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-Ma! Mira! En la iglesia el viejito me regaló esto!- dijo el pequeño mientras levantaba un libro titulado "El desfile de los cien demonios"
-Ah? No deberías leer este tipo de cosas...- dijo la mujer de cabello negro mientras agarraba el libro y le echaba una ojeada, recibiendo un puchero de el menor
-Pero... Minako dijo que es educativo...-
-Minako es mayor que tú, apenas tienes 6 años, ella tiene 9. Esto lo leerás cuando seas mayorcito. Entendido?- guardo el libro sobre un estante más alto que el pequeño azabache y luego dirigirse a la cocina
El menor suspiro y dirigió su mirada hasta la ventana para ver que ya casi era de noche
-Masa esto... Masa aquello... Cuando sea mayor haré todo lo que yo quiera!-
Dijo el azabache antes de hacerse bolita en la silla en la que estaba sentada su madre antes
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-Masa, el arroz se va a quemar...- murmuró la menor mientras jalaba la ropa del azabache, sacándolo de sus pensamientos
-Oh lo siento, jeje!- dijo mientras se rascaba la nuca y apagaba el arroz -Necesito irme, ya vuelvo, termina tu la cena, si?- dijo mientras le daba unas palmaditas en la cabeza a la menor
-Pero... No vas a comer conmigo?-
-No te preocupes, volveré pronto... Creo...- suspiro y se despidió con una sonrisa -Antes de la media noche voy a estar aquí!-
En poco tiempo el azabache estaba caminando en dirección a la gran iglesia, saludando a algunas monjas y Yokais que se encontraba, cruzó un largo pasillo lleno de puertas y entro en una de estas, encontrandose con el sonriente peliverde acostado en un futón y la fantasma de cabello negro sentado al lado de este
-Hey! Masa!- dijo la azabache con el ceño levemente fruncido -Toca la puerta la próxima vez!-
-Ay pues que hacían?- dijo con una sonrisa burlona, recibiendo un gruñido de la azabache y una risita nerviosa del peliverde -Supongo que solo necesitas una presentación formal de ella, verdad Shiro?-
El azabache se sentó entre la pareja de amigos con su sonrisa. El de cabello verde suspiro
-Me alegro que tengas la educación de presentarme a la fantasma por la que casi me rompo un hueso. Supongo que la conoces...- suspiro mientras se cruzaba de brazos
-No me excluyan de la conversación!- dijo con el ceño fruncido
-Mmh se llama Luna-
-Y?- levantó una ceja el menor
-Y que?- el azabache movió su cabeza a un lado
-Solo me dirás su nombre, y su apellido?-
-Jeje detalles, detalles- dijo mientras movía su mano de manera despreocupada, para luego recibir un golpe en la cabeza de parte de la azabache -Oye!-
-Dije que no me ignores!- gruñó molesta
-Calmate Mina...- suspiro y se le dio unas palmaditas en el hombro a la mencionada para intentar calmarla
La conversación entre ellos continuo felizmente antes de que el sonido de alguien tocando la puerta
-Que educación... Pase!- dijo la azabache, dirigiendo la primera parte a el azabache, que soltó un 'jeje' mientras se rascaba la nuca
-En pocos segundos un chico de cabello cafe recogido en una coleta de caballo entro con una sonrisa a la habitación
-Shiro! Pobre cosita! Eres el menor de nosotros, no te arriesgues tanto la próxima, eres muy débil para pelear!- dijo mientras agarraba las mejillas del peliverde el cual solo coloco sus manos en las muñecas del otro para retirar sus manos de su rostro
-Que tu seas el mayor no significa que me debas tratar como a un bebé... Se cuidarme, solo fue un descuido...- suspiro
-Jiro...- gruñó el azabache con el ceño y los brazos cruzados
-Masaru...- la sonrisa del castaño se volvió obviamente forzada -No deberías estar con la jovencita Saori?-
El azabache soltó un gruñido al escuchar esto -No. Terminamos hace 6 meses. No deberías estar contando cuántas canas tienes o acaso ya perdiste la cuenta, viejo?-
La tensión entre los dos mayores del cuarto era notable, así que rápidamente Shiro suspiro y hablo con voz dramática
-Que dolor de cabeza tengo...- suspiro para luego recibir una mirada preocupada de el castaño el cual agarró sus mejillas y las jalo y apretó
-Pobrecita cosita... Te haré un remedio! Ya vuelvo!- dijo este antes de salir de la habitación casi corriendo
El azabache solo chasqueó la lengua y se levantó del suelo -Ya es tarde, tengo un compromiso. Adiós- dijo con el ceño fruncido y retirándose del lugar
Pasos pesados resonaban por la iglesia de parte de el azabache, unos Yokais iban a volver a saludarlo otra vez, pero se alejaron al ver su ceño fruncido —poco común de ver—
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-Lunaaaaaa!- dijo mientras abría la puerta y veía a Luna sentada hecha bolita en el suelo frente a una mesita, con varios Onigiris frente a ella y un libro en sus manos -Eh? Que es eso?- se inclinó hacia ella
-Es algo de un tal desfile de los cien demonios... Lo acabo de encontrar, sabes de que trata este libro?- dijo la menor mientras agarraba el libro y se lo mostraba al azabache
-Ah? No deberías leer esto- suspiro mientras agarraba el libro y lo ponía lejos del agarre de la menor
-Eh? Porque no?-
-No quiero hacerte leer sobre cosas feas, no creo que te guste leer sobre este tipo de cosas...- supiro y se sento a su lado -Te divertiste mientras no estaba? Veo que me esperaste...-
-Me iba a dormir, pero dirigí mi mirada hacia un estante y me encontré con el libro...- dijo mientras señalaba el libro en las manos del mayor
-Mmh? Desde que aprendiste a leer has visto muchos libros... Pero este no es para ti- suspiro mientras recostaba su mejilla en su mano
-... Tengo hambre...- dijo mientras agarraba dos Onigiris y se lo ofrecía a el azabache
Mientras conversaban comían calmados, disfrutando de su comida juntos
Mientras en la iglesia, Shiro y Minako dialogaban mientras a mala gana el peliverde se tomaba el remedio del castaño a mala gana
-Sigues queriendo estar aquí? Ya te ofrecí varias veces irte de este pueblo, el maldito sacerdote está loco- dijo con un suspiro el peliverde
-Ya te dije que no tengo a donde más ir, Masa está aquí y no lo pienso abandonar como si nada...- la azabache suspiro mientras fruncia leve el ceño
-Tu mejor que nadie sabes que el debio irse de este pueblo desde que su madre murió.- se cruzó de brazos el peliverde -Yo solo tengo lo que me dijeron los Yokais. Tu ya viste lo que el le hizo. Si lo traicionas y sigues aquí mueres.-
-... Lo pensaré...- suspiro cansada la azabache antes de levantarse y dirigirse a la puerta -Hasta mañana, Shiro, descansa- dijo como despedida para luego retirarse
Los pasos de la azabache se detuvieron tan pronto dios unos cuantos pasos fuera de la habitación, dándose un golpe contra alguien y casi caerse, antes de ser agarrada por la cintura y levantada
-Ups! Estás bien, Mina?- dijo el castaño moviendo su cabeza a un lado para luego soltarla
-Perfectamente, perdón por no verte...- suspiro y se alejo del lugar con un extraño pánico en su pecho
El castaño se despidió con su mano y una sonrisa brillante
-Con que la ranita sabe todo, eh? Que problema...- suspiro mientras se rascaba la nuca -Y eso que el era mi favorito...-
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