30. Cartón piedra

–¿Qué te parece? –preguntaron con una amplia sonrisa y entonces se fijaron en la cara de Cobalto–. Sí, ya, mucho rosa –aceptaron reconsiderándolo–. Pero puedes cambiarlo a tu gusto. Si encuentras unas cortinas o sábanas que te gusten más, puedes ponerlas. De hecho, nos harías un favor.

–Está bien –musitó Cobalto abrumada y entonces se detuvo a pensar lo de "hacerles un favor"–. ¿Eh?

–Mira, por esta ventana se ve el camino –señalaron Rosa–, y por esta otra se ve el bosque. Todavía no lo tenemos muy bonito, pero en un futuro podríamos tener un jardín, ¿qué te parece? –preguntaron dejando de pasear por la habitación.

–Bien... supongo...

–Puedes quedarte unos días para probar, sin compromiso –prometieron, aunque confiaban en que no querría marcharse.

–Vale... aunque... ¿cuánto sería... la tarifa? –preguntó Cobalto con temor–. Porque no sé si...

–Ah, no hay tarifa –respondieron, cogiéndole la maleta para dejarla sobre la cama–. O sea, no cobramos dinero. Pero agradeceríamos que aportaras con lo que pudieras. Limpiar. Organizar un jardín. Ir a la ciudad a comprar café. Vaciar la fosa séptica.

–A-Ah... –balbuceó Cobalto.

–Es broma –exclamaron con una carcajada–. Lo de la fosa séptica es broma. O sea, sí que tenemos una y hay que limpiarla, pero lo haremos nosotras. No te endosaríamos eso. Pero nos vendría bien ayuda con la limpieza y... ¿no sabrás talar árboles?

Cobalto se las quedó mirando sin saber si también era una broma.

–Dejaremos que te pongas cómoda –anunciaron Rosa retrocediendo hacia la puerta–. Y si tienes hambre, en el porche tiene que haber para todas. Hasta ahora –terminaron canturreando y cerraron la puerta tras de sí.

Para que Cobalto no se perdiera, dejaron encendidas las luces rosadas marcando el camino.

–No sabía que hubiera habitaciones preparadas para recibir gente –reconoció Chispas.

–Ahora sí que hay –contestaron empezando a comer.

Chispas se quedó pensando durante un rato.

–Si tan fácil es... –empezó finalmente– ¿por qué nos deslomamos todos los días?

–A la larga es más fácil, sencillo, resistente y duradero si lo hacemos con las manos, con materiales... ¿cómo decirlo...? Reales. Lo de ahora es rápido, funcional y bonito, al menos si te gusta el rosa. Pero no deja de ser cartón piedra sobre escombros –se sinceraron y siguieron comiendo.

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Yo creo que Chispas ha estado en chapuzas peores que cartón-piedra sobre escombros.

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