[ Aclaratoria: NYO USA! MALEVENE!] 

― ¡Amelia fírmame los papeles de una vez!― Se sentía al borde, ya estaba a punto de tirar todo a la mierda. La nación latina se cruzó de brazos irritado sentado frente al mostrador de la tienda a la que había ido a parar después de seguir a U.S.A luego de la conferencia.

Ninguna respuesta se hizo llegar, y él sabía perfectamente que la chica tras la cortina tenía una sonrisa conforme por su frustración.

― No me hagas odiarte chama, quererte ya es suficiente castigo― Se sonrojó de golpe al darse cuenta de lo que había dicho. Amelia que lo escuchó aumentó su sonrisa, emitiendo un leve chillido emocionada, que el otro no escuchó por estar tan absorto en su disputa mental por haber dicho esas palabras.

― Tranquilo, no creo lograr hacer que me odies― La cortina se hizo a un lado y una radiante U.S.A salió con un bello vestido puesto dando una vuelta sobre su eje.

― Ay ya, no sigas que me estremezco recordando que de mí salieron esas palabras― Ángel posó una mano sobre su rostro tapando sus ojos cerrados con una mueca incomoda por haber sido "dulce" con ella, él no quería decir eso, pero ya era tarde cuando se dio cuenta de lo que dijo.

U.S.A por su parte sonreía feliz para tomar los papeles de Venezuela y firmarlos, para dárselos con una enorme sonrisa, entrando nuevamente al cubito para probarse otro vestido. Después de todos, no había firmado esos papeles de a gratis y ya Ángel comenzaba a lamentar el momento que se le antojó cruzar la puerta del local. Porque sencillamente, Amelia Jones le hacía decir lo que él consideraba tontería. 

Tontería: que había terminado perdidamente enamorado de ella.