4-marzo-20XX
5:21am
No puedo creer que...que yo...
No pude escribir porque no sabía cómo hacerlo.
Había dejado de desahogar mi alma porque aprendí a usar mi cuerpo...
Más que con mover un simple bolígrafo...
Me queda resumir lo pasado...lo más detalladamente posible...
Porque en mi cabeza esta etapa de transición espiritual no se olvida.
Para la mañana del martes, antes del alba, la camioneta había llegado.
No llegaron solos, ese no hubiera sido el chiste de aquella casería.
Pero...los gritos eran irritantes...
¿Por qué no les golpearon la cabeza para dejarlos inconscientes?
Lo sé... Lo puedo ver ya a través de sus ojos de Shadow que...eso es quitar éxtasis.
Ahorrar sufrimiento a esos cabrones cuando merecen lo triple.
Por eso cuando entraron, típicamente amordazados, rodaron escaleras abajo al sótano ambos "padres".
Y cuando salí, observando por el comedor hacia el pasillo, vi a ambos gemelos de pie con Scourge en sus espaldas.
No dejaba de susurrar a sus oídos varias cosas...nunca pararon de llorar.
Sollozos limpios, sin ruido, solo...ojos irritados y rostros fruncidos.
Desatados cuales almas libres pero aprisionadas...
¿Qué podía pasarle a dos infantes que no rebasaban los 10, malcriados?
—Amelia, despierta a Cream, por favor. —Estaba sereno, elocuente...
No tenía alguna sed en sus ojos...
Y yo obedecí porque me enamoré, una vez más, de esa postura suya, única de mi azabache.
Empujando levemente por sus hombros, ella emitió quejas abriendo sus pesados párpados.
Se habían pegado por quedarse dormida llorando, y tras limpiarlos y pedirle que bajaríamos al comedor, talló sus ojos bien dándose cuenta que nada era un sueño.
Nada en esta casa es un sueño.
Todo se puede convertir en realidad.
—¿Estos son los niños que te lastimaron? —El veteado se agachó a su altura preguntando aquello, tocando sus orejas que se erguían levemente hacia atrás.
—S-sí, son...¿Cómo los trajo aquí, se-señor Shadow?
No pude evitar sentir nervios como la primera vez.
Aquellas agonías internas matándose entre sí por saber qué estaba pasando.
Ella era mi inocencia juvenil...de hace poco más de ocho años...
—No importa, ¿Sabes lo que se le hace a niños humanos tan poco respetuosos?
No, esas...esas facetas otra vez...
Oírlo despertar poco a poco en deseo...
Jamás me había provocado placer en vez de angustia.
Estaba enojada todavía por lo que le habían hecho, y no existió piedad ni empatia esta vez.
Se iba a manchar...al fin...
No iba a ser ya más la única.
—¿Qué...? ¿Castigarlos? —Peor que eso, sin duda.
Estando aquí, en el mismo infierno que el mio.
—¿Cuál es el peor castigo que se te ocurre? —Su mirada sobre la de ella era insistencia pura—, vamos, piensalo muy bien...no dejes que nada censure tus ideas.
Shadow quería un desborde mental.
Deseaba que la joven mente junto a nosotros diera un ejemplo satisfactorio para él.
Los niños no dejaban de llorar a pesar de que notaba cómo Scourge los sangoloteaba por un hombro con facilidad.
Los mantenía lo más sumisos posibles...
Mientras lo ahogado de miedo salia de las bocas de los padres, abajo de nosotros.
—...¿Violarlos...?
—¿Por qué no te oigo segura?
—Porq-que n-no...no...
Solté un sollozo. Tapando mi boca porque ya no podía.
Eran demasiadas las emociones que llegaban cual aguacero.
Era imposible controlar mi destrozo de recuerdos que...
Nunca me iba a dejar tranquila.
Nunca iba a soportar volver a revivir en bucle tan pútridas decisiones...
—Amarrarlos y amordazarlos para bajarlos. —Ordenó Shadow apartando a Cream más atrás. Scourge y él eran expertos en ello.
Me moví hasta su lado tomándola por los hombros, ella se aferró a mi torso.
Sus diminutas lágrimas no cesaron, era igual de silenciosa.
Y él era un cabrón en esa faceta...
Shadow sabía qué pensaba y cómo me sentía...
...que, antes de ayudar al verdoso, me dijo en mi oído:
—Es idéntica a ti.
—No es cierto... —refuté, pegando a la niña más a mi estomago.
La diversión de pensarlo no le quitó la sonrisa ladina.
—Claro que si, Rose...ingenuas.
Y sin dejar de mimarla, mis músculos se tensaban por ver el vendaje de su cola.
Por oír su burla y provocación...
Siguieron en lo suyo. Mi respiración aumentó tras eso que giró y giró por mi cabeza...
Tenía que pasar alguna vez...
Y oírlos, tan naturales como siempre...me inspiró.
Y mucho.
—Dejamelo a mí, puedo jugar con los pequeñitos.
—No me pienso ensuciar con eso y...¿Qué tal y vendemos uno?
—¿De verdad, Shad? ¿Tienes la cuenta en la red profunda?
—Tengo más qué una cuenta, Scourge. Po- —interrumpí, como la descortés que soy.
Pero lo hice sin darme cuenta de la gravedad del asunto.
Apenas y habían terminado con uno el otro no dejaba de moverse por más inútil que era intentar safarse de la manos de mi amigo verde.
Pero la desesperación seguía subiendo con cada movimiento que en el veía...
Quité a Cream de mí con lentitud y cerrando mi puño terminé por golpear en toda su pequeña cara.
Ya no eran gemelos, no con ese tremendo golpe en el ojo.
—Ey, te me adelantas. —Socarrón y admirado intentó detenerme el peliverde, pero...
No lo hice.
Arrebaté el agarre y tomando al niño con ambas manos sobre su playera lo azoté unas veces contra la pared.
No puedo redactar cuantas fueron.
Me perdí con la quinta vez al tomar su cabeza y estamparla.
—¡Son unos monstruos!
...¿Cómo dije eso? No lo recuerdo.
Hay muchas cosas que todavía no entiendo de mí.
Con la adrenalina al tope me quité viendo caer su cuerpo por toda la pared, dejando el camino rasgado de sangre por las heridas en la nuca y que, manchó la pared.
—Bien...uno menos. —No tuvo mejor resignación Scourge.
Empecé a temblar...¿Otra equivocación?
¿Había arruinado sus planes otra vez?
Tuve pánico a pesar de que...me sentía bien.
—Hiciste que me tragara mis palabras, muy bien. —Una de sus manos rodeó mi cuello por enfrente y me besó, sin siquiera preocuparse por los llantos más fuertes del gemelo viendo a su hermano muerto.
...¿Yo lo...maté?
¿Maté a alguien con mis manos...?
—N-no...no...no me controlé. Lo sien...
—No, no lo sientas. ¿Por qué has de sentirlo si yo no lo siento? —Mimó mis mechones, desacomodándolo—. Solamente limpia la pared, aquí cada quien limpia su desorden, ¿Lo recuerdas?
¿Cómo puede amarme alguien que tiene sucia la consciencia y que duerme tranquilo con ello?
Solo sé que yo, me sentí bien después de mucho.
Pero así soy yo, de bipolar y versátil.
Quizá en la tarde de hoy vuelva a sentirme mal...
Si tengo que hacer esto para ser feliz...quizá lo haga más seguido, ¿No?
¿O quizá no?
Ya no quiero estar triste.
Ya no quiero.
Ya no quiero.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top