16-Enero-20XX
1:32pm
Tarde cálida en un sábado que podría ser cualquiera...pero no es cualquier sábado.
Ayer por la noche no tuve los ánimos ni la fuerza de narrar mi sentir...que ni siquiera todavía me queda claro que fue lo que hice mal o lo que pasó.
Quisiera poder no tener este nerviosismo y miedo ante lo que viene... Y eso que yo no soy la víctima realmente... ¿por qué?
—¿¡Quién te hizo eso!? —Respiraba con dificultad; sentada en la cama miraba la cobija y evitaba no llorar...no quería que me viera así... él pensaría que las cosas estaban peor—, ¿¡Por qué nunca me dices nada!?
—¡Por qué no es necesario! —tuve el valor de gritar aquello. Me estaba quebrando poco a poco—. Ni si quiera puedo identificarlos...no sé quienes son porque no les presto atención...
—¿Sabes cuanto tiempo llevamos aquí? —Una vez más llegaron los reproches, lo mismo de siempre...la rutina esperada por mi alma—, ¡Respóndeme! ¿¡Lo sabes!?
—Ocho años...
—¡Y esos ocho años me encuentro con la misma mierda humana que te apunta con el dedo y no duda en lastimarte! ¡Más a ti que a mí!
No podía reprochar nada, no porque no quisiera, sino porque no podía. Mi interior gritaba y fue tan inevitable soportar las lágrimas...él creía que había algo más profundo dentro de todos esos hematomas rojizos sobre mi pelaje.
Se subió a la cama, limpió mis mejillas, yo daba respiros muy profundos quitando también mis estúpidas lágrimas cuando, con suma delicadeza, encontró el resto de moretones en mi espalda. Ya no debía evitarlo, al contrario, dejé que sus manos me examinaran por completo mientras sabia que sus ojos enardecían y por dentro estrangulaba a quien fuera necesario.
—La siguiente semana... —balbuceó cerca de mi oído—, voy a acompañarte al colegio, sabes bien de qué manera, y me dirás quienes son exactamente, ¿de acuerdo?
«no lo haré », era fácil responderle aquello pero evidentemente, no lo hice y por ello lo escribo ahora.
—Sí... —sollozé, tenía que hacerlo. Lo abracé queriendo que jamás se separara de mí.
Seguramente lloré en sus brazos hasta quedar dormida porque no recuerdo nada más. En ese instante comencé a sentirme bien pero...ahora sé perfectamente que conforme yo mejoraba él empeoraba. Nuestro mayor error es amarnos tanto, porque si no fuera de esa manera, entonces, tanta sangre no me caería encima, sobre mis hombros.
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10:56pm
Al fin me asignó una tarea por la tarde luego de almorzar.
Sus prendas y sobre todo, sus guantes y muñequeras de uso diario tenían que ser lavadas, y más por esa sangre. Es muy dificil desmanchar la sangre seca y no se diga de las telas blancas, ¡pfu! Abrumador.
En cuanto terminé de lavar lo suyo me dio una bolsa negra, la de esa noche era, lo supuse.
—No te tomes tanto tiempo en desmanchar esto, es algo rápido simplemente, un enjuague —Fueron sus instrucciones simples.
Extendí todo en la pileta y era una sola pieza: un vestido color magenta, algo sucio y con una enorme rasgadura en la zona de los senos y el vientre; esas extrañas manchas cafés debían ser sangre.
Hice caso omiso y sólo lo enjuagué, pero, ¿De dónde o de quién era esa prenda? Para la cena si que no pude aguantar mi curiosidad.
—Shadow, ese vestido, ¿Para qué lo irás a utilizar?
—Sirve bien para la venta en la web.
—¿En serio? —Me sentía sumamente curiosa pero no dejaba de pelearme con el trozo de carne en mi plato, estaba muy rico.
—La cantidad de fetichistas que pelearían por un vestido de una víctima es grande, y más si tiene su sangre.
—¿Pero entonces por qué lo he lavado? La sangre se cayó un poco.
—No importa, el hedor era fuerte y repulsivo...ellos sólo quieren excitarse y eso basta —Él sabe más de esas movidas que yo.
El tiempo se pasó rápido pero fue un sábado relativamente tranquilo. Me tiene nerviosa la siguiente semana.
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