6:47am

Sigo sin entender de donde sale tanto valor estos días...

Tantas agallas e incompetencia a la vez.

No dormí más que un par de horas envueltas entre pesadillas sucias y espeluznantes...

Entre sombras y fantasmas de tantos rostros muertos que recuerdo.

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8:06am

Pero mi atrevimiento hoy cruzó toda especulación interna...no sé cómo lo hice, ¡Joder! No sé cómo hice esto...

Y tengo miedo de recibir un castigo.

El pavor sigue creciendo, más si tengo que bajar a desayunar y...¿Qué hacer y decir?

Debo desahogarlo ya...

A las 7:20 de la mañana aproximadamente, bajé y todo estaba sereno. Aseguraba no había nadie trabajado.

No hubo musica, ni ruidos...¿Será porque hablamos ahora de sótano?

No lo sé pero...quería hacer algo, necesitaba hacerlo. Siendo que, no sabia qué podía hacer una cualquiera como yo.

Pero estaba siguiendo mis corazonadas... Mi arrepentimiento.

Bajé al sótano con lentitud, dejando que los rechinidos no se intensificarán o delataran mis intenciones.

Una vez llegué a la puerta, abrí con cautela esta y encendí la bombilla pequeña que dejaba mostrar un sitio ciertamente grande, pero macabro a la vez.

El escalofrío recorrió mi cuerpo al ver tanta herramienta pegada en la pared.

La mitad ni si quiera las había visto en películas.

Gemidos castos y gélidos... Unos murmullos ahogados me llevaron a quedarme quieta...moviendo solamente los ojos al rededor de la habitación...

Decidí regresar rápidamente a cerrar la puerta y apagar la luz, pues una pequeña linterna me podía ayudar.

No quería que supieran que estaba aquí.

Hasta que al fondo, cerca a unos anaqueles y estantes, encontré cobalto.

—So-sonic... —murmuré temerosa mientras me agaché y gatee hacia su cuerpo...

Era él, por supuesto que era él...

Pero ya no era por completo él, porque su vida se había vuelto un infierno.

Al oír mi voz se alarmó todavía más. Su cara cubierta con una bolsa y amordazado y sujeto de pies y manos a la espalda...

Me di cuenta tarde que lloré de miedo por verlo así, con pánico y cual oruga moviéndose con desesperación.

Con trémula, retiré la bolsa para ver su rostro sumamente pálido y sucio. Sus ojos llorosos e hinchados... su pánico eterno por lo que  había vivido seguramente...esos pómulos irritados por la fuerza de la mandíbula y ese trozo de tela áspero...

En sus iris estaba impregnada la muerte de su hermano.

—Tra-tranquilo...tra-nquilo... —Volví a murmurar con la voz quebrada; estaba eufórico, y quería que lo ayudara.

¿Pero cómo hacerlo?

En ese lapso de tiempo, mientras ambos sufrimos en silencio, supe que no había manera de ayudarle.

¿Debía de liberarlo? ¿Para que corriera con las autoridades y detuvieran a mis erizos? No iba dejar que pasara eso.

Otra vez sería mi culpa.

Acariciando sus púas dejó de hacer ruido al ver que no hacia nada por él...

—¿Qué podré hacer por ti...? —murmuré con la vista perdida en la oscuridad del sitio.

Y la piedra de la comprensión cayó sobre mi nuca.

No estaba muerto, porque Shadow no le iba a arrebatar la vida...

Porque le pedí que no hiciera eso a uno de los nuestros.

Pero entonces, ¿Qué había de hacer sino eliminarlo? Por eso anda desesperado. Porque no desea lastimarme en mis peticiones...fallarme.

Jamás había mostrado tanta vulnerabilidad en un caso como estos porque ahora yo estaba interviniendo.

Y fue en ese instante en el que pensé: ¿Y si...yo lo mato y acabo con su sufrimiento?

Shadow no habría de sufrir y complicarse más, todo quedará bajos mis manos y mi conciencia que...ya está súbitamente manchada...Pensé tanto que me perdí por completo en la circunstancia que tenía sobre mí.

Unas voces me alertaron, se acercaban cada vez más...una conversación se dirigía a mi posición y con la respiración a tope le supliqué a Sonic que dejara de hacer ruido y que...haría algo por él, se lo prometí entre mis lágrimas desahuciadas.

Le puse a las prisas la bolsa y detrás de los estantes sujeté la linterna y me encapsulé lo más que pude...la puerta se abrió y Shadow bajó primero. Seguido de las suelas de Scourge.

Si tan sólo hubiera sido posible arrancarme las orejas ahí...si hubiera perdido la audición...rogué no prestar atención a lo que sea que iban a hacer...

Y sí lo hice, porque mio Dios quería abrirme los ojos a ser que realmente amo y que, en teoría, me protege.

—Lo más seguro es que mueras de hambre, no pretendo alimentarte, y mi querida no hará eso...ni pienso pedírselo.

Miré la pared intentando no desmayarme por la compresión y falta de aire en tan diminuto sitio en el que me había metido...

No quería ver si le harían algo...sus quejidos desesperados ya me eran suficientes...

Y mis sollozos tambien eran demasiado...necesitaba controlarme.

—¿Y donde está ella? —Oir aquello me comprimió el pecho.

Scourge no tenía que comentar eso...

—Debe seguir dormida en su cuarto. Ve a ver si va a desayunar algo.

Maldije internamente tantas veces...hasta que volvió la trémula y la incesante aprensión sobre mi estómago.

Iba a vomitar ahí por las arcadas repentinas.

—Debes entender que ya no saldrás de aquí. Y que lo más seguro es que vayas a dar con tu hermano albino... —Si vomitaba iba a delatarme, terminaría mal...

Tenía el terrible presentimiento de que acabaría como Silver.

—Compasivamente...lo siento. Hubiéramos hecho las cosas mejores pero...mi compañero se puso nervioso —hubo una pausa mientras los quejigos de Sonic aumentaban—. Es su culpa realmente. Y es por eso, que ahora yo me encargaré de todo.

—¡Shadow! ¡ella no está en su cuarto!

Intenté levantarme, los ruidos incrementaron. Volví a ver a Sonic y no dejaba de moverse sobre el polvo porque sí, Shadow no le había descubierto el rostro.

Mi erizo azabache dejó su posición de cuclillas y miró hacia arriba, en las escaleras. Y con el rostro endurecido, subió rápidamente y como si me hubieran halado, salí al instante, evadiendo a Sonic y tirando la linterna en medio de mi escapatoria subí las escaleras rápidamente hasta que derrapé en el pasillo; tropecé en el escalón con la rodilla y rozando mis cuerpo en el tapete terminé estrellándome con la pared del pasillo.

—Amy, ¿Qué haces ahí? —La voz grave e inexpresiva me paralizó en el suelo...no pude decir nada y mucho menos pude moverme para irme...

No para ese punto inoportuno de éxtasis y conmoción que...me iba a matar...

—Lo-lo sien-siento... —musité entre el llanto que no dejaba de fluir—, no me...no ha-hagas nada...

Brinque cuando sus manos me tomaron y me levantaron. Jadee ante el ardor de mi rodilla y es que fue, por la cortada que me hice con el filo del escalón.

No me quejé ni emití juicio. Estaba ida. Sólo, con calma y lentitud, subimos a mi cuarto con su ayuda.

Mi paz volvió al sentir su relajación... No estaba alterado ni enojado...estaba en paz.

Me dejó en la cama y Scourge ya estaba en el marco, esperando.

—Entra y aguarda, iré por el botiquín.

Sigo viendo la herida y dudo que se me infecte...

Tengo más infectada el alma, corroída por la humanidad y su virus de desprecio.

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11:41am

—No quiero almorzar carne... No de esa —dije al ver que traía una charola para mí.

No quiero ser malagradecida, y tampoco quiero que crea que lo desprecio, pero...

Estaba tan tranquila que podía sacar lo que sentía... Sigue siendo incomodo para mí.

—Ya me habías dicho que no te cayó bien para el estómago —¿Le dije eso...? ¿Cuando?—, no hay problema, es sólo cereal el que te traigo.

Para cuando dejó la charola en el buró, se concentra en mi rodilla.

Recostada en la cama se posa sobre la orilla y sube mi pie en sus muslos, abriendo el botiquín y usando el algodón.

No podía dejar de pensar en lo que hice...en que se dio cuenta...en lo que me debía de hacer/decir...¿Qué pasaría?

¿Qué?

¿Qué?

—No tiene caso que te diga que...no debiste bajar al sótano, ¿Verdad?

—Sí bajé, y sólo... —aguardé tomando aire e impulsando mis palabras con agallas—, quiero que no le pase nada.

—¿Por qué? —inquirió con prisa y enfado—, ¿Qué tiene él para que le coloques esa atención?

—¡Es uno de los nuestros! —grité mirando su rostro frío, despreocupado.

No lo entendía, y tampoco buscaba comprenderlo aunque sea un poco, sólo porque...era yo. Por más que sus ojos gritaran un "¿¡Por qué!?" que lograra ingresar en sus creencias y forma de pensar... No llegaba respuesta.

Y no llegaría para alguien como él.

—¿Por qué no lo Matas ya? —dije y no recibí contestación.

Chillé un poco ante el ardor del alcohol en la herida. Miré su mano como presionaba y frotaba ese algodón con ira sobre la pequeña cortada aparentemente indefensa...

Ahora estaba enardecido por mi atrevimiento.

—No pienso matarlo yo —Expulsó al fin. Puso una cura y terminó—. Si te sientes apiadada de él, acaba con su martirio.

Se puso de pie, a punto de salir, y ese vomito verbal iba a contraatacar sin miedo alguno.

Por fin lo iba a hacer.

—Pensé que ningún zoomorfo debía de sufrir aquí, en la tierra —Por el rabillo izquierdo noté que se quedó ahí, oyéndome—. ¿Él debe de sufrir en manos equivocadas y semejantes?

Ahora lo había dejado más pensativo. Pero sin volver, salió y cerró la puerta.

Quizá, ahora que he término el cereal yo pueda...alimentarlo.

¿Romper la amenaza que le hizo?
¿Qué me puede pasar si continuo con esta rebeldía sobre él?

¿Acaso me...matará?

Algo dentro de mio...le parece una idea relajante.

Hola a todos ^^ espero les agraden los capítulos y esta la historia de manera general, he notado ha tenido un apoyo lindo.
Lamento la tardanza y debo decirles que, antier como lo avisé en otro libro, sufrí de un accidente en mi mano (uno de muchos, que soy descuidada con mis manos (?) ) tengo cinco puntadas en la palma y apenas hago movimiento y los puntos se me joden xD en fin, escribir con una mano no es fácil. Pero en cuanto vaya sanando y mejorando seguiré con las actualizaciones, no lo duden ;)

Leed, votad y comentad que os va pareciendo, nos leemos pronto ^^/