quién habría dicho que nos quedaríamos platicando hasta la madrugada sobre nuestras vidas. Me cuesta admitirlo pero creo que después de esa pijamada ya me puedo considerar una amiga de Candy, solo espero que eso no me traiga problemas con Susy
Hablando de ella, fue Candy quien me despertó
–El desayuno está listo
Me removí entre las sábanas sin responder, entonces ella le dio un muy suave tirón a mis bragas
Se rió por mi reacción –Sabía que con eso despertarás, ven antes de que se acabe el tocino
Me acomodé las bragas y me levanté para ir al baño, al bajar mi tía Sia me dio un plato con tres Hot Cakes con tocino a un lado y un vaso de jugo de naranja. Debo mencionar que ella aún estaba usando la ropa que tanto avergonzó a Cira en el momento que llegué
–¿Tienes frío?– Bromeé al ver sus pezones a través de la blusa
Mi tía miró hacia abajo y se sonrojó, no tenía idea de que llevaba así toda la mañana
–¿Qué les parece si sirven el resto de los platos mientras yo me voy a cambiar?– Le preguntó a sus hijas
Cira sonrió nerviosa –Me parece perfecto...
Mi tía se fue y Aurora se disculpó
–No te preocupes, está en su casa– Dijo Katie
Aurora resopló –Lo sabemos, pero ella siempre nos exige estar presentables cuando hay visitas...
–Si, no se me olvida cuando me regañó por estar sudada y llena de tierra delante del jefe de mi papá... ¿Cómo iba a saber que el hombre estaba aquí? Si me hubieran avisado me habría tardado más en venir
–¿Te acuerdas de la vez que escapamos de nuestra habitación cuando el señor y su mujer vinieron a cenar?
Cira se rió pero se veía un poco irritada igualmente –¿Cómo espera que dos niñas se queden en silencio si no les deja ningún juguete?
Cuando sintieron nuestras miradas curiosas nos contaron la historia, ellas tenían 6 años y mi tía Sia estaba por meterlas a bañar cuando mi tío regresó del trabajo acompañado de su jefe y la esposa del mismo
–No fue de improviso, esa cena ya la habían planeado pero mamá perdió la noción del tiempo y para cuando nos metió a la bañera ella ni siquiera estaba arreglada– Contó Aurora
Su hermana se cruzó de brazos –Su mejor idea fue bañarse en ese instante y ponerse el primer vestido que encontró en el armario. A nosotras nos dejó en nuestra habitación sin antes vestirnos e iba a excusarnos diciendo que estábamos dormidas... Nos aburrimos y sin pensarlo dos veces corrimos a buscar algo de nuestro baúl de juguetes que solía estar aquí abajo
Conforme la historia avanzaba nosotras reíamos, ya me imagino la sorpresa de sus invitados al ver a las dos niñas que definitivamente no estaban dormidas
–No fue el castigo más severo que nos dió mamá, después de todo éramos pequeñas todavía y fue su culpa.. Pero si nos dejó el trasero lleno de color...
Aurora asintió –Sus castigos se hacen peores conforme crecemos, aún esperamos el día que se de cuenta de que estamos muy grandes para las nalgadas
–Díganmelo a mi..– Murmuré
Cira se levantó de la silla con el puño en el aire –¡Ya sé!
–¿Qué sabes?
Miró a su hermana –Ella hizo exactamente lo mismo que nosotras, es más, esto es peor. Ella no es una niña pequeña buscando sus juguetes, es una señora adulta despistada
Aurora sonrió con la idea, era extraño verla planear una travesura así
–Lo justo es que tenga un castigo
Entonces las dos gemelas nos miraron –¿Se unen?
Yo fui la primera en ponerse de pie –Cuenten conmigo, mamá también me ha castigado por cosas que después la descubro haciendo
–Yo me uno, pero espero que su madre no me odie– Dijo Candy
Cira rió –Lo dudo
Katie terminó su jugo y se levantó –Yo espero que no me acuse con mamá después de esto, porque también estoy dentro
Vivian fue la última, pero igual se unió
–Si me delata con mamá estoy segura de que estará orgullosa de mi, su madre ya le ha hecho demasiadas bromas
Las seis juntamos las palmas en el centro y dimos un grito de batalla. Subimos las escaleras sin un plan complicado más que el de estirar cualquier ropa interior que veamos y palmear cada nalga a la vista, después de todo éramos seis contra una
Mi tía se sobresaltó cuando entramos a su recamara, se había puesto un short pero ya no tenía la blusa sin mangas y se encontraba eligiendo una blusa para usar
–¿Qué están haciendo?..– Preguntó con la cara roja
Cira se rió –Es hora de tu castigo
Sus hijas saltaron hacia ella, forcejearon y la tiraron en la cama, Katie y yo nos subimos sobre su espalda mientras Candy y Vivian le bajaban el short, seis pares de manos se cerraron en aquellos cacheteros negros, los cuales de por sí ya le daban a mi tía un calzón chino natural, aquellas manos tiraron hacia arriba sin piedad. Tía Sia torció los ojos y gritó
–Dije que lo sentía...– Logró decir por lo bajo –Por favor hijas.. Paren esto
Aurora se aventuró a darle una nalgada –Nos has castigado muchas veces por no vestir de forma apropiada delante de tus visitas ¿No crees que tú deberías vestir bien delante de las nuestras?
Ella chilló por otro tirón –Ti-Tienen razón, lo que hice estuvo mal... Lo siento solo deténganse
–Esas mismas disculpas te hemos dado y tú no paras hasta dejarnos el trasero como tomate, así que aguanta tu castigo
En cuanto los cacheteros no pudieron más, fue turno de darle color a las mejillas traseras de mi tía, Katie y yo le sujetamos las manos y Candy los pies junto con Vivian
Se retorció –Le voy a decir a sus madres...
–Las cuales seguro estarán orgullosas– Le dijo Katie –¿O ya olvidaste que apenas hace dos días ella colgó de sus bragas durante dos horas por tu culpa?
Mi tía tuvo varias fases durante su castigo, paso de amenazar a suplicar, luego a amenazar más fuerte pero mientras lloraba, para el final solo enterró la cara en la cama y se limitó a quejarse con cada nalgada
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