Slowly moving
Título: Slowly moving
Loba escritora: @ItsSoSoft
SLOWLY MOVING
Contenido +18, si es sensible a este, absténganse de leer.
Gabrielle estaba recostado contra la pared de aquel edificio que se veía desgastado, fumando un poco de su cigarrillo mientras miraba fijamente al hombre que se estaba desgarrando frente a sus ojos con un brillo inusual, aquel que solo salía cuando dejaba salir sus instintos y perversiones más oscuras.
El cigarrillo se sentía cada vez más reconfortante en su cuerpo, con cada calada se sentía cada vez mejor y ver la escena preciosa frente a él, lo hacía sentir el doble. Sentía una excitación tan profunda al ver a aquel tipo bañado en sangre que tuvo que aguantarse el jadeo que trepaba por su garganta mientras un estremecimiento de placer subía por su espalda.
— Te ves tan excitante— susurró Gabrielle arrodillándose frente al moribundo, mordiendo su labio y luego, volvió a poner el cigarrillo en sus labios para luego calar nuevamente y expulsar el humo en el rostro de la persona frente a él— Me voy, es hora de que trasciendas.
Gabrielle tomó al tipo y lo estranguló con un simple movimiento de manos, se puso en pie y admiro un poco más el cadáver, sintiendo algo cosquilleante en su entrepiernas. Gabrielle sonrió y luego decidió irse.
Se quitó los guantes de látex que había utilizado y los quemó con el encendedor que siempre cargaba en sus bolsillos. Y por fin se pudo ir.
Se acercó a un teléfono público cuando estuvo en uno zona llena de gente con una expresión de miedo que tanto ha practicado desde que es un niño y lloró desesperadamente, haciendo que las personas lo mirarán asustadas, angustiadas o desagradadas. Llamó al 911 y contó que vio a un hombre tirado en un callejón pero que no vio más y que le pareció muy sospechoso.
Era la actuación de siempre, aunque no siempre actuaba pero a veces le gustaba confundir las investigaciones.
Cuando la policía llegó, este los guío y cuando le dijeron que se podía retirar, este lo hizo. Fingiendo estar preocupado por la delincuencia de la ciudad cuando él era un gran aportante a esto.
Natalia era un chica que estaba amarrada con cadenas en el sótano de Gabrielle, había sido engatusada por el atractivo del hombre y su buena actuación, y cuando fue a la casa del tipo a base de engaños, este la golpeó en la cabeza y cuando despertó, estaba siendo abusada sexualmente por él mientras veía cómo su cuerpo estaba lleno de cortadas frescas con las que su piel morena estaba siendo manchada y también la piel pálida de Gabrielle.
Ella no era estúpida, aunque lo fue en un inicio. Gabrielle a veces la "mimaba" con cosas materiales y ella siempre pedía cosas de acero o de madera. Cuando Gabrielle salía todas las noches, ella rompía o raspaba estas cosas contra el suelo que estaba debajo del colchón mugriento en el que siempre estaba acostada y en el que siempre era abusada de mil maneras. Y cuando escuchaba ruidos en la casa, ella ocultaba estas marcas que dejaba el hacer esto y las cosas en un agujero en la pared que hacían las ratas.
Ella quería matarlo y luego ser libre, ya había pasado casi un año en esta deplorable situación, y si no podía hacerlo, ella se mataría a sí misma con tal de acabar con ese maldito infierno.
Así que cuando escuchó ruidos en la casa, ocultó todas sus armas en el agujero y acomodo el colchón, ella se sentó encima de este esperando lo inevitable en su situación. Su dosis
diaria de abusos que le proporcionaba ese idiota.
Gabrielle apareció frente a ella, agitando la llaves de las cadenas, recordándole que nunca podría huir de él y Natalia solo pudo morder su labio inferior mientras las lágrimas se acumulaban en sus preciosos ojos marrones, mirando hacia otra dirección haciendo que este idiota sonría con satisfacción.
Gabrielle dejó las llaves sobre una mesa en la que el de vez en cuando comía mientras le tiraba sobras de su comida a Natalia, demostrándole superioridad mientras esta se tenía que arrastrar por el hambre que la atacaba al oler los alimentos.
Natalia fue tomada del rostro por aquellos dedos fríos que siempre le incomodaron y fue tirada hacía tras. Sabía que si se resistía, todo saldría peor.
Así que se quedó inmóvil mientras este idiota la golpeaba, mordía y desnudaba. Luego sintió como algo la apuñalaba entre sus piernas y supo que ya había iniciado, le dolía como un demonio la manera en la que él entraba ya que no podía sentir excitación ante esto, solo podía sentir el inminente ardor cuando el falo entraba y salía, las lágrimas se acumularon en sus ojos y solo rogó que todo pasara lo más rápido posible. Y todo se puso en blanco cuando escucho las palabras que Gabrielle dijo:
— Siempre serás mi favorita pero quiero ser amable y acabar con tu dolor— Gabrielle luego
de decir esto, puso sus manos sobre el cuello de Natalia mientras la seguía penetrando grotescamente.
Natalia supo que si no lo hacía ahora, él la mataría y no le daría el gusto de hacerlo, la única en esta situación que le arrebatará la vida a ella, sería ella misma. Así que con desesperación, al sentir que el aire abandonaba su cuerpo, movió sus manos en busca de sus armas y cuando tomó la primera, no lo pensó dos veces y se la clavó en el cuello a Gabrielle.
Gabrielle la miró con pánico mientras se tomaba el cuello, la sangre salía como cascada y Natalia con una patada lo alejó de ella.
Acomodo la camisa que tenía arremolinada sobre sus muñecas, y con desesperación se intentó acercar a la mesa pero las cadenas eran cortas. Así que, gritó de frustración, porque estaba tan cerca de poder huir y este era un gran impedimento.
Cuando Gabrielle le tocó la pierna débilmente, Natalia se alarmó y lo observó con repugnancia. Luego se empezó a arrastrar por el suelo hasta que con mucho esfuerzo, pudo tomar la pata de la mesa y la empezó a acercar hacia ella.
Se puso en pie y tomó las llaves, con impaciencia empezó a buscar la correcta para quitarse las cadenas y cuando por fin pudo, Gabrielle la volvió a tomar de la pierna débilmente y susurro con una sonrisa de suficiencia:
— Siempre dije: Cuando llegue mi último día de vida quiero que todos me recuerden por lo que era: Un maldito— susurró Gabrielle, haciéndolas temblara Natalia, la cual apartó su pierna del débil agarre y este solo amplió su sonrisa— Estaré en tus sueños más oscuros, bonita.
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