Ente

Título: Ente.

Loba escritora: JussstCookie

» Primer día. «

Quién iba a pensar que en algún momento iba a terminar así. Debí hacerles caso. Debí escucharlos cuando me pidieron que no le contara nada a nadie.

» Segundo día. «

Supe que no era normal cuando en jardín de niños le pregunté a Lucas Plath si su ente era parecido al mío y él me contestó "¿qué es un ente?".

» Tercer día. «

A los trece conocí a alguien como yo. A Dante. Me vió y por alguna razón supo que éramos iguales, que ambos vivimos con una sombra de forma humana y voz andrógina presentada por sí misma como nuestro ente. Revoloteando ahí a nuestro alrededor.

» Cuarto día. «

Me había presentado a más como nosotros. Jay y Zoe, de catorce. Angélica, de diecinueve. Pablo, de veintitrés. Will, de treinta y uno.

Ellos me mostraron para qué servía un ente.

» Quinto día. «

Dijeron que necesitaba hacer algo para unirme a su grupo, que no podían solo confiar en mí sin más. Me pidieron ordenarle a mi ente que asesinara a una persona.

Quería ser aceptada por primera vez en mi vida. Les dije que lo haría.

» Sexto día. «

El hombre que se hace llamar mi psiquiatra dice que no es mi culpa. Que estaré bien y que no hay nada malo conmigo.

Siento que él miente.

» Séptimo día. «

Aún recuerdo la sonrisa orgullosa en el rostro de Dante cuando fue al lugar a donde lo llamé pidiendo ayuda, y se encontró con el cadáver de Louie. Un vagabundo sin intenciones de dañar a nadie que vivía en el parque más cercano a casa.

Aún recuerdo lo fácil que fue para él esconder el cuerpo.

» Octavo día. «

Todos los días viene a visitarme una mujer. Me cae bien. Me da un pequeño pinchazo en el brazo y consigue hacer que me sienta bien.

» Noveno día. «

Permitieron que mi mamá me visitara. Ella lloró apenas me vió, y a pesar de que mi ente me imploraba que le dejara matarla, soporté su llanto hasta que se tranquilizó y me dijo cuánto lo sentía.

» Décimo día. «

Luego de ocultar el cuerpo de Louie realizaron un pequeño ritual. Dante y Will mataron a un animal y bañaron mi rostro con su sangre. Me llamaron "ciervo de las sombras" y pidieron que no le contara a nadie sobre ellos.

» Onceavo día. «

Permitieron que saliera de mi habitación. Ahora puedo ir al jardín. Es un espacio grande y completo de árboles. Y más personas, casi todas vestidas como yo, con enteros blancos. Otras pocas con camisas que hacían que sus brazos estuvieran pegados a sus cuerpos.

» Doceavo día. «

Mi ente pide matar. Se para a mi lado y murmura cuánto le gustaría y cómo lo haría con la mujer que viene a pincharme todos los días. Dice que ella me hace daño, y que se lo merece, pero yo no le creo. Me siento bien cuando viene.

» Treceavo día. «

Recordé muchas cosas. Pedí hablar con mi psiquiatra. Él activó un pequeño aparato y me dijo que hablara sobre lo que quisiera.

—Fueron lo primero que vi—le dije.

—¿A qué te refieres con eso, Lara? —me respondió.

—A ellos. Dante, Will, Pablo y Angélica. Zoe, Jay y yo estábamos atados mientras ellos caminaban a nuestro alrededor arrastrando a tres personas con ellos, tal vez dormidas. Las pusieron al frente nuestro y obligaron a la niña rubia —Zoe— a meterse en su cabeza, eso le gritaban que hiciera. Era el don de su ente.

Le escuché suspirar y anotar algo en su libreta. Auro «mi ente» se movió desde mi lado al suyo, y se inclinó sobre lo que escribía.

—No te cree, —me dijo—. Puso "La paciente muestra signos de cooperación, mas no de salir de su etapa esquizofrénica. Sigue creyendo en la existencia de un ente y un grupo de personas iguales a ella que nunca existieron" Mátalo. Deja que lo haga.

—¿Puedes seguir diciéndome qué recuerdas?

—Ella lo intentó, pero estaba asustada y llorando, y no pudo. Will se enfadó, cerró los ojos un momento y cuando los abrió tomó el cuello de la persona que sujetaba y lo dobló.

—Bien —asintió, imperturbable, y yo seguí contándole.

» Décimo cuarto día. «

Cambiaron mi medicación, o me puse peor. Hay más de un ente a mí alrededor.

No me hablan, no se mueven. Se quedan ahí, estáticos.

» Décimo quinto día. «

Zoe viene a visitarme algunas veces, me pregunta cuándo voy a salir, y me dice cuánto me extrañan todos.

» Décimo sexto día. «

Estaba hablando con Will, y mi enfermera entró. Quise presentarlos, pero cuando volteé a ver a mi amigo, ya no estaba. No sé cómo logró salir.

» Décimo séptimo día. «

Ahora tomo cinco pastillas al día. Dejé de ver a mi ente y a mis amigos, y sin ellos, ya no sé quién es real. No sé si yo soy real. No sé si este lugar es real.

» Décimo octavo día. «

Mi mamá vino de nuevo. Dijo que no lo aguantaba más, y que iba a hacer todo por sacarme.

» Décimo noveno día. «

Hoy a mi enfermera se le cayó un bolígrafo. Lo tomé y lo guardé en mi sostén.

Volví a ver a mi ente. Me susurra que, si yo no lo clavo en mi brazo, él va a hacerlo.

» Vigésimo día. «

Todos mis amigos vinieron a visitarme. Conversamos toda la noche sobre lo que hizo cada uno en el tiempo que llevamos sin vernos. Todos miraron con atención el bolígrafo entre mis dedos.

» Vigésimo primer día. «

Tuve una cita con mi psiquiatra. Dijo que debía de cooperar cuando me quedé callada, pero cuando hablé de mis amigos, negó con decepción y volvió a anotar en su libreta. Mi ente dijo que, de nuevo, no cree lo que cuento.

Eso es lo que hicieron todos. Sé que la cámara me mostró a mí matando a Louie, y sí lo hice. Pero no maté a mis vecinos, no maté a mi profesor, no maté a algunos de mis compañeros.

Y el que sigan diciendo que fui yo, hace más tentativo el sí matarlos a ellos.

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