34. Purified
✣Capítulo XXXIV ✣
No le mencioné a nadie mi encuentro con Kain.
Ya tenemos demasiados problemas como para agrandar el asunto, apenas se calme todo esto y estemos a salvo, explicaré lo que pasó. Milosh es el único extrañado por la sangre que consiguió bajo sus oídos y nariz, pero le dije que probablemente era el cansancio. No creo que me haya creído pero creo que decidió dejarlo pasar por ahora, como dije, tenemos cosas más graves de que preocuparnos.
Como los quinientos Purasangres y convertidos que vienen por nosotros.
Cuando llegamos al escudo de Gulch, todos paramos, observando la barrera casi transparente frente a nosotros, su contextura líquida y acuosa como una barrera de agua pero imposible de cruzar y no nos deja ver nada al otro lado. La luz de la luna se refleja sobre la misma.
Puedo sentir a los Purasangres y convertidos detrás de nosotros, acercándose cada vez más. Luke se para a mi lado, señalando el punto debilitado de la barrera.
—Ahí,— Luke señala, sus ojos indagando detrás de nosotros, se que no nos queda mucho tiempo, —ten cuidado.
Doy un paso al frente, cuando una mano se aferra a mi brazo. Me giro para ver a Shadow, la preocupación en sus ojos me desarma pero no puedo dar marcha atrás ahora.
—Estaré bien.— le digo, liberando mi brazo de su agarre con gentileza.
Milosh aparece a mi lado.
—¿Lista?
Asiento, Shadow retrocede y comienza a organizarlos a todos en un círculo defensivo a la espera del ataque. Milosh y yo corremos al escudo, observando el pequeño espacio debilitado.
Al cruzarlo, el dolor me impacta de forma abrupta, docenas de balas metálicas golpean mi cuerpo, forzándonos a retroceder un poco. Milosh gruñe a mi lado, su cuerpo siendo atacado sin piedad. Logro ver a través de los ataques a un círculo defensivo de humanos, todos vestidos de negros, con ropa que luce como armadura oscura y protectora. Hay una torre que emite una una luz increíblemente blanca sobre nosotros, visualizando al enemigo, supongo.
Y un inmenso muro, son paredes cuyo alto fin no puedo visualizar. Debe ser imposible de cruzar para algunas criaturas. Sin embargo, los humanos disparándonos están fuera de esas paredes y admiro su valentía, no se esconden detrás de inmensos muros.
Puedo sentir cómo las balas se abren dentro de mi piel, dividiéndose en docenas de pedazos, algunas derritiéndose.
Y como duele.
Caigo sobre mis rodillas y alzo mis manos en el aire. Milosh me imita, haciendo una mueca de dolor.
—¡Esperen! ¡No más! Solo escuchen un segundo.— grito, el ruido de los disparos casi haciendo imposible que me escuchen, no se cuanto más pueda resistirlo, —¡Por favor! ¡No queremos hacerles daño!
—¡Como si fuéramos a caer en sus mentiras de nuevo!— grita una humana mientras continúa disparando con odio.
Mi cuerpo está pasándolo mal, tratando de sanarse de las múltiples heridas que ellos me siguen causando.
Milosh levanta su mano.
—¡No! ¡Milosh!— le ordeno, —si usas tus poderes, será peor.
—¡No nos están escuchando y esto duele!
Escucho un grito y echo un vistazo por encima de mi hombro detrás de mí. Puedo ver a mi clan por el pequeño espacio debilitado del escudo, comenzando a recibir el ataque del gran número de Purasangres.
No.
Milosh levanta su mano, emitiendo una llama de la misma, explotando las balas en el aire antes de que lleguen a nosotros.
—¡Están atacando!— grita uno de los humanos, —Traigan todo el armamento.
—¡No! ¡No estamos atacando!— aclaro, tratando de hacer que me escuchen, —¡Por favor!
Unas alarmas comienzan a sonar por todo el lugar, ruidosas. En segundos, docenas de humanos se han unido a este grupo defensivo. Ojeo a mi clan, y el número de atacantes sigue subiendo, ni siquiera se como están sobreviviendo hasta ahora.
Desesperada, me pongo de pie y comienzo a caminar hacia ellos, recibiendo cada bala, cada ataque de sus armamentos, luchando por sobrellevar el dolor. Los humanos están disparando tanto que el lugar se ha llenado del humo que sale de sus armas.
Es una situación difícil, no puedo herirlos y tampoco puedo dejar que mi clan entre sin su permiso, se que los convertidos de mi clan no podrían resistir estos ataques. Necesito que los humanos los dejen pasar sin atacarlos.
—¡Escuchen! ¡Por favor!— les ruego.
—¡No te acerques, monstruo!— una de las humanas me grita, —¡Detente!
—¡Por favor!
Mi clan está luchando al otro lado del escudo con todas sus fuerzas pero se que no resistirán mucho.
No van a escucharte.
La voz de Kain me sorprende en mi mente.
Ellos no te escucharan por las buenas, solo el terror los hará escuchar.
Sigo caminando con una mueca de dolor, como duelen estas balas.
No voy a lastimarlos.
Kain se ríe en mi mente.
No tienes que hacerlo, ve al escudo.
¿Por qué haría eso?
Kain suspira.
Confía en mi.
Como si pudiera hacer eso. Le respondo.
No tienes muchas opciones, Morgan, ve al escudo.
Sin saber si es lo correcto, le doy la espalda a los humanos, sorprendiéndolos y corro al escudo. Le paso por un lado a Milosh quien me observa confundido.
—¡Morgan!
Al llegar al escudo, Kain susurra en mi mente.
Escalalo.
Buen intento, me hará daño en el momento que lo toque, le digo, recordando lo intocables que son los escudos.
No lo hará, no tienes tiempo, deja de dudar de mi y hazlo.
Escalo el muro, sorprendida de que mi mano no se enciende en llamas al contacto. De lo contrario, puede atravesar el escudo lo suficiente para agarrarme del mismo. Escalo lo suficiente para quedar encima del pequeño punto debilitado. Los humanos detienen su ataque, estupefactos. Ninguna criatura sobrenatural debería poder tocar los escudos.
Aprovecho el cese de armas para gritarles.
—¡No queremos hacerles daño, solo necesitamos refugio por unas horas, por favor!
—¡Los territorios humanos no son refugio de sobrenaturales!— me grita un chico humano que da un paso al frente de su formación.
¿Su líder?
—¡Lo se! Pero no tenemos mucho tiempo, se lo estamos pidiendo. Deja que mi clan entre sin atacarlos y tienes mi palabra de que no les haremos daño.
—Como si la palabra de un sobrenatural valiera algo.— me gruñe, apuntándome, —Salgan de aquí por donde entraron y ni se atrevan a volver. Daré la orden de fuego en 20 segundos, ¡Fuera de aquí!
Ah, a regañadientes, murmuro su nombre por ideas.
Kain.
Casi puedo verlo sonreír en mi mente.
Es la primera vez que me pides ayuda.
No le respondo, no tengo tiempo para sus juegos.
Bien, pon ambas manos sobre el escudo, concentra tu energía en tus manos y pronuncia la palabra revēlāre lentamente.
Que esto no sea nada malo.
Espero mientras hago lo que Kain dice, en el momento que mis labios terminan de susurrar revēlāre, una oleada de poder deja mis manos y se extiende por todo el escudo, aclarándolo, volviéndolo completamente transparente. Las criaturas al otro lado pueden ver este lado del escudo, y se quedan fascinados con lo mismo, dándole tiempo a mi clan de recuperarse. Puedo ver que muchos de ellos tienen manchas de sangre por todos lados.
Los humanos se paralizan, Milosh tose, arrodillado.
—¡Pueden vernos! ¿Qué está pasando? ¿Qué has hecho?— Los humanos me gritan.
Diles que si no aceptan tu petición, desvanecerás el escudo y tendrán a quinientos Purasangres y convertidos sobre ellos en segundos.
¿Puedo destruir escudos Gulch? No puedo evitar preguntarle.
Por supuesto, ¿Con el poder de que criatura crees que fueron creados?
¿Tu ayudaste a crear los escudos de Gulch?
Kain suspira, Dejemos la clase de historia para después, buena suerte, Morgan.
—¡Escuchen! Si no nos dejan entrar a mi y a mi clan, destruiré el escudo de Gulch y tendrá a todos esos Purasangres y convertidos sobre ustedes en unos segundos.
Los humanos comparten una mirada preocupada. El chico de nuevo es el que responde.
—Nadie puede destruir los escudos.
—Yo si puedo, lo he vuelto transparente, y puedo tocarlo, ¿Quieres probar que puedo destruirlo?
Él parece dudar.
—¡No tengo mucho tiempo! ¡Decidan ahora!— aprieto mis manos dentro del escudo.
—¡De acuerdo!— el chico decide, —Bajen las armas.— le ordena. De mala gana los humanos le obedecen y yo me deslizo por el escudo hacia bajo hasta llegar al punto débil.
Salgo y veo la batalla frente a mí. Estiro ambas manos a mis lados y una onda de poder deja mi cuerpo, obligando a los Purasangres y convertidos a retroceder, liberando mi grupo temporalmente. Bajo una de mis manos y la entierro en la tierra, mi brazo cubriéndose de líneas negras.
—¡Terra!— grito y del suelo frente a los atacantes emergen bloques inmensos de tierra bloqueándolos pero se que es una solución temporal así le grito a mi clan.
—¡Vengan! ¡Ahora!
Llamo desesperada a mi clan y ellos corren, cruzando el escudo uno tras otro. Shadow es el último y se que tengo que cerrar ese agujero. Actuo por insisto, poniendo ambas manos sobre el punto debilitado, murmurando palabras que llegan a mi por si solas. Un Purasangre viene corriendo hacia a mi a toda velocidad con una daga en la mano pero no me detengo, repitiendo las palabras una y otra vez, concentrando mi energía en mis manos.
Pequeñas líneas de un color brillante comienzan a formarse en el punto debilitado, como si repararan el escudo.
—Morgan.— la voz preocupada de Shadow susurra detrás de mí.
No lo escucho, observando al Purasangre acercarse más y más y levantar su mano para clavar su daga en mi pecho pero antes de que pueda hacerlo el punto debilitado del escudo se cierra frente a mi y retoma esa consistencia acuosa que no deja ver nada.
Mi respiración es un desastre y me giro para hacerle frente a la situación frente a mi.
Una línea defensiva de humanos nos apuntan con sus armas. En mi clan hay varios heridos, Lyla sostiene a un malherido Luke de lado. Drake, Ian y Aidan tienen rasguños por todo el cuerpo. Milosh aún está en el suelo sacándose restos de balas del cuerpo. Calum y Shadow respiran agitadamente pero no parecen heridos en ninguna parte.
—De verdad, no tenemos malas intenciones.— les digo, acercándome a ellos con cuidado.
—¿Qué eres?— pregunta el chico, sin bajar su arma, —¿Por qué puedes tocar los escudos?
—Es una larga historia.— le digo, evitando su pregunta, no se que tan informados estén los humanos sobre mi especie.
—¿Por qué los perseguían todos esos sobrenaturales?
—Nuestro clan se metió en problemas con ellos por unos territorios, — miento, porque no se que tan buena idea sea que los humanos sepan sobre mi, quizás si saben, intenten desarrollar armas contra mi.
—Esos eran demasiados sobrenaturales para una simple pelea de territorios.
No se que decir así que Aidan toma el control.
—Nos metimos con un clan grande, los sobrenaturales pueden ser muy vengativos.
Una de las chicas humanas da un paso adelante, ojeando a Luke.
—Yo te he visto antes, intentaste atravesar el escudo hace unas horas.— la chica le reclama.
Luke le sonríe, su rostro manchado de sangre ligeramente.
—Me recuerdas.
—¿Cuánto tiempo permanecerán aquí? Están violando el tratado de Gulch.— nos recuerda el chico, guardando sus armas en ambas fundas a los lados de su cintura.
Me preparo para explicarle todo.
—Solo— bum, mi pecho palpita con fuerza de un golpe, y lo sostengo con fuerza, ¿Qué pasa?
Algo esta mal.
Una sensación de hormigueo se extiende por mis manos y las extiendo frente a mi para ver el brillo extraño en ellas. Todos los humanos dan un paso atrás.
—¿Qué estás haciendo?
Meneo la cabeza.
—No, no pienso hacerles daño.— murmuro, el brillo de mis manos extendiéndose por mis brazos. Mi respiración se agita, mi cabeza se siente pesada.
Una línea de fuego se forma a mi alrededor, seguida de otra línea de agua, tierra y aire, las partículas de cada elemento flotando el aire.
Terra.
Aqua.
Aer.
Ignis
Los humanos se alarman y me apuntan, mi clan se pone de manera defensiva entre ellos y yo.
Shadow aparece frente a mi.
—¿Estás bien? ¿Morgan?
—No sé...— líneas de energía emergen de las puntas de mis dedos, —no puedo controlarlo.
Rápidamente, el viento se descontrola a nuestro alrededor, nubes oscuras cubriendo la luna, relámpagos y truenos castigando el cielo nocturno.
¿Qué está pasando? El miedo se esparce por todos mis nervios.
Milosh cae de rodillas de espaldas a mi, dos bloques de tierra emergiendo para enrocarse en sus brazos, los mismos círculos de los elementos a su alrededor, sus ojos se vuelven completamente rojos.
Ese color me recuerda al sueño con Kain, al sueño de la Purificación.
No.
¿Ha llegado el momento de la Purificación? No, no puede ser, ¿Por qué ahora? ¿No puedo decidir por mi misma cuando hacerla?
No, la voz de Kain suena lejana en mi mente, una vez que tengas el poder suficiente, simplemente ocurrirá, no podrás evitarla, es la naturaleza.
¿Por qué no me lo dijiste antes de aceptar tu poder?
Porque no lo habrías aceptado. Buena suerte con la Purificación.
Y así desaparece de mi mente.
No.
Shadow.
Mis ojos se encuentran con los de él y mi expresión parece decirle todo. Su rostro se contrae en tristeza.
—¿Ha llegado el momento?
Lágrimas invaden mis ojos.
—No.
Shadow me da una sonrisa de entendimiento.
El poder se sigue expandiendo en mi cuerpo y causando estragos a mi alrededor. No puedo controlarlo, no puedo detenerlo.
—¿Qué está pasando?— Aidan pregunta, levantando una mano para proteger su vista de las ramas y hojas que vuelvan el aire con violencia.
Shadow le da una mirada por encima de su hombro.
—La Purificación.
Mi clan se paraliza mientras los humanos retroceden y buscan refugio en sus puestos de control y torres. Ian corre hacia mi, pasándole por un lado a Shadow.
Sus ojos encuentran los míos y mi labio inferior tiembla, lagrimas rodando por mis mejillas porque nunca fui lo suficientemente valiente para indagar en el alma de mis amigos, de mi clan y corroborar su pureza o maldad. No se si alguno de ellos no sobrevivirá.
Ian atraviesa los círculos de los elementos, quejándose de dolor cuando el fuego y aire le hacen daño y me abraza.
—Está bien.— susurra en mi oído, —no tengas miedo,— se separa y toma mi rostro entre sus manos, —lo harás bien, todo estará bien.
—No puedo hacer esto, no se si les haré daño, no se si lo controlaré, Ian, yo—
—Shhhh,— él me sonríe, su rostro iluminándose, —si alguien puede hacerlo, eres tu.
Él besa mi frente y retrocede, saliendo del círculo.
Luke y Drake me dan una sonrisa de boca cerrada, sus ojos llenos de confianza en mi. Lyla me susurra que lo haré de maravilla y que ella estará ahí después de que pase para sanar lo que sea necesario, que no me preocupe.
Como no preocuparme cuando los quiero tanto.
Mi mirada vuelve a caer sobre el Purasangre frente a mi y mis lágrimas caen con aún más fuerza.
—Shadow.
Él se acerca a pasos largos y atraviesa el círculo, quedando dentro del mismo frente a mi y me besa con tanta pasión que por un momento olvido lo que está pasando y que estoy a punto de perderlo.
Lo amo.
Lo necesito.
Shadow no puede morir.
Mis lágrimas sangrientas se mezclan con nuestro beso y él acelera el ritmo, sosteniendo mi cara con ambas manos, besándome como si fuera nuestro último beso, y el dolor de eso, es que tal vez lo sea. Shadow detiene el beso pero mantiene su frente apoyada contra la mía.
Sus ojos buscan los míos.
—Necesito que entiendas que estoy bien con esto.
—No.— murmuro, mi corazón ardiendo, rompiéndose, estrujado en mi pecho.
—Merezco mi destino, Morgan. No te sientas culpable, por favor.
—No, no puedo hacer esto, no quiero...
—Mírame.— Lo hago, pero mi vista esta borrosa debido a mis lágrimas —Prométeme que seguirás adelante después de que me haya ido.
Un sollozo deja mis labios.
—Shadow.
—Por favor, prométeme que saldrás adelante por mí.
—Yo...— mi voz se quiebra, —No puedo hacer eso.
—Morgan, por favor.— veo la desesperación y la tristeza en sus ojos.
—Lo prometo.
—Te amo.— susurra contra mis labios, y lucho por que mi voz no se quiebre al responderle.
—Yo también te amo,— aprieto mis labios, llorando, —lo siento tanto, Shadow, yo—
Mis pies se despegan del suelo y floto ligeramente en el aire. El poder se expande, castiga, controla todo nuestro alrededor. Shadow retrocede, el dolor claro en su expresión.
Verlo ahí, el dolor que me cruza me deja sin aliento al pensar que será la última vez que lo vea.
—Shadow.
—Está bien.
Todo mi clan detrás de él, dándome fortaleza. Recuerdos de todas esas noches en nuestras guaridas, riéndonos de los chistes de Luke, molestando al frío Drake y burlándonos cuando Ian imitaba a Aidan. Lyla siempre regañándonos por inmaduros, o Ian quemando algo accidentalmente. Ellos son mi familia, jamás me perdonaría si los hiero de alguna forma.
Aidan asiente con esa seguridad de que lo haré bien, al igual que Calum.
Todos se paran con firmeza, poniéndose su mano empuñada sobre su pecho y yo hago lo mismo, lagrimas cayendo de mi mentón al vacío.
—Flamas, olas, polvo o viento, sin importar el elemento, mi lealtad yace con las almas en silencio.— digo con ellos, —Y en la noche más oscura, no dudaré, no abandonaré, y de ser necesaria mi vida daré por los miembros de mi clan.
Ian me sonríe.
—Siempre.
—Siempre.
Le respondo, mi cuerpo elevándose en el aire, subiendo tanto que se ven pequeños en la distancia hasta que las nubes oscuras que atravieso los cubren. Cada célula de mi cuerpo recibe una enorme cantidad de energía.
Tienes una misión ...
El mundo te necesita
Muchos están sufriendo...
Eres nuestra última esperanza ...
Cierro mis ojos suavemente, vienen a mi mente imágenes de niños hambrientos, personas y sobrenaturales siendo asesinadas a sangre fría, puedo sentir su dolor, su sufrimiento.
Guerras
...Contaminación
Muerte...
...Injusticia
Mi vista esta completamente roja, extiendo mis manos en el aire.
—ēmundāre— digo de forma automática, una ola de energía sale de mi cuerpo y vuela a través del cielo, volviendo el cielo completamente rojo. Un aura blanca aparece a mi alrededor.
Levanto las manos y giro para liberar otra ola de energía. Mi largo cabello se mueve con el viento, inclino mi cabeza hacia atrás mirando al cielo rojo.
Hay muchas almas podridas en el mundo.
Docenas ...
...Cientos
Millones de Almas Perdidas.
Aprieto mis puños, liberando otra ola de energía que eliminará a miles de almas perdidas y le haría perder el conocimiento a las buenas. Esto se extiende por horas, ola tras ola, purificando el mundo.
Cuando han pasado horas desde que comenzó la purificación, ya estoy agotada. Trato de tomar una respiración profunda, pero fallo. Necesito concentrarme, si pierdo el control, muchas personas inocentes morirían. Mi garganta está seca, me lamo los labios en un intento inútil de hidratarlos. Manejar todo este poder está acabando con mi cuerpo.
El recuerdo de clan, diciendo nuestro juramento, creyendo en mí me da ánimos.
Puedes hacerlo, Morgan.
Uso mi dedo índice para dibujar un círculo blanco y brillante en el aire. Mi dedo se calienta al concentrar toda esa energía.
—Seres humanos y criaturas sobrenaturales, de este mundo,— digo fríamente, —Se les ha dado otra oportunidad a aquellos considerados almas buenas, no la desperdicien.— susurro a las almas sobrevivientes. El círculo sube y se extiende por todo el cielo, devolviéndole su color oscuro nocturno, arrancando ese rojo sangre. Los truenos y relámpagos desaparecen, las nubes desvaneciéndose.
Mis ojos casi se cierran por sí solos.
Shadow...
Trato de mirar hacia abajo ahora que las nubes ya no están, para ver si él está allí o no, pero pierdo el conocimiento, cayendo desde los cielos antes de que pueda parpadear.
+ Lyla +
4 días después de la Purificación del mundo.
Mi memoria sigue siendo un desastre, es como algunas piezas faltaran, como si alguien se hubiera metido con mis recuerdos y solo se aclaran cuando estoy cerca de ella.
Morgan.
La observo en silencio, ella está inconsciente frente a mí, flotando en el aire dentro de lo que parece una inmensa burbuja de agua rodeada de un escudo acuoso parecido a los Escudos Gulch. Sus ropas se mueven en ondas con el agua, al igual que su largo cabello negro, flotando alrededor de su cara.
Ella luce como una bella durmiente encapsulada.
Así la encontré unas millas fuera de un Escudo Gulch, no se como llegué ahí o de donde conozco a esta criatura durmiente pero se su nombre y se que debo protegerla.
A ella y a su hijo.
Ella está embarazada y aún en su estado inconsciente la criatura no parece estar afectada, de hecho, creo que su cuerpo se esta sanando, y brindándole energía al feto y por eso Morgan no ha despertado. Me siento a cuidarla, aún sin tener mis recuerdos claros se que ella es importante para mí, y no me iré hasta que despierte.
Porque tarde o temprano, Morgan tiene que despertar.
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¡Vaya y lea el último capítulo, prepárense!
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