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-Minako!- grito la azabache mayor mientras bajaba con un bento en sus manos, mirando con una sonrisa cariñosa a su hija -Ya estás lista? El barco sale en una hora!- 

-Si señora, Ayame se encuentra mejor?- pregunto mientras levantaba la vista de la bolsa de tela que llevaban sus cosas, ambas féminas dirigieron su mirada hacia la puerta de la habitacion de la ates mencionada

-Ella dice que si... Deberías despedirte de ella, no te olvides que volverás en un mes, ella probablemente te extrañara- 

La azabache solo asintió y se dirigió a la habitación de su hermana, la cual estaba doblando papeles de colores en forma de garzas, llevaba asi desde que se enfermo hace dos meses

-Ah? Mina! No tienes que ir si no quieres, el capitán puede entenderlo...-

-No te preocupes, quiero ir. Además es un viaje a Tokio, no? Te traeré recuerdos, tu solo espérame e intenta mejorarte pronto...- dijo mientras subia la manta que cubria a la mayor hasta sus hombros 

-No te merezco... Ah el pequeño Ichikawa quiere verte antes de que te vayas- dijo mientras suspiraba

La azabache asintió y se dirigió hasta la puerta para retirarse, no sin antes despedirse de su hermana.

Recogió sus cosas en esa pequeña bolsa de tela y se dirigió al puerto, era bastante temprano y hacia frío, por lo que iba con un abrigo que su madre le encargó, después de pasar la iglesia dirigio su mirada hacia la escuela en la cual su madre trabajaba. A medio camino sintió un jalón en la manga de su abrigo, así se dio la vuelta y dirigió su mirada hacia dos orbes ámbar levemente molestos y levemente agitados

-Porque no me esperaste? Acabo de venir hasta acá corriendo!- dijo mientras hacia un puchero

-Si te espere, pero te demoraste mucho, enano- dijo mientras alborotaba el cabello del menor

-No soy enano! Que tu tengas 15 y yo 12 no significa nada!- chillo mientras retiraba la mano de su cabeza -El sacerdote dice que seré más alto que tú, mamá también lo decía! Solo espera!-

-La señora Ichikawa aveces mentía, peque- soltó una risita ante el puchero del menor

Y ambos continuaron el camino, la azabache riéndose de todo lo que decía el azabache, y el azabache con el los brazos cruzados

-Oye Mina, vas a volver, verdad?-

-Que tipo de pregunta es esa?-

-Solo responde-

-Claro que si, Ayame necesita que la cuide y mamá necesita ayuda en la cocina... Y tu no te puedes quedar solo por más de cinco minutos- dijo mientras jalaba la mejilla del menor

-Ya déjame!- rápidamente retiro la mano de la azabache de su mejilla -Cuidate, si te encuentras a alguien malo, enviame una carta con un pajaro! Prometo salvarte!- dijo mientras colocaba sus manos en sus caderas y sonreía con aires de orgullo

-Soñar no cuesta nada-

-Oye!- dijo dándole un codazo

-Es broma! Es broma!- dijo riéndose

Cuando llegaron al puerto, la mayor se inclinó levemente y le dio un beso en la frente al menor -Cuidate! Y come tus verduras- dijo antes de montarse al barco y despedirse del aturdido azabache, que ahora tenía un leve sonrojo en sus mejillas

-Estos son mis recuerdos antes de morir, no?-

-...-

-Escribi está carta apurada... Los kanjis están levemente mal escritos... Pero creo que el lo entenderá...-

-...-

-No se si esto vaya a funcionar... Pero confío en ti-

-...-

La azabache suspiro mientras veía como el agua de mar se colaba a la habitación, hasta que llegaron a sus rodillas

-Ves esa ventana? Esta abierta, tu puedes pasar por ahí, yo no. Así que, sho sho!-

Rápidamente el cuervo se levantó del barril en el que estaba parado y se dirigió a la ventana que menciono la azabache, está se montó sobre un barril y trago saliva

-Lo siento Masa, Ayame, mamá... Supongo que no voy a volver...- suspiro antes de tomar su último aliento y que el agua le cubriera la cabeza

-Superior!... Espere... Un... Segundo!- dijo el peliverde mientras intentaba seguir el paso del azabache

-Claro que no! Llegaremos pronto, y ya te dije que me llames Masaru!- dijo el mayor mientras corría antes de detenerse frente al puerto abruptamente y sentir como el peliverde menor chocaba contra su espalda

-Lo siento Superior!- Jadeo mientras se levantaba del suelo -Ya donde vamos?-

-A una misión, recuerdas que me dijiste que querías que te entrenará? Bueno, hoy vas a tu primera misión!- dijo el sonriente azabache

En lugar de la sonrisa emocionada igual que la del azabache, este solo recibio un suspiro, en otra ocasion estaria feliz, pero acababa de entrenar y estaba cansado, gracias que ek azabache tuvo compasion y )le permitio ir a buscar sus cosas y bañarse... En cinco minutos, pero se lo permitió

El peliverde levantó su mirada para encontrarse con la gigantesca nave marina de madera frente a el

-Que es eso? Un barco? Eso existe?-

-Claro que si, ahora calla y mira la magia!- sonríe mientras contaba tres segundos bajo su aliento hasta que una tabla de madera cae para dejarlos subir -Siempre tan puntual señorita Ayame!-

-Masaru! Debías estar aquí hace cinco minutos!- dijo la pelinegra con los brazos cruzados

-Eh? Pero tú me dijiste que era a esta hora!- el azabache repitió la acción con un puchero

-Por educación se llega cinco minutos antes!-

El azabache suspiro y se dirigió a la tabla para subir en la tabla, rápidamente el peliverde lo sigue

-Quien es el por cierto?- dijo mientras señalaba a el peliverde

-Mmh? Ah es Shiro, un mocoso de 12 años con agallas y que tienr talento- dijo mientras palmeaba la cabeza del menor

-No le digas mocoso, solo le llevas tres años, no?-

-Igualmente, ahora es mi mini-discípulo!- dijo orgulloso mientras agarraba las mejillas del peliverde

Su conversación tuvo final cuando la tripulación del barco los llamo para salir de una vez al mar

-Limpia esto... Limpia aquello...- suspiro la azabache mientras pasaba un trapo húmedo por una mesa -Tres años estancada en este barco lleno de asnos estúpidos... Me preguntó cómo estará ese niño...- 

Después de su muerte, aquel barco extrañamente volvió a surgir del agua, todos los cuerpos de la tripulación muerta estaban escondidos, en su mayoría dentro de la habitación del capitán, el cuál era en quien confiaban ciegamente en aquella embarcación, exceptuando a Minako, la cual está la que se encargaba de limpiar el lugar y de vez en cuando ayudar a inundar otros barcos como los buenos Funayûreis que eran. Lo que más asqueaba a la pobre azabache era el constante olor a pescado, y que lamentablemente ella también cargaba por las escamas que sobresalían se su cuerpo sin que ella quisiera 

Llevaba ahí tres años, y ya había olvidado parte de su vida en el pequeño pueblo, solo recordaba algunas cosas, entre ellas, su hermana, su madre y el pequeño infante que siempre cuidaba, aunque ya no recordaba sus nombres, tampoco recordaba cuantos barcos habian hecho caer en lo profundo del mar

"-No soy enano! Que tu tengas 15 y yo 12 no significa nada! El sacerdote dice que seré más alto que tú, mamá también lo decía! Solo espera!-"

Ese era uno de los pocos recuerdos que tenía del infante misterioso 

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando otra embarcación choco levemente con la de ellos, en está estaban un sonriente azabache y un peliverde con una mano en la boca evitando vomitar

-Heeeeey!- grito el de cabello oscuro para lanzar la tabla con la que subió al barco con anterioridad y colarse al barco vecino -Ire al grano. Se que son espíritus y debería exorcisarlos a todos, peeeerop hoy estoy de buen humor así que hagamos un trato!- dijo mientras colocaba sus manos en sus caderas 

-No nos interesa ningún negocio con piratas de charco.- frunció el ceño el capitán del barco

-Pero me parece un buen trato! Miren, es muy sencillo, simplemente es algo parecido a una apuesta, jugaré con uno de sus tripulantes más ágiles- hizo una pausa para tomar aire y continuar-Si lo tocó tres veces, gano yo, si el o ella me toca una vez, usted ganará. El campeón matara a toda la tripulación del otro, que le parece?-

El capitán simplemente sonríe confiado y señala a Minako

-Tu! Sirenita, ven acá!- la azabache parpadeo un par de veces ante en apodo, suspiro y se paró al lado del capitán de su barco -Recuerdo que eres inteligente, deja que te toque una vez para ver su estilo de pelea y luego has un plan para derrltarlo, no es algo complicado, verdad?-

-Pero yo..- dijo antes de ser interrumpida por su capitán

-No quieres dos días a la semana libres?- los ojos de la azabache se abrieron como platos, esta era una oportunidad de oro para ella

-Me esforzarse lo más posible!- dijo decidida antes de pararse frente al azabache, que la miro con los ojos muy abiertos, antes de sonreir y dar una reverencia

-Disculpe, cuál es tu nombre?- dijo mientras colocaba una mano en su pecho

-... Minako.- dijo mientras se ponía en posición de pelea, algo innecesario 

-Ahh con razón te me hacías familiar...- dijo mientras se rascaba la nuca y recibia una mirada confundida de la contraria -Bueno, me llamo Masaru! Ichikawa Masaru! Mi alumno está viendo, así que tendré que lucirme

Y con la cuenta regresiva del mareado peliverde la competencia empezó, Minako corrió hacia el lado del azabache e intento tocar su brazo, este simplemente lo esquivo y deja que ella casi pierda el equilibrio, cuando ella lo recupera, levanta la mirada y frunce el ceño al no ver a nadie. Grande fue su sorpresa cuando una mano rodeo su cintura y una tomo sus muñecas

-Uno punto para mi!- dijo sonriendo antes de soltar a la confundida azabache 

Y así fue igual en la segunda ronda, y también en la tercera, en las tres fue inmovilizada por el de mayor estatura, en la tercera la pelinegra intento tocarlo por la espalda, pero el azabache fue mas rapido, y lo unico que toco fue el haori negro del azabache que se le cayo por el simple hecho de esquivar el golpe

-La toque tres veces y ella ninguna, ustedes perdieron! Jejeje!- dijo mientras tomaba agua de un vaso que le llevó Shiro

-Como si tú hubieras cumplido tu promesa si hubiéramos ganado... Preparen sus armas!- grito dirigido a su tripulación, para luego colocar su mano en el agujero dentro de su pecho, sacando una espada levemente oxidada

-Eh? Tramposos!- suspiro mientras sacaba una daga del interior de su chaleco

-Superior! Cuidado!- dijo el menor antes de ser levantado por el azabache mientras saltaba, esquivando un ataque de otro de los fantasmas

-Shiro, has tu magia!- 

El peliverde solo asintió y bajo la tela que cubría su boca, dejando salir de esta miesma una niebla espesa que cubrió todo el barco 

La azabache estaba perdida, no veía nada y solo escuchaba sonidos de metal chocando, se estremeció al sentir unas manos levantarla con cuidado del suelo, cargandola como si de una princesa se tratara. El dueño de las manos salto en diferentes puntos del barco hasta llegar a los más arriba de este

-Estas bien?- dijo el peliverde con voz suave para no asustarla

-Sueltame!- dijo la azabache mientras se sacudía, esto causo que casi cayera al vacío ya que el peliverde casi pierde el equilibrio

-Hey, calmate un poco- soltó una risa al ver que la fémina se aferró a su cuello para no caerse -El supe- digo, Masaru, dijo que te sacara de ahí, supongo que no te hará daño, asi que relájate-

La azabache solo suspiro y miró al suelo

Masaru

Ese nombre le causaba un sentimiento de nostalgia, a pesar de que ni quiera ella sabía el porque

-Que asco! Quedé lleno de sangre y pescado! De donde sacan sangre? No estaban muertos?- gruñe el azabache mientras miraba a sus prendas ahora sucias

-Le preparo un baño cuando lleguemos al hotel, superior?- dijo el peliverde mientras cargaba a la dormida pelinegra

-Te querría mucho si lo hicieras, sabes?-

El peliverde asintió y recostó a la fantasma en unos asientos en el barco que rentaron para ir a la misión en Tokio

Unas horas pasaron para que le azabache despertara, rápidamente miro a todos lados y observo una camisa de botones doblada a su lado, y otras prendas malolientes, tanto como a la tripulación de su barco...

-Ah? Despertaste!- dijo el azabache para sentarse al lado de la de menor estatura

-Que quieres, secuestrador loco?- frunció el ceño la pelinegra

-Solo quería decirte una cosa- sonrió burlón mientras colocaba su codo sobre su rodilla y recostaba su mejilla en su mano

-Ve al grano.-

-Tenia razón, soy mas alto que tú!- dijo mientras señalaba con su mano la diferencia de altura entre ellos, los ojos de la azabache de abrieron al recordar otra vez

"-No soy enano! Que tu tengas 15 y yo 12 no significa nada! El sacerdote dice que seré más alto que tú, mamá también lo decía! Solo espera!-"

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-Que tanto piensa dormir?- pregunto el azabache mientras tocaba la mejilla de la pelinegra, antes de suspirar al sentir un apretón en su muñeca

-Y yo que estaba teniendo un sueño agradable...- suspiro y se sobo los ojos.

-Que soñaste?-

-Trata de Jiro-

-Ya no me interesa..-

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